Esta entrada, junto con algún relato, constituye el post más personal que he realizado desde que cree este blog; hace de ello algo más de tres años. Todos aquellos que me conocen y siguen esta bitácora, en este caso nunca mejor dicho, comprenderan a la perfección el sentido de lo que a continuación voy a escribir.
Espero, con toda la humildad del mundo, que esta reflexión pueda servir a algún lector, aunque sólo sea para clasificarme dentro del mundo de los que han perdido el juicio o, lo que resulta más triste, de los que no han sido capaces de discernir su propia realidad. Si para algo más puede ser útil, me alegraré ad infinitum.
No recuerdo cuando ocurrió, tampoco creo que resulte crucial en este caso la precisión, pero hace tiempo sepulté mis sentimientos bajo mil urgencias, que con el paso del tiempo no resultaron tales. No, no hablo del amor ni nada relacionado con los afectos hacia personas ajenas. Más bien me refiero a mí. A mis sentimientos. A mi vida afectiva interior. No resulta difícil aventurar que esta mutilación, involuntaria y hasta hace bien poco no detectada, afectó a muchos ámbitos de mi vida. Me convencí, o eso procuré hacer, de lo inecesario que resultaban ciertas cuestiones relacionadas con mi vida social y afectiva y de que constituia una obligación presentarme ante el mundo, o ante una buena parte del mundo, como un tipo con dos cojones bien puestos. En otras palabras: un borde. Un tipo con una máscara que impidiera ver lo más profundo que había en él. Tal vez lo más real.
De manera progresiva fui descuidando casi todo: mi apariencia (acabé autoconvenciéndome de era un tipo muy alternativo al que cualquier zarrio le venía bien, aunque pareciera que llevara puesto un saco), mis relaciones sociales (al menos una parte significativa de ellas), incluso ciertos aspectos relacionales y formativos asociados con mi trabajo (en ocasiones mi gran vía de escape). Incluso, lo más importante, llegué a descuidar, y menoscabar, mi autoestima. Hasta mi verdadera forma de ser se difuminó, como ya he dicho, o insinuado, con anterioridad.
Una de las cuestiones más preocupantes de este tipo de situaciones radica en que una vez dentro de la dinámica no se posee la conciencia de que algo va mal. De que tu vida se adentra en un sumidero, que te impide disfrutar de ella.
Aunque hice algunos intentos por salir a flote: volvía a practicar deporte, aumenté algo mi abanico de relaciones, me costaba esta a gusto con la gente (o con una buena parte de la gente que me rodedaba). Sentía que la gran mayoría de contactos con otras personas, no todos, me generaban un esfuerzo sobrehumano. En muchas ocasiones sólo deseaba irme a casa y yo, que sólo utilizo el reloj en mi trabajo y para hacer deporte, estaba pendiente de la hora para esfumarme a la más mínima oportunidad. Intuyo que Prometeo tenía menos necesidad de que pasara el tiempo que yo.
De manera progresiva fui descuidando casi todo: mi apariencia (acabé autoconvenciéndome de era un tipo muy alternativo al que cualquier zarrio le venía bien, aunque pareciera que llevara puesto un saco), mis relaciones sociales (al menos una parte significativa de ellas), incluso ciertos aspectos relacionales y formativos asociados con mi trabajo (en ocasiones mi gran vía de escape). Incluso, lo más importante, llegué a descuidar, y menoscabar, mi autoestima. Hasta mi verdadera forma de ser se difuminó, como ya he dicho, o insinuado, con anterioridad.
Una de las cuestiones más preocupantes de este tipo de situaciones radica en que una vez dentro de la dinámica no se posee la conciencia de que algo va mal. De que tu vida se adentra en un sumidero, que te impide disfrutar de ella.
Aunque hice algunos intentos por salir a flote: volvía a practicar deporte, aumenté algo mi abanico de relaciones, me costaba esta a gusto con la gente (o con una buena parte de la gente que me rodedaba). Sentía que la gran mayoría de contactos con otras personas, no todos, me generaban un esfuerzo sobrehumano. En muchas ocasiones sólo deseaba irme a casa y yo, que sólo utilizo el reloj en mi trabajo y para hacer deporte, estaba pendiente de la hora para esfumarme a la más mínima oportunidad. Intuyo que Prometeo tenía menos necesidad de que pasara el tiempo que yo.
