jueves, 15 de marzo de 2012

UN NEGOCIO LUCRATIVO Y SANGUINARIO

En esta época que nos ha tocado vivir, ni mejor ni peor que otras, parece claro que los balances económicos son el motor que mueven el mundo. Tanto da como se consiga el dinero, mientras éste fluya con abundancia en las cuentas anuales de empresas y gestores. 
En este conglomerado de negocios, más o menos éticos, uno de los grandes, al menos según la cuenta de beneficios, se centra en la venta de armas, legal o ilegal, según los casos. Aunque he buscado el lugar que ocupa la venta de armas entre los diferentes negocios, no he encontrado una respuesta única; aunque todas la fuentes consultadas posicionan tal actividad entre las cinco más lucrativas. Sin embargo, lo que si puedo atestiguar es que los resultados de este tipo de negocios en el 2010 fueron muy parecidos a los del 2009, con un ligero descenso de un 1%, propiciado, según algún experto, por el final de la Guerra Irak. Sin embargo, a pesar de lo que pudiera parecer, el incremento de los resultados de las empresas armamentísticas desde el inicio de la crisis es notable. En 2008 el dinero obtenido de la venta de armas creció en un 10% y en 2009 en un 4%, por lo que podemos considerar a la venta legal de armamento como un negocio que no sufre la crisis.


Evidentemente éste se trata sólo de una parte del negocio. Nadie desconoce que en todo tipo de conflictos, sorteando muchas veces presuntos embargos, existen proveedores, vamos a llamarnos no oficiales, que nutren a todo tipo de ejércitos: regulares, irregulares, mediopensionistas... El dato exacto de dinero que genera tal mercadeo es imposible de conocer, por basarse en una actividad no reconocida oficialmente, pero resulta evidente que nos enfrentamos ante uno de las actividades más lucrativas del mundo. Al menos para los que las venden, no tanto para los que sufren las consecuencias de dichos artefactos. 
Sobre lo que si poseemos datos incuestionables es sobre los resultados empresariales del 2010 de industrias del sector. Si alguien tiene curiosidad sobre el asunto puede pinchar en este enlace y obtendrá datos al respecto:


Resulta evidente que empresas que obtienen tan notables ingresos con este negocio no van a desear que éste desaparezca, ¡faltaría más!, pues les permite vivir muy bien a los gestores, a los accionistas y ¡por si ésto fuera poco, da trabajo! Ya sabe el lector, la cantinela de siempre: a cambio de crear puestos de trabajo todo está permitido. Aunque estos puestos de trabajo generen muerte, mutilaciones, refugiados...
Por tanto, los primeros interesados en que nada cambie los podemos encontrar en los despachos de las grandes empresas del sector que nos ocupa. De hecho, alguien tan poco sospechoso políticamente de revolucionario como el ex presidente de EE.UU., Eisenhower, antiguo general del ejército de su país, en su discurso de despedida como Presidente del Gobierno del país norte previno sobre el poder del lobby armamentístico y sus consecuencias.


Parece que los intereses creados de la industria armamentística no consiste sólo en que unos paranoicos se empeñen en crear bulos para llenar su tiempo. Alguien tan conocedor del asunto, como militar de alto rango y como máximo dirigente del país que más invierte en armas, no tiene ningún problema en avisar sobre el asunto.
No resulta muy difícil constatar que mientras determinados intereses privados imperen, no existirá un especial interés por acabar con los conflictos. Más bien al contrario: resulta preferible acabar con el personal a perder pasta. Tal vez aquello tan manido de que en un país en conflicto, explícito o latente, la vida de una persona vale tanto como valga un Kalashnikov, sea algo más que un dicho. La vida de las personas importa menos que los beneficios, legales o ilegales, obtenidos de la venta de armas. De igual modo no es difícil constatar que los principales países exportadores de armas coinciden con los países miembros del G 8, con la aportación de otros países como Bélgica y España. Sí, nuestros gobiernos, a pesar de la Alianza de Civilizaciones de José Luis Rodríguez Zapatero, el artista conocido anteriormente como Z.P., es uno de los principales exportadores mundiales de armas, llegando a ser el sexto del mundo Durante los últimos diez años nuestro país ha aumentado año a año, a veces de manera escandalosa, el dinero que ha obtenido con la venta de armas a otros países.

http://www.grupotortuga.com/Espana-vende-oficialmente-cuatro

Incluso en el año 2010, en plena crisis, la industria armamentística de nuestro país sigue haciendo su agosto.

http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/3721067/02/12/Espana-dobla-la-venta-de-armamento-al-exterior-en-plena-crisis-economica.html

Rascando un poco en la superficie veremos que los productores y vendedores de armas necesitan ayuda económica para producir y, en el caso de la venta ilegal, sanear el dinero obtenido.
En el caso del blanqueo del dinero obtenido por la venta fraudulenta de armas, si es que alguna venta pueda considerarse no fraudulenta, resulta bien conocido por parte de los lectores el proceso. El dinero se destina a cuentas en paraísos fiscales, donde hombres de paja, actúan de testaferro, siendo reintroducido ese dinero bien a través de cuentas en Luxemburgo, Suiza y algún otro país o bien directamente a través del sector inmobiliario, del arte, casinos, etc. Si ha lugar, algún día trataremos el tema.


Menos conocido es la participación de bancos en el accionariado de empresas legales de armas, algunas de ellas consideradas como productoras de armas controvertidas (minas antipersonas, bombas de racimo, armas químicas, nucleares...). Como no podía ser menos, la banca española forma parte del accionariado de dichas empresas. Efectivamente, los mismos bancos que no conceden créditos al consumo ni a la pequeña empresa y necesitan dinero público, forma parte del accionariado de las industrias que fabrican armas poco recomendables, si es que existen armas recomendables. En este documento se especifican las inversiones de los bancos y cajas, las industrias y el armamento que fabrican.

http://www.bancalimpia.com/pdf/negocios-sucios.pdf 

Como se puede observar, nuestros banqueros no desdeñan ningún negocio, abarcando todo tipo de opciones: comprar deudas de países como Portugal, invertir en armas o fomentar burbujas inmobiliarias. Un lujo de profesionalidad al servicio del cliente. Pero el tema no es la banca nacional, aunque me haya desviado ocasionalmente hacia tal asunto y no deseo aburrir al amable lector.
Como bien dice el vídeo que figura más arriba, la existencia de una poderosísima industria armamentística necesita mantenerse, más bien acumular ganancias, y dichas ganancias sólo se puede conseguir mediante la venta de sus, llamemos, productos. Parece obvio que para que sus cuentas de resultados sigan siendo viables se convierte en necesario que en determinados lugares de este mundo existan conflictos bélicos, que necesiten el armamento que fabrican. Igualmente evidente resulta que la nacionalización de todas estas industrias sería un primer paso para acabar con la lacra de la guerra, aunque no el único, pues los intereses geoestratégicos, incluidos los comerciales, de las grandes potencias suelen generar una buena parte de las guerras que sobre este planeta existen. Pero por algún sitio habrá que comenzar y quitar el aspecto lucrativo al comercio de armas, al menos al oficial, puede ser un buen punto de partida.
Un saludo.

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