miércoles, 29 de junio de 2016

A LA COLA DEL VIENTO

"¿Cómo quieres que escriba una canción? 
Si a tu lado he perdido la ambición. 
 (...) donde nunca pasa nada. 
Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas.
Se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas, 
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor.
Me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor. 

Volar...volar"

R. Iniesta

En una de esas conversaciones que, de vez en cuando, mantengo, alguien me contó la deriva que había tomado la vida de cierta persona a la que conocí hace tiempo y de la que no tenía noticias desde hacía un larga temporada. Los hechos que me describían no pueden definirse como los mejores por los que puede pasar una persona. No creo necesario profundizar en intimidades, aunque sí me parece conveniente reflexionar sobre ciertas circunstancias de esta historia para intentar ilustrar lo que me motiva a escribir esta entrada.
Cuando conocí a esta persona parecía poseer la capacidad de estar situada por encima del bien y el mal. Su mundo "espiritual" y su concepción personal, o la que transmitía, daba la impresión de pertenecer a una persona con un alto nivel de confianza y efectividad a la hora de abordar la vida. Nada más lejos de la realidad.  En realidad se trataba de una persona que se encontraba en una especie de cresta de la ola anímica, que nada tenía que ver con su personalidad. 
El lector podrá pensar que todos tenemos ese tipo de vaivenes emocionales. Cierto. Pero no es mi intención hablar sobre los típicos bandazos que, de vez en cuando, tenemos todos y cada uno de los seres humanos. Me interesa mucho más hablar sobre un cierto tipo de personas que se caracterizan por su baja autoestima y que en los momentos de "euforia" cambian su forma de actuar, destrozando todo lo que existe a su alrededor. Puede sonar duro lo que acabo de escribir, pero no tengo ninguna duda sobre lo que aparece negro sobre blanco en líneas anteriores. Es posible que un desarrollo de lo que planteo pueda aclarar al lector lo que pretendo transmitir. 
Me parece conveniente comenzar diciendo que la falta de autoestima de ciertas personas no se debe a sufrimientos dignos de una película de sobremesa de cualquier televisión privada. Si bien existe gente que tiene problemas serios de autoestima fruto de experiencias traumáticas, también encontramos otras que parecen traer una autoestima baja de serie. 
Una vez establecida esta premisa me gustaría continuar haciendo hincapié en la cuestión más llamativa del asunto: la fase de euforia, sensación de triunfo o como se desee denominar a la sensación de victoria sobre los elementos que tienen este tipo de personas cuando las cosas les van bien a secas o bien sobremanera. 
Cuando uno, o varios, acontecimientos positivos, o muy positivos, suceden en la vida de estos individuos tienen la tendencia a generar un sentimiento totalmente contrario al que les acompaña durante la mayoría de su existencia. De una sensación de inferioridad, inseguridad, pasan a sentirse superiores a la gente que les rodea en su día a día. No se trata de compartir esa alegría (euforia), el objetivo es demostrar la importancia de uno mismo y la poca importancia de los demás. Se trata de una especie de desquite por todo lo vivido con anterioridad. Vivido con anterioridad a pesar, en muchos casos, de que la gente de alrededor ha intentado mejorar esa autoestima. 
En esta fase este tipo de individuos se vuelven unos déspotas caprichosos, incapaces de prevenir las consecuencias de sus actos en un futuro. Hacen sufrir a su entorno más próximo y éste puede acabar por romperse. 
Intuyo, no puedo asegurarlo, que durante este período de éxito consigo mismo, estas personas disfrutan de la vida a tope, al menos en su interior, pero, como todo en la vida, las cartas tornan y los motivos del subidón se difuminan o diluyen por completo. En ese momento, en que la realidad que subyace presenta de nuevo su faz, es cuando el proceso causa-efecto aparece. Lo que una actitud egoísta, desvinculada de afectos hacia los demás, ha provocado se presenta ante la persona, que ha recuperado su casi sempiterna baja autoestima. En ocasiones la gente a la que ha dañado puede echar una mano a esa persona, como en el caso que he descrito al inicio de la entrada, pero en otras situaciones, fruto del hastío, del dolor o del hartazgo, esa persona acaba sufriendo el rechazo de los que estuvieron a su lado. Tal vez en ese momento descubran que su falta de empatía les genera un mayor dolor; una mayor sensación de soledad; una aún más baja autoestima. No lo sé a ciencia cierta, aunque tengo la impresión de que ocurre de esta manera. 
Sea como fuere, tengo la certeza de que este tipo de seres humanos resultan muy peligrosos. En un principio para ellos, porque durante una gran parte de su vida cabalgan sobre la infelicidad. Pero, para mí lo más importante, destilan peligro para los demás, pues resulta un ejercicio de funambulismo construir algo con ellos, más allá de lo puramente estético y circunstancial. Rutina de la inseguridad y de la falta de empatía.
Un saludo.

domingo, 26 de junio de 2016

CONTRA TODOS

Leía en una red social la reflexión de un fulano, que defendía que la homosexualidad siempre ha estado perseguida. No lo oculto, mi reacción fue la de costumbre: crea progres ignorantes y manipularás el mundo a tu antojo, pues la izquierda se zambullirá en esa miseria intelectual y moral, no suponiendo un problema para el neoliberalismo. ¡Pedazo imbécil! No debes haber leído ningún diálogo de Platón, ni tampoco habrás oído hablar de la tropa de élite tebana, que combatió con tal ferocidad a Filipo II (padre de Alejandro Magno), que el propio Filipo mando que se erigiera un monumento en su honor. El problema no son las tendencias sexuales y afectivas de cada uno, muy respetables y por las que yo no pregunto (suelo valorar a las personas por sus actos), el problema radica en la estulticia.



Hace poco recordé una obra del marxista Bertolt Brecht, Los fusiles de la Madre Carrar, ambientada en la Guerra Civil español. Como el lector recordará la obra teatral narra como la Madre Carrar se niega a dar los fusiles de su marido, muerto en la lucha contra los militares, para que se continúe con dicha lucha. Tras la muerte de su hijo mayor, pescador, a manos de los golpistas la mujer cambia de idea y aporta el armamento a la causa de la lucha antifascista. En este mundo hay demasiadas Madre Carrar, personas que mientras no les toquen a ellas hablan de pacifismo y son muy flower power, pero, por desgracia, existen locos genocidas organizados, estoy pensando en ISIS, a las que se debe combatir por tierra, mar y aire. A todos aquellos que consideren que su un belicista, les diré que repasen las consecuencias del Acuerdo de Munich del 38. Unos acuerdos que, a cambio de dar Checoslovaquia a la Alemania nazi, sólo consiguió aplazar un año la II Guerra Mundial. Unos acuerdos en los que Mussolini apareció como el gran bruñidor de la paz. Todo dicho.



Imagino que el lector habrá escuchado la expresión. "Arden las redes sociales". En realidad se suelen referir a Twitter. Como el lector conoce, dicha aplicación permite enviar mensajes, a lo sumo de 140 caracteres, que, de inmediato, aparecen en la pantalla de las personas que sigan al emisor de dicho mensaje, y en la de los que no siéndolo, indaguen en la etiqueta (hashtag) que pueda llevar el mensaje. Lo curioso del asunto es la expresión arden las redes sociales. Para que ardan la redes sociales un hashtag tiene que ser utilizado a la vez por mucha gente, convirtiéndose en trending topic (algo así como la lista de éxito del momento). Con cincuenta mil personas que utilicen la misma etiqueta durante unas horas basta para que se situé un hashtag en lo más alto. Como resulta obvio, no todos los tuits enviados comparten opinión. Incluso los que critican algo lo pueden hacer por distintos motivos. Sin embargo, para los medios la existencia de unos tuits, por lo general de los mismos tuiteros, sirven de referencia para asegurar que mucha gente está posicionada en contra de algo o alguien. Por casualidades del destino la postura de los tuiteros suele coincidir con la que defiende ese medio.  



