Por vericuetos aventados en anteriores ocasiones
transito entre tu alma y tu piel,
fluyendo en tu torrente sanguíneo
hasta la última micronésima de tu existencia.
Pendiendo del hilo
generado en tu mirada
que sustenta a su vez la mía
contraigo mi ser para andar seguro sobre él,
observando con desdén el infinito
apreciado bajo el extraordinario filamento
que me sirve de guía y sujeción
en la experiencia renovada
que es sentir todo de nuevo,
aprendiéndolo una y otra vez
sin desmayo,
sin esfuerzo,
sin ...
Amanece.
El cielo nuevo esconde la noche en lo que ha de llegar,
mi corazón se desacompasa
envolviéndose en el autismo de lo cotidiano.
No escucho el musgo nocturno
trepando lenta e insaciablamente
por nuestras sábanas
confundidas entre nuestros cuerpos.
Amanece.
La niebla mitiga el sentimiento de soledad,
no deja ver la distancia que nos separa
y creo la necesidad de creer en la inmediatez
de tu alma de hembra deseada
en este momento de abandono,
Amanece...
Entre ambos surgió el sonido sustancial,
el movimiento primordial,
la vida latiendo para sólo vivir,
y todo cambió.
Mudó el color de la primavera,
que ahora tenía el color de su vida.
Trocó el silencio nocturno,
que ahora tiene el sonido de su respiración.
Mutó la necesidad
en sentimiento de protección.
Sustituimos el nombre de la deidad que no conocíamos
por las siete letras que llaman a su ser.
Y por eso el presente tiene su color,
su respiración,
su necesidad de protección,
sus siete sonidos cabalísticos
porque él nos envuelve entre sus brazos pequeños
con la fuerza de mil titanes
nacidos para tal fin.
2 comentarios:
Hola Paco, gracias por publicar este escrito, ha sido una espléndida manera de alimentar la Navidad ¡
Disfruta de tus cortas vacaciones, haciendo felices a los tuyos.
Un abrazo . Carme
Gracias.
Espero que tú también disfrutes de estas fechas con los tuyos.
Un saludo.
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