lunes, 3 de septiembre de 2018

POCAS GANAS

Reconozco que en estas últimas semanas escribir en este blog no ha constituido una de mis preferencias. Salvo alguna excepción no encontraba excesivo interés en abordar ciertos temas, por no considerar que tuviesen enjundia suficiente o por verlos como una vuelta de tuerca más de asuntos ya manidos.
Tenga como ejemplo el lector el asunto catalán: una lucha en torno a unos lazos de plástico, en la que los contendientes sólo buscan conseguir rédito político, aún a costa de tergiversar la realidad y de convocar a los más extremistas de uno y otro bando, para satisfacer sus ansias de notoriedad. Lazos que piden la libertad de unos presos encarcelados en prisiones gestionadas por uno de los partidos políticos, el más votado de todos ellos, que se indigna por la permanencia de dichos presos en la cárcel. Lo tienen fácil, tienen la llave para que su salida sea una realidad. Por un lado critican, pero por otro ejercen de carceleros. Sinsentidos y demagogias varias.
Sí, escribir sobre asuntos, que podíamos llamar cotidianos, genera cierto hastío. No parece aportar nada al que suscribe e intuyo que a muchos de los que leen estas líneas. 
Vayamos al tema del dictador Franco, varias rectificaciones sobre lo que hacer y a qué dedicar el mausoleo construido sobre la sangre y las condiciones de semiesclavitud de los derrotados. Sin embargo, siguen existiendo miles de personas, anónimas, que fueron asesinadas por el bando del dictador y que siguen enterradas en cualquier lugar, incluido el Valle de los Caídos. ¿Qué se hace para cumplir la voluntad de familiares y ciertas sentencias judiciales que desean o conminan a inhumar sus cuerpos y darles sepultura en los lugares elegidos por los familiares? Vende más, para una minoría hablar del genocida, del uso del Valle de los Caídos, pero dar respuesta al ciudadano anónimo, al que lucha por lo suyo, no ocupa titulares ni debates entre absurdos personajes, que copan, a sueldo, las parrillas televisivas.
Cuando escucho que se va a crear una Comisión de la Verdad para determinar que fue el franquismo siento vergüenza, mucha. Considero que bastaría estudiar la Historia de este país en profundidad, tal vez conocer a los personajes bastaría para desprestigiarlos y, en algún caso, para desmitificar a otros, como a ése al que los líderes socialistas en el exilio no le saludaban en el funeral de su padre, también socialista, por una carta al final de la guerra donde renegaba hasta de su padre, para abrazar la causa revolucionaria.
Tal vez, lo más interesante de todo lo ocurrido en las últimas fechas haya sido lo del sindicato de los trabajadores del sexo. No conozco en profundidad quiénes han impulsado esta asociación, aspecto crucial para saber de qué palo van los promotores y su finalidad, pero me resulta un asunto fascinante. Pocas dudas caben respecto a que en lo referente a la prostitución existe un mercado negro de tráfico de personas, casi siempre mujeres (a veces niños), que debe ser perseguido de manera implacable. También existe una variante en la que mujeres ejercen la prostitución por obligación económica, una muestra más de un sistema económico con muchos, muchos fallos. Pero también existen personas que ejercen la prostitución o trabajan en el mundo de la pornografía, mujeres y hombres, de manera voluntaria (desconozco el porcentaje) y que han elegido ese modus vivendi como forma de ganarse la vida. ¿Por qué no dotar a esa personas de derechos, y deberes, como al resto? ¿Por qué está el sexo por medio y eso quebranta la moral de estos progresistas conservadores que nos han tocado en suerte?
Uno se acuerda del tema del aborto suscitado hace unas semanas en Argentina, salvando las distancias, y piensa: ¿si existe, por qué no explicitar unas normas que intenten evitar, en la medida de lo posible, los abusos o la mala práxis? Nadie debería estar obligado a ejercer la prostitución, aspecto punible, pero el que quiera hacerlo, al menos que tenga un cierto marco de seguridad.
Todo esto lo dice alguien que jamás ha usado los servicios de una prostituta ni lo hará, pero que piensa que existe una realidad a la que hay que dar respuesta.
Cuando escribía esto me acordaba de las feministas que jamás irá frente a un prostíbulo a luchar contras la esclavitud a la que son sometidas otras mujeres y a su huelga feminista y pensaba: ¿que ha cambiado desde hace seis meses que tuvo lugar para las mujeres? El único cambio significativo que he constatado ha sido el acceso al poder de un Gobierno con mayoría de mujeres donde los dislates de la Vicepresidenta (el número uno sigue siendo un hombre) se han sucedido uno tras otro y donde las rectificaciones de ellas y de ellos se han sucedido a velocidad de vértigo. Cambios, ninguno sustancial.
Durante estos días me ha surgido una duda: Donald Trump lleva casi dos años en la Casa Blanca, me gustaría saber cuántos votos recibiría en unas elecciones en este momento. No tengo tan claro que fuese a sufrir una severa derrota en la urnas.

http://www.m-x.com.mx/2018-07-23/una-encuesta-senala-que-la-aprobacion-de-trump-en-estados-unidos-aumento-a-su-maximo-nivel/

Tal vez todo se deba al mismo fenómeno que está empezando a dar la cara, ya no sólo en las urnas, en Europa. Neonazis organizándose, varios millares, para tomarse la justicia por su mano. Una posible agrupación de fuerzas de extrema derecha para presentarse a las elecciones al Parlamento de Europa... Señales todas en la misma dirección: un resurgimiento de las posiciones de extrema derecha como respuesta al neoliberalismo que ha campado a sus anchas durante treinta años, con las funestas consecuencias que todos sabemos. Y, por desgracia, el olvido de lo que supuso dicha ideología para el mundo, tanto por parte de los ciudadanos como de las élites políticas, que han apostado por la desregulación, la preponderancia de los financiero sobre lo tangible y, el enterramiento de derechos ciudadanos y de la dignidad humana en pos de un ideal neoliberal, que ni es ideal ni es neo. De nuevo surge el asunto del desconocimiento de la Historia, de enterrar los hechos entre ideales, absurdos, y soluciones mágicas y fracasadas. Aprovecharse unos pocos de todos los demás basándose en la ignorancia.
Creo que voy a parar de escribir, pues me he animado y esto está quedando largo. Al final sólo era cuestión de ponerme frente al teclado e ir largando. Ya sé el truco para la siguiente vez que sienta pereza.
Un saludo.

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