jueves, 13 de diciembre de 2018

BREVES APUNTES DE LA ACTUALIDAD

Para saber cuando una medida de protesta incomoda al poder basta con una cosa: escuchar en los medios de comunicación, los progres incluidos, que los comerciantes o lo empresarios se quejan porque pierden dinero o que tal o cual huelga dificulta que las personas se desplacen o hagan su vida normal (olvidándose siempre de que la persona que realiza la huelga pierde dinero a cambio de conseguir derechos). Al final todo se reduce a eso: ganar o perder dinero y que los ciudadanos puedan gastárselo, por ejemplo viajando. Sobre lo que ha llevado a que ciertas personas adopten medidas que se salen de lo común mejor no hablar.



El engendro neoliberal de cara agradable que fue el movimiento de Macron se ha encontrado con la horma de su zapato y le ha dejado descalzo. Por mucho que desde los medios hablen de caos y descontrol, todo se ha reducido a un día a la semana, durante varias semanas, en el que la Policía no ha podido controlar a decenas de miles de personas, dispuestas a hacerse notar de manera poco convencional. El poder, que este fin de semana practicó detenciones preventivas (cuestión que acerca, un poco más, el neoliberalismo al fascismo), se ha plegado no ante un movimiento que ha puesto en jaque al país día y noche, sino ante un movimiento discontinuo. 
La conclusión parece clara: los políticos tipo Macron son unos profesionales del asunto (porque viven de ello), que favorecen al poder por defecto, aunque reculan, o lo simulan, ante el mínimo atisbo de insurrección.



Lo de Cataluña es hilarante, a la par que patético. La derecha burguesa catalana de toda la vida, los descendientes de los que crearon el pistolerismo patronal, la derecha burguesa que impulsó la creación de la Ley de Fugas (las fuerzas del orden podían disparar a un delincuente o presunto delincuente si huía, lo que generó el asesinato de sindicalistas a manos de las fuerzas del orden al servicio de la burguesía) ahora se muestran como la vanguardía de la revolución en Cataluña. Ni ERC, presunta izquierda, ni la CUP, presunto vete tú a saber qué, son la punta de lanza de la "revolución catalana". Ahora son los tipos de misa de fin de semana y de ideología neoliberal los que encabezan la vanguardia revolucionario del lugar. Suena a farsa; es una farsa y son una panda de farsantes.



En Andalucía, tras las elecciones andaluzas, salieron, un ratito, gente, sobre todo jóvenes, a manifestarse contra VOX. Partiendo de que la gente puede votar lo que le salga de las narices, aunque no nos guste (¿Verdad, Cristina Pardo?), uno se pregunta qué ha fallado para que toda la capacidad de resistencia ante el neoliberalismo y la ideología ultramontana sean unos críos, que salen un rato a que les dé el aire y a quejarse de que no hay comida vegana (esto es cierto).  Tal vez, visto lo ocurrido con los Chalecos Amarillos, deberíamos plantearnos que los que tanto nos quejamos debamos salir a la calle y nos planteemos que, a lo mejor, perdiendo algo podemos ganar más y lo podemos ganar para una gran mayoría.



Leo en Twitter a los progres de siempre identificar a VOX y a los nazis con gente inculta, incapaz de tener un razonamiento lógico. Cuando leo esto me acuerdo de Martin Heidegger, una de los filósofos más importantes del siglo XX, profesor universitario y rector de universidad y recuerdo que era uno de esos millones de tipos en Alemania que creyó en el régimen nazi. También me acuerdo de Unamuno, que murió creyendo que Franco y Mola se rodeaban de gente inadecuada, pero que ellos no eran como esa gente bruta y zafia. Y entonces pienso que el problema no reside en el nivel de estudios o si se ha leído mucho. La cuestión se sitúa en el terreno de las creencias de las personas y lo peor que se puede hacer es menospreciarlas basándose en tópicos. Al fascismo se le combate, sin más argumentos, ni estupideces como la pretendida superioridad intelectual.



Hablando de superioridad moral y de cobardía, leo este artículo de Juan Soto Ivars, pinchar aquí y siento vergüenza, mucha vergüenza. En el artículo Soto Ivars habla de tres personas testaron la confianza de pretendidas publicaciones científicas serias cuando del tema de género, y su gran enemigo el hombre blanco, se trataba. Se inventaron estudios, utilizaron fragmentos de Mein Kampf, la obra de Hitler, sustituyendo la palabra judío por la expresión hombre blanco, y otra serie de atrocidades científicas y las revistas, pretendidamente científicas y pretendidamente serias, publicaron sus artículos y les llegaron a proponer para disfrutar de alguna beca. Sin embargo, con ser preocupante, lo peor llegó cuando se destapó todo y la comunidad científica se dividió en dos: la que atacó a los que habían demostrado que eran unos capullos, y la que calló, la gran mayoría, aún sabiendo que tenían razón. 


Adivinanza: ¿qué partido tiene entre sus propuesta las dos siguientes?

Desarrollar un Plan de la Energía con el objetivo de conseguir la autosuficiencia de España sobre las bases de una energía barata, sostenible, eficiente y limpia.

Ayudar a los países en desarrollo, víctimas también de las mafias de tráfico de personas, que debilitan sus naciones extrayendo sus recursos económicos y humanos, para ofrecerlos como esclavos en Europa. Condicionar la ayuda al desarrollo a que los países acepten la repatriación de inmigrantes ilegales y delincuentes. 

Si no hubiese sido por esa última frase seguro que se podía pensar que se trataba de un partido de izquierda, pero parte del neoliberal hasta la médula y ultraconservador programa electoral de VOX.

No hay comentarios: