Imagine el amable lector que vive en un portal donde el tipo más rico del edificio debe por una parte un 150% de lo gana en un año a los dueños de la carnicería, de la frutería, de la pescadería, de la panadería... y además debe algo más del 100% de sus ingresos anuales a la compañía eléctrica, a la que suministra el agua, a la comunidad...
Siga el amable lector haciendo un ejercicio de imaginación y considere que el mejor amigo del anterior convecino, que también tiene una situación económica muy favorable (su coche es la envidia de medio vecindario) tiene facturas sin pagar con los tenderos y demás gente por valor de casi un 200% de lo cantidad económica que puede conseguir en un año y a esto se le añade una deuda con la compañía eléctrica, el proveedor del agua, la comunidad de algo menos de un 100% de sus ingresos regulares en doce meses.
Una vez analizados los datos, poca duda cabe de que estos dos vecinos, por mucho dinero que aparenten manejar, se encuentran en la más absoluta de las ruinas (excepto si se muere la tía rica de Ámerica y heredan un pastizal, que no dudaran en fundir en poco tiempo).
Para seguir profundizando en el contenido de la entrada de hoy parece aconsejable llamar a las cosas por su nombre, olvidando los símiles. Siguiendo esta opción nos encontramos con que el primer vecino se llama Estados Unidos, y la deuda con los tenderos es la deuda privada (deuda de familias, empresas...); mientras que la otra es la deuda pública. Obviamente el segundo vecino, el amigo del primero, se identifica con la Unión Europea. En ambos casos los datos son ciertos, pudiéndose comprobar que la deuda privada en todo caso es superior a la pública (en la deuda privada se ha excluido la deuda referida al sector financiero, por lo que la deuda privada en realidad es muy superior). No sólo eso, el incremento de la deuda privada en los últimos años ha sido galopante, como aparece en este informe, en inglés, que adjunto.
http://www.bis.org/statistics/credtopriv.htm
http://www.bis.org/statistics/credtopriv.htm
A primera vista no hay duda, los voceros que arremeten sin desfallecimiento alguno contra la deuda pública omiten, de manera sistemática e intencionada, que la deuda privada es muy superior, aspecto que no parece importarles mucho (tal vez porque parte de esa deuda sirva para pagar sus extensos e inmerecidos sueldos). ¿Por qué? Desde mi punto de vista por dos motivos. Uno, para acabar, en la medida de lo posible, con todo lo público, excepto los gasto de guerra, que ellos llaman defensa (de otra forma la industria bélica se iría al garete, pues depende del dinero público que los gobiernos destinen a armar a sus militares). Y, en segundo lugar, no les interesa a los economistas patológicos, a los políticos y a los voceros mediáticos, los que conocen el dato, descubrir al gran público que la deuda privada es tan grande, pues no haría falta atar muchos cabos para comprobar que el sistema se basa en supuestos ficticios y que, en realidad, tarde o temprano, posiblemente temprano, caerá como un castillo de naipes.
Asunto curioso también sería preguntarse como pueden endeudarse los países, en este caso los más ricos del mundo, en cantidades que suponen dos veces y media el P.I.B. anual (para pagar la deuda se debería destinar todo la riqueza producida durante dos años y medio en estos países, con el consiguiente colapso económico). ¿De dónde sale ese dinero? Según economistas como Vincenç Navarro o Juan Torres de algo que ya comenté hace tiempo en este blog, de la concesión de créditos por parte de los bancos, sin que éstos tuvieran en realidad el dinero. Las bajas provisiones que debían hacer hasta hace bien poco los bancos para cubrir los posible impagos les permitían conceder créditos teniendo sólo un 10% de esa cantidad, siendo el resto de dinero inexistente. En otras palabras, los bancos concedían dinero que no tenían, creando dinero. Negocio redondo a corto plazo y ruinoso a medio/largo plazo cuando se derrumbe el gigante con pies de barro que se ha creado y que, en un principio, queda muy resultón.
Una vez vistos todos estos datos tal vez se pueda resolver con mayor facilidad uno de los enigmas de la política de la Merkel y sus acólitos europeos: la "austeridad" (robo de derechos y económico a los ciudadanos), simplemente responde a una cuestión ideológica. Cuestión ideológica que consiste en que los bancos alemanes, y de otros países, intenten recuperar, cobrar, los créditos imposibles que concedieron, con el consiguiente perjuicio para la mayoría de la población.
