viernes, 19 de agosto de 2016

LA PUERTA DE LA LIBRERÍA Y LA DE DIOS ES CRISTO

"Es tan ligera la lengua como el pensamiento,
que si con malas las preñeces de los pensamientos,
las empeoran los partos de la lengua"

Miguel de Cervantes. 

Hace unas semanas Arturo Pérez Reverte publicó uno de esos textos cortos que uno no sabe si se ha inventado o no, pero que si puede dar fe de que cuando fue concebido el autor sabía que la polémica iba a formar parte de su recorrido.

http://www.zendalibros.com/no-una-senora/

Si el lector no ha tenido a bien leer el enlace resumiré el texto: una mujer tilda de machista al escritor por cederla el paso en una librería. El mito de la librería (la cultura), de la educación de serie y esas cuestiones que tanto gustan al cartagenero aparecen en este escrito, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, voy a echar un capote, que no creo necesite, al murciano, a pesar de algo que me ocurrió hace tiempo, por lo que debería echar sapos por la boca cada vez que el autor de La tabla de Flandes apareciese en mi vida. Algo que voy a contar.
Este blog tiene, más o menos, un lustro de existencia. En determinado momento comencé a escribir en él relatos cortos, inspirados en experiencias, ideas y, en muchas ocasiones, forjados en el sudor de carreras (soy uno de esos que se ponen pantalones cortos para machacarse el cuerpo) o en viajes largos. En una ocasión cree uno titulado: "Caperucita del siglo XXI", con un argumento bastante bueno. Estaba tan satisfecho de lo que había escrito que mandé un correo electrónico al escritor que en este momento nos ocupa. No recuerdo haber recibido contestación alguna referida a la calidad, o no, de la adaptación realizada por mí del relato infantil. Unos meses después apareció, en un suplemento dominical, una historia basada en un cuento clásico, ambientada en nuestro días. En dicho texto aparecían personajes similares, uno de ellos idéntico, a los que aparecían en lo que yo había escrito hacía unos meses y, por esas casualidades de la vida, la trama era similar. No seré yo quien culpe desde aquí a Reverte de mejorar la calidad literaria de una narración sin registro de propiedad intelectual. Ni mucho menos de no reconocer que a veces las musas no resultan ser entes etéreos; pero, y no me van a doler prendas a la hora de hacerlo, reconozco que el relato, su argumento, sus personajes, elevaron sobremanera la calidad de las producciones que en ese espacio semanal suelen aparecer.
Una vez aclarado este aspecto, nos vamos a centrar en el asunto mollar de esta entrada: la respuesta, casi obligatoria (todo el mundo debe ganarse las lentejas, no sólo el académico), al texto del académico. La respuesta sólo podía llegar de un lugar: de parte de una tuitera que se ha hecho muy famosas por su visión "feminista" de la realidad y su encendida defensa de la maldad intrínseca del hombre por el mero hecho de poseer un falo y una mentalidad cavérnicola, que parece venir de serie. 
Me estoy refiriendo a una auxiliar de vuelo, que se ha hecho famosa en las redes, y en los medios y que firma bajo el pseudónimo de Barbijaputa. 
Esta mujer me recuerda a Joseph McCarthy, organizador y promotor de ese período aborrecible de la historia de EE.UU., en el que se produjo la famosa caza de brujas. Espero, con toda mi alma, que, a diferencia del republicano, Barbijaputa no acabe teniendo problemas con el alcohol, como le ocurrió al senador republicano. Me recuerda a ese tipo y a ese período, que se denomina mccarthismo, porque todo aquel (y aquella, que aquí no hace distingos) que no piensa como la tuitera resulta ser un machista (en la época de McCarthy se les tildaba de comunista). 
Sin embargo, todo el mundo tiene un pasado, y hace seis años, cuando no la conocía nadie, Barbijaputa escribía en las redes sociales cosas como:






Resulta divertido que esta persona que vierte de manera pública comentarios bastante... inapropiados, se haya convertido en uno de los adalides del hembrismo (ella lo confunde con el feminismo) y sea jaleada por políticos como Alberto Garzón, escriba en eldiario.es e, incluso, haya publicado algo en Amnistía Internacional (una interpretación absurda de la guerra y la mujer, que además de demostrar que siempre aplica los mismos argumentos en todo lo que escribe, demuestra su desconocimiento de la Historia).
Antes de seguir me gustaría decir que hice llegar este tuits al jefe de Barbijaputa en eldiario.es, Ignacio Escolar, y a Alberto Garzón. La auxiliar de vuelo sigue escribiendo en ese medio progre y lo que saqué fue esto:



