sábado, 26 de diciembre de 2015

IDIOTARIO (LXX)

Beso de tornillo: Morreo de ferreteros.



Concha: Caparazón calcáreo que protege el cuerpo de la mayoría de los moluscos. Cuando dicha concha tiene pérdidas se dice que pertenece a la familia Velasco.




Cultura del vino: Excusa de los pijos para meterse entre pecho y espalda una botella de vino de precio prohibitivo para el común de los mortales. 


Hiperactividad: Político en campaña electoral.


Marina: servicio armado encargado de la defensa de un país mediante el uso de buques y soldados que, de manera previa, han sido introducidos en una salsa o adobo para condimentarlos.


Palabrota: Dícese de una palabra grande como esternocleidomastoideo o supercalifralísticoespialidoso.


Pesadilla: Sueño desagradable que produce angustia, miedo o ansiedad. Cuando la pesadilla se repite una y otra vez se dice que es la pesadilla que se muerde la cola.


Tímido: Persona apocada y vergonzosa. Aunque no se conoce la causa de dicha forma de proceder, distintos estudios han descubierto fármacos para disminuir de manera temporal dicha actitud. Entre los fármacos más utilizados se encuentran el zumo de cebada fermentada, la quinina diluida en gintónic y otras tipo de combinados, cuyo uso se recomienda por la noche en ambientes distendidos.

Trabalenguas: Alcohol ingerido en grandes cantidades.

lunes, 21 de diciembre de 2015

MI VISIÓN DE LAS ELECCIONES.

En materia de gobierno
todo cambio es sospechoso, 
aunque sea para mejorar.

Francis Bacon

Aunque resulte un tema de actualidad uno no andaba con excesivas ganas, a priori, de comentar el asunto de los resultados electorales, pero hete aquí que la divertida composición del Congreso me ha servido de acicate y aquí andamos, comentando el asunto. Pero antes creo necesario comentar tres cuestiones previas:
En primer lugar, y fundamental: los resultados son los que los ciudadanos españoles que hemos ido a votar, y a no votar, hemos deseado. Existe una opinión, demasiado extendida, que descalifica los resultados de uno u otro partido por no ajustarse su ¿ideario? Al de aquél que emite su opinión. Sólo decir que en esto consiste la democracia, en que se presentan diferentes (a veces no tan diferentes) opciones políticas y cada cual tiene la facultad de votar por una u otra (o de no votar por ninguna).
En segundo lugar, dejar claro que toda persona que no ha ido a votar está en su derecho de hacerlo y nadie debe reprochar nada. Ese viejo discurso que pontifica que una persona que no vota no hace nada por cambiar su futuro resulta una majadería. Cada persona ejerce su voluntad como desea y si alguien no se siente identificado por ninguno de los partidos concurrentes, o no cree en la bondad de ninguna agrupación política, está en su perfecto derecho de quedarse en casa. Además, resulta ridículo que en un sistema donde  en muchas provincias existe un duopolio electoral, gracias a la ley D´Hont, (las que están representadas por menos diputados), se acuse a alguien de no querer cambiar su futuro por no ir a votar. 
También me gustaría reseñar, en tercer lugar, que resulta escandaloso observar como la Cámara alta no sirve para decidir quien va a gobernar este país. Ni para casi nada. El Senado tiene un presupuesto para este año de casi ¡¡¡¡ CINCUENTA Y DOS MILLONES DE EUROS!!!! y sólo sirve para dar cobijo, muy bien remunerado, a las viejas glorias del sistema. ¡Bien por este sistema bicameral!
Entrando a analizar los resultados electorales sólo se me ocurren conjeturas.
Ha ganado el Partido Popular, pero nadie ha ganado. A pesar de ganar, ha perdido ¡¡UN TERCIO DE SUS VOTANTES!!! Lo que debe dar que pensar sobre  lo que el Gobierno de Rajoy ha hecho para  "salir de la crisis" y para abordar problemas como la corrupción.
El P.S.O.E. se ha mantenido como segunda fuerza, por los pelos, y favorecido por la ley D´Hont. Lo que, desde mi punto de vista, supone un nuevo viaje al abismo. Intuyo que Pedro y su troupe no harán autocrítica, al menos en voz alta. ¡Allá ellos!
Podemos ha surgido como la gran fuerza entre los partidos nuevos. Las encuestas, no muy halagüeñas hacia la mitad de la campaña electoral, han contribuido a que los resultados pareciesen aún mejores.
Ciudadanos, que parecía contar con la bendición de una parte significativa de la derecha, ha quedado a mitad de camino (entre el todo y la nada). Las encuestas previas han hecho un flaco favor a los de Albert Rivera, pues consideraban que podía llegar a ser la segunda fuerza política del país.
Unidad Popular (antigua I.U.) vuelve a sufrir los rigores de la ley D´Hont.
Para mí el gran vencedor de estas elecciones es Esquerra Republicana, que le come la tostada a la derecha de Mas y se erige en primera fuerza en Cataluña, en un momento muy importante para dicha comunidad y para el resto de españoles.