Incluso cuando me enganché a alguna actividad de ocio, estaba más pendiente del reloj, "para cumplir con mis obligaciones", que de la propia actividad en sí. Un auténtico calvario que llevaba, de manera inconsciente, grabado a sangre y fuego. Necesitaba "ayudar" por encima de todo, incluso por encima de mí mismo.
No culpo de ello a nadie. Como mucho a mí, por ser un zote y no darme cuenta de la situación en la que me encontraba. Pero ahora poseo la plena seguridad de que este tipo de circunstancias sólo sirven para minar a uno mismo, para intentar hacer más "fácil" la vida de los que nos rodean (por mi hijo no dudaré en hacer ésto y más toda mi vida, pero sólo por mi hijo).
Sin embargo, un día caí del caballo, o del burro, como Paulo de Tarso y descubrí que necesitaba un nuevo mundo; donde la obligación deje paso a la devoción por lo que se hace y donde la autoestima se pueda construir con la necesaria tranquilidad para devolver a quienes te rodean todo lo bueno que existe en uno mismo. Los edificios no se contruyen de errores, más bien al contrario. Se deben detectar los errores para corregirlos y, ante todo, priorizar lo bueno que existe para cimentar algo duradero y útil. Si a ello le añades algún pequeño detalle se obtendrá algo parecido a ese pequeño placer que debe ser la vida.
Sin embargo, un día caí del caballo, o del burro, como Paulo de Tarso y descubrí que necesitaba un nuevo mundo; donde la obligación deje paso a la devoción por lo que se hace y donde la autoestima se pueda construir con la necesaria tranquilidad para devolver a quienes te rodean todo lo bueno que existe en uno mismo. Los edificios no se contruyen de errores, más bien al contrario. Se deben detectar los errores para corregirlos y, ante todo, priorizar lo bueno que existe para cimentar algo duradero y útil. Si a ello le añades algún pequeño detalle se obtendrá algo parecido a ese pequeño placer que debe ser la vida.
Un saludo.
14 comentarios:
De sabios es rectificar, y más aún de darse cuenta de los propios errores, ya que solo los necios se creen siempre en posesión de la verdad absoluta y de la vida perfecta y ejemplar.
Lo más importante para edificar una casa son los pilares,se podrá caer el tejado, o rajar una pared, pero el resto de la casa se mantendrá en pie,y con unos cuantos ladrillos y una mano de pintura queda arreglado, y yo se que tú tienes buenos pilares,familia,amigos,trabajo y capacidad de rectificar.
Gracias.
Nunca es tarde para rectificar Paco,tranquilo
pero no he entendido la frase donde dices que mirabas la hora para tus "obligaciones" siempre listo para "AYUDAR"? ? ?
yo creo que en la vida hay que intentar hacer lo que uno quiere dentro de lo posible y siendo feliz tu puedes hacer feliz a los sobretodo a los hijos. No hace falta cambiar para ellos puesto que no serias tu mismo y se darian cuenta antes o despues y no creo que sea un ejemplo que dar, no crees?
bueno vete a saber que pensaremos dentro de unos anos jejejje espero seguir pensando lo mismo, pero nunca se sabe, un saludo Paco.
La verdad es que la mente es una cosa increíblemente poderosa...
Los pensamientos que alimentamos son los que determinan nuestra realidad, y provocan que ésta sólo viva ahí en nuestra mente...
Ésto incluye los pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, creo que alguien "humilde" nunca osaría describirse a si mismo como victima de nada.
Por otro lado, la vida no se trata acerca de ENCONTRARNOS, se trata acerca de CREARNOS a nosotros mismos.
Me alegra que la entrada tenga tantas respuesta y tan variopintas.
Respecto al primer anónimo gracias y sí, las obligaciones me las creaba yo.
En lo que respecta al segundo anónimo no puedo estar más de acuerdo en todo lo que dice. Excepto en lo último,. yo no hablo de ser víctima de nada ni de nadie. Hablo de mis propios errores. Éso es todo.
Un saludo.
Al fin y al cabo nuestros errores nos definen, al igual que nuestros actos.
Hola Anónimo
Pues sí, nos definen en el momento que los cometemos y sobre todo si incidimos en ellos. Como bien dijiste nos debemos construir nosotros mismos.
Un saludo.
Hola Paco, totalmente de acuerdo contigo.
E insisto, en los actos, de nada sirve aprender de los errores y crearnos y construirnos si nuestros actos siguen definiendonos.
Otro saludo para ti.
Hola Anónimo.
Como veo que lo escrito en la entrada parece ir cobrando cada vez menos valor en esta conversación, y existen otros medios, a los que seguro tenemos acceso los dos, para hablar de otras cuestiones, prefiero proporcionar este enlace de una canción que me gusta mucho y que, a pesar de todo, tiene para mí bastante significado (seguro que alguien te lo puede explicar)
http://www.youtube.com/watch?v=rn_YodiJO6k
Un saludo.
Querido Paco, vuelves a equivocarte, me limito a opinar al respecto de tu entrada, aportando detalles que creo que faltan... es fácil escribir relatos, historias, vivencias vistos desde un único punto de vista,y al fin y al cabo para éso publicas en internet no? para que tus lectores leamos y partícipemos de tus relatos.Aunque no lo creas hay gente que sabemos leer entre líneas.Y no, no tengo que recurrir a ningún medio para hablar de ninguna otra cuestión, te repito, sólo opino a propósito de tu entrada, nada más.Gracias por compartir tus gustos músicales conmigo, también sé inglés, y no ha tenido que explicarme ni ayudarme nadie.Te dejo yo otra canción que sé que te gusta y que a mi me encanta. Un saludo y BUENA SUERTEhttp://youtu.be/LncKv2HXMK0
Hola Anónimo.
Gracias por el interés que te tomas por esta entrada. Sólo rectificar un par de cosas:
1- No hay que leer nada entre líneas. Lo que hay escrito es lo que pretendo transmitir.
2- La letra de la canción poco tiene que ver con el signficado que la canción tiene para mí y seguro que para otras personas. La canción, como alguna otra, tiene que ver con un tiempo y unas circunstancias. Nada más. Como te expliqué alguien cercano a ti te podrá explicar porque me gusta esa canción y sobre todo la historia.
Gracias por la canción, aún no he podido escucharla, pero lo haré.
Espero que tú también tengas suerte, y consigas todo lo que te propongas, especialmente aquello que más deseas y a lo que creo no debes renunciar. Te aseguro que es lo más bonito del mundo, incluso en situaciones como la que estamos viviendo.
Un saludo.
Hola anónimo.
Tengo la costumbre de contetar a todo aquel, o aquella, que entra en el blog. No se trata de tener la última palabra, es un rito de este blog.
Nunca es tarde para rectificar, y tú misma me lo contaste hace no mucho tiempo.
Un saludo.
Puede ser que no entienda nada, y sí es así pido perdón de antemano, pero rectificar es de sabios y perdonarnos y perdonar lo es aun más.
Desde el diálogo y la comprensión es como mejor se pueden llevar a buen término muchos problemas.
NO quiero personalizar, pero me sentiría feliz si las personas que conozco lo fueran y estuvieran bien, por ellos y por lo más importante por lo que los une, y no por lo que los separa. Y por que tienen un motivo muy importante para ello.
Este año he tenido que hacer muchas cosas diferentes que me han costado mucho, si yo he cambiado, los demás también pueden hacerlo a mejor, y darse cuenta de sus propios errores.
La entrada de Santos dijo, me ha parecido muy acertada.
Hola, Juan Carlos I y lo que sigue.
Pues sí, cambiar es necesario, y todos lo hacemos. El problema consiste en saber lo que te aporta esos cambios, no todos los cambios son positivos.
Un saludo.
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