Por cierto, tampoco la seguía. Tampoco puedo lucir con orgullo que me haya censurado. La mitad de la gente de esta red social, todos lo que no comparten sus hipótesis, han sufrido el mismo destino.
Pero no me voy a liar y vamos a seguir con el asunto central de la entrada: la respuesta de esta intelectual al texto provocador e intencionado del escritor. Si el lector quiere leerla aquí la tiene:

columnashttp://m.eldiario.es/zonacritica/perez_reverte-machismo-barbijaputa_6_539706027.

Tras leer la respuesta no puedo evitar pensar en la mala suerte que tiene la protagonista del relato: todo lo malo le pasa a ella. Su marido, pareja o lo que sea parece no ayudarla mucho, en su trabajo parece que no la consideran mucho, los jóvenes la dicen cosas que no entiende y, para colmo de males, un tipo famoso la cede el paso en una librería. 
Con sinceridad, yo también pensaría que la humanidad ha perdido el rumbo si me ocurriese eso. Al menos eso me pareció en una primera lectura. Luego, con más pausa, lo releí y no me pareció tan tremendo porque tiene descendencia (ni ella ni su pareja son estériles, lo que resulta bastante frecuente), tiene dos churumbeles (el número ideal de descendientes en nuestra sociedad); su trabajo parece ser indefinido y bastante bueno; por lo que cuenta resulta ser una mujer atractiva, culta y, por si fuera poco, tiene alguien que le cuide a la prole mientras ella decide ir a la librería, lo que la permite tiempo de ocio (no todo el mundo, y hablo por experiencia, puede disfrutar de ese tiempo cuando tiene hijos pequeños). Tampoco vive tan mal. Es más, su ritmo de vida se parece al estereotipo de  mamás "triunfadoras" que nos intentan vender como el culmen. A ver si la colega ha seguido los pasos de Reverte y también ha creado un estereotipo para hacerse notar. Es posible que si fuese peluquera y panchita no tuviese esos problemas. 
Debo reconocer que al principio me preocupaba que no la dejasen hablar en el trabajo. En un principio pensé que se debía a que la habían contratado por ser una tía buena, lo que me molestaría bastante, pues privaría de un puesto de trabajo a otra persona, hombre o mujer, más capacitada. Pero no, no era así. Resulta que realizaba informes de calidad. Uno se preguntaba qué podía ocurrir para que nadie la considerase como interlocutora válida y, leyendo leyendo, he creído encontrar la respuesta a la entrada de la la librería: su incontinencia verbal. No es capaz de distinguir cuando alguien hace algo de manera sincera y puede soltar una fresca a las primeras de cambio. 
Entiendo  la imposición de indumentaria, en concreto el uso de zapatos con tacones altos, sea motivo de desagrado por su parte. Menos mal que el resto de vestuario, traje chaqueta, falda con blusa y chaqueta... se lo dejan elegir. De hecho, si a mi me impusiesen llevar traje para ir a mi trabajo, como seguro les ocurrirá a sus compañeros, dejaría la empresa. 
Me descoloca lo de la edad reproductiva, o algo similar, que dice. Yo no sé en que mundo se mueve esa mujer (aunque creo que en uno muy lóbrego, porque no encuentra consuelo ni quien la consuele), pero me gustaría hacerla saber que los tíos (uso tíos de manera deliberada) no preguntamos a las mujeres si han llegado a la menopausia o no para decidir si nos parecen atractivas. Eso suele ocurrir si se va a tener una primera relación sexual y la cosa se quiere hacer a las bravas, evitando el riesgo de embarazo.  Espero que esta información pueda resultar de utilidad a esta buena mujer y la ayude a comprender mejor el mundo en el que habita. 
También me gustaría hacer saber a esa buena mujer que muchos hombres nos encargamos de nuestras responsabilidades como padres y realizamos las tareas domésticas. Con sinceridad, creo que ha tenido mala suerte y debería divorciarse de su pareja o, antes de tomar esa drástica medida, hablar con él y redefinir los papeles en su pareja, porque por lo visto no debe hablar mucho con su cónyuge. No quiero pensar mal, pero de nuevo aparecen los problemas de comunicación en su vida. De todas formas, si no realizando esto último sus problemas no se solucionan, debería partir peras y, con el tiempo, buscar alguien que estuviese a la altura de sus expectativas. Estoy empezado a apreciar a esta mujer y creo que todo buen consejo que se la pueda dar resulta escaso. 
Respecto a otros tópicos, el de lo emocional lo voy a desmontar en otra entrada donde voy a hablar de la propaganda nazi. Sobre lo del acoso en el trabajo me gustaría contar una anécdota, real y personal.
Hace bastantes años, era joven, en mi primer trabajo relacionado con la Educación, tenía jornada partida y comía, junto con el resto de compañeros, en el centro donde trabajaba. Un día estaba hablando con la directora del centro, una mujer mayor que yo, sin compromiso, ella me contaba lo que había ocurrido hacía poco tiempo en una fiesta. Un tío la había entrado y no respondía a sus cánones, por lo que no le prestó mayor atención. Cuando mi antigua, y gran jefa, me hablaba del tipo de hombres que le gustaban hizo un comentario que, más o menos, decía. "Si hubiese sido un tío que estuviese como tú, no habría tenido problemas...". Reconozco que en un principio me descolocó, por lo inesperado del asunto, pero al poco me lo tomé como un halago. De hecho, en ningún momento me sentí acorralado. Entiendo que Babijaputa y su tropa vean acoso en todo, pero, por suerte los seres humanos seguimos atrayéndonos, y repeliéndonos, por nuestro físico. Diría más, en eso se basa que, como especie, andemos sobre este planeta.
No me gustaría concluir sin mencionar a los palmeros de los comentarios. Alguien, en una red social, define a estos tipos, que se alinean con las ideas hembristas, como pollos que quieren follar con estas feministas, siguiéndolas la corriente. Puede que haya alguno así, de todo hay en la viña del Señor, pero creo que se trata de esnobs sin mayor capacidad intelectual. De otra manera no se podría explicar que la tal japuta defienda que los hombres, todos o la gran mayoría, no nos encargamos de nuestros hijos, agravando además este comportamiento con una indolencia extrema en los asuntos relacionados con la vida doméstica, y  en dicho panfleto se puedan leer que seres del sexo masculino, defiendan esta hipótesis, sin, al menos, escribir que ellos no resultan ser la excepción que confirma la regla.
Un saludo.

