viernes, 27 de marzo de 2020

LEEDLO

"Lo peor de la peste no es que mata a los cuerpos,
sino que desnuda las almas 
y ese espectáculo suele ser horroroso."

Albert Camus


Voy a intentar hacer una entrada resumiendo todo lo que he oído, leído y visto sobre esta crisis y voy a dar mi opinión, basada en los datos que he ido acumulando, que no tendrá más importancia que la que cada cual le quiera dar.
Desconozco lo que ocurrió en un principio en China, intuyo que muy poca gente en el mundo tiene una idea certera, o siquiera aproximada, de lo que allí aconteció, pero eso, a finales de marzo en España, no tiene excesiva importancia. 
Por alguna extraña intepretación muchos hemos asociado la zona del país asiático donde surgió la pandemia con una zona atrasada, donde la gente vivía poco menos que alimentándose de lo que pillaba en la selva. Sin embargo, a pesar de la existencia de algún mercado insalubre, Wuhan es así:


Una ciudad moderna en la que falla algo que aquí, en la Unión Europa y, por ende en nuestro país, sí tenemos: el control de la que la gente se lleva a la boca para alimentarse. Y eso, que lo vemos como normal, es algo relativamente reciente; basta recordar el problema que generó el falso aceite de colza hace unas pocas décadas en España.  
A partir de aquí China, y países como Corea del Sur. Ambos casos tienen antecedentes en la lucha contra virus. Corea del Sur en su lucha en 2003 contra el SARS y China también contra el SARS y hace poco contra la gripe A. Por tanto, ambos países ya tenían experiencia en el asunto. Además tenían una gran ventaja: el número de personas contagiadas eran muy pocos, porque la pandemia estaba comenzando. Me explico. En China un sujeto es el que inicia el contagio. En Corea también pueden contagiar unos pocos, porque la pandemia está en sus inicios y se toman medidas. Sin embargo, cuando llega a otros lugares no es un único sujeto, o unos pocos fácilmente identificables, los que contagian, es más que posible que muchas personas infectadas, asintomáticas, vayan expandiendo el virus. Personas que han estado en los focos y se siguen moviendo. A más gente expandiendo, más contagiados y más dificultad para controlar la epidemia. Recordemos que hasta hace bien poco las fronteras de los países no se han cerrado. Y no olvidemos que China acaba de cerrar sus fronteras para evitar contagios. Pensemos que esto lo hace cuando ya tiene controlada la pandemia, imaginemos lo que ha debido suponer este traslado de personas hacia otros países, cuando aún no había una idea clara sobre el asunto. 
El anterior aspecto resulta crucial: los "expertos" occidentales no tenían una noción clara sobre lo que suponía este virus. Todos recordamos haber escuchado, y creído (yo el primero), que este virus era poco menos que una gripe. Tal vez el que más se acercó a la gravedad del asunto fue el doctor Cavadas, pero sin darle tampoco la trascendencia que luego tendría. 
Fue la Organización Mundial para la Salud (OMS), a finales de febrero, y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDE), el 2 de marzo, los que alertaron sobre el problema. Sin embargo, los "expertos" de los diversos países, bien por su incapacidad, bien por decisiones políticas, parecieron no responder a estas llamadas. En nuestro país tenemos las declaraciones de Fernando Simón sobre las marchas del 8-M.
Llegará el momento de juzgar la labor de los expertos y preguntarse cómo alguien puede estar al frente de algo tan fundamental desde 2012, cuando llegado el momento de actuar ha mostrado, desde mi punto de vista, tanta negligencia.
Uno de los aspectos fundamentales del asunto es que, de momento, no existe ningún fármaco o vacuna que se hayan mostrado eficaces de manera testada contra el virus. En otras palabras, la gente que supera la enfermedad lo hace porque, con ayudas como los respiradores en casos extremos, su organismo es capaz de vencerlo. En este artículo se puede leer más sobre el tema.


Y aquí se habla de la utilización de medicamentos, ya existentes con anterioridad en el mercado, en pacientes afectados por el virus en nuestro país, por el momento realizado de manera experimental.


