lunes, 29 de abril de 2019

ELECCIONES 2019

Superadas las elecciones generales existe un claro ganador: Pedro Sánchez y el partido por él liderado, el PSOE. También aparece un claro perdedor: el PP y su líder Pablo Casado. 
En el medio encontramos matices como lo ocurrido con Ciudadanos, que ganan 25 escaños, casi duplican su número de escaños, pero su incremento de voto porcentual no llega al 15%. O lo ocurrido con Podemos (unido a En Comú Podem), que pierde en torno al 40% de su representención parlamentaria y un porcentaje de votos similar, con respecto a las anteriores elecciones generales, donde se presentaba coaligado con diversas plataformas.
Mención aparte merecen, por un lado VOX, que consigue 24 escaños, con algo más del 10% de los votos obtenidos. No era tan fiero el león como se quería pintar y como lo querían pintar. Por otra parte ERC, que con 15 escaños duplica al partido del fugado Puigdemont, que sólo pierde un escaño con respecto a las elecciones anteriores. Y para concluir, EH Bildu, que obtiene 4 escaños, duplicando lo obtenido en las anteriores elecciones generales.
Parece claro que la irrupción de VOX ha condicionado todo, junto con la ley D'Hont.
Por un lado, ha servido para concentrar del voto progresista en torno al PSOE, asciende el porcentaje de votos en algo más del 25%, pasan de obtener el 22,6% de los sufragios al 28,7 %,  contando para ello con la ayuda inestimable de Podemos (asunto que luego trataremos). Este incremento de votos supone un aumento de escaños en torno al 45%, pasa de de 85 a 123.
Por otra parte, la aparición del partido de Abascal ha servido para restar un pocentaje de votos significativos al PP, en torno al 10%, lo que la que con la citada ley D´Hont, supone perder más de los 24 obtenidos por VOX.  Si a esto unimos el batacazo que el partido de Casado se ha dado en Cataluña, donde ha perdido cinco diputados, explica lo ocurrido. Si unimos el voto del PP y el de VOX la pérdida de votos con respecto a las elecciones anteriores es del 20%.
Respecto a Ciudadanos, su mejora le permite aspirar a convertirse en el sucesor del PP, persiguiendo la misma política económica, pero maquillando la cara con menos costumbrismo y menos corrupción.
Unidas Podemos ha pasado de ser el tercer al cuarto partido, lastrado por luchas internas, rectificaciones, dudas, caudillismo (como en el resto de partidos), lo que ha generado una merma de votos en País Vasco, Cataluña (como se puede ver en el mapa inferior) y Valencia.
A partir de aquí se puede pensar si la exaltación de la pretendida potencia electoral de VOX, fomentada por ellos mismos y por el sector progresista, puede haber sido una estrategia de los unos para hacerse notar y de los otros para aglutinar voto ante una amenaza inexistente (como reflejaba de manera certera la última encuesta del CIS).
Merece la pena resaltar que aunque se habla de una victoria de la izquierda, que si uno mira este mapa parece incontestable, la cosa no es del todo real.

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En realidad lo que ese mapa nos dice es que donde antes ganaba el PP ahora gana el PSOE. Como se ha dicho, el voto de la derecha se ha repartido y eso, junto con el repunte del PSOE, ha significado el triunfo del partido de Pedro Sánchez. Veamos un par de ejemplos. 
En Murcia ha ganado el PSOE, pero la suma de porcentajes de la derecha supera el 60%. Ver aquí.
En Madrid también ha ganado el PSOE, pero la suma de Cs, PP y Vox supera el 52% y la de PSOE y Unidas Podemos ronda el 43,5%. Ver aquí.
Lo que parece claro, vistos los resultados es que existen dos bloques en el ámbito nacional, con un porcentaje de votos similar, un 43% de los votos emitidos (la derecha ha perdido un 3% con respecto a las elecciones anteriores), y que la concentración de votos en un partido conlleva unos resultados que le permiten gobernar a este partido. Y aquí llega el meollo: ¿cómo va a gobernar Pedro Sánchez?
Imagino que el lector esperaba que la pregunta fuese con quién va a gobernar, pero la pregunta es cómo va a gobernar. 
Nadie duda de que el líder del PSOE va a salir elegido como presidente del Gobierno en segunda ronda. A partir de ahí queda la duda sobre cómo va a gobernar, porque una cosa es salir elegido presidente con la ayuda de Podemos, PNV, Coalición Canaria... y otra muy distinta es que para aprobar las políticas económicas de techo de gasto, por ejemplo, necesite la ayuda de Podemos. Y esa perspectiva es la que debemos considerar a fecha de hoy. 
¿Qué ocurrirá con las reformas laborales de Rajoy y de ZPpero o con el artículo 135 de la Constitución? ¿Cómo se abordará el futuro de las pensiones? ¿Seguirán perdiendo puntos las rentas del trabajo con respecto a las del capital?
En perspectiva, no se trata tanto de parar a algo que, de momento, no tiene la fuerza suficiente, si no de proponer políticas económicas conducentes a la distribución de la riqueza entre los ciudadanos, evitando así seguir el camino de una buena parte de los países de nuestro entorno. Recordemos que una parte de estos partidos de extrema derecha comenzaron obteniendo una representación no muy significativa en el parlamento, para acabar convirtiéndose en partidos con una amplia representación política.
Por otra parte, me gustaría reflejar aquí una preocupación que me lleva días dando vueltas en la cabeza: ¿cómo actuará Pedro Sánchez si llega otro nuevo período de recesión, crisis o estafa, que para ciertos "expertos" es inminente? ¿Seguirá los pasos de ZPpero y su ortodoxia neoliberal, marcada por la Comisión Europea?Espero que esta situación no llegue, porque entonces si tendremos un serio problema con el auge hasta lugares insospechados y no deseados de personajes como Santiago Abascal.
Un saludo.


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