jueves, 31 de enero de 2013

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA ¿PARA QUIÉN?

Parece que una gangrena, por el momento imparable, se ha adueñado del Partido Popular. Más concretamente ha tocado, veremos si hundido, a la cúpula directiva del Partido Popular nacional. A nadie se le escapa que todas las noticias relacionadas con el antiguo tesorero del partido, Luis Bárcenas, suponen una carga de profundidad para los actuales "líderes" del partido de derechas, que detentan el poder en este país, tanto en el Gobierno Central, como en  una buena parte de las administraciones autonómicas y municipales. La noticia destapada esta mañana por el periódico El País, en la que se asegura que los actuales dirigentes populares recibieron un "sobresueldo", ha supuesto un torpedo en la línea de flotación de Rajoy, Cospedal y demás tropa pasada y presente que aposentaba sus posaderas en Génova 13.


No creo oportuno conjeturar sobre las causas de tal avalancha de informes, pues, además de una estrategia de defensa del inculpado, pueden existir otras tensiones entre aspirantes al trono popular, que desconozco y no me interesan lo más mínimo. Las ambiciones de ciertos personajes son tan insustanciales como su propia existencia y, en el fondo, sólo sirven para demostrar que muchos de ellos venderían a su madre si ello les ayudara a hacerse con el poder.

Mucho más interesante me parece, y sobre ese aspecto girará el resto de la entrada, la respuesta dada por alguno de los tipos que se han visto envueltos en este escándalo, como por ejemplo la proporcionada por la Cospe, Mari Loli para algunos de mis amigos. Como puede suponer el amable lector, la mujer que denunció a Greenpeace por acusar al Gobierno de crear una ley que favorece a empresas como la de su marido, por cierto les ha denunciado utilizando los recursos de la comunidad autónoma que dirige, se declara inocente y más santa que Teresa de Jesús. Cosa que no pongo en duda, porque,como es sabido, el sistema en el cual vivimos se basa en que hay que demostrar la culpabilidad, no la inocencia.


Afortunadamente vivimos en un estado de donde todo el mundo es inocente, al menos hasta que se demuestre lo contrario. No sólo eso, como se ha podido comprobar en el párrafo anterior, cuando alguien lanza una acusación contra alguien, que puede afectar a su honor, su integridad..., el afectado puede demandar que la Justicia le socorra, aunque para ello hayan de pasar un pila de años. La verdad que podemos considerar, al menos en ese sentido, que en este país tenemos mucha suerte. A no ser que seas parado, funcionario, trabajador de la empresa privada, controlador aéreo, pensionista, enfermo, ciudadano... Porque, querido lector, si usted se incluye en alguno de esos colectivos, y otros más que no he incluido, usted ha sido acusado de defraudar, no trabajar, rendir poco, ser un privilegiado, cobrar demasiado, gastar medicamentos a troche y moche, vivir por encima de sus posibilidades... y, casualmente, lo ha sido por los mismos que ahora defienden, a capa y espada si fuera menester, su, o la, presunción de inocencia de todos los implicados en este caso de corrupción mayúsculo, como otros muchos, el caso Bárcenas.


Imagino que el lector recordará cuando el número uno del Ministerio de Hacienda, Cristobal Montoro, justificaba la subida del I.V.A. alegando que existía mucho fraude y que no si no defraudáramos tanto no había hecho falta subir dicho impuesto indirecto. En otras palabras: el responsable de un área lanza una acusación, sin precisar ni quienes son los culpables, ni cuanta su culpa y de esta manera nos responsabiliza a todos, cargando finalmente la culpa sobre la totalidad de los ciudadanos.
El repago médico, tres cuartas partes de lo mismo. Mucha gente consume medicamentos que no necesita, por lo que todos pagamos, ése fue el eslogan de los que defendían tal medida. ¿Quién consume en demasía? ¿Quién receta en demasía? Nadie lo sabe. Se acusa a todo el mundo y santas Pascuas.
El tema de los funcionarios, a los que han denigrado hasta la vergüenza, sigue el mismo patrón. Responsabilizar a todos por las conductas de unos pocos, a los que nadie conoce y contra los que nadie parece actuar, ni tan siquiera los responsables de las administraciones les conocen, ni actúan contra ellos, que esa es su responsabilidad. Sin embargo, no dudan en acusar y culpar a todos por igual. 
Aunque, tal vez, el tema más chusco sea aquel que dice que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, lo que los peperos llamaban el milagro de la época de Aznar. ¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades? ¿El que recibía un sobresueldo en un sobre? ¿El Bigotes? ¿El constructor que untaba a alcaldes y concejales para recalificar terrenos? ¿Los políticos que cobraban sueldos fabulosos? O, a lo mejor, se referían al currito que ganaba mil euros, u ochocientos, y llegaba a fin de mes más tieso que un legionario en un desfile. De nuevo, acusaciones sin fundamento y con un culpable predeterminado: todos nosotros.


Cualquiera de los colectivos ha sido atacado de igual forma, sin que los integrantes de los mismos, que en realidad son los que actúan de una u otra manera, hayan podido defenderse contra las embestidas de miembros del Desgobierno o afines a ellos (recuerda el amable lector el famoso ¡qué se jodan! o esa otra "política" que acusaba a los parados que cobraban 400 euros al mes de comprarse televisores). Para todos ellos, para todos nosotros, no hubo jamás presunción de inocencia, ni nadie se preocupó de aportar las pruebas necesarias que respaldara sus acusaciones y, mucho menos, de llevar a los sujetos que realizaban tales conductas ante los organismos judiciales o administrativos correspondientes. Sin embargo, llegado este momento, aunque existan pruebas cada vez más contundentes contra ellos, nosotros, los que fuimos juzgados sin juez ni abogado defensor y condenados, debemos respetar su presunción de inocencia, aunque lo que dijeron hace tres días se haya demostrado más falso que una moneda de 4 euros. Y mi pregunta es: ¿qué autoridad moral tienen sobre nosotros para pedirnos esto unos tipos que nos han juzgado y declarado culpables a todos por actos que no han demostrado que hemos cometido?
Un saludo.

2 comentarios:

Piedra dijo...

Muy mal, el PP no es de derechas, es de centro.
Esto de robar por los fachas, parece que sea algo tan evidente que no sea algo que se les pueda echar en cara, lo han hecho siempre y nunca se ha quejado nadie, joder para eso ganaron la guerra... y para eso la provocaron.
A mi me parece peor el que nadie les pida cuentas por las muertes y sufrimientos causados desde el 36, hasta ahora, cuando tanto estos como el resto de hijos de puta (con perdón) que se reparten el pastel, son los responsables de las muertes por suicidio, desasistencia médica, falta de medicamentos, mala alimentación, etc. En lugar de guillotinarlos, circulamos por calles con sus nombres.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Yo no creo que sean de derechas ni de centro, son de lo de lo suyo y de lo de sus amigos. Amigos, que como muchos de ellos, son unos ineptos que necesitan esquilmar a los demás para seguir viviendo a cuerpo de rey.
Por cierto, sobre el último párrafo, el ejemplo de Ana Mato, la que quitó la Sanidad a los inmigrantes sin papeles y, parece, que recibió regalos de la trama de delicuentes mafiosos juzgados por el caso Gurtell, aquí podemos encontrar un ejemplo claro de lo que cuentas.
Un saludo.