Siguiendo con los medios de comunicación y las redes sociales, no hace falta estudiar Periodismo para darse cuentas que "indagando" y haciendo público lo que aparece en las Redes Sociales, Twitter, los medios consiguen llenar programación con menos personal, lo que ayuda a mitigar la gran cantidad de despidos de trabajadores de dichos medios. Menos información, menos investigación, más efectismo. En realidad, se trata de hacer pasar por fiable algo que carece de toda fiabilidad. Las personas que escriben en las redes sociales no tiene que saber nada de los asuntos de los que tratan. De hecho, cuando uno domina un asunto y ven lo que escriben algunos de los tuiteros más seguidos te dan ganas de arrancarte la piel a tiras. 



Escuchaba en la radio a Alfonso Rojo, un tipo que me parece un estómago agradecido, capaz de aparecer en cualquier medio, hablando sobre lo que sea, sin tener ni idea en muchos casos de los que dice. Cuando andaba en estas disquisiciones me acordé de aquel momento en que llamó a Ada Colau "gordita" para defender su punto de vista sobre el asunto de los desahucios. En mi modesta opinión, con esta argumentación Rojo demostró su falta de capacidad. Sin embargo, lo que me llamó la atención fue lo que ocurrió después. Alguien puso en marcha una campaña tildando a Alfonso Rojo de machista por haber dicho eso. De nuevo los modernillos haciendo de las suyas: ante una imbecilidad, otra aún mayor (de nuevo la estulticia). Vamos a ver, personas de poco seso, si queremos igualdad, yo sí, debemos considerar que debaten personas con argumentos, más o menos elaborados. Si alguien llama gordita a otra persona demuestra su cortedad. Ni más ni menos. En realidad los machistas son los de la campaña, que piensan que a una mujer no se le puede decir nada por el mero hecho de ser mujer, tratando a las mujeres poco menos que de seres indefensos y de escasa inteligencia. Machismo, queridos imbéciles, es cuando alguien dice a una mujer que, por ser mujer, no puede hacer lo que fuere. Para saber si algo es machismo basta con aplicar en sentido inverso lo que se dice. En otras palabras, si yo le dijera a un hombre que por ser hombre no puede hacer cualquier cosa sería una majadería. ¡Ah, espera! Que eso ocurre de manera continua, con los estereotipos de género que defienden algunos de estos personajillos del feminismo. 



Siento frustración cuando escucho o leo a gente de derechas y progres que todo lo importante de la Historia gira en lo ocurrido desde la II República hasta aquí. No siento frustración porque la gente hable desde la rabia o el desconocimiento. Lo que me molesta es que Franco se salió con la suya: quería gente inculta, incapaz de articular una respuesta intelectualmente coherente contra él y contra lo que había de venir después de él y lo consiguió. 

jueves, 23 de junio de 2016

GENTE DEL TRABAJO

Como ya estoy a punto de cogerme unas más que merecidas vacaciones, voy a dedicar mi tiempo a describir los diferentes tipos de personas que nos encontramos en el curre. Esas personas con las que convives un montón de horas y que en algún caso no elegirías ni como suegra malvada. 
Tal vez el lector piense que exagere; pues no. Baste un dato para aclarar ese punto: los diferentes trastornos que aparecen en el DSM V (el manual de desordenes mentales más usado) pudieron ser perfilados tras un trabajo de campo de menos de un año en mi empresa. 
No estoy diciendo que en mi lugar de trabajo haya un tipo con un embudo en la cabeza que se cree Napoleón. En mi curre sólo hay una compañera con un sombrero horrible, según ella regalo personal de la reina Isabel II de Inglaterra, tras compartir un día en las carreras de Ascot. Todos sabemos que no dice la verdad, porque ese día a ella le tocó trabajar y no pudo estar en Ascot. Pero es una tía maja. Si que es posible que tenga cierta relación con la Familia Real Británica, porque le da a los gintónics igual, o mejor, que lo hacía la Reina Madre.
Todos tenemos ubicado a uno, e incluso dos, compañeros que pertenecen al servicio de información. Informan a todo el mundo de lo que hace todo el mundo, olvídándose, vete tú a sabe por qué, aportar información sobre ellos mismos. La cosa funciona de la siguiente manera:
- ¡Hola, Menganito! ¿Has visto a Mari Puri? Viene vestida como una buscona. Con esas lorzas y ese vestido ajustado parece cualquier cosa relacionada con el mundo vacuno.
O, esa otra que dice:
- ¡Zutanito! ¿Te has fijado en Carlos José del Último Responso? No trabaja una mierda. Todo el día hablando y tomando cafés. ¡Pedazo de vago!
Lo divertido ocurre un cuarto de hora después cuando la misma persona dice:
- ¡Carlos José del Último Responso! ¿Te cuento lo que ha pasado? Ha venido Zutanito hace un rato y venga hablar, venga hablar... No me ha dejado trabajar. Encima se dedica a poner verde a los compañeros. Que si tú tomas cafés. Que si Menganito critica a Mari Puri...
¡Qué les voy a contar que no sepan!
En mi empresa, como en todas, existe un tipo intermedio entre el cotilla y el indolente (vago de tres pares de cojones para los amigos): el ingeniero. El ingeniero, o ingeniera, es un fulano, o fulana, cuyo cometido laboral no es otro que supervisar la labor ajena. Eso sí, demostrando un montón de iniciativa en ese aspecto, pues cuando firmó su contrato, hace ya muchos años, esa atribución no figuraba entre sus obligaciones. El ingeniero puede presentarse en cualquier momento, en cualquier situación, utilizando cualquier medio de transporte imaginable, para dar su docta opinión sobre un asunto que no le incumbe en absoluto. Dicha opinión se caracteriza por ser una crítica constructiva, si lo que desea el criticado es suicidarse y no lo tiene aún decidido del todo. También se les denomina los masturbadores, pues su especialidad es ver la paja en el ojo ajeno. Esa facilidad, diría que innata, para detectar cuestiones a mejorar desaparece cuando se trata de su ejercicio laboral. Por lo general los problemas propios, si por una rara casualidad existieran, suelen estar generados por los demás.
- María del Salitre, el satélite que has diseñado mide 3 metros de largo y la cápsula espacial sólo tiene espacio para alojar un artefacto de 2,5 metros. Te lo dijimos antes de comenzar el proyecto.
- Pues habrá sido el metro de medir satélites que me habéis dado. Seguro que lo habéis comprado en los chinos. La próxima vez me dais material de calidad para hacer mi trabajo. ¡Tanto recorte y tanta hostia!
O también se dan casos como el siguiente:
- Pedro Alberto de la Estepa, te dije que me pasases ese documento y me lo mandases por correo electrónico. Aún no lo he recibido.
- Perdona, jefe, pero es que he estado ayudando a Luis Carlos del Polvorón, con su investigación sobre la pandemía de ladillas guineanas.
- ¡A ver, Pedro Alberto de la Estepa! Luis Carlos es un epidemiólogo de fama mundial y tú eres auxiliar administrativo. ¿A qué cojones le estabas ayudando?
- ¿Qué a qué le estaba ayudando? ¡Pregúntale, pregúntale! Lo estaba haciendo todo de pena, si no es por mí...
En el otro extremo encontramos al sujeto sumiso, que dice sí a todo. Suelen ser buenas personas, muy buenas personas. Recuerdo aún una escena de la que fui testigo hace varios años:
- ¡Peláez, tengo que pedirle un favor!
- Usted dirá, querido jefe.
- Mi mujer se niega a practicar sexo anal y yo tengo cada vez más necesidad de ello. No quiero engañar a mi señora con una prostituta y por eso he pensado: ¿le importaría, Peláez, si practicamos sexo anal?
- ¿Con vaselina?
- Sí, por supuesto. Compre usted la que desee.
- Gracias por permitirme esa libertad, querido jefe.
Reconozco que esta última situación me la he inventado; la vaselina la puso el jefe.
Abandonemos esta desagradable situación para centrarnos en otro tipo de ser humano que nos podemos encontrar en el trabajo: el flower power. El flower power es un tipo, o tipa, que parece haberse fumado ya un par de lirios a las ocho de la mañana. Avanza por la vida con una sonrisa perenne y nada parece afectarle de manera negativa. Le da igual que le comuniquen que debe hacer trescientas horas extras en una semana o que le van a bajar el sueldo un 15%, todo tiene su aspecto positivo.
- ¿Tengo que hacer trescientas horas extras esta semana?  Mejor, así no utilizo transporte para ir a casa y contribuyo a que mi huella de carbono disminuya.
- ¿Me bajan el sueldo? ¡Qué buen karma! Así consumo menos y pongo mi granito de arena para acabar con esta sociedad materialista.
Lo único que afecta sobremanera a este tipo de trabajadores es no encontrar su rooibos. Una persona amable se puede convertir en la versión amplificada de Jack el Destripador. Existen dos pociones básica en la historia de la humanidad: la poción mágica de los galos de Astérix y el rooibos de los compañeros flower power. Se han dado casos de trabajadores flower power capaces de destrozar una empresa de acero por no encontrar su rooibos sabor vainilla caucásica.
No se me puede olvidar un último tipo fundamental en cualquier empresa: el compañero yo. El compañero yo es un tipo que parece tener un problema serio de lenguaje, pues en todas las oraciones sólo utiliza los verbos conjungados en primera persona del singular. En lo relativo al uso del pronombre personal si se observa cierta variedad. A veces utiliza la forma yo, otras mí, precedido de la preposición a, y, en alguna ocasión, hace uso del sujeto elíptico, ahorrándose decir yo.
Si tiene alguna duda a la hora de discriminar a un compañero de esta tipología basta hacer la siguiente prueba:
Cuando se acerque el sujeto, o la sujeta, (siempre en primera persona del singular) pruebe a decir: "Aquí hay algún gilipollas". Si su respuesta comienza por el pronombre yo, no lo dude, ha encontrado lo que buscaba.
Seguramente el lector se pregunte en cuál de todos los tipos descritos me encuadraría yo. Tal vez tenga algo de todos, aunque pienso que a mi resulta más fácil clasificarme dentro de los que escriben chorradas en un blog, mientras los demás trabajan.

