Los temas se arraciman en mi cabeza, teniendo dificultades ciertos días para elegir uno en concreto. Seguramente, el lector encontrará aspectos de la realidad más atractivos que el tratado a continuación, pero, a mi, me ha llamado la atención él que voy a exponer en esta entrada. ¿Cuál es ese tema tan fantástico? Ni más ni menos que la reducción de un 13% de los altos cargos en el nuevo Gobierno Canario y de un 14 % de los cargos de confianza en este mismo ejecutivo.
El lector fiel recordará la campaña emprendida en el anterior blog contra la práctica abusiva ejercida por los diferentes gobiernos (nacional, autonómicos, locales, diputaciones) basada en la colocación a dedo de familiares, amigos y demás empotrados al poder por el mero hecho de ser eso, familiares, amigos, empotrados en el poder. Me gustaría recordar que, aproximadamente, el 15% de los sueldos de la administración, posiblemente los más altos, van destinados a cargos electos y de confianza (es decir, elegidos a dedo).
Es obvio, que lo sucedido en el gobierno insular debería llenarme de alegría, no lo voy a ocultar, me satisface. Pero uno, que es muy puñetero, se pregunta: ¿si se puede prescindir de todos estos tipos en un gobierno, qué coño hacían antes en ese mismo gobierno ese mogollón de cargos y personas de confianza? Curiosa pregunta, ¿verdad?
Como el lector de estas páginas puede comprobar, cuando hablaba de que el problema real de la administración eran los adjuntos al poder, en muchos casos auténticos inútiles con carnet del partido. no iba muy desencaminado (hice un cálculo muy sencillo y con lo cobraban un tercio de ellos, con un salario medio tirando muy por lo bajo, se podría construir cada año una autovía de más de 1000 kilómetros, si eso fuera posible). Ellos inflaban, e inflan, los presupuestos de gasto en el capítulo de personal. Ellos, que, en algún caso, encima proclamaban, en un acto de desfachatez sin límites, el adelgazamiento de la administración, mamaban, muchos siguen mamando, de la teta pública sin ningún pudor.
Lo ocurrido en Canarias parece una buena noticia, tal vez el principio de una tendencia, pero también deja a las claras como ha funcionado el sistema, y sigue funcionando, hasta el momento.
A uno se le ocurre que, si tienen un hueco, a uno le podían contratar de asesor para eliminar asesores. Prometo ganarme los enemigos que haga falta, eso sí, a cambio de un magro sueldo.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario