jueves, 2 de agosto de 2018

JUANA NO ESTÁ EN MI CASA, PERO EN LA VUESTRA TAMPOCO HA ESTADO NUNCA

"En un mundo de injusticia,
la justicia ha de parecer injusta
por necesidad casi matemática".

Arthur Schnitzler

Al final salió la sentencia, no firme, contra Juana Rivas, por el secuestro de sus hijos y ha sido condenada a cinco años y a la pérdida de seis años de la patria potestad, lo que no significa que no pueda verlos (algunos han publicado esto). Este asunto, que tanto revuelo ha causado, refleja a la perfección todo lo que ocurre en este tipo de asuntos.
Antes de comenzar me gustaría hacer una pregunta: ¿cuántos de los que dicen defender a Juana se han preocupado este tiempo de los hijos de ésta?
Una vez agitada unas cuantas conciencias vamos a empezar leyendo unos extractos de la sentencia:


En la sentencia se habla de varios aspectos básicos:
  • No hay pruebas de que exista violencia contra Juana Rivas. Hecho que ocurrió, una vez, de forma puntual y fue juzgado en 2009. Lo sé, hay gente que opina que la ha maltratado continuamente, porque según su entender, la gente no se rehabilita y alguien que ha sido condenado por maltrato, aunque sea por insultos (sí, querido lector, según la Ley de Violencia de Género puede ser) nunca se rehabilita. El estereotipo y la generalización funcionan. La ignorancia, el desconocimiento de las leyes, la falta de presunción de inocencia también. Los defensores de Juana no creen en la Justicia, creen en lo que ellos dicen. La misma forma de razonar que los neonazis que agreden a gays, personas de otra raza. Ellos dictan quiénes son inocentes y culpables.
  • Juana sabía lo que hacía, lo hizo público. No obró engañada, por nadie. 
  • Los equipos psicosociales del Juzgado no consideran que exista peligro para los niños proveniente de su padre. Aspecto éste que se ajusta, hasta el momento, a la realidad.
  • Los políticos, esa chusma oportunista, han cargado contra alguien no condenado, saltándose todas las normas democráticas del Estado de Derecho. Una ignorante del PSOE ha llegado a hablar de amnistía, cuando esto sólo puede ocurrir si hay sentencia firme, cuestión que sólo se da cuando ya no caben recursos y, en este momento procesal, ambas partes pueden recurrir el auto del juez. 

Resulta curioso que todo el proceso de Juana Rivas comience cuando se quiere separar, por segunda vez, de su pareja, con la que volvió de manera voluntaria y parece que convivió en bastante buena armonía, como aparecen en comentarios de terceras personas en Trypavidsor o cuentan algunos allegados a ella, y aparece una tal Francisca Granadaos que la asesora legalmente (aunque no esté colegiada como abogada, aunque si tenga la titulación en Derecho) y que la anima a denunciar a su marido y, parece ser, poco después a secuestrar a sus hijos.
La tal Paqui Granados, ha sido tan nefanda para Juana Rivas, que hasta su propia defensa utilizaba su influencia para buscar la exculpación de Juana. 


Y uno se pregunta: ¿Cómo una mujer, que desempeña un trabajo pagado con dinero público, que asesora de manera tan desastrosa a otra mujer, puede haber estado al frente de un organismo público?
La respuesta es evidente: porque hay un gran negocio en ese mundo y mucha gente vive muy bien a costa de él. De hecho, parece ser que es la propia Granados la que la anima a denunciar a su expareja, no pudiéndose demostrar nada. 

Siempre podemos encontrar a personas que van de progres, que en el fondo son unos niños pijos (a ésta la iban a premiar con un puesto en el Consejo de RTVE, pero salió rana)  en busca de causas nobles (jamás les veréis en un barrio obrero y, como en el caso de la Pardo de Vera, son clasistas hasta el punto de despotricar de un taxista por querer hablar con ella durante un recorrido) que defiendan la labor de Granados.


http://ctxt.es/es/20170816/Politica/14465/Juana-Rivas-hijos-maltrato-indefension-Cristina-Fallaras.htm

