Lo reconozco, siempre me han causado respeto los fenómenos paranormales. Intento disimularlo con mi coraza de hombre científico y escéptico, pero, en el fondo, estas cosas de los espíritus y las cosas inexplicables me acojonan un poco. Incluso, a veces, me producen dolor de cabeza, como cuando se produce el famoso efecto de la dilatación del tiempo. ¿No lo conocen? Sí, cuando salen a tomarse una cerveza y vuelven enseguida, pero aparecen al día siguiente, de día y al levantarse tienen un dolor en la cabeza que todo les molesta. A día de hoy nadie ha sido capaz de explicar ese extraño fenómeno que se repite una y otra vez sin causa aparente.
Aunque si tuviese que elegir un fenómeno paranormal sería uno que está en desuso, pero que me apasiona: la aparición de la Virgen a pastores. Es típico que en tal o cual lugar se celebra que la Virgen se haya aparecido a algún pastor. Estaba Tasio con sus ovejas y sus mastines por un prado perdido de la mano de Dios y, de repente, alguien le llama con voz dulce: "¡Tasio!". Y Tasio acojonado: "Que no, que no es lo que parece lo que estaba haciendo con la oveja. Todo tiene una explicación". Y la voz: "¡Tasio. Soy yo, la Virgen!". Y Tasio. "Pues podías haberte aparecido antes de empezar con la oveja y". La voz le interrumpe: "¡Qué no, so bestia! Soy la Virgen de...!". "Usted perdone. Es que aquí sólo uno se embrutece. ¿Qué se le ofrece de este su humilde siervo?" La Virgen: "Tienes que construir aquí una ermita, que llevará mi nombre". Tasio: "Pues va a ser que no. Esto es terreno rústico y están los del SEPRONA últimamente muy tiquismiquis con esto de construir sin licencia. No tengo yo bastante con aliviarme con la raza ovina como para que encima me la líe el SEPRONA". Y este fue el comienzo de la perdida de una tradición secular: la aparición de la Virgen a pastores.
Otro aspecto que me fascina es el de las posesiones diabólicas. Niños que juran, vomitan y escupen, girando la cabeza 180ª, por estar dentro de ellos un ser satánico. ¡Fascinante! Pero debo decir que no me impresiona. Yo aún recuerdo a mi hijo cuando había papilla de pescado: escupía todo, poniendo las paredes echas un cristo; no le entendíamos lo que decía, pero seguramente juraba en hebreo y cuando le acercabas la cuchara era capaz de hacer movimientos, para alejarse de ella, que ni un contorsionistas del Circo del Sol. Lo de mi hijo y sus problemas con las papillas de pescado no lo solucionaba ni el padre Karras.
Vale, sí, seguro que me dicen que los políticos tienen algún tipo de posesión, porque algo les debe poseer para olvidarse de las promesas electorales tras ganar unos comicios. En este caso también se trata de un fenómeno paranormal, pero no la posesión. Se trata del conocido fenómeno de abdución de votos, que lleva aparejado una pérdida de memoria inmediatamente anterior a la noche electoral.
¿Y quién no ha hecho alguna sesión de espiritismo con la ouija? Yo una vez lo hice y, la verdad, funciona de aquella manera.
Unos colega dijo esa frase que sirve tanto para bañarse en pelotas por primera vez como para conquistar un imperio: ¡No hay cojones! Seguido de: a hacer espiritismo con una ouija. Por supuesto los hubo y, en un principio, funcionó. Nos contestaron cagando leches, que eso parecía whatsapp. Un espíritu de un anciano que pasaba por allí, estaba aburrido y se puso a darnos palique. Nos habló de lo mal que se hacen las obras en el Más Allá, de que antes se vivía mejor, etc. Mi amigo Félix, aburrido de la conversación, le preguntó si podía llamar a su abuelo para hablar un poco con él. Y, tras escribir el nombre, los apellidos y la fecha de defunción con la ouija, el espíritu le dijo que no era posible hablar con su abuelo, porque se había ido a un balneario con los viajes del IMSERSO y no volvería hasta dentro de cuatro días.
Por cierto, ¿alguien ha hecho espiritismo a través de una ouija con un disléxico? Tiene que ser algo como esto: en vez de: ¿Estás ahí? ,ecribir: ¿Setas hay? o en vez de: ¿vienes en son de paz?, escribir: ¿nieves nos des Paz? Y el espíritu flipando en colorines; que no sabe si le están tomando el pelo, si se han comido las setas y eran alucinógenas o si se han sacado el título de ouija en la Universidad Juan Carlos I.
Otra de las cosas que también entran dentro de los fenómenos paranormales es eso de leer el pensamiento. ¿Saben a qué me refiero? Eso, telepatía. Me han leído el pensamiento.
Yo también tengo telepatía. Voy a contar un hecho que lo demuestra. Hace tiempo iba con una pareja que tuve y se detuvo frente a un escaparate. Debo decir que ella nunca tuvo telepatía. Lo que sí tiene es una muy marcada antipatía hacia mí, y aún no entiendo por qué. Pero no nos distraigamos más y sigo con el relato. Mi expareja se quedó mirando un escaparate de una tienda de ropa y me preguntó si me gustaba un vestido azul que se encontraba en él. Yo, dije que sí. Aunque en realidad pensaba que me gustaba más sin ropa. Seguimos andando y a la vuelta se plantó, de nuevo, frente al escaparate, mirando el vestido y volvió a insistir en lo bonito que le parecía. Pero esta vez me recordó que en una semana sería su cumpleaños. Ahí no tuve duda y la leí la mente. Mi respuesta fue clara. Lo recuerdo, cariño. Había pensado comprarte el FIFA16. Supe que la había leído el pensamiento porque vi como la cambiaba la cara. No sólo eso, desde ese día la noté cambiada y empecé a pensar que ese distanciamiento que notaba en ella se debía a que la asustaba mi capacidad telépata, porque podría leer aquello que pensaba sin que ella me lo dijera. Yo achaco a este don de la telepatía y la envidia que sentía por ello que a día de hoy sienta esa antipatía por mí.
