viernes, 4 de enero de 2013

EL MONO QUE INVOLUCIONA

Como escribí hace tiempo, en mi visita a las excavaciones de Atapuerca, más concretamente a Ibeas de Juarros, el guía explicó que había evidencias de que a un individuo con problemas de salud crónicos, que vivió hace centenares de miles de años, le habían ayudado el resto de compañeros/familiares de su comunidad. Esta atención temprana, al menos en lo relativo al desarrollo de la especie, a los discapacitados parece que fue ampliándose con el paso del tiempo, como demuestran diversas investigaciones. Restos de neardenthales  o de sapiens con enfermedades que generan una incapacidad máxima, como podrá leer el amable lector en este enlace:

http://antiguaymedieval.blogspot.com.es/2012/12/los-hombres-del-neolitico-cuidaban-los.html

Todos estos datos, y otros muchos más (véase su refinamiento artístico, o el de sus herramientas, especialmente en el modo IV, el típico de los sapiens), nos ayudan a deshacernos de ese espeso manto de desprecio que sentimos hacia sus capacidades intelectuales. Pudiera parecer que la especie homo, aunque lentamente, adquirió la percepción de que la ayuda hacia sus iguales constituye una "obligación" hacia ellos y, por qué no decirlo, hacia uno mismo. Hacia uno mismo, porque constituye una forma de alcanzar   autosatisfacción moral, de sentirse un homínido, un ser humano.


Han pasado miles de años, decenas de miles de años y las atenciones que reciben las personas con necesidades de todo tipo, especialmente las derivadas de enfermedades o patologías severas, han conseguido alcanzar unos niveles de ajuste a las necesidades derivadas de éstas bastante grandes,  aunque aún mejorable en muchos aspectos, especialmente en los países que denominamos del Primer Mundo. No nos engañemos, salvo intentos esporádicos de comprender y dar solución a las necesidades de estas personas necesitadas de todo tipo de atención especializada, los avances fundamentales en este aspecto se han producido en el último siglo, siglo y poco, a lo sumo. Y, tal vez, lo más significativo de todo sea que estos avances en la atención hayan llegado a todas las personas por igual, independientemente de su nivel económico, cultural o procedencia. O eso ocurría hasta hace bien poco.
No descubro nada nuevo al amable lector al denunciar una campaña de recortes de derechos en este sentido, que afecta a millones de personas en este país (en realidad afecta a casi todos los ciudadanos en uno u otro grado) y en otros países como Portugal o Grecia. Pudiendo ser considerados, sin temor a equivocarnos, como el campo experimental escogido por los teóricos del neoliberalismo, y por sus jefes, para medir las consecuencias, los efectos y su aguante, sobre los ciudadanos de una forma de entender la política basada en recortar el derecho a la atención necesaria para que muchas personas puedan tener una vida digna, o simplemente, para que puedan tener una vida. Todos los recortes en dependencia, sanidad y educación (especialmente en lo referido a la educación especial, esa que, en muchos casos, es impartida desde asociaciones de padres o de otro tipo, dependientes por completo del dinero recibido de las administraciones) contribuyen a que cada vez nos alejemos un poco más del ideal de ese neardhentalensis o de ese sapiens que cuidaba a su igual, permitiendo con ello que éste tuviera una vida lo más digna posible.
Resulta grotesco que se haya sustituido ese ideal de ayuda al igual, que parecemos llevar en los genes o, al menos, formar parte de la herencia social, por un supuesto pensamiento economicista, que realmente se trata de la imposición de una minoría a la mayoría.


Cuando dicen que la administración NO TIENE DINERO para atender tal o cual necesidad de los ciudadanos, en realidad quieren decir que han decidido no destinar el dinero de todos los ciudadanos a factores como la atención, la sanación o el cuidado de las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Y, además, quieren decir que ese capital, salido del bolsillo de todos, se va a destinar a favorecer a las estructuras económicas más poderosas de esa sociedad: banca, grandes empresas, mediante subvenciones...
De paso, los gestores, los políticos, se reparten una parte del pastel con sus consabidos trapicheos, corruptelas y sinvergonzonerías varias, llenando sus bolsillos y los de sus afines.
Imaginemos que a un extraterrestre, que no se encontrar imbuido en nuestra cultura, le contásemos lo que ya acabo de escribir en el párrafo anterior, ¿qué imagina el lector que pensaría? ¿Qué pensaría el citado ser de fuera de nuestro planeta ante el hecho de que existan mil millones de personas que mueren de hambre, mientras que una parte del gasto en armas o del destinado a salvar a la banca bastaría para paliar esta situación de miseria? La respuesta parece evidente: vivimos en un mundo donde los dirigentes carecen de escrúpulos y la población, o una parte significativa de ella, vive anestesiada ante el sufrimiento de sus iguales.
La próxima vez, antes de asociar a un homínido de hace cincuenta mil años con la barbarie, pensemos en nosotros mismos en este momento y consideremos quién de los dos se asemeja más a un animal salvaje, al menos en lo que respecta a paliar el sufrimiento de sus iguales.
Un saludo.

4 comentarios:

Piedra dijo...

