El sistema existente en especial en las grandes poblaciones, basado en trabajar ambos progenitores, a cambio en muchos casos de sueldos bajos, ha creado un nuevo sistema familiar extenso. Abuelos y, en algunos casos, tíos, se encargan de los hijos, para que los padres vayan a producir y puedan consumir alimentando la rueda (Tema a madurar).
Recuperar el tiempo no vivido resulta un imposible. Disfrutar de cuestiones presentes anteriormente no conocidas por la circunstancia que sea, resulta necesario. Forzar las situaciones, intentando detener el tiempo, cuando no atrasarlo, tras un cambio poderoso, solo puede definirse como un forma de no aceptar que los cambios invitan a zambullirse de cabeza en el presente, Recrear en el presente un pasado no existente supone una forma de seguir anclado en lo acontecido. (Asunto ya asignado a un relato).
Se recuerda, con motivo del día contra el suicidio, que en España mueren por esta causa casi 3.700 personas al año y lo intentan otras 90.000. Hace tiempo se trató en este blog sobre este problema y se denunció que otros temas se llevaban mucho más dinero y más horas, muchas, en los medios. Basta mirar estos datos:
Muertos en accidente de tráfico en España en 2018: 1180
Muertes en accidente laboral en España en 2018: 652
Muertes violencia de género en España en 2018: 47
Sería interesante saber cuantos recursos económicos y materiales se dedican a cada una de las cuatro cuestiones tratadas. (Buscar información e indagar sobre el hecho de que ciertas personas se suicidan simulando un accidente de tráfico, por lo que entrarían en el aparato de accidentes de tráfico).
Me preocupa la oleada conservadora y censora que la gente bien pensante de la progresía ha emprendido. Se ha suspendido un homenaje a Enid Blyton por ser racista, homófoba y más cuestiones muy en boga en la moral de nuestra época. Resulta curioso que esta gente, como han hecho las religiones siempre, basan más su labor en destruir que en construir. Por cierto, hace poco hablé del tema de Gillete, su anuncio antimasculino y sus pérdidas tras él. Pude ver un anuncio hace unos días donde han virado 180º grados. No es lo mismo escuchar a absurdos organizados y, en muchos casos, subvencionados, que tocar los cojones a un colectivo y depender de él. (Ya he escrito mucho sobre el tema. Sólo queda dar nombres y explicitar acciones).
Me resulta sorprendente que cuando hablan de manifestaciones feministas no se suelan dar cifras. Sería necesario que se empiecen a dar esas cifras para ver que, en la mayoría de los casos, son muy pocas personas las que acuden. Uno piensa que sería mucho más interesante que apareciesen en los medios, por ejemplo, la gran cantidad de huelgas que hay cada día en este país, con buenos resultados, en muchos casos, para los trabajadores. Si uno visita, por ejemplo, esta página, verá que los conflictos existen en todos los lugares, pero interesa más vender la opinión sobre asuntos baladíes, que solo ayudan a mejorar el nivel de vida de cuatro golfos, políticos y gentuza que vive de la subvención. (Colocar en los enlaces del blog páginas sobre la actividad de los trabajadores en lucha).
Una de las cuestiones que merece la pena recordar son las predicciones de la chusma de derechas y la carcundia progre. ¿Alguien se acuerda cuando se decía desde la chusma neoliberal que la subida del Salario Mínimo Interprofesional iba a destruir empleo? ¿Ha habido alguna dimisión entre los "expertos" que defendían esa teoría? ¿Alguien se acuerda cuando los progres, en especial lo más vinculados con Cataluña, defendían la necesidad de votar en el referéndum? Pues hoy he escuchado a una de esas personas. Julia Otero, cargando contra el independentismo. ¿Para qué cojones quería votar entonces? Es lo bueno de no tener ningún tipo de norte, reconociendo los errores, y dejarse llevar por las modas.
He tenido ocasión de ver la opulencia en su máximo esplendor. Lo reconozco, pensé que no estaría de más ese aparato tan usado en la Revolución Francesa. Tras ese pensamiento, fugaz e irreal, pensé que, en el fondo, somos nosotros, los trabajadores, los que con nuestro trabajo facilitamos la vida de jeques y magnates de todo tipo. Cuando decidamos, si algún día lo hacemos, que es suficiente, los acaparadores tendrán la batalla perdida. No hará falta violencia, sólo no estar.
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