Sobre que va a ocurrir a partir de hoy. Ni idea.
Intuyo dos posibilidades:
  • Convocar nuevas elecciones. No hace falta que explique por qué.
  • Ciudadanos y P.S.O.E. se abstienen en segunda vuelta para elegir a Rajoy, a Soraya, o a la niña de Rajoy, como presidenta del Gobierno. Aunque reconozco que esta idea choca con lo que a fecha de hoy defiende el partido fundado por Pablo Iglesias

En mi modesta opinión, casi seguro errónea, todo va a depender de una cuestión: ¿qué ocurrirá con el PSOE y con Podemos si se vuelven a convocar nuevas elecciones? Si las encuestas, tan fiables ellas, auguran una subida del P.S.O.E. en unas próximas elecciones, que nadie lo dude, Pedro Sánchez no apoyará la investidura de ningún miembro del P.P.  aunque sea mediante la abstención. Si, por contra, las encuestas vaticinan una caída del P.S.O.E. en unas hipotéticas elecciones anticipadas, los de Ferraz apoyarán al candidato a presidente del P.P,, mediante la abstención, siguiendo el dicho de alta política: ¡Virgencita, virgencita. Qué me quede como estoy!
Mi opinión sobre lo más conveniente: no quiero me toque de mesa electoral. No estaría mal que se llegase a pactos, de unos y otros, para aprobar leyes y enriquecerlas con una visión amplia que, puede resultar, muy beneficiosa para los ciudadanos. A lo mejor, ésa es la parte que nos queda para hacer una verdadera transición a la democracia. ¡Vete tú a saber!
Un saludo.

domingo, 20 de diciembre de 2015

IDIOTARIO (LXIX)

Belén: conjunto escultórico que representa el nacimiento de Cristo. Cuando en dicho conjunto aparecen un torero, una niña que no se quiere comer el pollo y Jorge Javier Vázquez a dicho Belén se le apellida Esteban. 


Extremeño: natural de Extremadura. A los extremeños que tienen desmedida afición a cantar jotas a la Virgen del Pilar se les denomina extremaños.


Igualdad de género: dícese cuando concuerda el género del artículo, el sustantivo, el adjetivo y/o de cualquier otro determinante. 


Insuficiencia cardíaca: incapacidad para amar.


Juegos de adultos: eufemismo que quiere decir: hagamos un poco el tonto antes de follar como locos.


Máquina de café: artefacto mecánico cuya finalidad es expender un extraño mejunje de color marrón oscuro que denominan café; aunque también se podía llamar: matarratas, aguarrás o declaración a pagar del I.R.P.F. 


Marca España: cada vez que uno de los pupilos de Vicente del Bosque introduce el balón en la portería del equipo contrario. 


Reality show: programa televisivo donde unos personajes viven, o fingen que viven, una serie de peripecias que son contempladas al otro lado de la pantalla por millones de personas que olvidan el show que es su vida. 


Sondeo electoral: encuesta de carácter científico para determinar la intención de voto de una población en la que el resultado coincide con el interés del que paga.

jueves, 17 de diciembre de 2015

LOS PERROS NO MUERDEN LA MANO QUE LES DA DE COMER


                                                        "Quieren cortarnos la lengua 

     con la tijera de la intransigencia, 

con la tijera de la necedad, 

con la de la autoridad (...)

                                                                                 Quieren taparnos la boca
Para que nadie nos pueda escuchar, 

para que solo se oiga su mensaje, 

y nadie pueda dudar. 
Los que gestionan la percepción 
solo les dan la palabra a sus amos, 
sumisos a la mano que les paga, 
                                                                   a unos dan voz y a los otros los callan (...)



                                                                         Barato les sale usar a sus siervos 
                                                                        para que echen mas leña al fuego, 
                                                                          para que quemen en la hoguera 
                                                                              a los infieles a su régimen..." 

                                          
                                                                "Piedra contra tijera"
                                                                Soziedad Alkohólica


