lunes, 4 de noviembre de 2019

OTRAS ELECCIONES

Nunca me había sentido tan desvinculado de una campaña electoral ni de unos líderes políticos. Escucho la retahíla de sandeces de unos y otros y siento vergüenza ajena y angustia por el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos. Tipos incapaces, apegados a ellos a mismos, con una troupe de pelotas alrededor, capaces de decir una cosa y la contraria, con tal de satisfacer al que manda y, sobre todo, con el objetivo de medrar. A pesar de ello, hablaré algo sobre el asunto, como es mi costumbre.


Los del partido de Abascal, una panda de vividores y de manguanes intelectuales, apelando a la bandera y al odio contra los fachas de la esquina superior derecha. Con una panda de seguidores que piensan que la bandera les va a dar de comer cuando privaticen la Sanidad, la Educación y hasta el aire como les dejen. Los trapos y el enemigo común unen en la imbecilidad. Niños pijos sacacuartos, especializados en medrar de lo público o en vender humo envolviéndose en el odio. Por cierto, si alguien quiere ver quién vive de subvenciones o de lo público y quien hace trafullas, lea los periódicos de los últimos días en la sección en la que se habla de VOX.


No me he molestado en ver el vídeo de Albert Rivera, cuando alguien está en sus momentos más bajos conviene no hacer sangre del árbol caído. Un tipo con todo el apoyo mediático del mundo, durante un tiempo hasta en la SER le reían las gracias, parece que va a hundir a su engendro neoliberal. El apoyo mediático se consigue, obviamente, si se tiene el apoyo económico de los dueños de los medios. El catalán ha conseguido dilapidar todo ese capital con sus estulticia. Imaginemos lo que sería capaz de hacer el colega a este país si consigue dirigirlo. No, los engendros políticos creados para mantener un turnismo político afín al neoliberalismo, más aún si se puede, no suelen dar buenos resultados, aunque se vistan con dos caras bonitas como la de Rivera y Arrimadas.


Pablo Casado ha hecho algo que no suelen hacer los políticos: callar. Este tipo, que metía la pata con harta frecuencia, se ha dedicado a hablar poco y a no meterse en charcos que le puedan salpicar. Curiosamente, en este estercolero intelectual que es la Política, parece que le va a dar buenos resultados en las urnas (eso y la hostia que parece se va a dar Ciudadanos). Resulta curioso que un tipo que admira a Aznar, el tipo que creo el marco para que el país se fuese al garete cuatro años después de irse de la Moncloa, y sus políticas neoliberales, sea el tipo más beneficiado de esta elecciones. Elecciones que, a falta de ciertos datos, parecen estar situadas sobre el inicio de una recesión de una disminución del crecimiento económico, al menos de las macrocifras. Poco queda por privatizar para hacer equilibrios financieros, como hizo su admirado Aznar.


El actual presidente del Gobierno convocó elecciones porque pensó que la jugada le iba a salir redonda. No contaba con los problemas en Cataluña ni con el retroceso de los grandes números de la economía patria (o sí y en previsión de que la cosa fuese a peor con el discurrir de los meses convocó elecciones), que parece no le van a ayudar en las urnas. No voy a hablar del tal Redondo, asesor aúlico de Sánchez, pero sí del mensaje cambiante, incluso en el mismo día se emiten mensajes contradictorios, del PSOE (federalismo no y a las pocas horas sí, por ejemplo) y de lo que eso implica. Unos tipos que son capaces de cambiar el mensaje, mintiendo si es preciso sobre lo dicho o hecho con anterioridad ("no dormiría bien si gobernase Podemos", cuando unos meses antes les ofreció varios cargos en el Consejo de Ministros) merece muy poca o ninguna credibilidad. Mejor dicho, no merece ninguna credibilidad.

El partido de Pablo Iglesias e Irene Montero, es su partido, resulta ser un partido socialdemócrata descafeinado (a pesar de que los de VOX les tilden de comunistas). La estupidez del problema del alquiler de una familia en Barcelona, cargando contra la propietaria (la propietaria retó a Irene Montero a que buscase un piso por ese precio y de esas condiciones en la Ciudad Condal a esa familia, sin noticias de Montero) o la campaña contra Amancio Ortega, muy acertada para sus bases, poco afortunada desde el punto de vista de la izquierda real, que lo que debe luchar es para no permitir que unas pocas personas acumulen tal capital, y no solo repartirlo a través de sus impuestos, dejan bien a las claras por dónde van los tiros de los moradores de La Navata (invito al personal a que se dé un garbeo por esa zona residencial y luego piense si la ocurrencia de Montero es algo más que postureo, hipocresía. No, queridos niños de papá, debe expropiarse vivienda vacía, hacer vivienda pública, luchar para evitar la acumulación del capital en unas pocas manos y, sobre todo, controlar el despilfarro de dinero público. ¡Basta de ya de campañas inútiles pagadas con dinero público para mostrar que sois gauis! ¡Basta de inflar unos servicios sociales, inútiles en muchos casos y enfocados a los asuntos de moda, que tardan dios y ayuda en abordar los problemas reales de mucha gente, cuando lo hacen! ¡Basta de colaborar con gente que sigue externalizando servicios públicos! Porque sí, ese buenismo absurdo solo sirve para que mucha gente viva del cuento sin arreglar los problemas reales. Un día de estos hablaré de las subvenciones que se da a cierto colectivo, desde hace más de treinta años, por acudir a clase, aunque no las aprovechen.


Sobre el nieto de la Abuela Croquetas, el tal Errejón, un jeta que quiere vivir de le teta pública, como Abascal, a toda costa no voy a decir nada, creo que está todo dicho.


Sobre los independentistas catalanes lo que les define es esto:





Un saludo.

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