lunes, 20 de junio de 2016

DEBERES E INQUISICIÓN

A través de la manipulación, 
las élites dominadoras
 intentan conformar progresivamente
 las masas a sus objetivos.

Paulo Freire
Pedagogo


Escuchaba, hace unos días, un fragmento del programa de Pepa Bueno, que sirvió para indignarme sobremanera. Tras presentar un artículo donde se defendía que sobraban trabajadores en la administración (una de las obsesiones de la presentadora, los funcionarios), la presentadora hacía un recorrido por los programas electorales de los partidos políticos para... (redoble de tambores y trompetería varía) ver como enfocaban los diferentes partidos el tema de los deberes escolares. Lo gracioso del asunto es que Podemos Unidos y el P.S.O.E. tratan el tema. Lo que proponen los de Pablo Iglesias es de un inconcreción total, pero lo del partido de Pedro Sánchez resulta de traca. Los deberes, según los del puño y la rosa, generan desigualdades. El razonamiento tiene su cosa. Según los sesudos ideólogos del partido que ni es socialista ni es obrero hay padres que no pueden, debido a su nivel cultural, ayudar a sus hijos a realizar los deberes, lo que genera aún más desigualdad social. 
Salvando casos aislados de docentes, que los hay, uno piensa que los deberes, sean buenos o malos, no consisten en que los padres hagan a sus hijos lo que no saben hacer, por no haber sido explicado en el colegio. Más bien, los deberes son una generalización de lo aprendido en el aula. No sólo eso, los deberes pueden, y deben, servir para comprobar si los alumnos han conseguido adquirir ciertos contenidos trabajados en el aula. En otras palabras deben convertirse en otro indicador de evaluación, en este caso continua. Pues no, el partido derechista que fundó Pablo Iglesias decide llevar a su terreno, la estupidez vacua, el tema. 
Antes de seguir me gustaría aclarar algo: no soy ni ferviente defensor ni contrario a los deberes. No pasa nada por realizar trabajo fuera del aula, en casa, pero tampoco resulta necesario que todos los días lleven tarea para casa. 
Sigamos con el programa de la melodramática y derechista (aunque ella piense lo contrario) Pepa Bueno. 
Para tratar "en profundidad" recurre a un "experto", que lo primero que dice es...(más redoble de tambores y trompetería) que los niños se tiran entre dos y tres horas haciendo deberes. No dudo que algún docente pueda excederse, pero uno, que se gana la vida con la docencia, y que es padre, ve como los niños salen todos los días por la tarde a realizar actividades extraescolares y/o al parque, cuando hace bueno. ¿De dónde cojones saca ese fulano esa estupidez? ¿Por qué la desinformadora recurre a un tipo que desconoce los datos esenciales del tema que trata? (A esta pregunta última puedo contestar que para justificar la estupidez del programa electoral del partido de su jefe, el P.S.O.E.).
Por cierto, el fulano, que dice ser experto en el asunto, no se plantea algo tan básico como. ¿se le pueden poner deberes a un adolescente de 4º de la E.S.O.? ¿A partir de qué edad un niño debe empezar a aplicar algo que ya apareció en la L.O.G.S.E., que el resto de leyes educativas ha potenciado, y que la UNESCO considera fundamental: aprender a aprender (que implica indagar y construir sus conocimientos, o parte de ellos, por su cuenta)? O, otro asunto que no resulta nada baladí: ¿cómo cumplir, en especial a partir de determinados cursos, con los mínimos que prescriben las administraciones si parte de la tarea (la más mecánica cuando los niños son más pequeños) no se realiza fuera del aula?
Sí, el experto habló de otros países y de lo bien que funciona todo sin deberes, que según él resulta algo muy típico de los países latinos. Es posible, aunque como sus fuentes en este aspecto sean tan fiables como las que tiene sobre lo que ocurre en su país...
El tipo, que pretendía ilustrar a los oyentes sobre lo pérfido de los deberes, siguió disertando y, ¡oh, casualidad!, resulta que defendía el mismo argumento sobre la desigualdad que provocaban los deberes que el partido P.S.O.E. ¡Acabáramos! ¡Y yo me lo quería perder! Sí, querido lector, los deberes suponen un fomento de la desigualdad social porque los padres no pueden ayudar a sus hijos. Fue en este momento donde pensé: ¡Vaya panda de gilipollas! Con perdón. Veamos por qué pensé de esta manera.
En primer lugar los deberes, se supone, que ayudan a consolidar lo aprendido en clase. Es posible que, en algún caso, el alumno tenga problemas para resolverlos de manera correcta, para eso se corrigen en clase y se pueden preguntar las dudas que se tengan.
De igual manera puede ocurrir que algún docente se extralimite y no cumpla bien su función. Bien porque no ejercer de manera adecuada su faceta de enseñante, bien porque la cantidad de trabajo que mande a los alumnos resulte excesiva. Si este fuera el caso siempre se puede hablar con el maestro. En caso de no resultar efectiva dicha conversación se deberá hacer con el equipo directivo. De no tener éxito este cauce se puede recurrir a la Inspección Educativa e incluso a escalafones superiores de la administración. Pero esa estupidez de prohibir, muy de gente modernilla, sobra. Resulta curioso que en vez de perfeccionar lo existente, pulir lo que funciona, se busque prohibir. Resulta igualmente curioso que todos estos progres sólo busquen crear leyes, en general restrictivas, para regular asuntos sobre los que no tienen ni repajolera idea. En el fondo no se diferencia en nada de sus antecesores nacionalcatólicos en este aspecto. La respuesta a todos los problemas, reales o inventados, se basa en prohibir.
Por otra parte, la absurda idea de que los deberes fomentan las desigualdades, ¿de dónde la han sacado? Como dije en el párrafo anterior, la función de los padres no es enseñar a los niños contenidos académicos. Si es función de los padres controlar que sus hijos hagan los deberes, estudien y cumplan con sus obligaciones, pero, ¡ojo!, no deben supervisar que lo hagan de manera correcta, aunque puntualmente puede ocurrir, esa función recae en el docente. Cuando yo llevo a mi hijo a entrenar, yo no me ocupo de que lo haga bien o mal, para eso está el entrenador. Mi cometido es que esté a la hora, con la ropa adecuada y recogerle a la hora establecida. El entrenador me puede decir que ha mejorado, que se ha peleado o cualquier otra circunstancia que considere oportuna, pero yo no debo supervisar el entrenamiento de mi peque. Así de sencillo.
Respecto a las desigualdades me gustaría denunciar el uso, y abuso, que los progres hacen de este término para justificar todo lo que les viene en gana. Las desigualdades están ahí, y el sistema educativo, al menos en teoría, existe para difuminarlas. Sin embargo, las desigualdades nacen de cuestiones como las reformas laborales (la de Rajoy y la anterior del miembro del PSOE, ZPpero), de la modificación de artículos de la Constitución como el 135, por el que el pago de la deuda resulta prioritario, de los recortes en Eduación, llevados a cabo también por administraciones gobernadas por el PSOE... Tal vez si estos tipos viesen el día a día de la docencia y observasen como, en algunos casos, esas familias "discriminadas" transmiten unos valores a sus hijos en los que la Educación no resulta importante. Tal vez si estos tipos viesen como los servicios sociales hacen poco o nada, porque están atados de pies y manos, para que estos chavales aprovechen su paso por el sistema educativo. Tal vez si estos tipos se ocupasen de que todos los alumnos fuesen iguales, de exigir a todas las familias que pongan el máximo empeño en que sus vástagos aprovechen su paso por el sistema educativo, sólo tal vez, las diferencias sociales se reducirían. Queda muy bien hablar desde una poltrona o desde un sillón universitario de desigualdades, sin querer conocer las diferentes perspectivas de los problemas.
Resulta tremendo que personas, desde el desconocimiento más absoluto de la realidad, y con una moral inquisitorial, sean los portavoces de una forma de pensar, encaminada a hacer olvidar a las personas los problemas reales: las desigualdades sociales que, en el fondo, amparan, fruto de un desigual reparto de la riqueza. Eso sí, el ánimo nacionalcatólico se encuentra presente en su ADN, por mucho que intenten esconderlo bajo una pretendida defensa del débil.
No se dejen manipular. Si tienen un problema con un docente agoten todas las posibilidades y todas la vías que tiene para modificar lo que considera erróneo, pero no se dejen manipular por datos absurdos y manipulados. Y, sobre todo, no eleven a categoría anécdotas.
Un saludo.