martes, 16 de agosto de 2016

IDIOTARIO (LXXVI)

Barbarismo: hipsterismo.


Burkini: prenda de baño utilizada por las mujeres de ciertos países islámicos que tapa todo el cuerpo de la mujer, sirviendo para cubrir a cerrazón machista de los hombres de una sociedad.


Cena de trabajo: comida nocturna que ilustra el nivel laboral alcanzado. Si el desempeño laboral se sitúa en lo más alto la cena será pagada por la empresa o por los contribuyentes. Si el trabajador no ha alcanzado este nivel cada comensal pagará su comida.


Debate político: intercambio de ideas políticas entre dos o más personas. Existe una versión, creada por lo medios, caracterizada por una serie de peculiaridades distintivas: dos o más fulanos critican lo que dice el de enfrente hasta que acaba el programa y cobran. Mientras esto ocurre, y un rato después, muchas personas que  no cobran, espectadores del programa, copian las actitudes de los mediáticos tertulianos. 


Electroshock: momento en que se ve por primera vez el importe de la factura de la luz.


Excursión organizada: viaje planificado y dirigido por una persona o empresa en el que entre visita a restaurantes y tiendas, con las que el guía a la empresa tiene acuerdos de tipo comercial, se visitan, con celeridad, monumentos o paisajes naturales.


Redes sociales: sitios de Internet donde coinciden gente que se puede comunicar entre ella. Las redes sociales han supuesto un gran avance, pues, gracias a ellas y la capacidad intelectual de sus usuarios, han desaparecido todos y cada uno de los problemas que asolaban al mundo.


República, II: régimen político democrático que existió entre 1931 y 1939 en España. Se caracteriza por ser la sublimación de todos los bienes para uno y la de todos los malos para otros, lo que demuestra que el sistema educativo español, al menos en lo referido a Historia, no funciona bien y que en este país sigue existiendo gente,como en aquella época, incapaz de escuchar, y algo peor, al que no piensa como él.