Oasis catalán. Hecho diferencial. Pueblo catalán. Cultura catalana enfrentada a cultura española... Seguramente al amable lector le suenen estos términos. Si le preguntase donde los ha escuchado o leído no tendría dificultad a la hora de responder que en cualquier medio. Si volviese a preguntar en qué medios de comunicación, que no de información, han escuchado  o leído este tipo de expresiones asociándolo a algo bueno, incluso contrapuesto a una España oscura, presa de vicios ancestrales, sujeta a un atraso secular y casi imposible de superar, lo más probable es que el lector cite a alguno de los medios, o  a alguno de sus voceros, de corte ¿progresista? Como hoy me he levantado muy, muy, muy preguntón me gustaría permitirme el lujo de plantear otra cuestión a las personas que estén leyendo estas líneas: ¿Qué opinan a fecha de hoy los medios, y sus voceros (que, por casualidad, todos han evolucionado de la misma manera en su forma de pensar) sobre el proceso independentista catalán? 
La contestación: Hasta hace poco la culpa era de Rajoy, que no escuchaba. Ahora la culpa del asunto reside en la tozudez de Mas, que no desea bajarse de la poltrona, llevando a Cataluña a un proceso ilegal y absurdo. 
¡Joder! ¡Cómo ha cambiado, de manera unánime, la percepción del asunto de los voceros del régimen!
¿Alguien puede creer que "periodistas" como Iñaki Gabilondo, Carlos Herrera, Francisco Maruhenda, Federico Jiménez Losantos... no conocían los trapicheos de Jordi Pujol (consentidos a cambio de sostener el sistema bipartidista y monáquico)?
 ¿Alguien puede creer que Iñaki Gabilondo, Pepa Bueno, Gemma Nierga, Carles Francino... no sabían que esa historia, que tanto defendían, del oasis catalán (Cataluña, la arcadia feliz sin corrupción) era una milonga?
Soy un pesado, pero siempre hago la misma pregunta: ¿Alguien cree que realmente los medios privados, financiados por la publicidad de grandes empresas (también por las subvenciones públicas, no lo olvidemos), tienen interés en acabar con las desigualdades, generadas muchas de ellas por dichas empresas, bien mediante su labor de contratador, bien mediante su participación en diferentes lobbys de presión para cambiar las leyes a su conveniencia? 
A uno se le abren las carnes cuando escucha, de vez en cuando, a Pepa Bueno clamar contra las desigualdades salariales entre hombres y mujeres y, acto seguido no duda en incluir en su programa publicidad de unos grandes almacenes con varias sentencias en firme, donde se afirma que practican de manera sistemática dicho tipo de discriminación. 
El lector habrá observado que me he detenido en voceros "progres" y he pasado por encima de aquellos de corte derechista, muy derechista y extremadamente derechista. Resulta obvio que ha sido algo deliberado. Personajes como Maruhenda, Losantos, Carlos Cuesta, Herrera... defienden el orden económico establecido y/o el orden moral imperante. Altavoces de sus amos. Sin embargo, los personajes que trabajan en los medios progres han secuestrado las verdaderas ideas de la izquierda y, lo que resulta más vomitivo, permiten que en su entorno laboral se practiquen con saña todo aquello que ellos dicen condenar. Ellos, que dicen preocuparse por la igualdad y el bien común, no dudan en trabajar en medios que malpagan a sus trabajadores, les despiden amparándose en la Reforma Laboral aprobada por el Gobierno del P.P. que tanto critican (véase lo ocurrido en el diario de papel Público o en la cadena SER) o, como en el caso de El País, les despiden por criticar su política liberticida.
En mi muro colgué el caso de un grupo de heavy, Soziedad Alkohólica, perseguido con saña por la asociación ultraderechista que responde al nombre de Asociación de Víctimas por el Terrorismo. Esta asociación per se no sería nada sin el apoyo del ala más reaccionaria del Partido Popular (la que encabezan Aznar y Aguirre). Pero todo buen político del Partido Popular sabe que si quiere triunfar en cualquier elección debe hacer un guiño a esta agrupación. Cristina Cifuentes no iba a ser menos y, el año pasado, secundó la actuación del Ayuntamiento de Madrid, que prohibió actuar a los vascos en Madrid. La actual mandamás de la Comunidad de Madrid instó a la Fiscalía a que investigue si S.A. difunde mensajes afines al terrorismo (cosa que la Audiencia Nacional, en sentencia firme, desmintió hace casi una década). Esta actuación, desde mi punto de vista liberticida, y que se ha convertido en una costumbre (Soziedad Alcohólica llevaba siete años intentando que no le prohibiesen tocar en Madrid) demuestra la calidad del personaje. Un año y pico después la política del P.P. se pasea por radios progres y programas de televisión aún más progres (¿verdad Wyoming?) y los voceros le ríen las gracias a coro. Tal vez, al menos en el caso de la radio, todo se deba a que Cifuentes se ha erigido en la oposición a Aguirre y comparte ese interés con la cúpula nacional del P.P. Cúpula del P.P. que desde el Gobierno ha conseguido mediante gestiones varias salvar al grupo PRISA de la bancarrota.
Podríamos contar como  Roures, el  autodenominado"troskista" (¡manda cojones!),  fundó La Sexta o Público... y lo vamos a hacer.
El lector recordará que hubo una vez un candidato del PSOE llamado Josep Borrell. Borrell no le caía bien a Jesús de Polanco, dueño del grupo PRISA, el órgano oficial del PSOE. Por qué no hacían buenas migas el uno y el otro lo desconozco. Pero lo que sí es público es la maniobra del grupo PRISA para descabalgar al catalán de la dirección de su partido: el diario El País publicó una noticia acusando a antiguos subordinados de Borrell de corrupción. El antiguo ministro tuvo que dimitir.
Vista la experiencia, el artista conocido anteriormente como ZP, o alguien de su entorno, busco limitar la influencia del grupo PRISA. ¿Cómo lo hizo? Concediendo una licencia de televisión a un coleguilla, afín a él, que además creo un periódico.
Me gustaría contar otra anécdota, que a los más futboleros conocerán. El diario As, perteneciente al grupo PRISA, acuñó la expresión Villarato. El Villarato no era nada concreto, y servía para justificar un fallo arbitral o que el Real Madrid no ganase la liga. El concepto lo ideó, o lo difundió a los cuatro vientos, Alfredo Relaño, hoy director del diario As. Lo que la mayoría de la gente no sabe es que este ataque contra el nefando presidente de la Real Federación de Fútbol Española se inició cuando Villar se negó a vender los derechos de la selección española de fútbol a Canal Plus.
Mientras escribía esta entrada me acordaba de un cartel que se encontraba en los campos de concentración y en los de exterminio de la Alemania Nazi; Arbeit macht frei (El trabajo libera). No es mi intención comparar a los tipos que pululan por el periodismo patrio con los nazis. Nada más lejos de mi intención. Pero el grado de hipocresía de estos salvapatrias, portadores del mensaje de las buenas formas, no dista mucho de lo que representa, al menos para mí, el mensaje.
Sois la voz de vuestro amo. Por mucho que queráis hacernos creer que os preocupa nuestro bienestar sólo os interesa el vuestro y el de vuestros amos. No resulta criticable que no mordáis la mano que os da de comer, pero, ¡por favor!, dejad de darnos lecciones de moral y decirnos lo que está bien y lo que está mal.
Un saludo.

lunes, 14 de diciembre de 2015

DESBARRANDO SOBRE RELACIONES Y SENTIMIENTOS

Nadie merecer morir sin haber amado
y mucho menos sin sentirse amado.

J. F. Martín


Entre las grandes ventajas de ser espectador en las relaciones afectivas de los demás, encontramos la capacidad de realizar un análisis más sosegado de lo que estás viendo y, en segundo lugar, la falta de sentimientos, o la escasez de ellos, a la hora de pensar estrategias para abordar las tiranteces que se generan. Generar estrategias o, de manera directa, mandar a freír espárragos a la otra persona.
¡Qué nadie se asuste, o se emocione! No pienso desvelar conversaciones privadas u otro tipo de información susceptible de generar problemas a cualquier persona, o a mí mismo. Nada más lejos de mi intención. Esta entrada pretende ordenar ideas dispersas que tengo sobre las relaciones de pareja, nacidas de mi experiencia y de circunstancias que veo o de conversaciones mantenidas con diferentes personas.
En todos los casos se observa un denominador común: la capacidad adictiva que tienen las personas con las que se establece una relación. Dicho así suena como si de una droga se tratase y, en muchos casos, hablamos de algo muy parecido. La dificultad para romper relaciones con personas que sabemos nos están haciendo daño, y no me refiero a maltrato, resulta evidente. Todos hemos conocido a personas que limitan a sus parejas. Repito que no se trata de ese maltrato de anuncio. Hablo de personas que no dejan que su pareja se realice. Personas que ven el mundo con unos ojos propios y miopes, que consideran que todo empieza y termina en ellos. A pesar de ello, tras años de pasar por esas situaciones, hombres y mujeres (en este blog no cabe propaganda sexista) tienen dificultades para romper con esa persona que les está haciendo decrecer como ser humano. La adicción a la pareja, a la rutina (creo que este factor resulta crucial), y un tercer factor que ya trataremos, perpetúan ese nexo nefasto.
En las relaciones afectivas existe algo muy importante, que no depende de la persona de la que uno se enamora. Algo tan sencillo, y evidente como el estado de satisfacción que cada uno tiene consigo mismo. No descubro nada nuevo si cuento que tras una ruptura lo más prudente suele ser, en la mayoría de los casos, darse un tiempo para elaborar el duelo, reconstruir la autoestima.... Parece evidente que cuanto más podamos entregar a la otra persona (no me refiero a dinero, aunque si alguien quiere entregármelo servirá para afianzar nuestra relación), más posibilidades de éxito tendrá lo que se construya entre ambas personas.
Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención en este análisis, realizado con una recogida de datos anárquica y sin instrumentos para calibrar la fiabilidad de lo que defiendo, es el de los roles de cada en la pareja. Alguien puede volver a pensar que hablo de eso que se ha dado en llamar violencia de género. ¡Error! En toda relación, no sólo en las afectivas, se establecen, de manera consciente o inconsciente, una serie de roles entre los integrantes de las mismas. Dichos roles pueden, y deben, variar en función de los diferentes contextos. Por ejemplo, el rol de los miembros de la pareja cuando están en su casa con sus hijos no será el mismo que cuando estén de fiesta con un grupo de amigos y sin niños por medio, que, a su vez, será distinto de cuando estén en el trabajo.  Al menos, en teoría, no debería ser el mismo. Sin embargo, entre los miembros de la pareja se establecen unas relaciones de ¿poder? que resultan transversales e impregnan, con mayor o menor fuerza, toda la relación. Intuyo, eso no puedo demostrarlo, que existen muchas causas para que esto ocurra; pero de una de las causas sí puedo dar fe que existe: el miedo a la soledad. El miedo a la soledad, ese tercer factor del que hablaba hace unos párrafos, lleva a aceptar a muchas personas vivir en un entramado que le limita como ser humano, con otro ser al que no quiere y del que no recibe nada significativo, ya no para crecer, sino para ser medianamente feliz. Ese puto miedo a la incertidumbre del futuro resulta una de las mayores condenas de esta puta sociedad, y no sólo en lo referido a lo afectivo (los teóricos del paleoliberalismo juegan con ello para atemorizar a los trabajadores). En el fondo uno intuye que si alguien se preocupa más por su futuro, y la presunta soledad que le espera en él, que por el infierno que vive en este momento esa persona tiene un problema de autoestima. El miedo al fracaso, a la soledad lo tenemos todos. En el fondo la soledad no deseada puede ser vista como un rotundo fracaso del proyecto vital de cada uno. Pero anticipar lo que va a ocurrir. Considerar como certeza algo que no es más que una hipótesis, demuestra falta de confianza en uno mismo. Falta de confianza para intentar cambiar el propio futuro.
Creo que no vale todo para evitar el fracaso. Para huir de la ¿soledad? No hay peor soledad que no ser uno mismo. No hay peor soledad que la infelicidad como forma de vida. No hay peor soledad que pensar que por tener una red no vas a sufrir los daños de una caída. A lo mejor la caída se produce todos los días un poco y por eso no se da cuenta uno.
A pesar de ello, considero que estar enamorado es lo más bonito que le puede pasar a una persona en esta vida. Nada, tal vez con la excepción de esos momentos en que el amor por tus hijos se desborda por cada uno de los poros de tu cuerpo, se puede comparar a estar enamorado. Pero para ello hay que lanzarse, pensando que te puedes equivocar, pero que, pase lo que pase, merecerá la pena sólo por haber vivido y compartido esa experiencia.
Como diría alguien: "¿Vale, que sí?
Un saludo



viernes, 4 de diciembre de 2015

ENREDADOS


Hace poco tuve ocasión de asistir a un curso relacionado con las redes sociales en Internet. Además de conocer alguna plataforma educativa muy interesante, presencié y participé en alguno de los minicoloquios, espontáneos, que surgían entre los participantes en la actividad formativa. En mi modesta opinión, lo más interesante. No sólo por lo que allí se dijo, si no también por los diferentes enfoques que existían sobre el uso de las redes sociales.Como el lector podrá imaginar los asistentes, que lo hacíamos de manera voluntaria, nos encontrábamos allí porque queríamos aprender cuestiones que deseábamos poner en práctica. Sin embargo, la frecuencia de su uso, así como su significación no generaba unanimidad entre los asistentes.
Pero no quiero aburrir al lector con una cuestión personal y disquisiciones que, en algún caso, ni tan siquiera recuerdo con precisión. Lo que me ha motivado a escribir esta entrada es una reflexión sobre los nuevos modos que, la mayoría, hemos adoptado a la hora de comunicarnos y sus consecuencias.
Una buena parte de nosotros utilizamos alguna de estas aplicaciones: Facebook, WhatsApp (los grupos creados en esta aplicación son una auténtica red social), Istagram, Twitter...  Estas aplicaciones se caracterizan por su inmediatez y por la interactividad.
La inmediatez que supone colgar algo en esas redes y, acto seguido, aparecer en Internet o, en el caso de WhatsApp en el/los móvil/es de las personas interesadas.
La interactividad derivada de poder comentar publicaciones ajenas o propias. Así como de recibir mensajes de otras personas, opinando sobre nuestras aportaciones. Tal vez, en este aspecto deberíamos hacer referencia a las limitaciones del lenguaje escrito, a pesar del uso de emoticonos que puedan "matizar" la información aportada por el emisor. El lenguaje escrito resulta aún más "abierto" a las interpretaciones del receptor, pudiendo dar lugar a equívocos. Pero esa cuestión se la dejaré a los expertos en la materia, pues a mí me desborda.
Existe una tercer cuestión, poco o nada comentada, que resulta crucial: el marco ético aceptable que consideran las empresas dueñas de las aplicaciones. Así, de corrido, parece un poco lioso. Pero con un ejemplo espero ser capaz de explicarme.
Uno recuerda un vídeo de System Of A Down, titulado B.Y.O.B., colgado en Youtube (otra red social) en el que se censura un momento del mismo en el que Malakian utiliza la palabra fuck. Resulta curioso que se censure un vocablo, que en el contexto de la canción puede traducirse como coño o cojones (¿de dónde coño/cojones eres tú?), y se permita escuchar el resto de la letra, un alegato contra esta sociedad de consumo, contra los políticos y la religión, donde se llega a decir que vivimos en una nación fascista, que puede "herir la sensibilidad" de otra gente.
Algo parecido ocurre con una canción de Calle 13, No hay nadie como tú (una canción de amor), cuando René nombra tres drogas.
En Facebook el cuerpo desnudo, que no siempre es pornografía, también resulta un tabú, censurando publicaciones donde aparece el mismo de manera artística.
Creo que con estos ejemplos el lector habrá comprendido a lo que me refería cuando hablaba del marco ético que crean las empresas dueñas de las aplicaciones. En otras palabras, de lo que permiten hablar y no hablar y de cómo debemos hacerlo.
Es posible que exista un aspecto que también debemos tener en cuenta a la hora de hablar de las redes sociales: el anonimato. Tras un perfil, que  incluso puede incluir una fotografía de una persona, se puede esconder cualquiera.
Podríamos extendernos en cuestiones sobre la cantidad de información, la credibilidad de la misma y otro tipo de matices trillados cuando se habla de redes sociales, pero con lo expuesto hasta el momento creo tener suficiente para seguir desarrollando mi entrada.
Cuando los "expertos" hablan de las redes sociales no dudan en referirse a la peligrosidad de las mismas y es aquí donde me entra la risa floja. Las redes sociales, al igual que la televisión, los videojuegos y otro tipo de cuestiones similares no resultan peligrosas ni beneficiosas per se. Las que resultan peligrosas, o maravillosas, son las personas que utilizan esas redes sociales. El ciberacoso, el grooming o cualquier otra forma de ensañarse con alguien, lo llevan a cabo personas. Personas que muestran un lado horrible de sí mismas, aprovechándose de ciertas aplicaciones para machacar a otras personas. En este sentido, el anonimato, o presunto anonimato, así como el "confundirse" con la masa o la lejanía física del agredido ayudan a perpetrar todo tipo de tropelías, o a crear el caldo de cultivo para cometerlas (por ejemplo el grooming).
Resulta obvio que tomar medidas ayuda a que esto no ocurra o, al menos, a dificultar ser blanco de desaprensivos; pero nada lo asegura.
Deberíamos pensar que las redes sociales sólo reproducen lo que ocurre en la sociedad (a pesar de que mucha gente sólo se empeñe en mostrar las cosas "buenas" que le suceden) y los comportamientos de las personas que las utilizan. A través de ellas podemos descubrir y conocer a personas maravillosas, a gente que no te aporta nada y a auténticos depravados. como en la vida real. Las redes sociales son las personas que las utilizan y sus aspectos positivos y negativos. Tal vez, lo que haya variado es la cantidad de gente que puede acceder a esa información y la inmediatez con la que se accede.
Unido a todo ello existe un componente que, desde mi punto de vista, sí resulta muy típico de las redes sociales: si no recibes y redistribuyes las "novedades", no eres nadie en las redes y, por ende, tienes una vida social poco atractiva. Esa necesidad de hacer ver que se está a la última resulta preocupante cuando se trata de reenviar información que puede dañar a otras personas. No se piensa en el dolor que se puede generar. Lo que se valora es estar metido en la ola de lo que se lleva. En otras palabras, no se valora la información. Se prioriza poseerla y hacérselo notar a los demás. En el fondo se trata de un reflejo de la sociedad: una mayoría que con su silencio, o con la propagación de la información contribuye a la desgracia de otros.
Cabe destacar la puesta en práctica en Finlandia de una campaña para sensibilizar, y movilizar, a todos aquellos, especialmente adolescentes, que son testigos de este tipo de ciberacoso. Se trata de que esa mayoría silenciosa tome partido por los agredidos y no calle, o difunda, información que pueda destrozar la vida de otras personas.
En el fondo, las redes sociales las hacemos las personas y no son más que un reflejo de nosotros mismos. Cuando nos demos cuenta de ello creo que habremos dado un paso adelante, pues dejaremos de culpar a entes abstractos de nuestras tropelías, o de nuestros aciertos y reconoceremos que vivimos en una sociedad formada por seres imperfectos, algunos de ellos muy crueles.
Un saludo

sábado, 28 de noviembre de 2015

MI CUENTO DE NAVIDAD

En la noche del 24 de diciembre dos familias celebran el nacimiento de su dios. Dos familias relacionadas entre sí por el vínculo laboral que une a los dos varones que frisan los cincuenta años. Ese es el único nexo que tienen. Cada uno festeja la venida de su profeta en su hogar.
Uno de ellos, el jefe, celebrará esa festividad con su familia en su lujosa casa, con sus tres hijos y su aún atractiva esposa. Además, los padres de él, aún en buenas condiciones psíquicas y físicas a pesar de que ya flirtean con los ochenta, les acompañan en esta cena tan especial. Degustarán los exquisitos platos cocinados horas antes por su cocinera, que esta noche, como el resto del servicio, se encontrará con su respectiva familia. 
La otra familia sólo puede considerarse como una familia escuálida, monoparental.  Sin hijos. Al menos sin hijos cercanos en ese momento. Su dos hijas y su hijo se encuentran junto a su madre, a la que le toca disfrutar de su compañía durante esa parte de la fiestas navideñas. Sólo, frente a una lata abierta de caviar (ese lujo que se ha permitido esa noche y que ha supuesto un desembolso considerable para su maltrecha economía de mozo de almacén), que no había probado nunca y que descubre que no le gusta. Sólo frente a la ausencia de pensamientos. 
De repente asoma algo en su mente: el Cuento de Navidad de Dickens. El espíritu que hace justicia, a su manera, convirtiendo al rico mezquino en una buena persona que termina formando parte de la familia de su explotado trabajador. ¡Cómo le gustaría que la genial narración del británico se convirtiera en realidad! 
Durante un rato se dedicó a fantasear sobre el asunto. Esperando que algo cambie en esa lúgubre noche. Desea que aparezca una señal de cualquier tipo. Incluso un mensaje en su móvil podría servir. Algo. Pero pasan los minutos y ningún ser espectral comparece en la habitación. De nuevo, sin apenas percibirlo, su mente vuelve al blanco. Al abandono de la soledad.
Un fogonazo vuelve a poner en marcha su cabeza: ¡Lsas rulas que le pasó su compañero! "Un viaje sin salir de casa", le aseguró. Las tiene aún en el bolsillo de su abrigo. Tres pastillas rosas, de pequeño tamaño, que, a primera vista, no parecen poseer la capacidad de transportarte a ninguna parte. 
Él nunca ha tomado ese tipo de sustancias. Había fumado porros en su época joven; pero consumir drogas duras o sintéticas era un paso que nunca se había atrevido a dar. 
Una noche es una noche, pensó. Nada puede ser peor que esta sensación. 
Se tomo una de ellas. En poco tiempo sintió una sensación de bienestar como no recordaba. Su cabeza funcionaba muy rápido. Le costaba centrarse en todo lo que había en ella. Las imágenes e ideas se sucedían con celeridad. Pero, sin saber como, la habitación se llenó del Espíritu de la Navidad. Una luz inundaba el cuarto. De la luz emanaba una voz dulce que decía comprender lo que le ocurría. Decía saber que lo sentía. Entender su sensación. La voz le pidió que la siguiese. Ella se encargaría de reparar todas las afrentas que había sufrido. 
De repente la ventana se abrió y la intensa luz formó una gruesa línea que fue vaciando de color la sala, llenando de formas diurnas las calles por donde pasaba. 
Él no lo dudó por un momento; debía seguir a ese nuevo compañero que le aseguraba la redención. El no era Ulises y había encontrado a sus sirenas.
Dos días después, a primera hora de la mañana, en el despacho de su empresa destinado al jefe, dos personas mantenían una conversación.
- Yo no puedo, ni quiero, acudir allí. Vas a ir tú.
- Creo que debías ir tú. Tú eres el jefe y en un hecho como éste la familia te lo agradecerá.
- No pienso hacerlo. ¿Qué le digo a sus hijos? Qué su padre se puso hasta el culo de drogas y se tiró por la ventana. ¡No me sale de los cojones pasar ese mal trago! Te quiero a las doce en esa iglesia. Eres el puto gerente y también cobras, y muy bien, por hacer este tipo de cosas.
- ¡Vale! ¡Déjalo ya! Allí estaré.
- Y otra cosa. Contrata rápido a alguien que sustituya a ese gilipollas. No quiero que ninguna preocupación me joda estas fiestas de Navidad.

lunes, 23 de noviembre de 2015

EL FRANQUISMO HOY

"...Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?..."

