martes, 14 de agosto de 2012

PARAÍSOS FISCALES, ¿POR QUÉ EXISTEN?

Ayer, zascandileando por Internet, me di de bruces con un vídeo en el que un ponente, empresario, corroboraba la tesis que defendía en una entrada anterior, La riqueza la crea el consumidor. Dichas tesis en síntesis defendían que el verdadero creador de riqueza es el consumidor, que adquiere los productos. El consumidor, todos nosotros, constituimos los verdaderos creadores de riqueza, si no nosotros no compramos... 
He buscado información sobre la persona que aparece en la grabación y no he encontrado gran cosa, salvo que el vídeo ha sido censurado (de hecho se escucha otra voz de fondo que distorsiona el mensaje, o al menos lo intenta). Por tanto no puedo ofrecer datos respecto de él al amable lector, aunque considero que los cinco minutos de duración del vídeo merece la pena leerlos con detenimiento. Un empresario, acaudalado según sus propias declaraciones, desbarata las tesis neoliberales que defienden los neoliberales/fascistoides. Esas ideas, que no teorías, que hablan del empresario como motor y referente fundamental de la economía. 
La citada intervención se puede ver, escuchar y leer aquí:


Desde mi punto de vista lo más trascendental del mensaje no es ya que desmenuce, hasta reducirlo a cenizas, el argumento de los estólidos y vagos neoliberales (la gran mayoría de ellos no saben lo que es trabajar de verdad), el empresario crea riqueza y hay que mimarlo (que ya desarrolle en la entrada citada en el primer párrafo). Me entusiasma más un razonamiento que hace sobre la capacidad de consumo de los grandes millonarios. Por mucho que consuma una persona acaudalada, vete a saber como ha conseguido parte de ese dinero, jamás consumirá tanto como mil personas entre las que repartiera esa riqueza. Esta afirmación puede servir de punto de partida para explicar otra de las lacras del sistema actual: los paraísos fiscales.
Debemos partir de una explicación lógica para la existencia de estos lugares ligados a lo más bajo de la condición humana, la codicia, la avaricia, o cualquier otra palabra que el lector desee aplicar, de los seres humanos, o de una parte de ellos. Dicho lo cual, que resulta muy evidente, me gustaría profundizar en el asunto, desde un punto de vista alejado de la moral; ciñiéndome en exclusiva a lo que supone la existencia de estos lugares para denostar la teoría de los amigos de los ricos, también conocidos como neoliberales, que reza que los bajos impuestos crean riqueza, por lo que se debe mimar a los empresarios. 
Partamos del hecho de que no soy un experto en paraísos fiscales, aunque hace algo más de un año publiqué una entrada sobre el asunto, que creo bien fundamentada. A través de las lecturas que hice para preparar dicho tema encontré que existen diferencias entre meter la pasta en una caja en un paraíso y crear empresas offshore. Para explicar en que consiste esto último remitiré al lector a una página de Internet donde asesoran sobre el asunto.


Pongamos como ejemplo de empresas offshore ciertas empresas de Nueva Rumasa, creadas en paraísos fiscales para evitar que el estado volviera a expropiarlas, dicho esto por uno de los innumerables hijos del jerezano ¿empresario? que con tanta asiduidad visita los juzgados.
Una vez hecha esta distinción nos centraremos en el primer supuesto, depositar dinero en un paraíso fiscal para evitar pagar impuestos. No parece necesario incidir sobre el segundo supuesto, pues deberíamos hablar de cuestiones relacionadas con aspectos como el blanqueo de dinero, por ejemplo, tema que no domino. Centrémonos pues en el asunto del ingreso de grandes cantidades en cuentas en los citados paraísos fiscales.
Las cantidades que se encuentran en dicho lugares son difíciles, por motivos obvios, pero existen algunas estimaciones que hablan de un tercio del PIB mundial:




