jueves, 7 de febrero de 2013

REFLEXIONES

Hace un par de días leía la portada de un periódico digital y comprobé, sin gran extrañeza, que más de la mitad de la misma,  estaba dedicada a varios casos de corrupción habidos en nuestro país. Lo trágico del asunto, al menos desde mi punto de vista, reside en que, a pesar de la indignación, nos hemos acostumbrado a convivir con esta gentuza que nos esquilma de todas las formas posibles. No menos trágico resulta contemplar como ha existido en este país un intervalo de tiempo, denominémosle el de las vacas gordas, en el que unos tipos, corruptos hasta la médula, se han adueñado de las instituciones, de todas o de casi todas, con total impunidad. Es más, sus execrables actos han tenido lugar porque todos ellos consideraban que no serían castigados, por mucho que su forma de actuar fuera punible y despreciable. ¿Cómo se gestó esa sensación de impunidad? Buena pregunta, que, con total certeza, generará una respuesta que dirá mucho de nosotros.


Tras las declaraciones de Mariano Rajoy Brey, Carlos Floriano o Ana Mato sobre los distintos casos de corrupción que les afectan de una u otra manera, no es difícil pensar que si antes, con el artista llamado anteriormente ZP, teníamos un gobierno de becarios, ahora tenemos un gobierno, y su camarilla, formado por personas con nula capacidad intelectual y moral. 


Los datos de la encuesta periódica del C.I.S., obtenidos antes de que estallara con toda la virulencia de los últimos tiempos el caso Bárcenas, arrojan un descenso significativo en la intención de voto hacia el  Partido Popular, siendo esta superior, en casi cinco puntos a la del PSOE. Desde mi perspectiva se pueden extraer dos reflexiones fundamentales: los votantes del Parido Popular, una parte significativa de ellos, casi un 20%, se muestran desencantados con la política seguida por Rajoy y sus chicos, incluso antes de que se hicieran públicos los escándalos de corrupción (posiblemente la encuesta a fecha de hoy arrojaría peores resultados). Y una segunda: ¿qué esperan los militantes del P.S.O.E. para correr a gorrazos a la vieja guardia y renovar su proyecto?


La gente parece sorprendida porque la Amnistía Fiscal, impulsada por Cristobal Montoro y respaldada por todo el Desgobierno de Mariano Rajoy Brey, haya servido para que delincuentes, golfos y chorizos blanqueen dinero procedente de delitos de todo tipo y condición. Para empezar, un tipo que blanquea dinero ya ha cometido un delito (especialmente si hablamos de más de 120.000 euros)  , que no es otro que no declarar, y tributar, por un dinero que es suyo, ocultándolo mediante prácticas ilegales. Generalmente ese dinero se consigue de forma "poco clara", delictiva en muchos casos, por lo que no entiendo que ahora alguien pueda llevarse las manos a la cabeza. ¿Qué les parecería a esos mismos políticos que respaldaron esta graciosa amnistía si concedemos otra amnistía general a todos aquellos que antes de finales de 2013 se arrepientan de haber insultado, pegado, maltratado o lo que fuere a uno o varios politicos? ¿Qué es un delito? Lo de blanquear dinero, mucho de él procedente de negocios como la prostitución, las drogas, el saqueo de las arcas públicas... también debería serlo. Por cierto, en ninguna parte de la ley de amnistía se dice que en función de donde proceda el dinero se puede participar o no en ese proceso de amnistía. Da igual cual sea su procedencia.

http://politica.elpais.com/politica/2013/02/06/actualidad/1360154084_087904.html

Parece que la reforma (aunque tiene bastante más que ver con la Contrarreforma) del sistema educativo impulsada por el nefasto Wert se va a retrasar (posiblemente hasta la siguiente legislatura), debido a que no se va a disponer de los fondos necesarios para poder implementarla durante esta legislatura. Cualquier mindundi sabe que cualquier ley de este calado debe ir acompañada por una estimación económica, por un presupuesto más concretamente, pues este tipo, y sus asesores, parecían no saberlo y no haber echado las cuentas pertinentes. Tragicómico papel el del tipo que apuesta por una educación basada en la competitividad, en la eficiencia y demás estupideces neoliberales, ineficaz hasta decir basta. Por cierto, ¿sobre qué pretende negociar un tipo que no sabe si podrá llevar sus ideas nacionalcatólicas a cabo por falta de dinero? Por cierto, esta estrategia de presentar una ley, o un proyecto, y no dotarle de dinero parece que es una constante en este Desgobierno; de Guindos ha hecho la misma jugada con una ley destinada a fomentar la investigación. Posiblemente el primer requisito para beneficiarse de esta ley sea que el investigador investigue donde conseguir los fondos para llevar a cabo su proyecto.