Por supuesto, la prensa ha empezado a cargar contra el juez. Hace poco expliqué en una entrada como se movían todos estos pijos progres (gente clasista y muy conservadora en el fondo) cuando algo no les cuadraba. No dudaban en despotricar contra los funcionarios en cuestión, acusándoles de todos los males, basándose en cuestiones inexactas, cuando no falsas. En la entrada de la que hablo, aquí, pongo un ejemplo. 
Por supuesto, el primero en cargar, fue el hijo de Arsenio Escolar, director de periódico por la gracia de sus contactos y no por haber terminado la carrera de periodismo, que empezó a hablar de una opinión del juez. El colega, Nachete, ya no se corta en reconocer que quien no tenga la misma opinión que él merece lo peor. Tal vez desconozca que existe cosas como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Constitución que hablan de una cosa que se llama libertad de expresión.
Lo que el hijo de Arsenio insinuaba era que el juez había prevaricado, un paso más en la campaña de desprestigio. La tropa fiel ardía en las redes al respecto. Y uno, que se dedicó a intercambiar pareceres con una persona de esa tropa, le dijo que si tenía pruebas de eso, y si quería ayudar a Juana, que lo que debería hacer era presentarse y denunciarlo (cosa que tampoco hizo el abogado defensor, curioso, y que a nadie parece sorprender si tan claro era). Por supuesto no hubo respuesta. 
Luego leí al periodista Toño Fraguas, casualmente hijo de otro famoso, Forges, despotricar contra una sentencia, que no había tenido tiempo de leer, hablando de justicia patriarcal y a uno le vino a la mente esa gran cantidad de gente que tiene carreras universitarias y tienen muchas dificultades para hacerse un hueco, si lo consiguen, para hacerse un hueco en su profesión. Eso se llama igualdad de oportunidades y vale igual para hombres y para mujeres.
Pero lo mejor vino cuando otro periodista progre colgó en Twitter que la sentencia estaba hecha de manera previa, porque el juez había tomado la decisión de la condena ese mismo día. Merece la pena leer el cachondeo generalizado de jueces y magistrados ante el argumento del colega. Torpe por no informarse, torpe por demostrar su torpeza.
Dejo aquí el tuit por sí alguien quiere leer las respuestas.


En todo este meollo faltaba el períodico neoliberal progresista, El País, que acusaba al juez de hacer un corta y pega y quitar las partes de los párrafos que no se ajustaban a la sentencia. Reconozco que he buscado y no he encontrado esos textos, pero sí que este periódico tiene la costumbre de acusar a jueces de practicar el corta y pega:

https://elpais.com/politica/2017/06/22/actualidad/1498130999_436553.html

Pero, si indagas un poco más, te encuentras que los jueces, como otros muchos profesionales, utilizan esta técnica, modificando los datos pertinentes al caso concreto:


https://delajusticia.com/2017/10/16/sentencias-matrioska-cortar-y-pegar/

Merece la pena leer el enlace anterior y ver que, entre otros, una de las cuestiones que puede facilitar el corta y pega es:

 "Facilitar al Tribunal de apelación o casación la revision de la sentencia, indicándole las fuentes exactas de fundamentación".


Una de las cuestiones que más me llama la atención de estos asuntos es que asociaciones financiadas con dinero público se dedican a denunciar las prácticas de los jueces, acusándoles de todo, pero de ahí no pasan. Si de verdad estuviesen interesados en ayudar a sus defendidos acudirían a donde correspondiese e intentarían que el juez o magistrado fuese cesado o sancionado. Jamás ocurre eso. Sus pruebas se reducen a su percepción, a la perspectiva de género, que es algo así como la verdad revelada del nacionalcatolicismo. Nada. Pero, mientras, las Franciscas Granados de turno siguen llevándoselo crudo.
No me gustaría terminar sin hacer mención al hashtag #juanaestaenmicasa.
Esta frase, que puede leer de manera repetitiva cuando Juana Rivas secuestró a sus hijos, sirvió para "movilizar" desde la redes sociales a mucha gente. Gente que, en su mayoría, con "gestos" como éste ya tienen su dosis de solidaridad. Por supuesto, a la gran mayoría, el 99,99% de los que utilizaron este HT, les importará una mierda lo que le ocurra a Juana dentro de tres meses y les ha importado la misma mierda lo que les ha ocurrido a sus hijos durante este tiempo. Resulta muy fácil manipular a la gente, especialmente si no se molestan en indagar. Necesitan gente fiel a la causa. Soldados obedientes.
No, yo no soy Juana, no creo en Juana, pero los que se rasgaban las vestiduras tampoco lo eran. ¡Hipócritas! 
Un saludo.

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