domingo, 7 de julio de 2019

A HOSTIAS

Doy gracias a Dios, en el que no creo, por no pasarme horas y horas  frente a una pantalla viendo, capítulo tras capítulo, series que me "impacten", mientras pierdo mi vida encerrado entre cuatro paredes.


Vivimos en una época en la que los "ideólogos" hablan de defender derechos y no de conquistarlos. Vivir sumisos y dejar las migajas, nunca económicas, que nos dejan tener. Ideólogos que viven muy bien haciendo el caldo gordo a los que poseen los recursos económicos. Puede que algún día hagan una serie sobre el asunto y algunos revolucionarios de postal se den cuenta de lo lerdos que son.


Doy vueltas al asunto de Cataluña y no me cabe duda alguna: en el fondo casi nadie quiere cambiar nada. El victimismo del presunto rico, un trabajador en la mayoría de los casos, frente al presunto pobre y poco más hay en en ese mensaje de pueblos oprimidos. El momento en que de verdad luchen por lo que dicen querer será el día en que deban plantar cara al ejército. Mientras tanto, por favor, que se dediquen a hacerse sus pajas mentales entre ellos y dejen de molestar.


La muy feminista Ana Patricia Botín, cubierta por la baba de la también muy feminista Pepa Buena mientras la entrevistaba, sigue empeñada en cerrar oficinas bancarias y mandar al paro o a la prejubilación a trabajadores, sin importar el sexo. Igual el feminismo moderno es eso: decir que se es feminista y explotar a los trabajadores. 


Fátima Báñez, exministra de Trabajo, que no había trabajado un puto día de su vida, ficha por la CEOE. Es evidente que no se trata de puertas giratorias. En realidad solo es devolver a su sitio a los caballos de Troya que el poder económico ponen en los gobiernos para robar los derechos de los trabajadores.


Un buen reflejo para saber los parámetros de hipocresía es lo que ha ocurrido en el día del Orgullo Gay no tengan cabida los ultraneoliberales de Ciudadanos, cuyo mensaje es el victimismo, para luego hacernos víctimas a los demás de sus políticas,  y sí que la tengan personas que, como Jesús Vázquez, defienden de manera abierta comprar niños a mujeres pobres. ¡Viva la moral! También se echa de menos una declaración explícita condenando los abusos sexuales cometidos por sacerdotes sobre niños. 


Los que trabajamos con personas inmigrantes sabemos que tras varios años en España hay mujeres marroquíes que no hablan ni papa de español (ni lo comprenden). Es lo que tiene una cultura  machista que no difiere de la que había en España durante los años más duros del franquismo. ¿De verdad que todo lo que viene de fuera es bueno? Al final lo de los Derechos Humanos va a ser una buena unidad de medida para ciertas cuestiones.


Escuchaba a un sacerdote de una de las parroquias emblemáticas en su labor para acoger a todo tipo de personas necesidad decir con total naturalidad que claro que los pobres que acuden a su iglesia huelen mal, porque no tienen ni las posibilidades ni las costumbres higiénicas que tenemos el común de los mortales. Me impactó lo rotundo de las declaraciones y ahora, mientras escribo esto, pienso que hace un siglo la gran mayoría de nuestros ascendientes también debían oler mal. El olor como símbolo del acceso a la riqueza.


Durante unos días he estado desconectado del mundo de las noticias (el sábado me enteré, de casualidad, del inicio del Tour) y he podido comprobar, una vez más, que puede existir sin pactos de gobierno, sin la última tomadura de pelo, en forma de medida estrella, del político de turno. Igual todo se debe a que lo importante son los hechos y no las formas y las bobadas que nos venden y que lubrican la maquinaria de los medios de comunicación, y no información.


Escucho a personajes como Iñaki Gabilondo o Julia Otera y pienso: "Nadie les dice que son unos hipócritas y unos fachas". Igual lo primero ya lo saben, aunque no lo tengo claro, pero seguro que lo segundo no. A veces pienso que es más digno un facha como Jiménez Losantos, que lo reconoce y que se la jugó por sus ideas en sus tiempos jóvenes, recibiendo un tiro por ello, que a estos salvapatrias progres, que son la misma mierda, pero con disfraz de unicornio. Sobre el primero no hay duda posible, sobre los otros tampoco, pero engañan a muchos incautos.

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