martes, 3 de enero de 2017

ATRONANDO

Se volvieron a mirar. Furtivos. Sin cruzar palabra. Ella sintió su interior atronando. Giró su cabeza e intentó seguir la conversación que las mujeres de su derecha sostenían.
Menos de un minuto después sus ojos se cruzaron, una vez más, y ella se volvió a estremecer.
La cena se convirtió en una pugna entre sus ojos y seguir la charla de las personas sentadas a su lado.
Tras el postre los comensales se levantaron para hablar con aquellos con los que no habían podido hacerlo aún. Transcurrió un tiempo antes de que él se acercase a ella.
- ¡Hola! ¿Qué tal?
- Bien ¿Tú?
- También bien.
En ese momento otros invitados se acercaron para conversar con ellos.
No hablaron más hasta el momento de la despedida, en la que, tras desearse lo mejor, se dieron dos besos. Ella dio el primero de manera calma, tratando de saciar la necesidad de su cuerpo. Necesitaba recordar a su cuñadocerca, cálido. No volvería a estar junto a él hasta la próxima comida de Navidad, dentro de un año.


No hay comentarios: