lunes, 10 de junio de 2013

CADENA PERPETUA PARA LOS CRIMINALES ECONÓMICOS

Uno contempla, con asombro, como unos tipos, cuya misión, al menos en teoría, consiste en conseguir que la economía de los países, y por ende de los ciudadanos, funcione de manera correcta, han publicado, o algo parecido (en realidad se trata de un informe interno confidencial, filtrado convenientemente), un informe en el que reconocen que las medidas tomadas respecto a un país, Grecia, contribuyeron a su ruina. Lejos de utilizar dicha información para depurar responsabilidad, largando a la puta calle a todos los culpables del drama, el citado informe sirve de parapeto para justificar tales desmanes y diluir la responsabilidad de tan criminal actuación por parte de las personas, o de parte de las personas, que trabajan en el FMI (sería muy importante poner nombre y apellidos a los necios criminales que impulsaron esas medidas).

http://www.expansion.com/2013/06/05/economia/1370453433.html

Resulta bien conocido que en esta componenda había otras dos instituciones, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que parecen no querer saber nada de esta reflexión y defienden que aquello que aparece en el párrafo anterior no va con ellos. Faltaría más. Sin embargo, sobre las políticas de austeridad (robo de dinero a los ciudadanos para pagar los excesos de banqueros e inversores) parece que los miembros del BCE empiezan a mostrar ciertas dudas, que desde hace tiempo ya muestran también los miembros, los que sean, porque nunca dicen nombres, del FMI.
¿Alguien pide responsabilidades por las consecuencias criminales para millones de personas, decenas de millones de personas, de esa decisiones sin base alguna? La respuesta, querido lector, es obvia: NO.
Estos tipos conciben la economía como una partida de Monopoly, donde se compra y se vende, se sanciona y se cobra, para, cuando uno se aburra, largarse a su casa y dedicarse a otra cosa, mariposa. Sin embargo, decenas de millones, centenares de millones, de personas siguen amarrados a un tablero, a un juego, en el que no quieren jugar, pero del que estos tipos no les dejan huir.


Veamos otro ejemplo de como estos tipos experimentan, mienten, estafan sin pudor alguno y las consecuencias de tales actos quedan impunes.
Leía un excelente artículo sobre las pensiones y las mentiras de esos supuestos expertos elegidos por el Desgobierno de Mariano Rajoy Brey. Expertos que, en realidad, son la gran mayoría de ellos, fulanos pagados por bancos, fondos de inversión, empresas de seguros, que recibirán cuantiosas cantidades, fruto de las directrices recomendadas al Desgobierno por algunos de sus trabajadores. En otras palabras: las mentiras de unos, gachós que por dignidad deberían desinhibirse de esa cuestión, pues su sueldo procede de empresas que se benefician del análisis que han realizado y de las conclusiones a las que han llegado, van a bendecir, mediante mentiras, un recorte sustancial en la calidad de vida de uno de los colectivos que más debíamos cuidar: nuestros ancianos.


El artículo en cuestión, defiende cosas tan simples como que a mayores salarios más dinero se recauda para las pensiones, pero, obviamente, los "expertos" neoliberales, no hablan nada de éso. El artículo postula que el dinero para pagar las pensiones también pueden salir, en parte, de los presupuestos generales del estado, como ocurre en otros países. Sin embargo, la reflexión del economista también pone negro sobre blanco un aspecto denunciable, yo diría detestable: los "expertos" presentan interesadamente un panorama catastrófico, panorama que llevan presentando décadas, y que nunca se cumple. ¿Quién castiga este análisis irreal e interesado? ¿Quién castiga a los que eligen a estos tipos para conformar un comité de expertos, cuyas conclusiones van a marcar la vida de decenas de millones de personas?

La tramoya » Pensiones: ¿demografía o lucha de clases?

En estas preguntas reside el nudo gordiano, de manera más concreta en el verbo: castigar.
La impunidad con la que estos malnacidos, que responden al nombre de economistas, actúan, generando situaciones de extrema pobreza en todo el orbe, llevando a la desesperación, a la muerte por hambre o por falta de agua o medicinas a millones de personas cada año, les da alas para seguir destrozando la vida de millones y millones de personas. Estos tipos que acaban convirtiendo el suicidio, causado por la desesperación a la que llevan sus "medidas", en una simple estadística, que tampoco parece ir con ellos, no tienen ningún remordimiento por sus acciones y, lo más trágico, la sociedad que padece su estupidez criminal no parece estar capacitada para intervenir contra ellos.


Sin embargo, no parece desencaminado, y menos desde un punto de vista ético, proponer que estos miles y miles de tipejos que han creado esta crisis (estafa), una minoría de botarates sin sentimiento de culpa alguno, sean juzgados por crímenes contra la humanidad y/o por alta traición contra sus países (llevar a millones de conciudadanos a la miseria debería constituir una delito de alta traición contra la patria, pues afecta directamente a la convivencia y a los derechos fundamentales de los ciudadanos). Y no sólo deberían ser juzgados por estos delitos, en caso de ser hallados culpables la pena debería ser la CADENA PERPETUA SIN POSIBILIDAD DE REVISIÓN DE LA PENA. Resulta sorprendente que una persona que causa mal a otra pueda cumplir quince, veinte, treinta o más años de cárcel y, sin embargo, estos tipos, que han sumido en la desesperación, pobreza, cuando no les empujado a suicidarse o les "ayudado", literalmente, a morir de hambre se vayan de rositas o, a lo sumo, cumplan tres o cuatro años de cárcel. Deberíamos exigir una reformulación del Código Penal, que conllevara la creación de nuevos delitos contra la humanidad y contra el Estado. Delitos que se definirán por el daño económico y moral causado a los ciudadanos por prácticas fraudulentas en lo referido a la administración de fondos privados o públicos. Delitos que deberían incluir, por sus consecuencias genocidas, la cadena perpetua para los condenados, sin posibilidad de revisión.


Tal vez, y sólo tal vez, a partir de ese momento los expertos dejarían de ser meros mequetrefes sin escrúpulo alguno a sueldo de grandes corporaciones.
Tal vez, sólo tal vez, organismo como el FMI, el Banco Mundial, el BCE, la OCDE, la OMC... dejarían de ser un nido de buscavidas sectarios que sólo aspiran a perpetuar su modus vivendi.
Tal vez, sólo tal vez, a partir de ese momento la calidad de vida de millones y millones de personas mejoraría de forma sorprendente.
Un saludo.

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