Ésta es una de esas entradas de urgencia y necesaria, que nace como respuesta a una situación especial: el atentado de Barcelona y los sucesos de Cambrils.
En primer lugar me gustaría mandar desde aquí el pésame a los familiares de los muertos y, de igual modo, desear una pronta recuperación de todos los heridos.
A continuación siento la necesidad de dejar constancia de que los únicos culpables de lo ocurrido ayer fueron uno asesinos que, amparándose como excusa en una religión, no dudaron en mostrar su verdadera faz y su necesidad generar dolor a los demás.
A partir de aquí vamos a ir analizando diversas cuestiones relacionadas con el asunto, que creo deben ser retratadas con cierta profundidad.
En primer lugar me gustaría proponer algo, que puede parecer un mero juego de palabras, pero, desde mi punto de vista, no lo es.
Creo que una vez pasadas las primeras horas, en las que si consiguieron su objetivo: sembrar el terror, deberíamos referirnos a esta escoria con el adjetivo asesino (palabra, por cierto, de origen árabe). Hoy ya sabemos que no podrán con nosotros, que, a pesar del dolor y la destrucción que generan, somos mayoría y más fuertes que ellos, por lo que denominar a esta caterva como terroristas no se ajusta a la realidad, son asesinos.
Vamos a dedicar unos párrafos a la prensa.
Me resultaba chocante la necesidad que tenían los periodistas, o lo que sean, de algunos medios de que los políticos transmitiesen la sensación de que todos participaban al alimón en la lucha contra estos asesinos. Me resultaba chocante porque, mientras ellos perdían el tiempo con la necesidad de fotos o declaraciones, los Mossos d´Esquadra, intuyo que con el apoyo de otras policías tanto españolas como extranjeras, al menos en lo referido a información, estaban realizando su labor, sin necesidad de que cuatro pagafantas hicieran declaraciones biensonantes. Al final, lo mismo de siempre: obviar a quien hace su trabajo, para que los de arriba se hagan la foto, porque, entre otras cosas, lo demandan ciertos tertulianos.
Por otro lado, la necesidad de la prensa de llenar especiales les ha hecho caer en el ridículo más espantoso. Creo que el único que sacó partida de ello fue el dueño del Kebab donde, supuestamente, se había atrincherado un asesino, en un principio sólo y luego con rehenes, que parece debió liberar tras la negociación que algunos medios afirmaban existía. Al menos toda España sabe donde se encuentra dicho negocio, publicidad gratuita que alegrará, sobremanera, al propietario.
Para acabar con la prensa, deseo dar las gracias a las distintas policías de este país, en especial a los Mossos, que a través de las redes sociales pedían que no se difundiesen imágenes escabrosas. Gracias, porque han dado una lección de periodismo a esa chusma sensacionalista de las televisiones, que tuvieron que terminar tragando con las recomendaciones.
Creo innecesario profundizar en aspectos como el hecho de que la mala gestión realizada por el gobierno de Irak, chíita, y sus aliados estadounidenses, arrinconando a los sunitas (que con Sadam Husseim tenían el poder) creasen un caldo de cultivo para que ISIS, sunita wahabita, encontrase muchas necesidades para expandirse por la zona de Irak de mayoría suní. Tampoco vamos a profundizar en la campaña de desprestigio llevada a cabo por la prensa occidental contra el régimen de al-Asad, cuando estaba luchando de manera encarnizada contra el ISIS en Alepo (han silenciado los asesinatos de Mosul, el bombardeo de civiles...). Obviaremos el apoyo de algunas monarquías del Golfo a este tipo de grupos o los correos, filtrados por WikiLeaks, donde Hillary Clinton reconoce que le interesa que en Siria siga la inestabilidad. Vamos a centrarnos en aspectos que nos conciernen o que tienen que ver con el terrorismo que sufrimos aquí.
A mí me llama la atención que de manera alegre se afirme que este tipo de atentados se producen porque ISIS está perdiendo, a marchas agigantadas, poder en Siria, Irak e incluso Libia. Arguyendo que es su forma de hacerse notar. Creo que realizar este análisis resulta un error craso. Al contrario, si tuviesen más poder en Oriente Medio, tendrían más posibilidades de atentar en Europa, porque, queridos analistas, la gente, los fanáticos incluidos, se apuntan cuando las cosas van bien. Cuando todo empieza a torcerse el personal se pone de perfil, cuando no se da media vuelta y avanza. Parece lógico pensar que si un ejército invasor camina victorioso querría ampliar su radio de influencia, por lo que resulta más que probable que de no haberse parado los pies a la organización terrorista, hubiésemos sufrido aún más atentados. Por el momento, demasiado tienen con ir perdiendo de la manera más lenta posible sus conquistas. Si, en realidad, tuviesen un gran ejército de seguidores seguirían otra estrategia: realizar atentados de manera continua, generando un mayor clima de inseguridad.
Debido a esta escasez de elementos, son muy pocos los locos asesinos dispuestos a ejercer su maldad, deben cometer sus atrocidades en lugares simbólicos, como el caso que nos ocupa. Se trata de, con el menor gasto de recursos posibles, generar la mayor cantidad de publicidad.
Me gustaría volver al trabajo de los Mossos y a lo ocurrido en Cambrils. En espera de que algo trastoque todo, nadie discute lo adecuado del tiroteo que acabó con la vida de los cinco asesinos en la localidad tarraconense. Todo el mundo parece tener claro que esos cinco asesinos pensaban acabar con la vida de muchos inocentes y que ser abatidos contribuyó a salvar muchas vidas. Yo también lo pienso. Como pensaba que había que luchar contra Estado Islámico en Siria, en Irak y en Libia, porque allí, hacen lo mismo que aquí, la diferencia es que esos lugares nos pillan muy lejos. Me revientan los buenistas que se quejan de las bombas que se arrojan en esos países contra militantes de ISIS, que asesinan a civiles, violan a niñas y a mujeres... y que aquí ven normal que se acabe con su vida, por parte de las fuerzas de orden público, a tiros. ¡Hipócritas! Cuando toca de cerca si es válido; cuando les toca a otros, que viven lejos, saco a pasear mi rollo solidario y progre.
Por supuesto, ya han aparecido voces contra el Islam (tal vez la más hilarante la de Isabel San Sebastián, quod natura non dat, Salmantica non praestat), contra los inmigrantes y, en el otro bando, contra el hombre blanco, causante de todos los males del mundo. Unos y otros son la misma escoria ignorante, que, postureo aparate en algunos casos, suponen el caldo de cultivo inicial para que asesinos iluminados como los que nos ocupan encuentren una motivación. Por ello no voy a perder más tiempo con los unos y los otros. La misma chusma.
Prefiero cerrar esta entrada de urgencia con un detalle, tal vez intrascendente, pero que me parece bello.
Los hospitales de Barcelona han pedido sangre, siendo secundado el llamamiento de forma masiva. Esa sangre, intuyo la mayoría de catalanes, pero también de personas de otros lugares de España y del mundo, va a ir destinada a salvar la vida de heridos de diversas nacionalidades (las últimas noticias hablan de trece). Tal vez este sea el aprendizaje que debamos extraer: cuando todos nos unimos y aportamos podemos conseguir que la vida sea mucho mejor.
Un saludo.
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