lunes, 11 de febrero de 2013

JUAN ROSELL, ¿QUÉ ES LO QUÉ ES? (I)

Cuando uno hace una entrada dedicada a personajes como Juan Rosell el cuerpo le pide ciscarse en sus muertos, pero desde estas páginas jamás haremos algo así. Mantenemos una línea de respeto hacia todas las personas, incluso hacia personas como éstas. Es más, uno, como padre, entiende lo que pueden pasar los progenitores de ciertas personas cuando te sale un hijo de aquella manera. Por tanto, no encontrará el lector en estas páginas ningún tipo de descalificación gratuita hacia este sujeto, ni hacia ningún otro de su calaña, ni tan siquiera hacia la ausencia más absoluta de belleza del individuo. Por fortuna en este blog no contamos con la participación de Arturo Fernández y no trabajamos ese tipo de cuestiones.
El amable lector conocerá las declaraciones del mandamás de la patronal española. Esas que rezaban que saldría más barato que ciertos funcionarios, que parecen no tener trabajo, nos saldrían más baratos si estuviesen en su casa, recibiendo un subsidio, a cambio de no gastar bolígrafos y papel. O esas otras en las que defiende que las cifras del paro de la Encuesta de Población Activa (E.P.A.) no son reales.


Uno no puede evitar pensar, y creer firmemente, que declaraciones como las arriba presentadas son una cortina de humo, asunto que abordaremos un poco más adelante. Por el momento vamos a centrarnos en las "brillantes" ideas de este tipo y su significado para el pensamiento occidental cristiano y ateo.
Chirría, de entrada, que el tipo no sepa que los bolígrafos se han sustituido por ordenadores en la administración y que, además, esto no ocurrió antes de ayer, Y chirría aún más que no sea consciente de que este proceso le vino de perillas a las empresas, a las que seguro representa, que se beneficiaron de los contratos que permitieron informatizar las diferentes administraciones. A lo mejor, sólo a lo mejor, todo se debe a la mentalidad del personaje, especialmente en lo relativo al trato que debe recibir el trabajador, se puede ubicar en la época de los grandes imperios, especialmente de aquellos que se sustentaban gracias a los esclavos. O, tal vez, todo se deba a que a la ignorancia supina del personaje en lo relativo a este tema.
En todo caso parece oportuno que el acusador presente pruebas, y no percepciones. No sería de recibo que alguien dijera que la cúpula de la CEOE y sus aledaños se caracterizan por la gran corrupción de sus miembros. Nadie podría usar el hecho de que al anterior cabecilla de dicha agrupación empresarial esté encausado por delitos diversos, ni que Arturo Fernández, vicepresidente primero de la CEOE, esté implicado en el caso Bankia o que el hijo de otro de los antiguos presidentes de la CEOE acabe de ser imputado en un caso de corrupción. No, la cosa no funciona así. Aunque el tal Rosell utilice esta estrategia de modo sistemática. Le rogaríamos desde este blog que presente pruebas de lo que dice, y de paso que se encargue de solucionar el problemilla del tipo encausado por el caso Bankia. "La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo".


Por cierto, genera un gran contradicción que este personaje hable de funcionarios que sobran cuando médicos, ATS, docentes, bomberos, inspectores de Hacienda, fuerzas del orden, jueces... están hablando de la necesidad de más personal para poder cumplir con su cometido. ¿Se refiere también a estos funcionarios el tal Rosell? Nunca lo sabremos. Como nunca sabremos que entiende por funcionario, si distingue entre funcionario, personal laboral, interino y personal contratado a dedo para cargos de confianza y asesores, que últimamente suelen ser del partido con el que se siente identificado, y que suponen una auténtica rémora para las administraciones. Hace unos pocos días conocíamos, por ejemplo, la noticia de que el número de asesores y cargos de libre designación en las empresas públicas supera en número a los directivos de dichas empresas. En otras palabras: los enchufados sin función alguno, o con escasas funciones, superan a los enchufados que dirigen las empresas públicas. ¿Se refería Rosell a estos tipos cuando hablaba de gente que debería irse a su cada con un subsidio?
Por cierto, y hablando de subsidios y personas subsidiadas: qué opinarían de un tipo que dirige una organización, que recibe el 70% de sus ingresos de dinero público, y que no consigue mejorar la calidad de vida de la gran mayoría de sus afiliados, especialmente de los más pequeños. Pues... Perdón, me he adelantado porque esto se corresponde con la segunda parte y antes debemos abordar un par de asuntillos, para liquidar esta primera sección de la entrada.


