En los tres últimos días han fallecido dos personas que han conseguido emocionarme de distinta manera.
Por un lado el gran pintor Lucien Freud, al que hace algún mes dediqué una entrada. Tal vez uno de los mayores talentos de la pintura de las últimas décadas, al menos a mi me lo parece.
Por otra parte, hace apenas unas horas me enteré de la muerte de Amy Winehouse, famosa por sus adicciones, pero que a mi me consiguió volver loco, especialmente con una de las canciones de su segundo disco.Como no me considero nadie para criticar la vida de los demás aquí dejo el tema que escuché de manera compulsiva una y otra vez, sin entender muy bien porqué, pero sin poder evitarlo.
Descansen en paz.
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