domingo, 13 de mayo de 2012

NO HAY MAL QUE CIEN AÑOS DURE (I)

No resulta difícil, en líneas generales, describir la realidad; basta con tener ganas, escuchar aquí y allá, incluso a tipos que hacen de la imbecilidad su bandera y su forma de estar sobre este planeta, y pasar todo ello por el tamiz de la lógica propia, en ocasiones tan desacertada como la de los tipos mencionados anteriormente, pero, en todo caso, intentando mantener una constante de pensamiento y coherencia, a diferencia de los fulanos citados en líneas precedentes, que parecieran componer una patulea incansable, siempre genuflexos al servicio del gran amo. 
Más arriesgado resulta realizar pronósticos, aunque mucha gente vive de ellos, desde pretendidos videntes, hasta políticos, pasando por supuestos economistas de prestigio y pseudoperiodistas. Uno, que se apunta a todas las modas, no desea ser menos y considera que si personajes tan endebles intelectualmente como Losantos, Herrera o Wert no dudan en ponerlo en práctica, el que suscribe no está menos capacitado para hacerlo.


Pero, evidentemente, uno no se gana la vida con este arte de la adivinación, por lo que el tema a tratar debe resultar interesante para uno mismo y tener cabida en este blog, matando así dos pájaros de un tiro. Tras mucho cavilar, un par de minutos el otro día por la tarde, me decidí a abordar el futuro que nos espera a los ciudadanos de este país, España, tras las medidas de estos personajes que gobiernan el Reino de España (¿ no hay gente más capaz en este país que esta panda de improvisadores, todos marcados por una cierta limitación intelectual que se manifiesta plenamente a la hora de interpretar la realidad?) en unos años. Ahí va mi vaticinio, seguramente errado, pero con algo hay que llenar el blog.
Estos tipos, que mintieron como unos bellacos para llegar el poder, están dedicando sus primeros meses en el poder para desbaratar una serie de derechos adquiridos por los ciudadanos españoles durante decenios, con la excusa de... Bueno, porque les sales de los cojones u ovarios, no se me ofenda nadie por olvidarme del femenino. Evidentemente, además del coro de mamporreros mediáticos (entre los que podemos encontrar a falangistas de insulto fácil y disculpa aún más rápida, monárquicos de meninges bañadas en naftalina, católicos de rancio abolengo y perdón desconocido y conversos a la fe fascista/liberal tras sus paso por grupúsculos marxistas, estancia obligada de paso para muchos niños bien, que debían hacer el paripé durante el franquismo o el inicial posfranquismo, buscando justificar con esta pena autoinfligida su calidad de vida, pasada, presente y futura, que la del común de los mortales), todos ellos muy críticos con las subvenciones, excepto cuando permiten que los medios que les pagan sobrevivan, entonces recibir dinero público para que suelten su colección de incoherencias, insultos y estupideces varias no sólo no viola las más elementales normas del mercado y el pudor, si no que se convierte en el engranaje necesario para defender la ¿libertad de expresión? y la democracia, nuestros ¿gobernantes? necesitan algo más para justificar su estulticia moral y su ineficacia gestora. La solución la encontraron no en lejanas montañas ni en fes ajenas al catolicismo. No señor. Basta con echar la vista atrás y recordar el pasado reciente. Tipos como un tal Francisco Franco Bahamonde o un tal Augusto Pinochet, éste más lejano en el espacio, que no en el tiempo, ni en el ideario neoliberal, suponen la inspiración fundamental de personajes que desconocen el significado de la palabra democracia (poder o gobierno del pueblo) y todo lo fían a curiosos arcanos que han de aprobar o desaprobar nuestra forma de vida. Obviamente, cuando utilizo el término personajes no existe duda alguna posible sobre a quienes me refiero: toda esta horda de políticos neoliberales, del Gobierno del Reino de España para abajo, algún alcalde de pedanía incluido.


