jueves, 5 de julio de 2018

SEMOS EL CAMBIO

Parece que ha pasado un siglo desde que Mariano Rajoy fue echado de la Presidencia del Gobierno por una moción de censura, pero apenas ha pasado un mes. Su sucesor, Pedro Sánchez, por el que uno no daba un duro hace un año, ha llegado a la Moncloa con la intención de airear todo... O eso nos ha pretendido hacer ver. 
Los nombramientos de ministros variopintos, pensados para satisfacer a todos un poco, descontentando, de paso, a todos un poco también, constituyó el primer golpe de efecto... hasta que tuvo que dimitir el primero, Maxim Huerta. Unos antiguos problemas con el fisco no parecían la mejor carta de presentación para formar parte de un gabinete que había llegado a ocupar el poder ejecutivo gracias a una moción de censura cuyo motor fue la corrupción imperante en el partido que gobernaba en ese momento.
Tras este hecho, anecdótico si se quiere, empezó el nombramiento del segundo escalafón del Gobierno, el que corta el bacalao, y aquí no pareció que nada alterase el buen discurrir de las cosas. De hecho, todo parecía ir tan bien, que a mucha gente le pasó inadvertido que la nueva ministra de Economía, Nadia Calviño, formaba parte del aparato burocrático/económico de la Comisión Europea, por lo que sabe mucho de ortodoxia presupuestaria neoliberal. Tal vez, se deba a ello la subida de impuestos pregonada para intentar cuadrar cuentas y ofrecer, por ejemplo, a los pensionistas unas subidas de sus pagas no miserables (no me atrevo a decir dignas). Veremos a ver si se atreven a suprimir las exenciones del impuesto de Sociedades (verdadera trampa fiscal para que las empresas aporten menos al erario común)  o a aplicar la tasa Tobin. 
Sin embargo, cuando ha llegado el momento de abordar aquellas cuestiones que sirvieron como bandera de una nueva política para los ciudadanos, parece que las huestes de Pedro Sánchez han mostrado su verdadera faz. 
Como hecho, casi casi insustancial, podemos comenzar con el asunto del nombramiento del director de RTVE; un cambalache, donde se han retratado los unos y los otros. Desde Pablo Iglesias a personajes como la "baronesa" Ana Pardo de Vera (sus tuits sobre el asunto suponen una joya impagable sobre el funcionamiento del poder, la ambición y la estulticia), sin olvidarnos de Tomás Fernando Flores, con una biografía... peculiar:



Cuando escribo esta entrada aún no se ha elegido a quien ocupe el cargo y a los consejeros, pero me gustaría recalcar que a pensar en el director de Radio 3 como máximo dirigente del ente público se llego" tras las negativas de los trabajadores de RTVE de aceptar a personajes impuestos, que iban a seguir la misma línea de manipulación que los antiguos directivos nombrados por el PP.


No me resiste a poner un tuit muy divertido en el que una de las candidatas propuesta para formar parte del Consejo de Administración de RTVE, en concreto por Podemos, muestras una extraña percepción de la realidad:



Es lo que tiene haber escrito a mano hasta hace bien poco y ser feminista.
Bromas aparte, acabe como acabe el asunto, parece que mucha gente ha quedado retratada en este asunto.
En otros asuntos también han quedado retratados. En febrero de 2016 Pedro Sánchez defendía sacar la religión de las aulas:

https://www.lainformacion.com/politica/sanchez-defiende-eliminar-la-religion-del-horario-lectivo-para-que-el-pais-avance_Ns8fo1H6Hnd2mb3RiMP4I5/

Dos años y unos meses después parece que no importa que el país avance y se deshecha el modelo francés:

http://www.elmundo.es/espana/2018/07/03/5b3b88d322601d435e8b46d6.html

Creo que lo he contado alguna vez, pero volveré a hacerlo. La asignatura de Religión es la única que precisa de, al menos, dos docentes para una sesión lectiva: un docente, el de religión (o los de religión), y otro para impartir la Alternativa a la Religión. Un gasto suntuario e innecesario para una Educación Pública sangrada por los recortes. Este aspecto, este despilfarro, supone algo muy, muy grave para alguien que dice apostar por lo Público.
No me resisto a  hablar del proceso, algo más que cuestionable, por el que ZPpero convirtió en fijos a unos docentes de Religión que no habían pasado ninguna prueba para trabajar en la Administración, si exceptuamos los cargos de libre designación que, en ningún caso, son designados como trabajadores fijos de la administración. Esta "regularización" de los docentes de Religión, elegidos previamente por la diócesis, constituye un caso único en la Administración de este país, pero había que dar gusto a las huestes vaticanas, con Rouco a la cabeza.
Pero, tal vez, lo más sangrante sea el posicionamiento de Pedro Sánchez ante la reforma laboral realizada por de Guindos y aprobada por PP y CiU en el Congreso.

http://www.psoe.es/actualidad/noticias-actualidad/pedro-sanchez-lo-primero-que-hara-el-psoe-sera-derogar-la-reforma-laboral-de-rajoy-para-recuperar-los-derechos-de-los-trabajadores--107427/

Sí, en la página del PSOE aparece que lo primero que iba a hacer Pedro Sánchez si llega al poder es derogar la reforma laboral de Rajoy. Sin embargo, pasados unos días desde que llegase al poder se puede leer esto:

https://elpais.com/economia/2018/06/13/actualidad/1528894278_411833.html

No hay mayoría, pactar con sindicatos y empresarios, estudiar... En fin, puro PSOE cuando llega al poder.
Mientras escribo esto me acuerdo de Willy Toledo sacando los colores a Ferreras, preguntándole por los trabajadores que estaban detrás de las cámaras, recordándole que ganaban 700 euros. Una cosa es predicar y otra dar trigo... y los predicadores son de dar poco trigo y muchos consejos a los demás.

https://tv.libertaddigital.com/videos/2018-06-27/un-enloquecido-willy-toledo-machaca-a-ferreras-con-su-propia-demagogia-6065509.html

Parece que en lo fundamental nada va a cambiar. Llegan retoques en lo accesorio, aquello que, por lo general, no va a afectar a la mayoría de los ciudadanos, pero que van a hacer sentir a algunos que somos muy modernos (por lo general esos algunos tan modernos no necesitan muchos cambios profundos, porque viven de puta madre y sólo saben de oídas que cerca de ellos hay gente pasándolo mal).
Un saludo.

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