jueves, 9 de mayo de 2019

EL PUEBLO SALVADOR Y EL TONTO DEL PUEBLO

"Actuar sin saber te va a llevar directamente al precipicio"

Ray Bradbury


De vez en cuando entro en las redes sociales y en alguna, además de leer lo que escribe la gente, suelo mostrar mi opinión, más concisa que en este blog, por supuesto. Esta lectura de opiniones e intercambio de pareceres me ha llevado a afianzar mi percepción de que no sólo existe el dogmatismo en la derecha. La progresía, no confundir con la izquierda, tiene ese mismo tic, que oculta la misma estulticia e ignorancia que en el caso de la derecha.
Los dos ejemplos que van a servir para ilustrar lo que digo tienen que ver con la Historia y el presente de Portugal, país vecino y desconocido.
Hace unos pocos días, el 25 de abril, se celebraban 45 años de la Revolución de los Claveles y alguien lo celebraba en una red social. Otra persona contestaba que era la revolución del pueblo, dando a entender que el gesto del clavel de Celeste Caeiro fue decisivo para convencer a los militares. Absurdo. En realidad esos militares y sus tanques habían salido de Santarém, encabezados por uno de los héroes de la revolución, el capitán Salgueiro Maia, para acabar con la dictadura encabezada por Marcelo Caetano. Cuando le hice notar esto el tipo en cuestión me empezó a hablar del pueblo, del franquismo que todavía perdura en España. Me pareció alguien que desconocía lo ocurrido y le envié dos enlaces con el fin de ayudar a que conociese un poco más el tema. Uno sobre la Revolución de los Claveles y otro sobre el devenir de los hechos posteriores, hablando sobre el felón socialista Mario Soares, que no dudó en traicionar la revolución. 
El fulano me seguía hablando del pueblo y su valor en estos hechos. Un poquito harto zanjé la discusión diciendo que ese concepto, el de pueblo, igual servía para pasarse por la piedra a mil bosnios, seis millones de judíos o medio millón de gitanos, que para cualquier otra cosa.
No era la primera vez que me encontraba con alguien que toda la Historia la juzga bajo el foco del franquismo y que considera que la Historia de todos los países es franquismo y maniquea.
Pocos días después leí que en nuestro país vecino habían bajado el IVA de la electricidad y el panfleto Público indicaba que ese era el camino a seguir en nuestro país. Palmeros y parabienes de cierta gente, excepto de aquellos que con dos dedos de frente hablaban de nacionalizar las eléctricas y de que el IVA es un impuesto que permite acceder a otros servicios. Sin embargo, en ese país, que me encanta,  en el que gobiernan los afines al periódico dirigido por la baronesa, existe el copago sanitario, bomberos voluntarios, excepto en unas pocas ciudades, se cobra por el uso de autovías, los impuestos sobre los carburantes son mucho mayores que en este país (hay más de veinte céntimos de diferencia en el litro de carburante entre España y Portugal, siendo más barato en nuestro país), as greves (huelgas) están a la orden del día... Igual no es oro todo lo que reluce y lo que nos interesa es vender una realidad fragmentada y decir lo bien que lo hacen los nuestros. Lo curioso es que gente que se dice progre se manifieste a favor de una bajada de impuestos, que permiten repartir la riqueza,y no acabar con un oligopolio, revertiendo aquello que era de los ciudadanos y que se malvendió.
Estos dos ejemplos espero que hayan servido para ilustrar lo que deseo transmitir: la realidad y lo complejidad de los hechos no puede estropear la demagogia, fundamentada por lo general en visiones maniqueas y en un desconocimiento de los hechos.