Nuestros universitarios se van a países como Francia o Alemania a estudiar, por resultar mucho más barato cursar dichos estudios en ambos países que aquí, en España. Resulta curioso que cuando los políticos, economistas, mamporreros mediáticos y demás gente afín al poder, lanzan mensajes, que intentan justificar subidas de impuestos o recortes de derechos, siempre busquen en los países europeos vecinos datos referidos a lo poco que pagamos o lo insolidarios que somos, pero, jamás de los jamases, nos cuentan los servicios que reciben, muchos más y mejores, en muchos campos, que los nuestros. 


Existen sospechas referentes a la manipulación de los datos macroeconómicos de 2012, para intentar convencer a no se sabe quien de la buena gestión realizado por el Desgobierno encabezado por Mariano Rajoy Brey. De hecho los funcionarios somos conscientes de ellos, pues se nos ha privado, sin motivo alguno, de un dinero relacionado con la paga extra que no hemos cobrado; dinero que, en teoría, se nos devolverá durante este primer trimestre de 2013. Estas pequeñas retenciones, junto con el adelanto de ciertos impuestos a los empresarios y la extrañeza de unos datos de paro, que no pegan ni con cola, parecen indicar que sí existe una cierta intención del Desgobierno por edulcorar la realidad. Vano intento el de los Rajoy Boys, pues la realidad, el empobrecimiento generalizado de los ciudadanos es un hecho, y eso, por mucho que intenten manipular las grandes cifras, lo vemos todos en nuestro día a día. 


El Departamento de Justicia de EE.UU. llevará a los tribunales a una de las agencias de calificación por su actuación antes del desplome de las hipotecas. No parece difícil pensar que Obama, que ya no tiene que presentarse a más reelecciones, ahora está haciendo lo que le pide el cuerpo y ésta es una de las cosas que le pide el cuerpo, y a muchos de nosotros también. Hasta el día de hoy estos conglomerados de intereses particulares, que responden al nombre de agencias de calificación, se habían ido de rositas y habían sembrado el terror en personajes tan sumisos como de Guindos. De nuevo nos vendieron la moto de que eran necesarias, de que no se podía funcionar sin ellas (¿no le recuerda al lector al argumento utilizado para salvar a los bancos?) y de no sé cuantas otra bobadas más. La realidad nos demuestra que nada de lo que contaban era verdad. Primero porque durante años vendieron humo, con el que se enriqueció cierta gente, entre ellos los dueños de dichas agencias. Segundo, porque la arbitrariedad de sus dictados demuestran que no se necesitan. Nada que se rija por criterios arbitrarios es imprescindible. Y, tercero, porque en el fondo lo que muchos que defendían y defienden dichas agencias lo único que hacen es defender su trabajo, de manera directa o indirecta. Bastaría pararse a pensar un poco para comprobar que una buena parte de esos asesores, gurús o como se les quiera llamar viven de la sopa boba. 


Una de las grandes paradojas de estos días que vivimos es contemplar como la banca, cuyo objetivo es prestar dinero para crear riqueza, lo único que hace en los últimos tiempos es crear pobreza mediante embargos, despidos a sus trabajadores, préstamos europeos que pagamos todos por duplicado (España es el cuarto contribuyente europeo y, para devolvernos parte del dinero, encima sufrimos recortes de todo tipo y condición)... ¿Se necesita alguna prueba más para constatar que el sistema está gripado? ¿Se necesita alguna prueba más para crear una banca pública?


Parece que el Ministerio de Hacienda pone pegas a los inspectores de dicho organismo, es decir a  funcionarios de dicho ministerio,  para acceder a la lista de amnistiados económicos y penales por defraudar dinero. Parece que Montoro y compañía se toman muchas molestias para no crear problemas a los que nos han robado, vía no pagar impuestos, a todos los ciudadanos españoles. Mucho más vomitivo es comprobar como estos tipos del P.P., que tanto han denigrado a los funcionarios, lo que en realidad buscan con esta estrategia es cortocircuitar el sistema, denostando a las personas y los cuerpos oficiales encargados de vigilar que todos seamos iguales y que nadie incumpla las leyes. No puedo evitar pensar que en el fondo, y en la superficie, lo que desean es actuar con total impunidad, sin que nadie les pueda parar los pies.

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