Como bien dije al principio de la entrada, no tengo intención alguna de destripar el presente, ni mucho menos el pasado, pues la finalidad de estas líneas es vaticinar lo que ha de venir, sin ánimo de precisión temporal alguna (no voy a proponer fecha alguna, porque lo más probable es que yerre y no considero  honesto completar entradas con cuestiones que no creo ni yo en ellas). Las medidas que estos fulanos, que, repito, nada de lo que hacen tiene que ver con lo expuesto en su campaña electoral, adoptan con la excusa de la crisis abarcan todos los ámbitos posibles de la libertad del individuo (esa que tanto defienden y que tan poco respetan). Desde los derechos laborales y económicos, hasta los más básicos de comunicación y difusión de ideas, `pasando por el derecho a la salud de ciertos colectivos, son blanco de las iras, dudo si calificarlas de totalitarias o fascistoides, de unos tipos que en nombre de Europa, los mercados y, en algún caso, España, están reduciendo a los ciudadanos, a los que dicen defender y representar, a potenciales vagos, maleantes, malos trabajadores, despilfarradores y demás calificativos asociados a lo más abyecto que se puede encontrar en el diccionario.
No vamos a entrar en el porqué de esta dinámica, ya lo hicimos en alguna entrada anterior, pero sí en el ritmo en que estos fulanos están implementando las medidas, lo cual servirá para que mi previsión tenga una cierta base, o eso creo yo.
Las medidas económicas, recortes de derechos, vienen acompañadas de una criminalización de todo aquel movimiento contrario a los intereses de este Gobierno y de sus amigos o, simplemente, de la descalificación de ciertos colectivos a modo de distracción para el, permítanme el término, populacho (ejemplos claros los encontramos en la campaña contra los funcionarios, los inmigrantes más desfavorecidos...). No hablamos sólo de la represión policial (que hasta los incidentes de Valencia les había funcionado bastante bien). Cuestiones como la "intervención" (palabra que se ha puesto de moda en todo lo referido a España,como hemos comprobado en Argentina y Bolivia) de las CC.AA., si no cumplen con lo acordado o la descalificación inmisericorde de los sindicatos por parte de la patulea intelectual que constituyen la guardia de corps del Gobierno o la ya citada de la identificación de ciertos colectivos con todos los males del país, son un síntoma más de que todo vale con tal de acatar sumisamente los designios de estos gachós, que pretenden arreglar España, obviando a la mayoría de los españoles, o, al menos, sus necesidades. Que estas medidas hayan tenido que salir tan pronto a escena me lleva a pensar que, a medio plazo, estos fulanos tienen la partida perdida. ¿En que me baso? Tal vez en una estupidez, pero creo lo siguiente: nadie echa un órdago jugando al mus a principio de la partida, a no ser que tenga cartas ganadoras, y estos tipos no parecen tener cartas ganadoras, pues ya han reconocido que el paro de 2015 no será menor al de 2011 y, por si esto fuera poco, el sistema bancario español está hecho unos zorros y va a necesitar, al menos así lo vaticinan ciertos organismos económicos internacionales, de esos que no suelen acertar, un buen frete de arriba a abajo, a pesar de la medidas tomadas hasta este momento por el señor Intervenciones y quiebras inminentes.



Alguien podrá alegar, con razón, que poco fundamento es éste para realizar una predicción con visos de credibilidad. Dejaremos para la entrada de mañana esas razones, o como se deban llamar, que me guían a pensar que tras unos años malos, malísimos seguramente, en cuanto a recortes de libertades, existirá un viraje hacia lugares más cálidos y humanos.
A modo de anticipo dejo aquí este artículo de Vincenç Navarro que servirá para ilustrar lo que deseo exponer en la segunda parte de esta reflexión.

http://www.vnavarro.org/?p=7090#more-7090

Dejo un segundo enlace que no tiene desperdicio. Piedra, un seguidor de este blog, me envío un enlace donde se describe el currículum vitae de alguno de los columnistas, calumniadores en algún caso, de la ese panfleto que responde al nombre de La Razón. Si el lector recuerda, hace unos días su portada en papel era un intento de desprestigiar a los líderes del Sindicato de Estudiantes. Resulta curioso que estos plumillas, que tienen mucho que callar, se dediquen a vilipendiar al personal. Este es el país que nos ha tocado vivir: los hijos de papá y/o perros fieles de su amo pillan cacho y encima, en vez de intentar no armar mucho ruido para que no nos demos cuenta de su mediocridad, se dedican a descalificar, mintiendo, a otras personas que han conseguido lo que ellos no conseguirán en su vida: ser reconocidos por sus propios méritos.

http://elblogdemoedetriana.blogspot.com.es/2012/05/curriculums-de-trabajadores-de-la-razon.html

Un saludo.

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