Y qué decir de las psicofonías. Esos sonidos de ultratumba, de época lejanas, que nos recuerdan hechos y seres de otra época que vienen a asustarte, cuando no a atormentarte: las canciones de Hombres G; las rimas de Mecano (No hay marcha en Nueva York y los jamones son de York), El toro enamorado de la luna en su versión del Fary... Lo dicho, para asustarse de verdad.
Creo que voy a dejar de escribir sobre el asunto porque me han llamado unos amigos para salir un ratito y tomar una cerveza. Espero no sufrir un extraño fenómeno paranormal que dilate el tiempo y haga que vuelva a casa a altas horas de la madrugada y con más de una cerveza.
Otro aspecto que me fascina es el de las posesiones diabólicas. Niños que juran, vomitan y escupen, girando la cabeza 180ª, por estar dentro de ellos un ser satánico. ¡Fascinante! Pero debo decir que no me impresiona. Yo aún recuerdo a mi hijo cuando había papilla de pescado: escupía todo, poniendo las paredes echas un cristo; no le entendíamos lo que decía, pero seguramente juraba en hebreo y cuando le acercabas la cuchara era capaz de hacer movimientos, para alejarse de ella, que ni un contorsionistas del Circo del Sol. Lo de mi hijo y sus problemas con las papillas de pescado no lo solucionaba ni el padre Karras.
Vale, sí, seguro que me dicen que los políticos tienen algún tipo de posesión, porque algo les debe poseer para olvidarse de las promesas electorales tras ganar unos comicios. En este caso también se trata de un fenómeno paranormal, pero no la posesión. Se trata del conocido fenómeno de abdución de votos, que lleva aparejado una pérdida de memoria inmediatamente anterior a la noche electoral.
¿Y quién no ha hecho alguna sesión de espiritismo con la ouija? Yo una vez lo hice y, la verdad, funciona de aquella manera.
Unos colega dijo esa frase que sirve tanto para bañarse en pelotas por primera vez como para conquistar un imperio: ¡No hay cojones! Seguido de: a hacer espiritismo con una ouija. Por supuesto los hubo y, en un principio, funcionó. Nos contestaron cagando leches, que eso parecía whatsapp. Un espíritu de un anciano que pasaba por allí, estaba aburrido y se puso a darnos palique. Nos habló de lo mal que se hacen las obras en el Más Allá, de que antes se vivía mejor, etc. Mi amigo Félix, aburrido de la conversación, le preguntó si podía llamar a su abuelo para hablar un poco con él. Y, tras escribir el nombre, los apellidos y la fecha de defunción con la ouija, el espíritu le dijo que no era posible hablar con su abuelo, porque se había ido a un balneario con los viajes del IMSERSO y no volvería hasta dentro de cuatro días.
Por cierto, ¿alguien ha hecho espiritismo a través de una ouija con un disléxico? Tiene que ser algo como esto: en vez de: ¿Estás ahí? ,ecribir: ¿Setas hay? o en vez de: ¿vienes en son de paz?, escribir: ¿nieves nos des Paz? Y el espíritu flipando en colorines; que no sabe si le están tomando el pelo, si se han comido las setas y eran alucinógenas o si se han sacado el título de ouija en la Universidad Juan Carlos I.
Otra de las cosas que también entran dentro de los fenómenos paranormales es eso de leer el pensamiento. ¿Saben a qué me refiero? Eso, telepatía. Me han leído el pensamiento.
Yo también tengo telepatía. Voy a contar un hecho que lo demuestra. Hace tiempo iba con una pareja que tuve y se detuvo frente a un escaparate. Debo decir que ella nunca tuvo telepatía. Lo que sí tiene es una muy marcada antipatía hacia mí, y aún no entiendo por qué. Pero no nos distraigamos más y sigo con el relato. Mi expareja se quedó mirando un escaparate de una tienda de ropa y me preguntó si me gustaba un vestido azul que se encontraba en él. Yo, dije que sí. Aunque en realidad pensaba que me gustaba más sin ropa. Seguimos andando y a la vuelta se plantó, de nuevo, frente al escaparate, mirando el vestido y volvió a insistir en lo bonito que le parecía. Pero esta vez me recordó que en una semana sería su cumpleaños. Ahí no tuve duda y la leí la mente. Mi respuesta fue clara. Lo recuerdo, cariño. Había pensado comprarte el FIFA16. Supe que la había leído el pensamiento porque vi como la cambiaba la cara. No sólo eso, desde ese día la noté cambiada y empecé a pensar que ese distanciamiento que notaba en ella se debía a que la asustaba mi capacidad telépata, porque podría leer aquello que pensaba sin que ella me lo dijera. Yo achaco a este don de la telepatía y la envidia que sentía por ello que a día de hoy sienta esa antipatía por mí.
Y qué decir de las psicofonías. Esos sonidos de ultratumba, de época lejanas, que nos recuerdan hechos y seres de otra época que vienen a asustarte, cuando no a atormentarte: las canciones de Hombres G; las rimas de Mecano (No hay marcha en Nueva York y los jamones son de York), El toro enamorado de la luna en su versión del Fary... Lo dicho, para asustarse de verdad.
Creo que voy a dejar de escribir sobre el asunto porque me han llamado unos amigos para salir un ratito y tomar una cerveza. Espero no sufrir un extraño fenómeno paranormal que dilate el tiempo y haga que vuelva a casa a altas horas de la madrugada y con más de una cerveza.
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