El primer "asuntillo" no es otro que el de la validez, o no, de la Encuesta de Población Activa. Según Rosell la encuesta queda invalidada porque algunas personas de las registradas en las listas trabajan de extranjis. Este dato nadie puede rebatírselo. Sin embargo otras cuestiones sí. En primer lugar, cualquier país civilizado utiliza la E.P.A. como indicador, encuesta que suele coincidir, casi al milímetro, con los datos de la Seguridad Social. Por tanto, Juanillo, lo que tú creas está bien, muy bien, pero tiene tanta validez como el programa Sálvame de Luxe para el desarrollo científico de este país.
Por otra parte, y siguiendo tus indicaciones, nos encontramos con un problema que te afecta a ti y a los afiliados de la organización que presides: es muy posible que una parte significativa de esos trabajadores que defraudan trabajen para empresarios, que, a cambio de proporcionales un trabajo, les obligan a no darse de alta en la Seguridad Social. Tremendo, ¿verdad? Cuando alguien saca la lengua a pasear nunca se sabe lo que puede ocurrir.
El segundo asuntillo tiene que ver con otra cosita que se recoge en las declaraciones de este prócer del país. Eso de que si le dejaran a él iba a tomar unas medidas que se cagaba la perra para cambiar todo, permitiendo que los trabajadores cobrasen sueldos por debajo del convenio resulta aclaratorio. Aclaratorio de la mentalidad del Rosell de marras. Primero deja a las claras cual es su modelo de país y lo que importan sus conciudadanos, una higa. Pero más importante es el talante del colega: el de salvapatrias, populista/fascistoide. Obviamente, aunque tus colegas estén en el poder, a ti nadie te va a dejar, y lo más importante, nadie te tiene que dejar que hagas lo que quieras, en principio porque estamos un sistema democrático, o algo parecido, donde tú no has presentado ningún programa electoral en ningún partido político e, igual de importante, porque la vida en comunidad no consiste en hacer caso a la primera ocurrencia de cualquier botarate. De hecho, es tan importante que ésto no ocurra de esta manera, que incluso beneficia a personas como al tal Rosell. De hecho seguro que es mucho más popular la idea que alguien me trasladaba el otro día que la del tal Juan Rosell, aunque ambas tengan relación con su persona. Concretamente alguien me decía que al de la CEOE había que colgarle de los huevos. Otra ocurrencia, no muy afortunada, de alguien al que no hay que hacerle ni pizca de caso; pero que a fuer de ser sincero tendría más aceptación que la del tipo que nos ocupa hoy.
Queda la segunda parte de la entrada, la de la cortina de humo, que ya adelanto sirve para tapar la ineptitud del personaje y los malos resultados de su gestión y sus ideas, pero la primera parte es demasiado extensa y dejaré para otro día esa segunda parte.
Un saludo.

4 comentarios:

Piedra dijo...

Mencionas al fascismo y creo que te equivocas de pleno. Es un carca, por supuesto, pero las maneras de los fascistas son absolutamente opuestas; ganarse al pueblo... y destruirlo después.
En este caso se trata de psicología inversa; Defendamos a los preciados funcionarios, que haya más, que les paguen mejor...
En definitiva, no menosprecio a los funcionarios en si, si no a lo que representan, EL ESTADO. Y lo que aquí se pretende es que el pueblo luche por reforzar al estado, entendiendo previamente que el estado y el pueblo son algo opuesto y que el primero vive a costa del segundo.
Por tanto, estas cortinas de humo como bien las llamas tu, pretenden, como también dices, ocultar la ineptitud de este sujeto, pero a la vez promocionar al estado, a través de la defensa de sus trabajadores, que al final no serán los beneficiados, sino aquellos que también nombras: los enchufados.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Ya volví del campo ;)
El fascismo no siempre intenta ganarse a los ciudadanos. Es más, el caso del ascenso de Hitler a través de las urnas es la excepción. Casos como el italiano lo demuestran.
El estado, como cualquier otra creación humana, no es ni bueno ni malo per se (podemos usar las propiedades del átomo para hacer una bomba o para curar el cáncer). Lo perverso es el uso que del mismo hacen ciertas personas. Es más, el estado debería ser el resultado de un consenso entre los ciudadanos. Las prioridades, la forma de entender al ciudadano... todo ello debería plasmar la forma de entender la convivencia por parte de una sociedad determinada.
Un saludo.

Piedra dijo...

Musolini también era querido por el pueblo, aunque ahora las películas americanas digan lo contrario. (naturalmente no por todos, pero si por una gran parte). Él también procuró grandes beneficios para su población, incluso combatió a la mafia que era la gran lacra del pueblo (antes que él).

El estado, nunca ha sido algo que haya podido ser bueno, para el pueblo no, para una élite minoritaria por supuesto. Esto no quita que haya concedido algunas "chucherías" al populacho para contentarlo, pero jamás podrá ser algo beneficioso puesto que está ideado para parasitarlo.
Por tanto, el sustituir a unas personas por otras no cambia el hecho de que en si, el estado sea perjudicial, el problema no son sus integrantes, sino la institución.
Otro asunto, es la radiactividad, la bomba mata, si. Pero el cáncer no se cura con radiación, y si no consulta las estadísticas, además de que no se usa para "curar" sino para supuestamente evitar que se propague, hipótesis absurda mantenida por la medicina-negocio.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Mussolini, efectivamente, luchó contra la Mafia y fueron los aliados los que la revitalizaron. Eso no significa que la mayoría de los ciudadanos apoyasen a Mussolini, que llegó al poder, con sus camisas negras reventando huelgas, y apaleando a los ciudadanos de izquierdas, con el consentimiento de Victor Manuel III, si no me bailan los números. Por tanto, no estamos ante un tipo aclamado por el "pueblo". La violencia y la coacción jugaron un papel importantísimo en su ascenso.
No hablaremos del final de Mussolini, especialmente en lo referente a la República de Salo, que acabó siendo un auténtico carnicero con sus conciudadanos. Pero, si sirve para apuntalar ante quien nos hallamos, baste decir que durante la Primera Guerra Mundial, esa guerra en la que Italia no entró hasta que tuvo claro quién era el mejor postor, quien le ofrecía más, Mussolini, socialista por aquellos entonces y director de su períodico, recibía dinero del Reino Unido, para crear una opinión favorable a la entrada de la guerra al lado del Reino Unido, Francia...
Un saludo.