P.D.: Paulo Freire fue un pedagogo brasileño, que llevo a cabo un programa de alfabetización de adultos ncreible. Su empeño y buena labor se vieron truncadas por los militares que llegaron al poder tras un golpe militar.


domingo, 12 de junio de 2016

SISTEMA OPERATIVO ELECCIONES 26-J

Ya está aquí el nuevo sistema operativo Elecciones 26-J, con un montón de nuevas sorpresas para todos los usuarios, la gran mayoría de españoles (exceptuando un número importante de españoles residentes en el extranjero)
La nueva versión del sistema operativo Elecciones 26-J sustituye a la anterior Elecciones 20-D, ya obsoleta. Aunque la antigua versión incluía novedades como la nueva Política, imputados fuera de las listas y la maravillosa app Regeneración Total, en estos meses se ha podido comprobar que Elecciones 20-D no ha dado los resultados esperados. Aunque en un principio generó altas expectativas, sólo se han podido beneficiar de ella una minoría de españoles, en concreto 350 diputados y 208 senadores, que han visto como su calidad de vida se ha incrementado, o mantenido, con la utilización de Elecciones 20-D.
Tras diferentes intentos por hacer funcionar Elecciones 20-D, mediante la implementación de cuadros de diálogo más efectivos, se comprobó que los diversos implicados en su desarrollo no compartían un objetivo común, por lo que puso en marcha el sistema operativo Elecciones 26-J.
Elecciones 26-J utiliza, por el momento, un software libre, que permite al usuario elegir las posibilidades  que más se adaptan a sus requerimientos. La experiencia dice que el usuario utilizan, fundamentalmente, cuatro opciones del conjunto total, con la excepción de ciertos territorios en las que también tienen aceptación programas desarrollados por técnicos locales.
A continuación pasamos a desarrollar alguna de las aplicaciones que podrá encontrar el usuario en Elecciones 26-J.