Como escribo en el título, se trata de una estafa piramidal. Se concede un dinero que no se tiene. Mientras ese dinero engrasa el sistema parece que todo va bien, se diría que estupendo. Pero como toda estafa piramidal, llega un momento en que explota con una virulencia proporcional al tiempo y/o al dinero que mueve dicha farsa. Bien los vencimientos de los pagos, bien la propia situación económica, bien lo que sea, provocan que la realidad, una vez más, se imponga, y que todo ese dinero ficticio se convierta en lo que es, dinero ficticio. En el fondo, lo que llaman crisis se reduce a éso: un dinero que no existía, que generaba un crecimiento del PIB irreal, ha dejado de existir, incluso sobre el papel.
Tal vez merezca la pena analizar las causas por las que el dinero ficticio se hizo necesario, como por ejemplo la necesidad que un sistema basado en el consumo de los ciudadanos tenían de que éstos siguieran consumiendo, a pesar de la disminución del poder adquisitivo de los mismo, fruto de las políticas neoliberales, que primaban las ganancias de empresarios y especuladores, sobre los rendimientos del trabajo. Los trabajadores con un cada vez menor poder adquisitivo veían suplida esa "carencia" con créditos, en teoría baratos. Parecía que la cuadratura del círculo era cosa hecha. Hasta que se demostró la imbecilidad de los que creyeron cuadrar el círculo. Imbecilidad que pagamos entre todos.
Un saludo.
Asunto curioso también sería preguntarse como pueden endeudarse los países, en este caso los más ricos del mundo, en cantidades que suponen dos veces y media el P.I.B. anual (para pagar la deuda se debería destinar todo la riqueza producida durante dos años y medio en estos países, con el consiguiente colapso económico). ¿De dónde sale ese dinero? Según economistas como Vincenç Navarro o Juan Torres de algo que ya comenté hace tiempo en este blog, de la concesión de créditos por parte de los bancos, sin que éstos tuvieran en realidad el dinero. Las bajas provisiones que debían hacer hasta hace bien poco los bancos para cubrir los posible impagos les permitían conceder créditos teniendo sólo un 10% de esa cantidad, siendo el resto de dinero inexistente. En otras palabras, los bancos concedían dinero que no tenían, creando dinero. Negocio redondo a corto plazo y ruinoso a medio/largo plazo cuando se derrumbe el gigante con pies de barro que se ha creado y que, en un principio, queda muy resultón.
Una vez vistos todos estos datos tal vez se pueda resolver con mayor facilidad uno de los enigmas de la política de la Merkel y sus acólitos europeos: la "austeridad" (robo de derechos y económico a los ciudadanos), simplemente responde a una cuestión ideológica. Cuestión ideológica que consiste en que los bancos alemanes, y de otros países, intenten recuperar, cobrar, los créditos imposibles que concedieron, con el consiguiente perjuicio para la mayoría de la población.
Como escribo en el título, se trata de una estafa piramidal. Se concede un dinero que no se tiene. Mientras ese dinero engrasa el sistema parece que todo va bien, se diría que estupendo. Pero como toda estafa piramidal, llega un momento en que explota con una virulencia proporcional al tiempo y/o al dinero que mueve dicha farsa. Bien los vencimientos de los pagos, bien la propia situación económica, bien lo que sea, provocan que la realidad, una vez más, se imponga, y que todo ese dinero ficticio se convierta en lo que es, dinero ficticio. En el fondo, lo que llaman crisis se reduce a éso: un dinero que no existía, que generaba un crecimiento del PIB irreal, ha dejado de existir, incluso sobre el papel.
Tal vez merezca la pena analizar las causas por las que el dinero ficticio se hizo necesario, como por ejemplo la necesidad que un sistema basado en el consumo de los ciudadanos tenían de que éstos siguieran consumiendo, a pesar de la disminución del poder adquisitivo de los mismo, fruto de las políticas neoliberales, que primaban las ganancias de empresarios y especuladores, sobre los rendimientos del trabajo. Los trabajadores con un cada vez menor poder adquisitivo veían suplida esa "carencia" con créditos, en teoría baratos. Parecía que la cuadratura del círculo era cosa hecha. Hasta que se demostró la imbecilidad de los que creyeron cuadrar el círculo. Imbecilidad que pagamos entre todos.
Un saludo.
1 comentario:
Entrada muy interesante.
Saludos.
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