El Gobierno de este país, encabezado por Mariano Rajoy Brey, parece que dar por perdido el 80% de los 45.000 millones destinados a "sanear" la banca patria. Resulta sorprendente que con la "calidad" de los expertos (expertos de auditoras externos, de la Comisión Europa, del FMI, del Gobierno, de las propias cajas y bancos) que diseñaron el rescate a la banca nadie se diera cuenta de que ese dinero servía para arrojarlo a un agujero sin fondo. Por cierto, ese dinero es nuestro, pues debemos incluirlo en la deuda pública y, además, ha salido, en mayor o menor medida, de nuestros bolsillos. Resulta trágico que un estamento como la banca privada, que no cumple con su función: proporcionar crédito, siga siendo protegida, a capa y espada, por parte de unos tipos que son capaces de privar de lo más elemental a millones de ciudadanos.
El jefe de la Iglesia Católica , Francisco, ha defendido el derecho a ser gay y católico. De igual manera ha hablado de funcionarios del poder eclesial (él los denominó príncipes de la Iglesia) y de la corrupción existente en la institución que el encabeza. Parece que no es necesario leerse el libro sagrado para abordar los problemas existentes en la Tierra. Resulta suficiente con mirar fuera de los muros palatinos para comprobar que la realidad, el sufrimiento y la avaricia sin fin se asemejan muchísimo al diablo que los ultramontanos católicos dicen castigará a todo aquel que ose denunciar estos asuntos. Por cierto, que opinará el funcionario eclesial Rouco y su troupe de personajes sin oficio conocido de que su jefe defienda la separación de iglesia y estado.
Por segundo año consecutivo se destina una partida presupuestaria "especial", no contemplada inicialmente en los presupuestos, para completar las "necesidades" económicas del Ministerio de Defensa (si al menos nos defendiera contra los especuladores). En este caso la partida aprobada está dotada de casi 900 millones de euros (el presupuesto de Defensa no llega a los 6.000 millones de euros). Podemos consolarnos pensando que el año anterior se aprobó otra partida extraordinaria, a mediados de año, de unos 1.600 millones de euros. No está mal para un país que machaca a sus científicos, al personal sanitario, a sus docentes y a una infinidad más de servidores públicos. Por otra parte, queda patente que la industria armamentística vive de las subvenciones públicas, ellos lo llaman contratos, y que nuestros gobiernos anteponen la compra de armas al bienestar ciudadano.
Miembros del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) reclaman veinticinco millones de euros más para no tener que cerrar antes de que acabe el año. A los tipos que se les llena la boca con palabras como excelencia, valor añadido, nuevo modelo... parece que no les entra en la cabeza que en un mundo altamente tecnificado la investigación, la creación de patentes y la investigación aplicada a la mejora de la calidad de vida de los seres humanos supone riqueza, desde el punto de vista que se mire. Uno, que se ha levantado de aquella manera, siente que una parte de la casta gobernante y sus personas aledañas entiende a los científicos españoles, pues ellos han tenido que investigar también como conseguir medrar a costa de los ciudadanos. El problema radica en que muchos de estos parásitos una vez conseguido sus objetivo, sólo se han dedicado a lucir palmito y vivir como Dios. Mientras, nuestros científicos deben seguir investigando cómo y dónde llevar a cabo su trabajo y, en algunos casos, cómo llegar a fin de mes.
Parece que Mariano Rajoy Brey va a soltar mañana una charla en el Senado sobre lo que le salga de ahí. Anticipo que no voy a seguir la rajada del gallego, pues no me cabe duda de que las declaraciones del encarcelado Bárcenas, realizadas para hacer daño, no se apartan de la realidad en exceso. Mi tiempo no merece perderse viendo, sin vomitar, a un fulano que no siente ningún respeto por mí.
Una vez publicadas las cifras de personas sin empleo de la Encuesta de Población Activa (EPA) que tan alentadoras parecen resultar, según algunos ministros, secretarios y demás voceros populares, ha llegado el análisis frío por parte de otros técnicos del asunto. Parece que, una vez eliminada la contratación estacional y la gente que se ha largado del país, por no encontrar trabajo, las cifras reflejan todo lo contrario de lo que nos pretenden vender: el número global de personas trabajando en España apenas ha aumentado, los contratos temporales son la gran mayoría, y sin efectos correctores como la emigraciones de españoles y personas que vivían en España la EPA hubiese sido mala de solemnidad. El mundo de las cifras, de las macrocifras, se basa en la mentira, pero no son las cifras las que mienten, de eso se encargan los políticos y los economistas.
Presumiblemente hoy se haga pública la sentencia contra Bradley Manning, acusado de traición a la patria. Tras la publicación de los papeles de WikiLeaks o el caso más reciente de la filtración de lso documentos por parte de Edward Snowden, uno tiene la impresión de que una parte del dinero gastado en nuestra seguridad, en servicios secretos, se destinan a que una panda de personas, que dicen velar por nosotros, tengan asegurado su sustento a cambio de jugar a espías. También me resulta chocante que quienes vulneran los derechos fundamentales de los ciudadanos se vayan de rositas (llegándose a hablar de ponerlos en peligro, debido a las filtraciones), mientras los que denuncian esas tropelías son juzgados, perseguidos y acosados sin desfallecimiento.
Para concluir haremos referencia al tonto de la semana. La alcaldesa de Telde, del Partido Popular, propone cerrar una biblioteca, gestionada por una empresa pública municipal, con un sesudo argumento que se puede resumir así: "la biblioteca no da dinero". Sin embargo la política da dinero y permite que cualquier incapaz llegue a vivir de ella de manera más que holgada.
http://www.teldenoticias.com/index.php?tags=Telde+Noticias+Politica&pag=view_new&nid=8327
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