Yo creo que es todo lo contrario, hasta hace relativamente poco, la familia era quien se encargaba de cuidar y ayudarse, igualmente en las pequeñas comunidades eran unos quienes cuidaban de otros desinteresádamente.
En un momento determinado, el estado ocupó la función de "cuidar" de enfermos, mayores y necesitados, "liberando" de esa "carga" al pueblo, que una vez deshumanizado y acomodado, se ha vuelto incapaz de volver a ocuparse de sus enfermos o mayores, que ahora abandonados por el estado se ven solos y abandonados a su suerte.
El estado se hizo con este control para liberar a los obreros de un trabajo no productivo (para él) y para degradas al individuo hasta lo que a día de hoy somos; unos perpetuos menores de edad incapaces de valernos por nosotros mismos ni de ayudar a los demás.
Por otro lado, aclarar que el estado, jamás podrá ocuparse del mismo modo con sus funcionarios profesionales, a los que solo mueve el interés económico, que la propia familia a la que mueve el amor desinteresado.
Eso es lo que se ha destruido, esos lazos son un estorbo para una sociedad competitiva y psicopatizada donde todos compiten contra todos y viven los más hijos de puta (con perdón) tal como pretenden hacernos creer que es lo correcto, los adoradores de Darwin.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Disiento totalmente de lo que expones. Presupones que las familias van a cuidar bien a las personas dependientes, lo cual no siempre es verdad. Por dos motivos:
-Estigmas sociales. Como ejemplo, hasta hace no muchas décadas, cuatro o cinco en algunos casos, a las personas con retraso mental u otras patologías se las podía mantener encerradas de por vida, cuando no atadas como bestías.
-La socialización, intervención de estructuras mayores que la familia, ha permitido la adquisición de conocimientos, y tecnología, que desde la familia serían imposibles de conseguir. Ejemplos como la medicina, la educación, especialmente en el campo de la educación especial, o la estimulación cognitiva a los enfermos de Alzheimer sirven para ilustrar lo que quiero decir.
Un saludo.

Piedra dijo...

Retrocede un poco más y busca un tiempo en el que las personas no habían sido destruidas para odiar a los enfermos o a los ancianos. Atar a un familiar suele deberse al hecho de no poderlo atender, o bien por estar esclavizado por el trabajo y no disponer de tiempo/medios o estar destruido como persona y haber perdido la empatía natural de nuestra especie.

Sobre los cuidados profesionales, si, por supuesto que alguien que se dedique POR VOCACIÓN y haga del cuidado a los demás su profesión, lo hará mejor que muchos otros, el que lo haga por dinero, no está tan claro, pero aun así no es igual que le pague un estado a que tu puedas permitirte pagarle directamente porque ese mismo estado no te quite el dinero para tener a una serie de profesionales instruidos por él para hacer ese trabajo del modo en que él quiere que se haga, para lo que previamente habrá que cumplir unos requisitos o aprobar un examen que garantice que estás adoctrinado en los modos establecidos, no necesariamente que eres una persona ideal para ese puesto. (lo dicho, vocación/calidad, no es necesariamente igual a capacidad).

Me explico, puedes ser maestro y odiar a los niños (todos los que tuve de enano), o puedes ser solo alguien que disfruta con los niños y te garantizo que ellos van a aprender más de ti que de un maestro titulado, la letra a sangre, no siempre entra.

En el caso de la medicina, igualmente es muy discutible que hayamos adelantado algo, de hecho ahora hay más cáncer y más alzheimer, Parkinson, etc. así que contra el cuento de que cada vez somos más capaces y tecnológicos, LAS EVIDENCIAS.

Algo más, es igual atar a los retrasados que drogarlos de por vida, aunque quede más correcto a ojos de los demás, pero es que ademas se droga también a los no enfermos, como a los niños "hiperactivos" o a los millones de "deprimidos"

PACO dijo...

Hola Piedra.
Lo de atar a una persona poco tiene que ver con la productividad o la producción, tiene bastante más que ver con la ignorancia o la superstición, llámalo religión.
Por lo demás, creo que disentimos en todo. Tú hablas de adoctrinamiento por parte del estado, ¿por qué modelo de estado? ¿Por el neoliberal, por el comunista, por el socialdemócrata, por la monarquía autoritaria, por...?
Respecto a lo de drogar a niños con TDAH (hiperactivos) y algunos otros, totalmente de acuerdo, como ya he expuesto en alguna entrada. Respecto a lo de medicar a niños con retraso mental por el mero hecho de tenerlo, creo que en ese campo debes indagar por donde van los tiros, pues la cosa ha cambiado bastante en el último siglo.
Sobre más cáncer, más Alzheimer y más etc. tiene una fácil explicación: ahora se detectan enfermedades que antes llevaban a la muerte y hay explicación y, en segundo lugar, el aumento de la esperanza de vida, en España se ha doblado en un siglo (un ejemplo de que la ciencia si avanza) ha provocado que existan más casos de todo tipo de enfermedades (pura estadística) y sobre todo de demencias, asociadas a la edad.
Por cierto, sobre lo de contratar con tu pasta a un cuidador, experto, etc. tiene un pequeño problema: cuando desconoces de que va el asunto cualquier charlatán sin escrúpulos puede, y lo hacen, embaucar a familiares bienintencionados, pero desconocedores de lo que en realidad necesita su familiar.
Un saludo.