domingo, 3 de febrero de 2013

PREMIAR AL VOCERO AFÍN

Desde hace mucho, mucho tiempo, tenía ganas de hincarle el diente a alguno de los profetas de la Economía Patológica, esa que se basa en el emprobrecimiento general para que unos pocos vivan mejor y que dio lugar a conceptos com la Década Perdida en América Latina y ha llegado el momento. Me he centrado en un personaje, desde mi punto de vista, que representa todo lo detestable del sistema actual. Un fulano que se caracteriza por asociar ideología a ciencia y a verdad absoluta, sin otros argumentos que aquellos tan científicos que rezan: porque lo digo yo.
Tras hacer una pequeña biografía, muy pequeña, pasaré revista a algunos de los "aciertos" del colega, muy amiguete de De Guindos y de la misma cuerda, y a su catadura moral, basándome en información que suministraré al amable lector. No tengo la intención de hacer como estos tipos asegurar algo, basándome en creer que soy más listo que los demás. Pero... no me enrollo más y vamos al grano.


Es posible que si  pregunto al amable lector sobre José Luis Feito Higueruelas, así, a vuelapluma, no identifiquen al gachó en cuestión. No se preocupen, no se pierden nada. Sin embargo merece la pena perder un poco de tiempo en escudriñar la biografía de ese fulano. Neoliberal hasta las cachas, ocupó un alto cargo en el F.M.I., así como en el Banco de España. También fue ¿embajador ante la O.C.D.E.?. Es colaborador asiduo de F.A.E.S (la fundación del P.P. de tendencia neoliberal, pero que pagamos entre todos), así como, entre otras cosas es el presidente del Instituto Económicos y de la Comisión de Economía y Política Financiera de la C.E.O.E. ¡Pedazo de currículum!, dirá el amable lector, impresionado por el historial del pollo en cuestión. Le propongo al amable lector que lea lo que escribiré a continuación y pinche, si desea comprobar su veracidad, sobre las letras resaltadas. Se llevará una tremenda sorpresa. Este tipo, el tal Feito, se ha caracterizado por realizar previsiones a todo trapo durante los últimos años. Entre ellas, las que recoge el informe de FAES de 2007, del que ya he hablado alguna vez más, donde el tal Feito, y su colega de Guindos, no ven venir la crisis por ningún lado y defienden lo saneado del sector financiero europeo, entre otras lindezas. Visto lo visto, y que, a pesar del lenguaje críptico y calculadamente ambiguo, no fue capaz de acertar, lo normal es que hubiese callado la boca durante una temporada. Pues no. Remitámonos al año 2008 y podemos encontrar predicciones como la que sigue por parte de este caballero: "A principios de 2009 empezará a vislumbrarse el final de la crisis". Con dos cojones y esperando que Dios le conserve el oído, porque lo que es la vista... El tipo en cuestión, paladín de las políticas neoliberales, basadas en castigar al trabajador con la finalidad de que los ricos se hagan aún más ricos, no parece tener ningún pudor a la hora de realizar predicciones, pese a sus repetidas experiencias de fracaso, rayano en el ridículo. Tal vez, sólo tal vez, fruto de sus anteriores necedades, esta vez fue más comedido y no se atrevió a asegurar, sólo habló de la posibilidad, que a finales de 2012 se creara empleo neto en nuestro país, fruto de la consabida reforma laboral  (pérdida de derechos en realidad) impulsada por el Partido Popular, que el tal Feito percibe como insuficiente. Cuando realizó esta predicción, febrero de 2012, no habló de certezas, pero sí, dejo entrever que la reforma laboral ayudaría. Cosa que por otra parte han desmentido, por activa y por pasiva, los miembros del Desgobierno de Mariano Rajoy Brey, que no añaden a las bondades de la reforma (robo de derechos) la capacidad de crear empleo per se.


Posiblemente el amable lector pueda alegar que, al menos, este tipo es consecuente con sus actos, declaraciones, y apechuga con las mismas. ¿Seguro?
Posiblemente el lector se acuerde de unas declaraciones de un miembro de la CEOE defendiendo que, si era menester, el parado debía irse a Laponia a trabajar o dejar de recibir la prestación por desempleo. Dichas declaraciones realizadas por el personaje que nos entretiene hoy, el tal Feito, se basan en ese leitmotiv de los economistas patológicos, ésos que no han pegado palo al agua en su vida en algo productivo de verdad, que cree que un parado es un vago. Poco después, cuando nadie apoyaba esas declaraciones, ni tan siquiera la CEOE, intentó hacer un requiebro, intentando desfigurar lo que había dicho. Según él a lo que se refería es al funcionamiento de los países nórdicos.
Seguramente el amable lector se pregunte cómo es posible que un tipo como éste, incapaz de realizar previsiones coherentes, de anticipar nada (recordemos que ambas cosas constituyen uno de los ejes básicos del campo de acción de pseudoeconomistas como éste) y, encima, bastante lenguaraz y carente de la coherencia necesaria para mantener sus opiniones, puede ocupar tantos cargos de relumbrón y haber ocupado otros tantos con anterioridad tan importantes. No hay misterio alguno. El poder económico ha intentado, y conseguido, colocar a sus peones, muchos de ellos unos auténticos botarates, en los diferentes ámbitos de poder. No se trataba de conseguir que unos economistas afines coparan dichas instituciones, dotando a las mismas de un cuerpo coherente de conocimientos de corte neoliberal, conocimientos que no existen. Se trataba de que sus marionetas, suficientemente bien pagadas, tuvieran acceso, de manera masiva, a las instituciones, extendiendo de esta manera el mensaje adecuado, que a fuerza de repetirse pudiese parecer una verdad absoluta. No existía teoría alguna que no fuera, y sea, que el trabajador (quien dice trabajador dice ciudadano) es el enemigo y el empresario el héroe. Fruto de ese movimiento estratégico, personajes de una capacidad tan dudosa como Feito, o su amigo de Guindos, alcanzaron el poder económico y, últimamente,  el político. No hay más cera que la que arde, si han llegado ahí es por que interesa al poder económico, no por su capacidad.


Me gustaría terminar con una reflexión. Existe una cierta probabilidad de que el lector, o algún conocido del mismo, trabaje por una cantidad económica mínima, a pesar de cumplir con lo requerido por su empresa. Existe, de igual manera, la posibilidad de que el lector, o algún conocido del mismo, haya sido despedido, a pesar de haber realizado correctamente su trabajo. Bien, pues el tal Feito, personaje cuya capacidad es muy cuestionable, no sólo no ha sido despedido, sino que "trabaja" en varios lugares, cobrando un pastizal por ello. Curioso sistema, capitalista por supuesto, que castiga al que cumple, y premia al inepto que dice lo que oír el jefe.
Un saludo.

P.D.: No soy el único que piensa que el tal Feito funciona a base de deseos y no de datos objetivos. Dejo  este enlace donde alguien desmonta, con datos incluso, las estupideces de este hombre:

http://lacomunidad.elpais.com/loquesubebaja/2010/3/18/las-falacias-jose-luis-feito

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