Vientos del pueblo me llevan. Miguel Hernández

Hace unos días se cumplieron cuarenta años de la muerte del dictador genocida Francisco Franco. Con la excepción de unos pocos "nostálgicos" nadie parece echar en falta la figura, y la obra, del tirano. Sin embargo, un cierto número, nada desdeñable, de gente de la "izquierda" y ¿progresía? parece seguir retrotrayéndose al tiempo de la II República, y la Guerra Civil, para abordar el tema del franquismo, que no sólo de Franco. Creo importante no olvidar que el bando que provocó el golpe de Estado y, la consiguiente y cruenta Guerra Civil, contó con el apoyo de personas en todo el territorio español (por ejemplo, los nacionalistas catalanes suelen obviar que existía un tercio de requetés llamado Monserrat, o que los bombardeos italianos sobre objetivos de Barcelona contaban con la inestimable información de los quintacolumnistas de esa ciudad). Por tanto, hablar de Franco, como único culpable de ese período resulta inexacto.
Por otra parte, me parece algo absurdo anhelar una experiencia que fue un fracaso, en gran parte por el empeño de una Iglesia politizada, de un ejercito, en especial los africanistas, que veían peligrar unos ascensos conseguidos de forma arbitraria, por los monárquicos (algunos de ellos muy próximos en lo ideológico al nazismo), por los terratenientes y la alta burguesía, que no quería ceder ni un ápice de sus privilegios y, en menor medida, por ciertas movilizaciones de obreros que querían conseguir sus objetivos de manera expeditiva. 
Además, me parece absurdo porque la II Guerra Mundial habría afectado a nuestro país de una u otra manera y hubiese cambiado muchos de los postulados idealizados por ciertas personas sobre la II República. No voy a ocupar ni un segundo del tiempo del lector en recordar la forma de limitar la capacidad de acción  del Partido Comunista Italiano durante las décadas que siguieron a la II Guerra Mundial.
También me parece absurdo porque de los efectos del franquismo, a fecha de hoy, sólo podemos, y debemos, cambiar unas pocas cosas. A saber:
  1. Dar sepultura a los asesinados por los franquistas  que yacen, de manera anónima, en cualquier lugar. Las administraciones deberían poner todos los medios para ello.
  2. Investigar a fondo el tráfico de recién nacidos que existió durante el período franquista, que llegó hasta los primeros años del felipismo. El robo sistemático de bebés a sus padres debe conocerse en todos sus aspectos. Resulta evidente que la información afectará a familias poderosas, en su momento afectas al régimen, y que hoy seguirán siendo poderosas. Tal vez por ello los medios de comunicación, siempre serviles, han silenciado este trágico tráfico ilegal de personas. Tres cuartas parte de lo mismo puede decirse de los mecanismos políticos y judiciales encargados de aclarar este criminal escándalo.
  3. Si aún se pueden demandar responsabilidades penales por delitos de cualquier tipo contra personas o entidades que se amparaban en el franquismo para cometer todo tipo de atrocidades, debería hacerse. Aunque intuyo que todo lo juzgable ya ha preescrito en nuestro país, creo que deberíamos facilitar la investigación en otros países, caso de Argentina.
También me parece absurdo porque la dictadura de Franco no se puede entender como un hecho aislado en la historia de España. Más bien debemos entender ese negro período como la culminación de un siglo largo de lucha entre los postulados más conservadores y los de aquellos que mantenían una visión de progreso y modernización para toda la sociedad española. Entre los defensores de la Constitución de 1812 y Fernando VII y sus herederos intelectuales (si es que a esa forma de forma de entender la vida se le puede asociar con el intelecto).
Creo que constituiría una paso adelante necesario y salubre empezar a encerrar el franquismo dentro del concepto de la Historia (de la Historia con mayúsculas), entendiendo ese período como una parte, oscura, muy oscura, de la historia de España. 
Tal vez ello nos permitiría entender porque nos estuvimos matando durante más de un siglo entre nosotros y no volver a repetir los mismos errores. O porque un tipo mediocre, cuya mayor habilidad, como diría su hermano Ramón Franco, era la de arrimarse al poder, acabó ejerciendo éste de manera omnímoda. También nos permitiría situar en su justa medida a personajes como Santiago Carrillo o la Pasionaria, que no dudaron en cometer tropelías para acceder o mantener el poder (un ejemplo hilarante, que sirve para conocer la verdadera pasta de la que está hecho, es la posición que Carrillo mantuvo sobre Yugoslavia antes y después de que Tito y la U.R.S.S. se distanciasen). De igual manera no se puede entender nada de lo ocurrido sin analizar el contexto internacional y los apoyos recibidos durante la Guerra Civil, el franquismo y durante la Transición por unos y otros. Pero para ello debemos aparcar el odio y tener ganas de construir todos juntos, o la mayoría, algo mejor para todos.
Me gustaría acabar con dos reflexiones.
  1. Yo he gastado, según las estadísticas, más de la mitad de mi periplo vital y de Franco sólo recuerdo una bandera a media asta en un centro de Salud el día que el dictador murió.
  2. Lo único que permanece inalterable del franquismo son esos apellidos que siguen acaparando gran parte de la riqueza de este país. 
Un saludo.