  • Podrá disponer de la posibilidad debates a cuatro; donde encontrará por primera vez la opción Premium presidente del Gobierno. Se ha prescindido de la opción Debate a dos, por resultar ineficaz para una gran mayoría de los usuarios. A cambio se ha introducido la posibilidad Debate a cuatro de mujeres, con la opción Machista 6.9 para todos aquellos que opten por la opción Inés Arrimadas tía buena.
  • Se ha introducido la posibilidad de usar Yo soy socialdemócrata, como respuesta a todas las acusaciones de radicalismo. La aplicación se puede utilizar para asociarse a Marx o para desligarse del comunismo. Como se puede comprobar la versatilidad de la misma resulta impresionante, fruto del trabajo denodado de los desarrolladores. Se adjunta con la versión Garzón, para aquellos que la anterior opción se les quede corta.
  • Elecciones 26-J incluye una app muy útil para localizar diferencias, reales o ficticias, con todo aquel que no comparte tus colores. Además de localizarlas, dicha aplicación incidirá en lo nefasto de las citadas diferencias ajenas. 
  • Se mantiene, aunque mejorada, la app Voto de anciano con monja o pepero. Dicha opción se encuentra especialmente indicada para personas de edad avanzada que tengan dificultades para realizar de manera autónoma las actividades de la vida diaria, pero tenga un fuerte deseo de ejercer su derecho al voto.
  • La nueva aplicación El voto menguante, con la que tanto se identifican los usuarios que han descargado el programa Puño y Rosa, puede resultar, a priori, insuficiente para todos aquellos que opten por esta opción, pero, con el paso del tiempo, comprobarán que se ajusta a sus posibilidades. 
  • Otra de las novedades de Elecciones 26-J es la aplicación Viajes al Caribe. Con ella se pueden visitar cárceles, parlamentos o hacerse fotografías en aeropuertos de países socialistas caribeños que no figuren en el mapa de aliados.
  • Se refuerza, con una interfaz más atractiva, la oferta de fe. Para ello se ha incrementando las posibilidades de Promesas Electorales. A simple vista se puede comprobar como Elecciones 26-J aporta soluciones nuevas, que apelan a la fe, para solucionar todos aquellos problemas derivados de Elecciones 20-D y sistemas operativos anteriores. Las posibilidades van desde Bajadas de impuestos 3.0 a Ahora debemos cumplir con los requerimientos de Europa, pero pensando en lo social, sin olvidar la opción Contrato único. Hemos obviado en esta versión la posibilidad Virgen del Rocío, pues hemos podido comprobar que no ha proporcionado a nuestros usuarios el resultado deseado a priori. 
  • No olvidamos un clásico de Elecciones 20-D y anteriores sistema operativos: Iglesia Católica. El icono azul, o naranja si el usuario así lo determina, nos introduce en esta eterna aplicación. Debido al éxito de anteriores ediciones se conservan las características básicas de dicha app: asistente de instalación con botón derecho, búsqueda de coincidencias casuales con su opciones preferidas,etc.
  • Elecciones 26-J no se olvida de desarrollar opciones educativas. Nuestra apuesta se centra en la Mitología, a través de la aplicación: Ley Educativa de consenso y estable. Hemos tenido en cuenta una vieja reivindicación de padres y, sobre todo, de los docentes. 
  • Siguiendo con lo relativo a Educación, no hemos olvidado una sección dedicada a los pequeños, con uno de las cuestiones que más les gustan. los trabalenguas. Lejos de los aburridos tres tristes tigres, nuestros especialistas han desarrollado trabalenguas como: "España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles" o "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde". 
  • Encontrarán en Elecciones 26-J un catálogo estilo nórdico, donde aparecerán las preferencias de tantos y tantos descantados con los antiguos parches del sistema. Este catálogo se podrá encontrar en la izquierda, algo centrado en la última actualización, de sus pantallas.
  • También podrá encontrar en nuestro nuevo sistema operativo el icono Amigos para siempre, donde podrá hacer amistades nuevas o reconducir viejas rencillas, hasta conseguir limar esas asperezas e ir de la mano en la aventura que supone Elecciones 26-J. En el tutorial que encontrará en esta aplicación podrá ver el ejemplo de Pedro y Susana, reñidos durante mucho tiempo y ahora casi inseparables. 
  • La opción Viajes también cuenta con la posibilidad Grecia. En dicha opción podrá elegir entre ir a abrazar a refugiados un rato o entrevistarse con presidentes que incumplen sus promesas. Además, esta opción se complementa con la posibilidad de exponer la experiencia en un  formato televisivo de gran audiencia. 
  • No hemos olvidado la Música en Elecciones 26-J. Desde los tradicionales himnos, hasta las más modernas versiones de los viejos clásicos, con ritmo bailonguero incluido. Esta última opción sólo se podrá encontrar en la versión actual de Elecciones 26-J. 
  • En el nuevo sistema operativo podrá encontrar la opción Pactos,  opción que no será funcional hasta el 27 de junio. El usuario no deberá preocuparse por un posible sobrecoste, pues dicha app se incluye en el precio inicial de Elecciones 26-J.
Nuestro sistema operativo tiene muchas más sorpresas que irá descubriendo a medida que se adentre en el maravilloso mundo de Elecciones 26-J. 

miércoles, 8 de junio de 2016

VIAJAR PARA...

Mi alma se encuentra donde
yo me encuentre;
pero siempre robará a los sillares,
a las montañas o a los mares
 donde me encuentre 
un trocito de su esencia.

Juan F. Martín

Me encuentro planificando el verano para poder viajar lo máximo posible, por supuesto al menor coste. Nada nuevo bajo el sol. En el fondo, se trata de visitas pendientes, pospuestas por asuntos personales, más una posible, y muy atractiva, escapada de última hora, a un lugar que hace bastante tiempo quería visitar y que auna dos de las cosas que me encantan: Naturaleza y Arte, más en concreto un tipo de arte que me apasiona. Espero que al final se pueda concretar.
Aunque pudiera parecer lo contrario, el objetivo de esta entrada no pretende ser exponer mis idas y venidas este verano o las de cualquier otro. Considero que se trata de una cuestión personal, que poco o nada aporta al lector. Sin embargo, si me gustaría hablar sobre la forma de vivir esas idas y venidas y sobre el turismo de cantidad (denominación personal y particular de un fenómeno que explicaré un poco más adelante).
Imagino que, como todo hijo de vecino, tengo mis manías, malas y mejores, que me pueden llevar a ser el mejor compañero de viaje o el más insoportable. Depende del estado de ánimo en ese momento, de lo que busque en cada visita y, tal vez lo más importante, de la compañía. Pero, de nuevo, para desarrollar esta entrada tampoco creo importante profundizar más en este aspecto. Basta con mostrarme como soy: una persona con momentos mejores y peores, con sus virtudes y sus fallos. En resumidas cuentas, un tipo de lo más corriente. 
Sea como fuere mi personalidad, mi momento y mi contexto existe una cuestión que me parece fundamental cuando viajo y que a otra gente no parece atraer en exceso: la calma para empaparse de lo que nos rodea. Así escrito suena un poco, bastante, pedante, pero seguro que tras una explicación el lector comprenderá que lo que defiendo dista bastante de lo vacuo y el postureo.
Existe una cultura entre una buena parte del personal basada en estar en los sitios; en coleccionar entradas, fotografías, nombres... No se trata de contar impresiones (positivas o negativas) sobre los lugares o las personas que has conocido. El ideal parecer consistir en largar sobre la gran cantidad de lugares visitados. Lugares visitados, que no conocidos, con gran celeridad, con el fin de dejar tiempo para pasear por otros sitios, con una celeridad similar o mayor, si el tiempo se echa encima. 
Creo que lo que mejor resume esta forma de viajar es la típica imagen en la que alguien te muestra fotografías de un viaje, en el que ha visitado siete ciudades en una semana. Perdone el lector el símil, pero me recuerda a ese pescador que se fotografía con un pez de dimensiones mayúsculas, luciéndolo como trofeo. Las fotografías de tantísimos sitios suponen el trofeo de quien sólo quiere dejar constancia de haber visitado tal o cual sitio. 
No me entienda mal el lector, no defiendo que se viaje a un lugar y se quede uno anclado a ese sitio. Nada más lejos de mi intención. Más bien pretendo defender la idea de viajar a los lugares para poder llegar a pasear por ellos, no para correr a través de ellos. Cosas tan sencillas como tener tiempo para tomar un café, una cerveza o un refresco en ese bar o en esa terraza vista hace un par de días y que tan bonitas vistas tiene o aprovechar un día para pasear por una ciudad, un pueblo, visitando todo lo visitable, sin prisas; perdiéndose incluso. Si yo tuviese que contar lugares que recuerdo seguro que le hablaría a mi interlocutor de una cueva son pinturas rupestres a la que llegamos por casualidad, de un domingo por la mañana visitando una catedral, de una iglesia francesa descubierta por casualidad, de una puesta de Sol en Tánger o de un amanecer en una localidad gallega. Todo ello no  planificado y fruto del dejarse llevar, de la improvisación y, por qué no decirlo, de la suerte.
Sin embargo, en contraposición existe el turismo de cantidad, que no es otra cosa que viajar para ver la mayor cantidad de cosas, sin enterarte muy bien de nada. Uno tiene la impresión de que se trata de un reflejo de una sociedad en la que existe, al menos entre ciertas personas, la falsa certeza de que cuanto más acumulas más importante eres. Cuanto más dinero, cuanto más tecnología, cuantos más lugares visitados... mejor, o más, eres.
Considero, tal vez de manera errónea, que la rapidez, acaparar estampas, que no vivencias, encerradas en fotos, que no se hacen para recordar, sino para mostrarlas a todo aquel que se acerque, indica una falta de capacidad para disfrutar de los momentos. Pero, además, indica algo más: la necesidad imperiosa de construir el mundo a través de los ojos, si muestran expresión de admiración mejor, de los demás. 
Voy a contar algo personal. Hace años adquirí una costumbre: buscarme excusas para volver a sitios que me gustan. Tengo pendiente volver a varios lugares y siempre alego la misma razón: no tuve tiempo de ver todo lo que quería (a veces porque no puse el interés necesario). Siempre está bien buscarse una excusa para volver a un sitio donde se ha disfrutado, porque se ha tenido tiempo de imbuirse en él. 
Es posible que este verano coincidamos en una vía de servicio, en un tren, en un avión o en cualquier lugar, lejos de nuestras casas. Si es así, tomémonos un tiempo y...
Un saludo.

