sábado, 10 de diciembre de 2011

MARCHANDO UNA DE MÚSICA VARIADA

Hace tiempo que no cuelgo nada de música y, tras hacerlo en Facebook,  me han entrado ganas de que también aparezcan unos temas en mi blog, para deleite o sufrimiento del lector.
Comenzaré con un clásico entre los clásicos de los grandísimos, excepcionales y precursores Led Zeppelin. El título de dicho tema no podía ser otro, Stairway to Heaven. ¡Por Dios, qué nadie se pierda el rif, punteo o como coño se diga, del excelso Jimmy Page!


Otros que han pasado a la historia de la música popular son Nirvana.  Por cierto ambos grupos  guardan una similitud: la carrera de ambas formaciones se acabó cuando uno de sus miembros murió. Cobain se suicidó y Bonham, el batería de los Zeppelin, también se suicidó a su manera: ahogado en sus vómitos tras beber unos cuarenta tequilas. De Nirvana no he escogido la canción que les catapultó a la fama. He preferido seleccionar una canción acústica que me encanta, The man  who sold the world. Dicho tema es una versión de la canción homónima que compuso e interpretó David Bowie.


Cambio de tercio desconcertante. Nos venimos a España y recordamos a Nino Bravo. ¿Quién? El gran Nino Bravo, desgraciadamente fallecido en un accidente de tráfico, como es bien sabido. Genial voz y musicalmente avanzado a su tiempo, especialmente a la hora de hacer los arreglos. Tal vez por eso esta canción siga, muchos años después, siendo sencillamente espectacular. Uno tiene la impresión de que junto con Tino Casal y Cecilia fueron las tres grandes pérdidas del panorama musical español.


A Manu Herrera le he descubierto hace poco a través de Facebook. Espero que os guste.



Concluyo con una versión de Lucie Silvas de un clásico de Metallica, Nothing Else Matthers, canción que, por cierto, es de las que menos me gusta del cuarteto de San Francisco. La versión no desmerece al original. Creo, no soy experto en el tema, que realizar esta versión no es excesivamente complicado, pues el original también tiene arreglos de instrumentos de cuerda típicos de la música clásica. Por otra parte la voz de Lucie Silvas le da otro toque distinto, pero en absoluto despreciable, a esta canción lenta, una balada se podría decir, de Ulrich, Hetfield y compañía. En este aspecto uno hecha de menos la rabia que era capaz de poner Hetfield cuando interpretaba ciertas partes del tema, pero, repito, la voz de Lucie Silvas le da un toque al asunto bastante interesante.




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