lunes, 16 de noviembre de 2015

EN LA IMPERFECCIÓN EXISTEN COSAS MARAVILLOSAS

"El hombre es un lobo para el hombre"
Thomas Hobbes

El sábado pasado, en París, la barbarie hizo acto de presencia, una vez más. Nada distinto a lo ocurrido en Beirut, o a lo que ocurre a diario en Siria, Irak o determinados países de África. Unos iluminados (asesinos) en nombre de una idea acaban con la vida de otras personas que, en este caso, nada tienen que ver con el asunto. Un crimen sinsentido y sin excusa alguna. 
Ciertos personajes culparán a Occidente, a sus políticos, de dar una justificación a estos criminales. No seré yo el que defienda a personajes como Bush, Blair o Aznar, que, desde mi puntos de vista, debían haber pisado la Corte Penal Internacional para ser juzgados por crímenes contra la humanidad. Pero, desde mi punto de vista, subyace algo más profundo en todo lo ocurrido ayer.
Otros apelarán a la educación como factor básico para evitar este tipo de macabros acontecimientos. Puede que tengan algo de razón, pero sigo considerando que existe  algo más. 
Los exaltados de la derecha apelarán a sus consignas racistas y a sus teorías supremacistas (más o menos encubiertas) para explicar y abordar, con represalias generalizadas, los hechos acaecidos hace dos días en la capital francesa. En este caso la explicación también se olvida de los fundamental, pero, como el caso del primer supuesto, contiene parte de un aspecto crucial del que siempre nos olvidamos cuando tratamos temas referido a los seres humanos: su diversidad y sus diversas formas de entender y abordar la vida.
Antes de continuar esta entrada voy a permitirme pedirle al lector un favor: Despójese de todo sentimiento que le haya producido el acto asesino y aléjese mentalmente de la desgracia de ese fin de semana. 
¿Lo ha hecho? Gracias.
Imagínese haciendo un viaje en el tiempo y en el espacio. Ahora se encuentra en el siglo II d. C., sentado en el Coliseum de Roma, contemplando como unos fornidos gladiadores luchan por su supervivencia. El recinto es un clamor que pide que el vencedor de uno de los combates le dé matarile al perdedor. 
Resulta preferible no saber como acaba la cuestión y por eso le vuelvo a proponer al sufrido, y viajero, lector otro viaje. En este caso le propongo que viaje a una cárcel femenina de los primeros años del franquismo. En este caso el espectáculo no se muestra a un gran colectivo. Una funcionaria humilla a una presa política, mediante maltrato psicológico y físico. La crueldad ejercida por parte de las mujeres encargadas de la vigilancia de las reclusas es de sobra conocida.
Reconozco que los viajes no pueden considerarse como agradables. Aún así y todo les propongo un último viaje. Ni más ni menos que a la antigua U.R.S.S. Un sitio en el Sur de ese territorio que respondía al nombre de Stalingrado. ¿Les suena? Viajaremos hasta diciembre del año 1942. Dos soldados soviéticos retroceden ante el empuje de un batallón de paracaidistas nazis. En su huida se encuentran con dos comisarios del partido comunista que les preguntan dónde van. Tras responder que huyen de la acometida de los nazis, la pareja de comisarios rojos sacan sus pistolas y no vacilan a la hora de asesinar a sus compatriotas. En el fondo lo único que hacen es seguir las órdenes de Stalin. El genocida georgiano ordenó matar a todos los miembros del Ejército Rojo que retrocedieran.
Tres ejemplos, cuatro junto con el de París, sobre como la crueldad con los semejantes resulta algo nada infrecuente. Podía haber expuesto unos cuantos más que tenía en mente, pero me pareció excesivo.
En todos los casos existe, al menos, un denominador común: unos seres humanos no albergan duda alguna sobre su capacidad para disponer de la vida de otros seres humanos a su antojo. Es probable que podamos discutir sobre si la guerra justifica ciertos actos o no (a mí me parece que no), pero lo esencial radica en la capacidad del ser humano para cometer atrocidades sin cuento.
En la Yugoslavia posterior a Tito unos y otros, en algunos casos vecinos o conocidos, no dudaron en despellejarse vivos en un momento dado, bajo las excusa del nacionalismo, la religión o cualquier otra bobada.
No me cabe duda alguna de que una parte de nosotros, la humanidad, no tiene problema alguno en despellejar a la otra parte que no "piensa" como ella. No se trata de ideologías o religiones, la ideología o la fe es la excusa, se trata de algo consustancial a ciertos seres humanos, que aflora cuando las condiciones son las adecuadas.
El lector podrá creer tras lo escrito que se trata de determinismo puro. Nada más lejos de la realidad, salvo excepciones. En realidad, intuyo, que existen personas, hombres y mujeres, con cierta inclinación a la violencia, ejercida sobre otros seres humanos. Personas que encuentran en cualquier discurso incendiario, en una guerra o en un régimen que no respete los derechos humanos, una excusa perfecta para cometer una serie de tropelías sin cuento. Esas personas pueden ejercer una violencia de "baja intensidad", por ejemplo los judíos ortodoxos que persiguen, e insultan, a mujeres desconocidas por no observar las "normas de la decencia" en el vestido o una violencia extrema, como en París.
Tal vez, sólo tal vez, deberíamos hacernos a la idea de que existen personas, muchas, a lo mejor nosotros también figuramos entre ellas, que en el contexto "adecuado" son capaces de sacar algo que llevan dentro y que no resulta nada positivo para aquellos a los que consideran enemigos. Esas personas en nuestras sociedades occidentales no suelen tener ocasión de mostrar ese lado, salvo excepciones, pero si se da la ocasión no tendrán ninguna duda.
Es posible que el gran éxito de nuestra sociedad haya sido recluir la violencia de los ciudadanos gracias a unas leyes para todos, que se basan en la igualdad y el respeto a los derechos fundamentales (aunque luego dichas leyes se apliquen de aquella manera). Sin embargo, no debemos olvidar que siempre van a existir personas que, con cualquier excusa, van a cometer una carnicería. No olvidarlo nos convendría mucho, pues, aunque nos duela, no perderíamos en tiempo buscar justificaciones a actos execrables que, en el fondo, son fruto de la forma de entender el mundo de esas personas. De algo consustancial a ese individuo, que encuentra en la política, la fe o en lo que sea, la forma de dar sentido a algo que es innato suyo.
Se trata de algo tan simple como un hecho estadístico. Igual que existen personas desprendidas y maravillosas, existe un porcentaje de personas capaces de hacer el mal. Tan sencillo como eso.
Creo en las personas. Creo en el respeto hacia el prójimo. Pero también creo que no vivimos en un jardín de rosas y cuanto antes aceptemos que existe gente capaz de hacer mal con cualquier excusa, creo que nos irá bastante mejor. Nada es perfecto, pero en la imperfección existen cosas maravillosas.


sábado, 7 de noviembre de 2015

SIN TÍTULO...AÚN

I

No. 
No deseo la cercanía en esta lejanía.
No.
No deseo escuchar en este silencio.
No.
No deseo pensar en esta incertidumbre.
No.
No deseo desear en esta imposibilidad.
No.
No deseo decir nunca más no.

II

Amanece, no importa la hora,
Un sol, o su ausencia, viste todo.
Todo lo que existe más allá de la ventana.
Todo lo que apetece vivir.


III

Decae el sol, un día más languidece.
Un día sin coser al anterior...
Ni al siguiente.
Se pierde la cuenta.
No parece existir un libro
Donde plasmar un hilo argumental.
La trama, retazos de momentos aleatorios,
Se insinúa entre el miedo al fracaso.
La distancia protege.
Mientras, el tiempo perdido se desangra.

IV

¡Buenos días!
Una sonrisa, un abrazo. Calor.










miércoles, 4 de noviembre de 2015

VUELTA

Por motivos que no vienen al caso 
he decidido reabrir este blog, que durante un tiempo fue mi casa.
Nos leemos.