lunes, 6 de junio de 2016

ES LA ECONOMÍA, ¡IDIOTA!

Nada más aventurado que intentar poner remedio a un problema sin realizar, de manera previa, un análisis del mismo, que nos permita comprenderlo, en la medida de lo posible. Por desgracia, esta manera de actuar se encuentra demasiado generalizada, teniendo, a veces, consecuencias desagradables en nuestras vidas, tanto en el plano individual como en el colectivo. Tal vez nada mejor para ilustrarlo que una reflexión sobre un aspecto preocupante que está ocurriendo en nuestra sociedad, acompañado de vivencias personales.
Hace algo más de un mes, en la primera vuelta de las elecciones para nombrar al presidente de Austria, el candidato de la extrema derecha ganó con más del 35% de los votos. Los siguientes partidos por número de votos fueron dos formaciones que nada tenían que ver con los partidos "tradicionales".

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/24/actualidad/1461450132_987767.html

Como el lector recordará, en la segunda vuelta el candidato que obtuvo la segunda posición en dicha votación se hizo con la victoria en dichas elecciones, por un escaso, muy escaso, número de votos. Como el lector sabrá, saltaron todas las alarmas por la gran cantidad de sufragios obtenidos por el candidato de la extrema derecha. Desde los partidos tradicionales, pasando por los nuevos partidos socialdemócratas, hasta la izquierda más extrema alertaron del auge de dicha ideología en Europa. Aunque con alguna inexactitud, como en el caso de Austria (pero por muy poco), este mapa ilustra el auge de este tipo de partidos.




Las respuestas convencionales, las que encontramos en los medios de comunicación al uso, hacen hincapié en el auge de los populismos, como si los ciudadanos europeos se hubiesen levantado una mañana y hubiesen decidido cargarse a los partidos tradicionales. Pero la cosa va mucho más allá. Considero que la respuesta puede encontrarse en las propias elecciones de Austria. Estos comicios sirven para nombrar al Presidente, pero, en poco tiempo, se efectuarán otras para elegir al Canciller, cargo mucho más decisivo en la vida política del país centroeuropeo. Imaginemos las papeletas dan el triunfo al candidato del partido que se ha alzado con la victoria hace diez o doce días. La pregunta entonces sería la siguiente: ¿dicho candidato conseguirá que mejore el nivel de vida de los electores que han depositado su confianza en el partido de extrema derecha para que abandonen esta opción? En otras palabras: ¿logrará que desaparezcan, o se minimicen, los problemas económicos, sociales...de una parte de los votantes de la extrema derecha? Esas deben ser las preguntas. Debemos cuestionarnos qué hacer para que las ideologías nacionalistas, xenófobas y racistas no sigan avanzando. Po, para ello, debemos analizar como hemos llegado hasta aquí.
Cuando cayó el muro de Berlín parecía claro quien había ganado: el sistema capitalista. he escrito, de maenra intencionada, sistema capitalista, y no democracias liberales, el triunfador, fue el capitalismo, como lo demuestra la situación de países como China. Un sistema capitalista  que había tenido frente a él a un presunto sistema comunista, que, junto con las disposiciones ideadas por  Roosevelt durante la Segunda Guerra Mundial, aceptadas a regañadientes por Churchill, fomentaron la mejora del nivel de vida del ciudadano medio en los países afines a EE.UU. A esta mejora contribuyeron los partidos socialdemócratas, fundamentales para apuntalar el sistema. Su misión, introducir mejoras, grandes o pequeñas, en la vida de los ciudadanos, así como fomentar ciertas libertades que, por su carácter conservador, los partidos rivales no podían ofrecer. Se trataba de detener a los partidos comunistas, aportando medidas que no desmantelasen el sistema, pero que contribuyesen a la mejora de las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos.
Tras el triunfo de las ideas neoliberales y, en especial, tras la crisis iniciada en 2007, fruto de la avaricia de una minoría, la pérdida de derechos (incluyendo entre ellos la pérdida de calidad de vida) no puede ser parada por los partidos socialdemócratas. Es más, dichos partidos contribuyen a esa pérdida de derechos como ocurrió en España con ZP o en Francia, a fecha de hoy, con el Partido Socialista de Francia y su reforma laboral. De esta guisa surgen los conocidos como movimientos conocidos como populistas, tanto de extrema derecha como socialdemócratas a la antigua usanza (el programa de Podemos, resulta muy similar al que llevaba el PSOE en 1982, eso sí, adaptado a nuestra "mentalidad"). En todo caso, el auge de este tipo de organizaciones políticas ocurren porque no se ha sabido, o querido, dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos.
Sin embargo, uno está convencido de que ni en un caso ni en otro suponen la respuesta a un problema bastante más profundo. Ni la estrategia de grupos neonazis como Hogar Social, similar a la de Amanecer Dorado y otros grupos neonazis europeos, ni la socialdemocracia de Podemos o Syriza suponen la solución a los problema reales.
Uno considera que los neonazis se descalifican por sí solos. Su mayor "mérito" es volcar en  los diferentes la culpa de las desigualdades sociales, haciendo percibir a sus votantes que el problema no es el desigual reparto de la riqueza, sino que la riqueza que el rico desea repartir se la quita un tipo venido de fuera. Resulta muy fácil echar la culpa de algo al indefenso, no proponiendo soluciones reales.
Sin embargo, alguien puede pensar que la solución puede encontrarse en la socialdemocracia de Podemos, o de Syriza, estos ya han demostrado ellos solos que no, o en alguno de los partidos socialistas tradicionales. Nada más alejado de la realidad. Veamos por qué.
Cuando se hurga en la procedencia del voto obtenido por la extrema derecha se comprueba que en un alto porcentaje proviene de trabajadores, con o sin trabajo. No resulta infrecuente escuchar a los "analistas", muy progres ellos, tildar a dichos votantes de carentes de formación y, poco más o menos, de mentecatos irresponsables. Y ahí está el problema. En esas élites de universitarios que no han pegado palo al agua en su vida, que no saben nada de la vida de aquellos a los que dicen, y se empeñan, en representar. Los que han perdido la perspectiva no son los trabajadores, como mucho han perdido la fe, los que desconocen lo que ocurre en muchos hogares, la desesperación, la frustración, son ellos, los universitarios que dicen sentirse a su lado, y que nunca se han levantado a las cinco de la mañana para currar un montón de horas por cuatro duros o que nunca han estado un año o dos en paro. En esos sindicatos de clase, que han dejado de ser sindicatos y se han convertido en una clase que medra a costa de los trabajadores, sin importarles una higa los trabajadores.
El mejor reflejo de ello lo encontramos en aquellos movimientos ad hoc de estos partidos socialdemócratas o neoliberales que se llaman socialistas. Los movimientos feministas, animalistas, ecologistas... no suponen más que un parche, o un negocio para mucha gente, con la finalidad de lavar conciencias.
Como ejemplo podemos hablar de esa conciencia ecológica, no me refiero a asociaciones como Greenpeace o WWF, de una parte de la población, urbanita ella, que sólo ha visto a un animal en fotos. Con su visión guay de la Naturaleza, que desconocen, por ejemplo, que la caza legal es una forma de controlar poblaciones y de generar dinero no sólo a los dueños de los cotos. Tal vez si supiesen que Nelson Mandela o ecologistas de verdad, como Miguel Delibes eran cazadores cambiarían su forma de pensar. Podrían preocuparse un poquito más sobre la "vida" que llevan esos animales que comen y sobre cómo es su final. Voy a contar algo que puede escandalizar al lector, pero que es la realidad. Sin estar a favor de que le claven banderillas al toro o que le maten en una corrida, debe pensar el lector que un toro de tres o cuatro años ha vivido en el campo a sus anchas durante ese período. Un ternero que nosotros nos comemos ha vivido durante diez meses, habitualmente moviéndose lo menos posible, para que engorde y dar el mayor dinero posible al ganadero. ¿Qué es más cruel? Pero eso no parece importar al ecologista/animalista urbanita.
El caso de los transgénicos puede resultar otro ejemplo de esta "lucha" de los urbanitas contra los poderes fácticos. Parece que los transgénicos no resultan nocivos para la salud. Lo cual resulta lógico si pensamos que llevamos fabricando transgénicos desde hace milenios: desde que domesticamos a los animales o elegimos el mejor grano para la cosecha.

