Resulta clarificador que el sistema de libre mercado penalice a la gente con menor capacidad adquisitiva cuando necesita servicios básicos, debido al "incremento de la demanda" (ley de la oferta y la mandanga). Esto se ha podido comprobar estos días, no solo en nuestro país, con el incremento del precio de la electricidad y en otras ocasiones, cuando los productos de primera necesidad escasean (a veces porque unos pocos los acaparan). El mercado siempre funciona para los que tienen dinero.
Al hilo de este asunto cabe reseñar la miserable actuación de la gente de Podemos, echando balones fuera, cuando hace unos años aparecían en todos los medios indignados por este problema. Es culpa de la Unión Europea, de las empresas y de mi prima, la del pueblo. Los gestores están para solucionar problemas, máxime si estos han sido objeto anterior de critica por esos mismos gobernante. Echar la culpa al empedrado no es una opción, ni moral ni operacional, y mucho menos intentar disfrazar la inacción con la excusa de que solo se tiene un mínima representación parlamentaria. Cuando se tuvieron bastante más representantes en el Congreso no se quiso pactar, por tanto, los responsables de que ahora tengan menor representación no son los ciudadanos, si no sus políticas erráticas. Y, por otra parte, si en el Gobierno no se consiguen unos mínimos, o unos máximos, lo más digno es irse y apoyar en aquello con lo que se esté de acuerdo.
Siento un alto nivel de saturación cuando oigo hablar del Gobierno de la Comunidad de Madrid, en manos de una inepta supina. En la comunidad autónoma donde vivo, gobernada por el PSOE, tenemos en estas fechas el mayor porcentaje de afectados por COVID-19, debido a la estulticia manifiesta de nuestros gobernantes. Esta ineptitud, reconocida en parte por ellos mismos (se les olvida comentar aspectos como alardear de que el confinamiento de la comunidad no sirve para nada o aumentar el horario de la restauración para las cenas de empresa previas a la Navidad) no aparece en los focos mediáticos mañana, tarde y noche, porque lo que importa en conseguir el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Lo que se haga o se planteé a la hora de abordar las cuestiones no es algo crucial, mejor acudir a las vísceras para conseguir lo que se quiere.
Me importa una mierda lo que ocurre en EEUU y la lucha de sus élites por copar el poder. Tal vez porque esas élites, los unos y los otros, sean los que hayan potenciado un sistema neoliberal deshumanizador.
¿Alguien se acuerda cuando las autoridades autonómicas reivindicaban que ellos gestionarian mejor el problema asociado al COVID-19? A uno le vienen a la memoria politicastros de Madrid y Cataluña y lamenta mucho que no existan delitos que puedan juzgar el populismo y la incompetencia. En este sentido también me acuerdo de personajillos, pretendidamente de izquierdas, como Suso del Toro, hablando sobre qué haremos con Madrid cuando comenzó la segunda oleada. Tal vez, sea mejor que hagan algo útil en su región para que la derecha no gobierne, elección tras elección, con mayoría absoluta.
Ya escribí hace tiempo sobre la necesidad que tenemos de solucionar los problemas con inmediatez, como si los seres humanos estuviésemos por encima de la Naturaleza. Deberíamos aprender a ser modestos; comprender que, a pesar de nuestra tecnología, somos un engranaje más del Universo y cuando la Naturaleza alza la voz a nosotros solo nos queda bajar la cabeza e intentar capear la situación lo mejor que podemos.
Por si alguien lo duda, un estado fuerte evita o minimiza que muchos de los problemas que ocurren cuando todo se sale de la norma acaben en un desastre absoluto. No se pueden cubrir todos los supuestos, pero si se puede dar respuesta a muchos de ellos de manera pronta y eficiente, con una organización poderosa de las administraciones.
¿Cuántos de los que se han manifestado a favor de la Ley Celáa o la defienden se la han leído?
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