domingo, 6 de agosto de 2017

PIENSO, LUEGO SOY UN SER HUMANO

"Los niños tienen que ser enseñados
sobre cómo pensar,
no sobre qué pensar".

Margaret Mead


Existe un debate recurrente y, por lo general, carente de un enfoque real, ya veremos las causas, sobre lo que los niños deben aprender en la Escuela (aunque más bien deberíamos decir en el sistema educativo). Como en el caso del fútbol cada uno tiene una opinión basada en su experiencia personal, en lo que intentan imponer los medios de comunicación o, más simple, en lo primero que se le ocurre. 
No sólo eso, a veces, con mucha frecuencia, se confunde la metodología con los objetivos (los medios de comunicación son expertos en ello), creando un debate distorsionado, falso (pero muy útil para llenar tertulias e informativos y para conquista el alma y la mente de los incautos), carente de un enfoque real. 
Por si esto fuera poco, existen apóstoles del buen rollismo que demandan por un lado que a los niños no se les puede exigir, pero luego se demanda que todos acaben siendo ingenieros aeroespaciales, Nóbel de medicina o sucesores de Einstein. Unos crack estos genios que todo lo fían a pizarras digitales interactivas o a métodos revolucionarios, e infalibles, que llenan las arcas de conferenciantes y que acaban siendo obsoletos a los pocos años. 
Sin embargo, uno, que no debería hablar de estos asuntos, aún me quedan bastante días de vacaciones, si sostiene que los alumnos, de manera progresiva, pero constante, deberían aprender algo: a saber interpretar la realidad, a buscar informaciones de diferentes fuentes. En otras palabras, a ser una persona que no se deje llevar por la primera impresión, en especial en asuntos complejos. Un tipo capaz de pensar y de cuestionarse las verdades preestablecidas. Y no sólo, eso, creo que resulta también importante que nuestros alumnos, nuestros hijos, no olviden que reconocer que ignorar algo sobre un asunto no es vergonzante. Al contrario. Lo vergonzante es no saber y ocultarlo, pero, sobre todo, lo vergonzante es no saber y hacer ver que se domina la cuestión.
Puede que algunos lectores piensen que resulta muy complicado vivir y actuar con esa premisa en todo momento. Cierto, sería inviable; además de contraproducente. Existe asuntos vinculados a vivencias cercanas y a sentimientos o a determinados momentos que se rigen más por los sentimientos, la inmediatez u otras cuestiones. Sin embargo, uno piensa que en determinados aspectos si resulta necesario.
Hay un asunto muy en boga estos días, uno de esos de los que si sabes un poco del tema se ve que la manipulación es asombrosa, que ha generado oleadas infinitas de indignación. Lo de siempre: apelar a los sentimientos para llenar programas, que no tienen suficiente con la movida catalana. Si, además, conseguimos apelar a la solidaridad de la gente, sin moverse del sillón, mejor que mejor. Sin embargo, casi nadie se ha molestado en investigar, todo el mundo tiene un bueno y un malo. La historia, bastante más compleja, resume a la perfección a una parte de las personas que conforman esta sociedad y a las estructuras de poder y pensamiento que la modelan: un tema, anecdótico y desenfocado ex profeso, se convierte en categoría y en un foco de distracción. Se apela a la "bondad" del personal, que, en realidad muestra con facilidad su parte más sarnosa, y el personal se rasga las vestiduras en jirones y muestra lo solidaria que es escribiendo, o copiando, un hashtag, o etiqueta. Todo perfecto.
Aunque intuyo que lo que propongo no se va a conseguir, me niego que mi hijo y las personas de su generación, se dejen manipular sin investigar, sin buscar el trasfondo... Sin sentir curiosidad por conocer la complejidad del mundo que le rodea, Siendo borregos teledirigidos por una minoría que se aprovecha de ello.
Además de ello me encantaría que la Escuela fuese capaz de inculcar en la cabecita de los peques, y en la cabezota de muchos adolescentes, que la búsqueda de soluciones, en muchas ocasiones de forma conjunta, forma parte del normal, e ideal, desempeño que deben tener cuando sean adultos. Me resulta curios escuchar miriadas de quejas en las redes sociales sobre asuntos varios, en muchos casos desde el desconocimiento más absoluto, sin proponer, ni tan siquiera por error, una solución a esos asuntos que parecen preocupar. Buscar soluciones, contrariamente a lo que nos vende el sistema económico imperante, a veces implicar tener la capacidad de asociarse y organizarse, para tener más fuerza a la hora de luchar por conseguir un objetivo común. Intuyo que esta idea no debe hacer muy feliz a los prebostes neoliberales que dirigen nuestros destinos.
A modo de resumen, puedo decir que haciendo personas que se interesen por conocer y por buscar soluciones a los problemas que se plantean, después de un análisis profundo, conseguiremos tener una sociedad un poco mejor, porque sería absurdo pensar que va a dejar de existir la avaricia, el engaño, la corrupción o el crimen, pero en un marco más ajustado a la realidad una gran mayoría de nosotros viviríamos bastante mejor.
Un saludo.

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