http://elpais.com/elpais/2016/05/17/ciencia/1463506219_758061.html

Por otra parte, el dinero que se mueve en torno a los movimientos feministas, no confundir este tipo de movimientos con la defensa de las mujeres maltratadas (a cuya defensa no se destina de ni un 0,5% del dinero gastado para la "mejora" de las condiciones de las mujeres) resulta obsceno. Miles y miles de personas, sin oficio ni beneficio, viviendo del cuento. Transmitiendo una imagen distorsionada de la realidad para poder medrar. Se necesita mucha menos gente buscando esa pretendida igualdad y más gente gestionando esos recursos para que mujeres, hombres y niños vivan mejor. ¿A nadie le produce rubor pensar que, tras miles de millones gastados, según estos tipos, y tipas, no se han producido grandes avances en su misión en los últimos años? El problema es que la publicidad institucional de campañas vergonzosas sobre pretendida desigualdad da mucho dinero a medios de comunicación, publicistas, asociaciones...
Tal vez bastaría leer algo como esto para darse cuenta del negocio.

http://prensarepublicana.com/la-violencia-no-genero-agustin-laje-2/

Con todas estas monsergas, más alguna como los nacionalismos, se ha entretenido, y lucrado, la supuesta socialdemocracia durante todos estos años, mientras el trabajador de a pie veía como descendían sus derechos. El trabajador, sin voz en los medios, y ninguneado por su "falta de capacidad para interpretar la realidad", primero se ha frustrado y, poco después, ha buscado remedio a sus males, intentando de paso castigar a esa clase parásita, que no disimula su connivencia con el poder.
Éste es el origen del problema: una ofensiva neoliberal, que no ha encontrado una respuesta. Las condiciones han cambiado y lo que existía, tanto en el aspecto ideológico como organizacional,  para oponerse a dicha ofensiva resulta ineficaz. En el siglo XIX marxismo y anarquismo constituyeron una respuesta contra la rapiña moral y económica de las élites. En la actualidad, el análisis marxista, e incluso aspectos del anarquista, de la situación siguen siendo válidos; sin embargo, el fracaso en la puesta en práctica de las ideas de unos y otros (en mayor medida las del Marx, que derivaron en dictaduras de una élite), impiden dar una respuesta organizada y efectiva a la realidad que estamos viviendo. Todo se reduce a un problema de reparto de riqueza. Incluidos aspectos como el ecologismo, donde el beneficio rápido no quiere
Es posible que la respuesta al neoliberalismo ya exista, al menos en el plano teórico, o es posible que no, pero lo que resulta evidente es que la socialdemocracia, y todas su variables, no suponen una respuesta a los excesos que sufren los trabajadores.
En el fondo, todos los procesos de cambios han sido largos y traumáticos. De la sociedad esclavista se pasó a la feudal. De la feudal el salto se hizo, de manera progresiva, a la capitalista. Uno intuye que estamos en un proceso de cambio hacia otro sistema, pero dicho cambio será largo y, lo más probable, es que no lleguemos a verlo en toda su extensión.
Un saludo.

viernes, 3 de junio de 2016

AQUÍ ANDAMOS

Eso de la paz interior suena muy bien. Cierta gente la busca a través de diversas técnicas, muchas de ellas, en teoría, de tradición milenaria, pasando una buena parte de su vida en ese proceso. Resulta curioso que ese estado, transitorio, supongo, se puede alcanzar cuando empiezas a integrar toda la información que recibes de fuera, en especial la positiva, con un cierto estado de tranquilidad interior. Cada día me encuentro más convencido de que existe todo un negocio montado en torno a un ideal, inalcanzable, el del bienestar personal permanente. La receta mágica no existe.


Me parecen muy pedantes esas personas que manifiestan que creen, o no creen, en el amor. El amor llega, cuando sea, y se disfruta, si es correspondido, y se disfruta y sufre, cuando la persona amada no siente lo mismo. Sobre los sentimientos no existen creencias, sólo se disfrutan o se sufren, porque, a diferencia de los hechos racionales, los sentimientos, en especial los más extremos, basan su esencia en la irracionalidad.


Escucho las noticias por las mañana y unos minutos después me pongo a escuchar una canción que me apasiona. Tardo poco en darme cuenta que ese mundo truculento, concentrado en las soflamas de una locutora de radio, supone un intento de amedrentar al oyente. En el mundo existen hechos desagradables y personas abyectas, pero suponen una minoría. La imagen de la realidad que intentan vendernos desde los medios dista bastante de lo que día a día vivimos. Propongo al lector que, cuando se harte de la realidad de los noticiarios, escuche una canción, pasee, contemple una paisaje, hable con sus seres queridos... No está de más recordar que nuestra en realidad no sólo se encuentra la miseria y el dolor que, casi con total certeza, ha existido o existirá en nuestras vidas, pero, mientras tanto impregnémonos de aquello que nos hace felices.