Vacaciones de verano: periodo estival de descanso de la rutina habitual, en la que una parte significativa de las personas hace cosas tan fuera de lo común como pasear todas las noches por el mismo paseo marítimo para tomar bebidas en la misma terraza que el día anterior.

viernes, 12 de agosto de 2016

SIN FILOSOFÍA

A pesar de estar concentrado en otras historias, no puedo evitar leer ciertos artículos y opiniones sobre diferentes cuestiones de la realidad, o de la fingida realidad. No tengo intención de hablar sobre ganapanes varios que han hecho de la mujer su especialidad, para esos tengo una entrada reservada, donde me dedicaré a desmontar sus hipótesis, que no teorías, y su lucrativo negocio basado en la represión y en hacer de la anécdota categoría. Hoy me interesa abordar otra cuestión bien distinta... O tal vez no. Veamos.
Hace unos días murió el filósofo materialista Gustavo Bueno, un tipo que me caía muy bien. Gustavo Bueno, como Emilio Lledó y otros, postulaban la necesidad de saber Filosofía para poder cambiar este mundo, que según ellos se derrumba. Fruto de esta interpretación, y de otras cuestiones, se ha desatado una campaña sobre la necesidad de volver a implantar asignaturas obligatorias sobre Filosofía en Educación Secundaria, cuesión que comparto. Sin embargo, yo no comparto que se deba estudiar Filosofía porque ayuda a hacer a los hombres mejores. Mi idea se fundamenta en que resulta difícil entender la historia de Occidente sin las corrientes filosóficas y su importancia a la hora de fundamentar el discurrir de las sociedad. La estructuración social medieval, o parte de ella, se basa en teorías platónicas, la influencia de Marx llega hasta hoy, o la importancia del tomismo durante el final de la Edad Media y parte de la Edad Moderna son innegables. De ahí a que la Filosofía nos haga mejores... Pero, lo reconozco, soy lego en dicha disciplina y puede que esté metiendo la pata hasta el fondo. Aunque también puedo opinar como uno de los grandes filósofos del siglo XX, Wittgenstein, que la Filosofía da vuelta a cosas irresolubles, que ella misma crea.
Sin embargo, la entrada de hoy quiere profundizar un poco más en las soluciones, o presuntas soluciones, propuestas por unos y otros. Todos parten del mismo supuesto: este mundo es malo, vamos hacia el más profundo abismo y se debe cambiar todo.
Estoy de acuerdo en que el mundo, o la parte que conocemos de él, es susceptible de mejora, de una mejora muy grande; pero no todo lo existente, fruto de una construcción social mediante la presión de los ciudadanos, es malo. Voy a poner un ejemplo. Una persona me dijo el alto coste económico de un tratamiento que debe recibir de por vida. Ese fármaco lo paga dicha persona y todos aquellos que contribuyen a mantener un sistema solidario de sanidad pública, a través de la Seguridad Social. Esa construcción solidaria, que da a quien lo necesita y al que todo el mundo contribuye, lo necesite o no, resulta algo maravilloso. Puede que mejorable, pero el concepto es fantástico.
Puede los filósofos, o los líderes morales de turno, no se refieran a hechos concretos y hablen de valores, de unos valores universales y beatíficos que todos debemos llevar de serie para hacer de la faz de la Tierra un sitio cojonudo y maravilloso. No puedo estar más en desacuerdo. No puedo estar más en desacuerdo porque cada uno es de su padre y de su madre y obra en función de su propia visión del mundo. Lo que necesitamos para vivir en sociedad son unas normas/leyes escritas y explícitas que aborden de manera realista los problemas. Veamos un ejemplo.
Uno de los mayores problemas de nuestras sociedades liberales es la ocultación de dinero por parte de las grandes fortunas en paraísos fiscales. ¿Alguien cree que una moral determinada va a impedir eso? ¿Qué plantean los políticos de uno y otro signo para acabar con esta situacion, que concentra cerca del 30% del PIB mundial? La respuesta en ambos casos es la misma: hablar, o sea, nada.
Tal vez una legislación en la que se contemple que todo el dinero que, de manera ilegal, esté en paraísos fiscales sea confiscado, además de las correspondientes medidas penales para sus propietarios y para los intermediarios (asesores fiscales, abogados) que han ayudado a cometer el delito ayude a mejorar las cosas. Contemplado, por ejemplo, que en caso de que ese dinero provenga de una herencia se tendrá tres meses para regularizarlo, con una correspondiente sanción que, como poco, se corresponderá con los impuestos que se deba pagar por dichos impuestos, además de tener que presentar todos los papeles, para intentar determinar qué "profesional" ayudó a cometer el delito, cayendo el peso de la ley sobre él.
Puede que dicha medida pueda parecer disparatada, excesiva o muy ajustada al lector, pero resulta un punto de partida sobre el que discutir. No hablamos de moral ni de propuestas vacuas y populistas, que de poco van a servir.
Conocer como la idea que Platón tenía sobre las relaciones de las cosas, lo que pensaba Aristóteles que ocurría cuando se pasaba de la potencia al acto... resulta una forma de conocer nuestra procedencia, pero lo que tenemos que dar es soluciones a nuestros problemas. Soluciones nada timoratas, que partan de lo que tenemos y que sirvan para dar unas pautas de funcionamiento a una sociedad que desde la caída del Muro de Berlín está sufriendo unos cambios, desde mi punto de vista, indeseables.
Me gustaría hacer otra reflexión sobre esa teoría que apunta a que por no tener clases de Filosofía se van a perder unos valores trascendentales. En este país la escolarización, tal como la conocemos, es decir, para todo perro quisque con, más o menos, oportunidad de igualdades aparece con la Ley General de Educación, de 1970. Sin embargo, a pesar de ello, nuestros padres, que la mayoría no han estudiado Fihosofía, nos han transmitido unos valores, más o menos los mismos a todos, que nos han hecho llegar hasta aquí. Estudiar Filosofía es un invento reciente, muy reciente en nuestra historia, y no creo que contribuya a formar la moral de la gran mayoría de nosotros, ni a entender mejor el mundo. Para eso está despertar la curiosidad, comparar, leer desechando y adquiriendo, y, sobre todo, aprendiendo que las problemas se resuelven aportando soluciones tangibles, acertadas o no, pero mensurables.
Un saludo.