Obviando el trascendental tema de que la avaricia y rapiña de unos pocos es la desgracia de una gran cantidad de ciudadanos (no pagar impuestos por parte de estas ¿élites? económicas supone exprimir hasta la extenuación al ciudadano de a pie), me centraré en otro asunto generalmente obviado, pero que me servirá para desmontar la estúpida teoría de los teóricos de la economía patológica: hay que favorecer al rico, bajando sus impuestos, para que cree riqueza. 
Retomemos por un momento el punto de la charla del primer vídeo en la que el ponente defiende que por mucho dinero que tenga no pondrá comprar mucho más. ¿Lo recuerda el amable lector? La realidad demuestra otra cuestión igualmente evidente: por mucho dinero que ganen los más ricos no podrán invertir mucho más en crear empleo, sencillamente es imposible. ¿Por qué es imposible? Por una razón evidente: ese dinero excedente, concentrado en unas pocas manos, no sirve para que se consuma más, pues ha salido del bolsillo de los consumidores, que son los que verdaderamente podrían incentivar el consumo y con ello la producción de bienes (con el consiguiente costo para nuestro medio ambiente). En otras palabras, la concentración de capitales en paraísos fiscales se debe a que ese dinero no se puede destinar a invertir  en la economía productiva y por ello las grandes fortunas guardan esa pasta en lugares donde no tengan que rendir cuentas ni pagar tributos, o hacerlo de manera testimonial. 
Es evidente que todas las personas con capacidad de esconder su dinero en un paraíso harían esto aunque pudieran seguir invirtiendo en economía productiva, en concepto de por si acaso, pero si una buen parte de ese capital le diera más rendimiento en forma de inversión destinada a crear bienes no dudarían en invertir parte de ese dinero parado en crear o aumentar el tamaño de las empresas existentes. Tan sencillo como esto: una parte muy significativa del dinero existente en paraísos fiscales está allí porque no existe una alternativa más productiva. La acumulación del capital en pocas manos impide que una gran mayoría de ciudadanos gasten, compren y con ello aumente la demanda de productos, que a su vez incidiría en un aumento del empleo.
He obviado a propósito la economía financiera. Especular con el precio de productos o crear burbujas financieras, como bien sabemos, provocan más pobreza, cuando no la muerte de miles y miles de personas condenadas por el ansia especulativa de unos pocos, capaces de subir artificialmente, por ejemplo, el precio de los alimentos para ganar más dinero. Pero incluso en este tipo de inversiones las posibilidades son limitadas. Se puede especular en un número determinado de sectores, pues existe una limitación de lugares donde invertir. Se puede comprar petróleo, cobre, patatas, mijo... pero no se pueden comprar  productos que no existen, aunque estos se puedan vender y revender mil veces. Lo mismo ocurre en el campo de la compra de productos que podemos denominar exclusivamente financieros, que generalmente no crean el reparto de la riqueza.
Tras esta exposición no parece muy difícil  comprender la teoría que defiendo, aunque  a los estúpidos defensores de la economía patológica no parezca entrarles en la cabeza, pero, generalmente, la tesis más sencilla es la más sólida y plausible, la conocida navaja de Ockham.
La intención de esta entrada, como la de otra muchas, es desmontar desde un punto de vista intelectual las ideas de los neoliberales que nos conducen al desastre, donde parecemos estar instalados los españoles. A este humilde bloguero le resulta atractivo este reto intelectual, aunque a veces debo decir que encontrar argumentos contra la estupidez neoliberal resulta tan sencillo, no siempre, que uno se pregunta como este hatajo de imbéciles han conseguido tomar las riendas de este planeta.
Un saludo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Paco!

Muchas gracias por compartir el discurso de TED, nos ha parecido muy curioso.

Te escribo porque nosotros en InspirAction trabajamos desde hace año para acabar con los paraísos fiscales. Pensamos que para acabar con la pobreza y la desigualdad es necesario hacer cambios estructurales, entre ellos cambiar y desmontar argumentos neoliberalistas como el que expones. Te invito a leer nuestro informe La muerte y los impuestos https://www.inspiraction.org/implicate/descarga-y-compartelo/informes/la-muerte-y-los-impuestos a ver qué te parece!

Muchas gracias!! Muy chulo tu blog :)

Cristina.

Alida Militi dijo...

"como este hatajo de imbéciles han conseguido tomar las riendas de este planeta..."
Muy fácil: porque la especie humana, salvo pocas excepciones, es una especie egoísta y amoral.
No sé si a estas alturas lamento ya la simplificación de mis juicios de valor...pero me da la sensación de que no, no lo lamento.
Si esos no fueran sus principales atributos, otro gallo nos cantara.

PACO dijo...

Hola Cristina.
Gracias por leer la entrada y por el comentario sobre el blog.
Me he leído el enlace y, en breve, procederé a colgar la página web como uno de los enlaces interesantes que recomiendo leer.
Hola Alida. Tal vez tengas una parte de razón, somos egoístas, muy egoístas.Sin embargo también somos capaces de hacer cosas admirables por los demás a cambio de nada o de la propia satisfacción personal. Sobre lo que no me cabe duda es sobre la escasez de escrúpulos de la gentuza que lucha por conseguir el poder sea éste del tipo que sea.
Un saludo.

Cristina Porras dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Muchas gracias Paco!
Espero entonces que sigamos en contacto.
Estoy segura de que podremos intercambiarnos mucha información interesante sobre Paraisos Fiscales: !información y datos que todo el mundo debería poder conocer!.

PACO dijo...

Hola, Cristina.
Como te dije colgué la página entre aquellas web o blogs que creo que merece la pena leer.
Cualquier información será bien recibida y además de que se pueda leer en el enlace y en tus comentarios intentaré que las informaciones que me parezcan más importantes aparezcan de una u otra manera en las entradas.
Perdona por no haber contestado antes a tu primer comentario, pero como dije me fue imposible acceder a Internet durante unos días.
Gracias por tu confianza y por leer el blog.
Un saludo.