LA TARTA Y SU REPARTO

Hace dos o tres días un aparato de radio se encontraba conectado en uno de esos momentos en que el funcionamiento de dicho aparato se antojaba totalmente prescindible. De improviso apareció la voz de un fulano, desconozco, y no me interesa, el nombre del gachó en cuestión, que con una falsa modestia, más que evidente, lanzaba una serie de datos sobre el gasto en sanidad de los ancianos. Apuntaba, con notoria satisfacción, que los últimos cinco días de vida de una persona suponen un porcentaje significativo del gasto total en Sanidad que hará dicha persona. Y lo más divertido (patético en realidad) del asunto lo supuso que esa parece ser una buena causa para robar derechos a los pensionistas presentes y a los futuros. Nada me extrañó de la suficiencia del maromo, tertuliano de una emisora progre de esas de postal, cuando acto seguido de sus labios salían elogios sin fin a la labor del grupo de expertos escogidos por el Desgobierno de este país para realizar, ni más ni menos, un estudio sobre el futuro de las pensiones de este país. No creo necesario recordar que los citados "expertos" en su mayoría tienen conflictos de intereses al respecto, pues trabajan para entidades a las que les interesa que existan fondos de pensiones privadas. De igual manera no parece oportuno volver a insistir en el hecho de que estos fulanos juegan sólo ciertas variables, las que más perjudican al pensionista, presente o futuro, y que el resto de variables: productividad, aumento de cotizaciones, posibilidad de contribuir a ese fondo de pensiones mediante otro tipo de impuestos, como existe en otros países..., se obvian, silencian o esconden de manera torticera.

Aunque pudiera parecer lo contrario, las pensiones no han de ocupar más espacio en esta entrada, aunque servirán para introducir el tema de esta entrada, como veremos a continuación. La cuestión de hoy versará sobre como se utilizan por parte de políticos, economistas y mamporreros mediáticos... conceptos, cifras y estupideces similares para ocultar la realidad: el empobrecimiento progresivo de la gran mayoría de los ciudadanos de este país y de los países más avanzados, para que una minoría se lucre cada vez más. Para ilustrar lo que aquí expongo utilizaré un concepto, pobreza relativa, que servirá de ejemplo, excelente ejemplo, de como los hipócritas manipulan la realidad con cifras y números que nada dicen de lo que ocurre a la mayoría de los ciudadanos.
La pobreza relativa resulta ser una milonga inventada por una panda de malincuentes de cuello duro, con la finalidad de "medir" (que manía tienen estos tipos de medir todo, especialmente su cuenta corriente, aunque esa no la hagan pública) que porcentaje de la población no tiene unos ingresos que pueden ser considerados como suficientes para atender sus necesidades sin ayudas. El límite para pertenecer o no esta categoría lo representa una cantidad, variable en función de la renta disponible, o teórica renta disponible, de media por parte de los individuos del país. A priori esta forma de "medir" la pobreza resulta un buen mecanismo para conocer la salud económica de una sociedad y de sus ciudadanos. Sin embargo, como no podía ser menos, este concepto esconde una trampa tremenda: no es posible que en este país, España, haya menos pobres relativos ahora que hace tres o cuatro año; pero, curiosamente, los datos parecen "demostrar" que sí.

¿Cómo puede resultar posible? Muy sencillo, en 2009 si no se superaban los 7980 euros de ingresos anuales por persona se era pobre. En 2012 se consideraba que una persona era pobre "relativamente" si sus ingresos no superaban los ¡¡¡¡7355 euros!!!!! Obviamente, como se puede comprobar en el cuadro que adjunto, no se hacían las correcciones relativas a la distorsión que genera el IPC, que modificarían las cantidades un poco. Conclusión: en un país con seis millones de parados hay, o eso dicen, menos pobres  relativos que cuando sólo había cuatro millones de parados. La verdad es que si este blog no intentase mantener cierto rigor a uno le saldría algo como lo que sigue: Hay menos pobres relativos y muchos más hijos de puta absolutos.

Tal vez, para comprender lo que ocurre en este país no haya que recurrir a supuestos economistas expertos en ideología, a mamporreros mediáticos o a políticos arteros. Simple y llanamente basta recurrir a las estadísticas desnudas. En concreto al reparto de la riqueza en este país, España. Si así lo hacemos nos encontramos con las siguientes cifras:

El 25% de los hogares, los más pobres, atesoran el 2,1% de la riqueza nacional
El 50% más pobre, ¡¡¡ La mitad de la población española!!! posee el 13,2% de la riqueza patria.
El 75% más pobre del país tiene el 34,7% de la riqueza.
El 10% más rico posee el 41,9% de la riqueza española.
El 1% más rico atesora el 18,3% del total.
El 0,5% más acaudalado del país posee el 13,1% de la riqueza...

Y, por si ésto fuera poco, descartando el fraude fiscal (recordemos que el 70% de las cantidades defraudadas a todos nosotros ocurren por obra y gracia de las grandes fortunas y las grandes empresas- de las 35 empresas del IBEX 35, 32 tienen sucursales en paraísos fiscales), los impuestos que pagan los más ricos son menores,porcentualmente, que los que sufrimos los trabajadores de a pie. Sí, en este país, como en otros muchos, paga más impuestos el que produce algún bien para la sociedad que aquél que especula.
Parece pues que el asunto no radica en lo que el Estado, y el resto de administraciones, puede devolver a sus ciudadanos en función de lo que recauda. Más bien el asunto reside en el trato, en este caso fiscal, que reciben los ciudadanos y el modelo de redistribución de la riqueza que los políticos consideran óptimo.
Querido lector, hay dinero para pensiones, para sanidad, para educación, para servicios sociales, para... Lo que no existe es la voluntad de que todos contribuyan en función de sus posibilidades. Más bien al contrario. La voluntad de políticos, una buena parte de ellos de ideología económico-fascistoide, economistas patológicos y mamporreros mediáticos, es mantener, y aumentar, los privilegios de la minoría acaudalada, restando derechos a la mayoría de ciudadanos, para que esto sea posible.

Tal vez, sólo tal vez, esta obsesión por engañar y manipular la realidad sea la que ha llevado a los mandamases del Desgobierno de España a considerar el descenso del paro en 31 personas durante el mes de agosto como una gran noticia.
Un saludo.