jueves, 6 de junio de 2019

ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD (II)

Entrevistador - En la parte anterior de la entrevista habíamos hablado, de manera somera, sobre ecologismo y feminismo y tú hablabas de que no creías en ello.

Juan Morín- No, no decía eso exactamente. Lo que defendía, y defiendo, es que este ecologismo y este feminismo es algo que no sirve, excepto para unas pocas personas.

E - Explícate.

JM- Creo que con un ejemplo se entenderá mejor. El ecologismo al uso pretende, en buena lógica, preservar el planeta. No puedo estar más de acuerdo con ello. De hecho me encantaría dejar un planeta mejor del que encontré cuando nací a mis nietos. Los ecologistas realizan acciones de protesta y concienciación sobre determinados hechos, pero se olvidan de lo fundamental: el sistema económico. El sistema económico se basa en el crecimiento continuo, de otra forma tendría serios problemas, como vimos hace poco en la estafa denominada crisis. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que a mayor crecimiento, mayor consumo de recursos, de energía... Lo que generará una destrucción de los ecosistemas. ¿El ecologismo plantea cambiar el sistema de forma radical? A veces. Por lo general plantea cambios individuales, que son indispensables, y medidas más ecológicas, que en muchas ocasiones implica producir más, pero más verde. Ya hemos hablado de lo que implica producir en la parte anterior. ¿De verdad es ecológico no atacar el incremento continuo en la producción de objetos, en muchos casos superfluos? Por no hablar del ataque frontal a los transgénicos (que se lo digan a los que utilizan insulina, ejemplo de producto transgénico que sirve para mejorar la vida de las personas).
Mientras los gobiernos y expertos (dibuja unas comillas con las dos manos) en Economía digan que se debe seguir produciendo a este ritmo, o mayor, el ecologismo tiene la batalla perdida.


E- Y sobre el feminismo, ¿qué tienes que decir?

JM- La igualdad es necesaria entre todos los seres humanos, sin distinción de sexo, raza o credo. Sin embargo, lo que pretenden las feministas de última generación es vendernos la moto de que los hombres somos todos malos y las mujeres unas mártires, y en muchos casos ignorantes, a las que hay que pastorear para que sigan el modelo adecuado, alejado del machismo y del heteropatriarcado. 

E- Lo que dices puede sonar un poco extremo.

JM- Todos los movimientos pasan por una etapa, tras la inicial, barroca, en la que los postulados iniciales se vuelven abigarrados y, en determinados momentos, absurdos. En muchos casos estos movimientos barroquistas son abanderados por gente con muy poca capacidad intelectual, pero muy combativos. Acaban convirtiéndose en una especie de pulso, conmigo o contra mí, y suelen imponerse. La gente prefiere callar a quedar en evidencia, o a ser linchados. Pero, en general, estas movidas fundamentalistas acaban derrumbándose sobre sí mismas. Todos este tipo de cuestiones intentan imponer a los demás como pensar y como actuar, incluso de puertas adentro. Sin embargo, todos tienen otra característica común: acaban asociados al poder económico del momento. El feminismo nuevo postula a una mujer triunfadora en el mundo laboral. En otras palabras: su modelo es el del triunfador, paradigma de la sociedad neoliberal.

E- Entonces, ¿qué propones?

JM- Respecto al ecologismo, trabajar desde la ciencia, no desde las ocurrencias de cuatro iluminados y sabiendo cuál es la causa última de lo que ocurre en el planeta, para decidir cómo cambiar.

E- ¿Respecto al feminismo?

JM- En Occidente, aplicar las leyes. No las de discriminación positiva, eso es una necedad. Respecto a otros países, tensar la cuerda para que esta igualdad se produzca. No sé como. Lo que me parece absurdo es que unas pretendidas feministas defiendan el uso de prendas que discriminan a las mujeres por ser parte de su cultura. Es lo que ocurre cuando todo te ha venido dado y conoces todo de oídas. Existe una cultura de los opulentos muy curiosa.

E- ¿Cultura de los opulentos? ¿Qué es eso?

JM- Personas que tienen, y han tenido, todas sus necesidades cubiertas, y bastantes otras cosas, que van de revolucionarios, pero no quieren cambiar nada. Se afilian a algún pretendido movimiento reivindicativo, que tampoco pretende cambiar nada, pero que sirve para que unos vivan muy bien y otros limpien su conciencia. Es la cultura los opulentos, de aquellos a los que nunca les ha faltado de nada y no quieren cambiar las cosas, por mucho que berreen.