miércoles, 10 de agosto de 2016

ASÍ Y AHORA

Cada vez me identificó más con las personas que despojan lo que conocen de sus atributos mágicos y, desde un punto de vista social, deseables. Demasiada gente pulula por este mundo defendiendo principios y formas de actuare idealizados. La aceptación de la imperfeción, en especial de la propia, y una visión de las personas con bastantes menos prejuicios ayudaría bastante. Me harta tanta hipocresía, de unos y otros, juzgando conductas de personas con las que, en realidad, no van a compartir ni un saludo. Deberían meterse sus clichés por donde les quepa y dedicarse a ponerse en el lugar de otro.


No recuerdo haberme preguntado jamás por qué y para qué estoy aquí. Lo máximo que me he llegado a plantear es que formo parte de un milagro de la Naturaleza llamado vida y que, como tal, cuando deje de latir mi corazón dejaré de formar parte de dicho milagro. Tal vez todo se deba a mi estulticia o a la importancia que se ha dado a lo que otras personas han pensado en sentido contrario. Lo que sí tengo claro es que esta forma de pensar mía ha servido para cimentar mi ateísmo.


En la vida existen dos tipos de unidades de medida para valorar lo que nos ha ocurrido: los que se pueden realizar de manera cuantitativa y aquellos cuya dimensión sólo se puede valorar de manera cualitativa. Creo que un ejemplo servirá para ilustrar lo que propongo. Tener trabajo se puede medir de manera cuantitativa. Tener casa se puede medir de manera cuantitativa. Tener pareja se puede medir de manera cuantitativa. La satisfacción que genera un trabajo se puede, y debe, medir de manera cualitativa (lo que para mi puede ser bueno, para otro puede ser malo, y viceversa). Una relación de pareja puede ser buena o mala, incluso no tener relación puede ser bueno o malo, pero, en ambos casos, se trata de una impresión subjetiva. Adquirir, tener, lo que se puede medir de manera cuantitativa, al menos lo fundamental, resulta básico; pero un nivel aceptable en todo aquello que se puede medir de cualitativa resulta sustancial.


En ocasiones creo fundamental no conocer del todo a las personas. No se trata de evitar implicarse en una relación de amistad o de lo que tocara. Más bien se trata de no escarbar los suficiente para llegar a conocer que se trata de personas normales y corrientes, como todo el mundo. Intento mantener un destello de magia, de misterio para que me sigan pareciendo atractivos; para que siga pensando que merece la pena todo aquello que está por descubrir.