Parece claro que, siempre, pero en esta ocasión más, la prevención resulta fundamental y es aquí donde se debe valorar como se ha actuado antes y después. 
Mi punto de vista. en un principio se actuó de manera negligente, y creo que el 8-M contribuyó a ello, pero, una vez se tomó cartas en el asunto, las medidas de aislamiento tomadas en este país, las más restrictivas de la Unión Europea, fueron muy acertadas y los ciudadanos, en líneas generales, hemos actuado de manera responsable. No solo eso, admiro la capacidad de este Gobierno, una vez publicado el Real Drecreto, para reconocer que existen cuestiones que no se habían previsto y que se deben mejorar, en muchos casos para facilitar la vida de aquellos, por ejemplo transportistas, que están contribuyendo a mantener este país en esta situación crítica.
Como dije en mi anterior entrada, la actuación de los gobiernos y de muchos ciudadanos de la gran mayoría de los países europeos es muy preocupante. Tal vez deberíamos dejar de fustigarnos por haber nacido aquí.
Otro de los aspectos que me gustaría tratar es el desbordamiento de los centros hospitalarios. Debemos pensar algo: vivimos una situación excepcional, por desgracia, que está desbordando todos los sistemas sanitarios, sea del país que sea. Por tanto, aunque se hubiese contado con más medios, el sistema hubiese sufrido un aluvión de enfermos que no podría asumir la Sanidad con los recursos ordinarios. 
A partir de aquí se pueden plantear cuestiones como los recortes en Sanidad o la privatización de la Sanidad. 
Uno, desde este blog, siempre ha defendido que la Sanidad privada resulta más cara que la pública, lo vemos en EEUU y Suiza y lo vemos si comprobamos el precio por paciente de los hospitales públicos gestionados, de las tres formas posibles, por empresas privadas. 
De igual manera, el recorte en Sanidad, no solo en Madrid, uno vive en Extremadura y conoce de primera mano la situación de la Sanidad Pública aquí y en especial de la zona Norte, y es para echarse a temblar. Recuerdo que, con un intervalo de cuatro años, aquí siempre ha gobernado el PSOE. Por tanto, los recortes existen, y una inversión en Sanidad hubiese llevado a sobrellevar la situación, pero la situación sería, de igual manera, extrema. No se pueden mantener mantener miles de camas de UVI durante años por si acaso.
Por tanto, los que claman contra los recortes, muchos de ellos lo hacen solo cuando gobierna un partido, tienen razón, pero, de todas maneras, la situación sería muy seria. 
Tal vez lo que convenga sea no olvidar lo que ha ocurrido para exigir a los políticos una sanidad de calidad, con medios para los profesionales y los pacientes, con contratos dignos para estos profesionales (en Extremadura se hacen contratos de un día, de dos, de lunes a viernes y se vuelve a contratar el lunes...). Por tanto, a fecha de hoy, se puede echar la culpa de lo que se hizo mal, pero si se hace eso por parte de una parte de la población, se debe estar dispuesto a recibir críticas por su mala gestión sobre asuntos como el fin de semana del 7 y 8 de marzo, existiendo recomendaciones de la OMS y del ECDC.
Una de las cuestiones que me incomoda sobremanera es como los de un bando y los de otro, tras el shock inicial, siguen en su asquerosa línea de confrontación, que en algunos casos ha llevado a crear perfiles falsos de expertos para justificar actuaciones del Gobierno. Los unos y los otros son escoria, que en nada representan al ciudadano medio y que viven de emponzoñar la vida de los ciudadanos. Se trata de que todos los suyos mantengan prietas las filas y focalicen su atención y su rabia en el de enfrente, en vez de  analizar y pensar  lo que se ha hecho mal, lo que se ha hecho bien, aquellos aspectos que se deben mejorar y, cuando salgamos de esto, felicitarnos todos por haberlo hecho, aportando cada uno su grano de arena. 
Ello no implicará, cuando esto concluya, que no se deban pedir responsabilidades, o reconocer aciertos, de los dirigentes sean nacionales, autonómicos o locales. Pero en función de hechos contrastados. Mucha gente deberá abandonar su cargo, es posible que algunos deban sentarse delante de uno o varios magistrados, pero no por su ideología, si no por su actuación en esta crisis.
Me gustaría concluir con una idea, que he repetido muchas veces en este blog: la gente que esgrime la superioridad moral o intelectual para imponer sus ideas no representan a la izquierda. La izquierda es la lucha por la igualdad de oportunidades para todos y la palabra lucha no está escrita al azar. Sobra gente emponzoñando, inútil para los demás, y faltan personas que hagan cosas para que los demás tengan las mismas oportunidades, aunque sean de recibir la compra en la puerta de su casa durante este crisis. 
Un saludo.


"La guerra es algo muy cómodo. Se le puede echar la culpa de todo:
de los muertos, de las ruinas, de los tipos como yo, 
que se quedan vacíos por dentro y no vuelven ya a creer en nada..."

Muerte de un ciclista (1955)

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