miércoles, 25 de marzo de 2020

NOTAS SOBRE UNA PANDEMIA

Algunas reflexiones sobre esta pandemia.


No hace falta ser muy listo para saber quiénes son los que están dando la cara  en esta situación de extrema gravedad, haciendo que todo funciones: los trabajadores. Los de siempre hacemos que funcione todo, aunque los teóricos expertos en Economía nos lo quieran hacer olvidar.



En esta situación se puede ver qué es imprescindible y qué es prescindible. Nuestro Gobierno es una radiografía estupenda de ello. Todos los que durante las primeras semanas de ejercicio de su cargo ministerial salían en los medios hasta la arcada han desparecido. La conclusión es obvia: la verdadera igualdad es dar las mismas oportunidades a todos, en este caso de vivir y/o de recibir atención médica y toda esa gente vivía de crear falsas disyuntivas y de deformar la realidad. Habrá que pedir cuentas, y no solo por no suspender todas las actividades el fin de semana del 8 M. Aspectos como el uso del dinero de todos esos ministerios y su utilidad deben ponerse sobre la mesa.



No estaría de más que pensásemos que esto que está ocurriendo aquí, con muchas medios en la actualidad para combatirlo, fue algo muy parecido a lo que debió ocurrir en las primeras décadas del siglo XVI con la llegada de los españoles a América. Los europeos llevamos patógenos desconocidos en América, que causaron estragos entre la población aborigen.Este artículo sirve como botón de muestra:




El capitalismo se basa en el individualismo, sin embargo, una vez más, se puede comprobar que la solidaridad es un rasgo común de las personas. Gestos de todo tipo, encaminados a ayudar a los demás, se suceden en cualquier rincón. Deberíamos plantearnos si personajes como Trump, Johnson, Lagarde o Nadia Calviño aportan algo que no sea destrucción a nuestras vidas.



En los medios de comunicación se habla mucho de determinados aspectos y personas que necesitan ayuda, pero uno se acordó el otro día de las personas drogodependientes y no pudo evitar preguntarse qué estaría pasando con ellos.



Médicos y material chino, cubano y ruso han llegado a Italia para ayudar a luchar contra el virus. Mientras, los ministros de Economía de la Unión Europea no se ponen de acuerdo sobre lo que deben hacer y cada país va a la suya para intentar salvarse. ¿Para qué sirve la Unión Europea? Por cierto, los médicos cubanos suelen estar en todo tipo de situaciones catastróficas en medio mundo desde hace décadas. Conviene pensar sobre el asunto.



En este país somos muy dados a fustigarnos, tradición que hemos mantenido intacta desde la Generación del 98. Sin embargo, comparando como han actuado las autoridades y los ciudadanos de algunos países más "modernos" (Holanda, Francia, Reino Unido, Suecia, en Italia no se cerraron los parques hasta hace unos días...) con la actuación de nuestras autoridades (una vez tomaron los mandos) y la de los ciudadanos, no tengo ninguna de duda de que deberíamos sacudirnos ese complejo, porque no somos mejores que nadie, pero tampoco peores.
En Alemania, hoy mismo, la prensa sacude duro al Gobierno por cómo está gestionando el problema y por manejar de forma poco ortodoxa el dato de fallecidos (si tenían dolencias previas no consideran que hayan muerto debido al COVID19, de ahí las bajas cifras de fallecidos).



Esta situación ha quitado caretas. Los nacionalistas catalanes alegrándose de lo ocurrido en Madrid (aquí);  VOX, proponiendo no atender a los inmigrantes sin papeles (aquí), los progres como Suso de Toro quejándose de que el ejército contribuya a mejorar la situación (habría que haberlos metidos a esos progres en esas residencias de ancianos que han visto los militares), neoliberales pidiendo que se centralice la Sanidad y que el Gobierno dé dinero de todos para salvar el sistema económico privado, políticos que anteponen la Economía a la salud de los ciudadanos... Toda esta gente resta, ahora y siempre.



Los efectos de la deslocalización los estamos viendo ahora, cuando no tenemos cómo producir lo necesario para nuestra supervivencia, porque se llevaron a otros lugares las empresas, para producir más barato y poder ganar más dinero. Otro gran éxito de la economía neoliberal y de esa gentuza salida de las escuelas de negocios. 



Ahora que hemos descubierto que existen ancianos solos, personas con Trastornos del Espectro Autista o con problemas que necesitan salir a la calle, personas con enfermedades crónicas o con una grado dos o tres de dependencia, personas con enfermedades mentales... que conviven entre nosotros, deberíamos plantearnos cómo podemos ayudarles y, lo más importante, lo imprescindible de esos servicios que, día a día, haya o no coronavirus, permiten que todas estas personas tengan una vida digna. Si no lo hacemos por solidaridad, hagámoslo por egoísmo, porque mañana nosotros podemos ser una de ellas. 



En Brasil las mafias que dirigen las fabelas han impuesto el toque de queda en sus "territorios",  buscando tomar medidas contra la pandemia, mientras el Gobierno de Bolsonaro ha tomado medidas como no pagar a los trabajadores durante la crisis, si las empresas lo consideran oportuno, y uno se pregunta: ¿quién es peor?



La labor de la prensa en los momentos previos a la situación que vivimos y en estos momentos deja a las claras para qué sirve: para amplificar las opiniones de sus dueños, desfigurando la realidad convenientemente. Deberíamos plantearnos la necesidad de una prensa pública, aséptica, basada solo en informar y en contrastar opiniones sobre diversos asuntos, siguiendo los patrones de la BBC. La prensa privada debe seguir existiendo, todo el mundo tiene derecho a comer y/o a pervertir su profesión. Da mucho que pensar que uno de los pocos que trató el asunto en serio fuera Íker Jimenez, llevando expertos a su programa que debatieron con libertad. ¿Recuerda el lector cuando le hablé de los médicos cubanos? Igual no todo lo que nos cuentan los periodistas es real.


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