Además existe una pulsión que empuja a la progresía, no confundir con la izquierda, a sobrevalorar todo lo que llegue de fuera e infravalorar todo lo propio. Por supuesto no se trata de ensalzar todo lo español, como haría un derechista, por el mero hecho de ser de aquí, pero tampoco de despreciar todo lo que hay en este país, sólo por el mero hecho de ser de aquí. Esta forma de actuar, dogmática y absurda, como la postura antagónica de los patriotas de postal, es propia de una progresía encantada de conocerse y que justifica su inacción en una supuesta oposición a la ideología franquista. Nada más lejos de la realidad. Los mismos, o casi los mismos, que dirigían antes los designios económicos del país lo siguen haciendo ahora. Y,  además, la crítica absurda y huera lleva a no ver aquello de lo que deberíamos sentirnos orgullosos, por ejemplo el funcionamiento del sistema de transplantes. Conciudadanos que realizan una función maravillosa para el bien común son obviados, porque vivimos, según cierta gente muy progre, en un remedo franquista cuyo lema es: "Que inventen los otros". Absurdo y zafio.
Absurdo y zafio como pretender cambiar algo sin conocer en profundidad lo que se debe cambiar, por qué se debe cambiar y, fundamental, dónde queremos llegar con ese cambio.
Resulta muy enrollado y cómodo hablar de franquismo, de patriotas, de la Iglesia (siempre la Católica, porque parece ser que las demás mean colonia), del hombre blanco y de cuestiones similares, porque hay un enemigo, difuso en muchas ocasiones, al que atacar. Si a eso le añadimos cuestiones como justicia social, pobreza, etc. ya tenemos una causa para acallar conciencias. Sin embargo, todo resulta mucho más complejo. Veamos un ejemplo.
Resulta muy justo hablar de inmigrantes que mueren y se juegan la vida para llegar a Europa, huyendo de la guerra, el hambre... Sin embargo, a pocos de estos tipos enrollados se les ocurrirá que además de acoger y ayudar a los que huyen del hambre, obviaremos la guerra, deberíamos plantearnos por qué han de irse. La respuesta es evidente: porque en sus países existen unas élites que acaparan la riqueza, en muchos casos en connivencia con las élites económicas de aquí.
Una de las cuestiones que gusta mucho a los progres es decir que las mujeres son las que están sacando a flote África, igual también influye que la mayoría de los inmigrantes africanos, en España son hombres casi el 70% de los inmigrantes africanos. En un programa de radio de la SER un tipo no dudaba en ensalzar el papel de la mujer en África, asociándolas al progreso del continente casi en exclusiva. En ese mismo programa radiofónico, un día después, se hablaba de una trapacería del ayuntamiento de Ada Colau para cerrar un centro de formación de inmigrantes, casi todos subsaharianos, sin papeles. Lo curioso es que los entrevistados eran hombres que han venido a buscar trabajo a este país, como la casi totalidad de los inmigrantes. Y uno se pregunta: si la gran mayoría de inmigrantes subsaharianos son hombres y sólo vienen a trabajar, como dicen los progres, y yo, ¿cómo es posible que en África las que trabajen para sacar adelante a las familias sean las mujeres, según dicen los progres? Algo no cuadra. La explicación es, según ellos, que las mujeres son emprendedoras (palabra muy neoliberal, porque habla de buscarse la vida). Aunque aquí surge también una pregunta. Los que atraviesan media África, a veces a pie, (en su mayoría hombres), cruzan el Mediterráneo de aquella manera, para tener una vida mejor, ¿esos no tienen iniciativa?
Por supuesto estos progres se olvidan de otro dato referido a una minoría de mujeres, familiares en muchos casos de los gobernantes de sus países, han acaparado riqueza de manera desmesurada, pasando a formar parte de las élites extractivas.

https://www.elmundo.es/internacional/2014/07/31/53da6902e2704ef5708b457f.html

Y aquí reside el problema: no se analizan las cuestiones en profundidad. Queda mejor hablar de dictadores, de racistas y de otras cuestiones, para ocultar que las élites económicas son las que generan y sustentan las desigualdades, aquí y allí, siendo mucho más acentuadas esas diferencias en los países africanos, pero siendo la causa similar.
Ayudemos a quien lo necesita, pero también trabajemos para que cada vez lo necesite ayuda por esas causas menos gente y esta segunda parte es el mensaje que no interesa, porque las conciencias y la acción en muchos casos no se llevan bien.
Un saludo.

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