Existen una serie de clichés para vivir, que parecen venir determinados en el manual de la hipocresía. Hace tiempo decidí abandonar esa estúpida pose, al menos ante las personas de mi círculo íntimo. Esa falsa apariencia de bondad, bienestar y vida plana me parece aburrida, digna de personas aburridas. Una de las cuestiones que tengo claras es que ese tipo de personajes no sólo son aburridas y previsibles, también pueden llegar a constituir un peligro, pues igual que se pliegan a lo establecido por quedar bien, te pueden dar una puñalada por la espalda por seguir los dictados de la mayoría o, por interés propio. En el fondo, una persona que oculta lo que es no merece mucha confianza.


Hay que reconocerlo, una de las cosas más divertidas de esta vida es ver pasar los cadáveres, en sentido metafórico, de aquellas personas que en su momento causaron daño. A veces la sonrisa no la provoca un buen chiste.


Alcanzar el equilibrio no consiste en situarse de manera equidistante ante los acontecimientos de nuestra vida, o ante ideas o actos. Empiezo a intuir que alcanzar el equilibrio consiste en tener unas convicciones producto de la reflexión propia, utilizarlas para vivir, sin alardear de ellas, y poco más. No se trata de salvar al mundo con ideales hueros y ajenos. El objetivo es sentir, una vez más, lo que se piensa. Las máscaras sólo resultan útiles en Carnaval y para atracar bancos.


Cuanto más lo pienso más convencido estoy: existen personas que no saben sentir su propia vida. Bueno, sería más acertado decir que no poseen la capacidad de desgarrarse por dentro o de explotar de alegría. He conocido personas así. Lo que en un principio me pareció un código de comportamiento muy enrollado, resultó ser una nada interior de grueso calibre. Resulta plausible suponer que la adopción de ciertos códigos de comportamiento estandarizados se debe a esa incapacidad de sentir en profundidad, o en una gran capacidad para esconder la miseria interior que siente, o es, esa persona.


La muerte no resulta el final. El final comienza cuando en vida alguien se deja mecer en espera del fin.

miércoles, 1 de junio de 2016

UN MARCIANO, NIÑOS Y UNA REALIDAD

"Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años
 fue a decir no cuando es no".
Gabriel García Márquez


Hoy quiero hacer una entrada algo diferente. Para ello lo primero que el lector va a tener que hacer es ver un vídeo de animación, corto y divertido. 


 A mí me encantó, y más cuando vi en él protagonista a alguno de mis alumnos. 
Como ciertos seguidores de este blog saben, me dedicó a la docencia, más en concreto a la educación especial, aunque trabaje en un centro "ordinario". Como el lector recordará, desde mediados de los años ochenta del siglo pasado, de modo experimental, y de manera generalizada con la implementación de la  L.O.G.S.E. (una ley mucho mejor de lo que la derecha cree, y algo peor de lo que los progres defienden),  a principios de los noventa, una parte significativa de los alumnos con necesidades educativas especiales están escolarizados en centros ordinarios.
En los centros existen, básicamente, dos tipos de alumnos que pueden llegar a las aulas de maestros como yo:

  • Alumnos con necesidades educativas especiales derivadas de una discapacidad, por lo general de tipo intelectual.
  • Alumnos con necesidades específicas educativas derivadas de causas como el escaso conocimientos del idioma, pertenencia a minorías...
Sin embargo, existe en determinados casos, algo que comparten ambos tipos de alumnos: actuar como el protagonista del vídeo. Sí, existen niños que abordan así las diferentes tareas de aprendizaje. Antes de analizar con detenimiento el vídeo, me gustaría precisar qué tipo de pequeños son los que presentan estos patrones de actuación. Se trata de niños y/o adolescentes con repetidas experiencias de fracaso educativo, por tanto con una baja expectativa hacia la adquisición de nuevos aprendizajes. 
En general esta baja expectativa puede ser generada por:
  • Una mala práctica docente.
  • Pocas expectativas de la familia sobre la capacidad del alumno.
  • Una mezcla de ambas.
No voy a entrar a detallar los dos primeros puntos, pues no creo que haga falta, y mucho menos el tercero, por motivos obvios. Por tanto, sin enrollarme más, paso a contar lo que llevo viendo en mis aulas desde hace bastante años.
Si el lector recuerda el niño empieza experimentando, pero no obtiene los resultados esperados. En ese momento inicial el experto permanece impasible y el aprendiz busca, mediante ensayo-error, como llevar a cabo su trabajo. No hace falta ser muy avispado para comprender que una experiencia repetida de fracasos lleva al individuo a la frustración, que en el vídeo aparece reflejada de manera extraordinaria cuando el extraterrestre empieza a tocar botones al azar de manera compulsiva. No espera, o tal vez sí´de manera milagrosa, solucionar el problema, sólo desea expresar su frustración por el fracaso de sus intentos anteriores.
No hace falta decir que es en el primer momento cuando los docentes, y los padres, debemos apoyar a nuestros alumnos, enseñándoles a abordar con éxito las tareas encomendadas. Enseñar procedimientos (el enseñar a hacer, no tanto aprender conceptos) resulta fundamental en estos primeros momentos. A esto se ha de añadir el hecho de no incidir en los fracasos, y menos delante del peque, presentándolo como algo inherente al niño. Este tipo de práctica, relativamente común e inconsciente por parte de algunos padres y de algunos docentes, ayudan a minar el sentimiento de autoeficacia del alumno.
El cortometraje sigue con ese momento en que el alocado marciano se da cuenta de que mirando el manual puede conseguir lo que desea. En realidad, una vez minada la moral del pequeño, la capacidad de autoaprendizaje suele desaparecer, salvo excepciones. Debe ser un profesional quien, con mayor o menor fortuna, aborde el asunto, mediante el uso de estrategias como alabar, incluso de manera exagerada, los pequeños éxitos del alumno, lo que se conseguirá mediante la resolución de pequeños pasos de actividades, o de actividades muy cortas que permitan que el alumno las consiga concluir de manera satisfactoria. Obviando, o minimizando, al menos en un principio, los errores. Lavando la cara del niño frente a sus compañeros, ensalzando lo bien que está trabajando ahora.... 
Lo curioso del asunto es que mejorar el rendimiento, de manera inicial, resulta bastante sencillo. Pero, pero, pero también ocurre lo que se ve en la película de Pixar: ante los primeros éxitos el alumno se suele relajar, considerando que es capaz de hacerlo, lo que supone un subidón de autoestima y, en cierta manera, un estar a gusto consigo mismo. Parece que no hace falta que se demuestre más. Tal vez, es una hipótesis, todo venga determinado por algo tan sencillo como la poca costumbre que estos alumnos tienen de que se les demande un esfuerzo sostenido. Para que nos entendamos, sería absurdo pedir a alguien que no corre que terminase una maratón. 
Además, el lector recordará que cuando el protagonista consigue dominar los mandos y empieza a atraer de manera correcta al niño a la nave surgen una serie de obstáculos. En realidad, esos obstáculos existen durante el proceso en el que el niño empieza a cambiar el chip. Son obstáculos generados por los hábitos creados a base de una historia de fracasos. Hábitos que dificultan que el niño aprenda. Hábitos que son una respuesta, tal vez, para protegerse de otro fracaso si intenta abordar en serio la actividad. Si no lo intenta en serio, no fracasará. 
No tengo soluciones mágicas al asunto. Cuando pensaba sobre esta entrada recordaba que sólo ha habido una ocasión en la que he tenido un control bastante grande sobre buena parte del proceso educativo de este tipo de alumnos, aunque no llegue a tenerlo por completo. Creo que la cosa no salió del todo mal, aunque no fue perfecta, ni mucho menos. 
Sea como fuere, lo triste es que estos niños deambulan por el sistema educativo, perdiendo su tiempo y sus posibilidades de crecer. 
Un saludo.