E- Cambio de tercio. En estos momentos, ¿qué es lo más importante para ti?

JM- Me parece muy adecuada la introducción a la pregunta: en estos momentos. La percepción de los fundamental en la vida va cambiando con el paso del tiempo y de las experiencias.
Creo que existen varias cosas que me parecen indispensables. La primera es haber dejado de pertenecer a esa cultura de los opulentos. En mi vida hubo una situación traumática, que me alejó, sin yo pretenderlo, de ese caldo espeso de autocomplacencia que es vocear para hacerse notar. Prefiero mi actual moral, que ha cambiado bastante y me lleva a percibir la vida desde una perspectiva más coherente y, por qué no decirlo, hedonista.
Por otra parte, una de las cuestiones que tengo claro es que resulta imprescindible vivir. Por eso odio esa cultura del triunfador que se deja, o que aparentemente en algunos casos, se deja los cuernos trabajando para tener un Mercedes o un iPhone X. En ese sentido soy ecologista. No necesito tener lo último ni lo mejor e intento que lo que poseo me dure lo máximo posible.

E- ¿Qué opinas del amor?

JM- Que es lo mejor que te puede pasar.

E- ¿Por qué?

JM- Porque ese estado de imbecilidad transitoria es lo mejor que le puede ocurrir a alguien. Cierta gente dice que lo mejor es ser niño, por su inocencia (e intuyo que por sus respuestas ocurrentes), asociando que ese nivel de desarrollo cognitivo tiene que ver con una felicidad permanente, pero es falso. Los niños tienen miedos, rabietas, sufren. Sin embargo, el amor es un estado de felicidad absoluto y perenne, por desgracia.

E- ¿Qué es para ti la paternidad?

JM- Otro tipo de amor, más sosegado y permanente.


E- Y... (me interrumpe)

JM- Y un reto permanente. A medida que los hijos crecen, maduran, los retos para estar a la altura son mayores. Las preguntas sobre la idoneidad de tus respuestas a las situaciones, la certeza de que en ocasiones no lo has hecho lo mejor que podrías haberlo hecho resultan inevitables. Sin embargo, como todo en la vida, lo que cuenta es el conjunto, no un hecho puntual.

E- ¿Qué crees que todo el mundo le debería decir de manera ineludible a sus hijos?

JM- ¿Has ordenado tu habitación? (Risas)

E- Para ti, ¿qué es lo mejor de ser padre?

JM- Ver como van madurando los hijos. Como su forma de ser, de pensar va madurando. Echas la vista atrás y te das cuenta de que la paternidad es ayudar en todo ese proceso. Eso es lo mejor de ser padre.

E- Un libro.

JM- Para regalar, sin duda, La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro. Para leer... no se me ocurre ninguno en especial en este momento. Lo que sí puedo decir es cual no leer: San Manuel Bueno, mártir o Niebla, ambos de Unamuno. Me resultaron, en sentido literal, soporíferos.
Ahora que lo pienso, a ciertas personas les regalaría ambos libros.

E- Me gustaría hablar contigo de Historia y de la memoria histórica, pero antes quería hacerte una pregunta: ¿Vino o cerveza?

JM- Sin duda, depende de las circunstancias. En la playa, por ejemplo, cerveza. En una buena cena, vino. Pero incluso esto admite matices. En mi casa no bebería Cruzcampo, pero en chiringuito del sur parece obligado. El contexto crea, en muchas ocasiones, la necesidad o la respuesta, depende.

E- Hablando de playa. ¿te gusta la playa?

JM- Me gusta la playa, la montaña, el campo, la ciudad... En cualquier sitio existen rincones dignos de ser admirados y disfrutados. ¿Por qué renunciar a ellos alineándote con un tipo de paisaje? Si tengo que seguir algo de forma incondicional para eso tengo el equipo de fútbol de mi ciudad. Para el resto de los casos lo mejor es experimentar todo lo posible.

E- A continuación, si te parece, abordamos el tema de la memoria histórica. Pero me gustaría decir a nuestros lectores que ellos leerán tus respuestas sobre el asunto, y sobre las de otros temas, en al tercera y última parte de esta entrevista.















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