Todos necesitamos rutinas, pero me asusta sobremanera pensar que las rutinas atan mi vida. Siempre pensé, y lo sigo manteniendo, que me horrorizaría dar clase a los hijos de antiguos alumnos. No por envejecer, que espero siga ocurriendo muchos años, sino por sentirme atado a las mismas rutinas, los mismos lugares, mientras las vida sigue fluyendo. El trasfondo del asunto se reduce a conocer nuevos lugares, nueva gente, en todos los sentidos, plantearse nuevos retos...


Cada vez me parece más aborrecible la política al uso, tanto por sus protagonistas como por sus palmeros. La Política debería estar cargada de ideología sustentada en argumentos que deberían girar en torno al bien común. La realidad es que unos espabilados, cuya única ideología es subirse a la poltrona, dicen a su público lo que quieren oír, casi siempre referido a hechos anecdóticos e intrascendentales, y ese público, palmeros, jalean sin crítica alguna lo que les digan sus líderes. La gran diferencia entre unos y otros es el nombre y una serie de medidas cosméticas, innecesarias, para contentar a los grupos de presión (colectivos) que les votan.


A pesar de ser un tipo bastante racional, para sorpresa de algunos, cada vez considero más importante los sentimientos y no ocultarlos. La idea no es llorar viendo una película de sobremesa. Tal vez la idea se aproxime más a ver la película que en cada momento es tu vida y no asustarte por reconocer lo que sientes.

jueves, 4 de agosto de 2016

... Y EN LOS ÚLTIMOS DIEZ DÍAS

La percepción propia suele coincidir en poco, o en nada, con la que la que la gente que nos rodea posee. En estos últimos tiempos he podido comprobar que mi visión de mí mismo se sitúa por debajo de lo que unos y otros, mi gente, me devuelve. Hace unos días, en una conversación entre cañas y tapas, alguien me explicaba que su experiencia personal a este respecto es similar. Tal vez deberíamos explicitar aquello que nos resulta agradable o llamativo de manera positiva. Contar al de enfrente por qué lleva mucho tiempo enfrente o, mejor dicho, a nuestro lado.


Empiezo a odiar las frases hechas referidas a la importancia de estar vivo y demás muletillas típico de libro de autoayuda. No por repetir ciertos mantras cientos de veces nuestro interior va a alzar el vuelo sobre nuestros miedos, nuestro dolor y nuestras inseguridades. No poseo la receta mágica para tener una vida plena, pero tengo la certeza que repetir frases estereotipadas dista bastante de ello.


He vivido una experiencia reciente decepcionante. He aprendido, una vez más, a seguir avanzando, en este caso preparando un viaje que espero consiga llevarme a alcanzar uno de los anhelos que tengo desde hace tiempo: contemplar la noche en el desierto. Veremos. Sin embargo, y esto es bastante personal, me acabo de dar cuenta de algo que me ha llenado aún más: reír, compartiendo esa desinhibición, no resulta una quimera. Sabe, amable lector, lo pienso y una sonrisa aparece en mi cara. 


Hace no mucho hablaba con una amiga, con una gran amiga, de la soledad y el futuro. Me encantó escuchar que siempre la tendré a ella, en especial porque sé que lo dijo desde lo más hondo de su ser. Ambos no queremos con locura, pero, por suerte, no nos amamos. 


A veces pienso en la edad y me dedico a considerar que debe hacer un tipo de mi edad, al menos según los cánones. Enseguida arrojo los cánones por la borda. No se trata de hacer lo que me dé la gana, quien me conoce sabe que suelo ser un tipo responsable en aquello que tengo que serlo. Más bien se trata de considerar importante la sensación de estar abierto, de no claudicar ante lo básico, de...


Me generan cierta lástima las mujeres que se consideran supermamás, me da igual que vivan en pareja, separadas o divorciadas. Creo que sería más fácil, y bonito, ejercer como mamás y convencerse de que (salvo excepciones) los padres son tremendamente importantes para los hijos. No sólo eso, los padres también resultan cruciales para aportar otra visión de la vida a los pequeños. No se trata de coincidir en todo. Cuando muchas supermamás se den cuenta de eso, igual disfrutan más de su maternidad.


Cada día me encuentro más convencido: el estado ideal para vivir es el de enamoramiento. Lástima que dure lo que duran las hormonas y que la realidad se conforme con pequeños e insustanciales sucesos.