sábado, 3 de noviembre de 2012

FORMACIÓN, ¿LA VUESTRA? ¿PARA QUÉ Y POR QUÉ? (I)

Escucho a un fulano, de esos que se dedican a la política, de una comunidad autónoma, donde si no iba a medrar un personaje con tan escasas luces, denunciando la falta de preparación de los ciudadanos de la región a la que dice representar, lo que explica, según el politicucho en cuestión, el alto índice de paro en dicha zona de España. Como bases para tal aseveración esgrime unos datos sobre el escaso número de personas de dicha comunidad autónoma poseen una titulación que certifique haber superado con éxito la educación secundaria. 
A uno, que piensa que cualquier cantamañas puede llegar a decir la estupidez más supina sin inmutarse, le resulta sorprendente escuchar como un iletrado culpa del paro en una región a la presunta falta de preparación de sus conciudadanos, y más cuando una titulación en educación secundaria, especialmente si tenemos en cuenta que la educación secundaria obligatoria, o el BUP de hace años, poco o nada prepara, o preparaba,  para la vida laboral. Si además tenemos en cuenta que una parte significativa de los ferrallas que han realizado obras tan sencillas como las de la M-30 provienen de esa comunidad, o que el número de titulados universitarios que han tenido que emigrar de dicha comunidad durante la época de vacas gordas ha sido tremendo, pues no encontraban una oferta de trabajo adecuada a sus capacidades, llegamos a una triste conclusión respecto al tipo que larga ese mensaje a los cuatro vientos a cambio de cobrar un suculento sueldo de los mismos conciudadanos a los que critica: con tal de ver aumentar significativamente sus ingresos a fin de mes, cualquier iletrado es capaz de reproducir, como un papagayo, cualquier discurso prefabricado, por muy estúpido que sea y por mucho que deje en evidencia al patán que lo reproduzca. Porque además de lo expuesto con anterioridad, que desmonta tal argumentación, existe otra forma de ver el asunto, que incluso deja en peor lugar a los empresarios/emprendedores a los que parece querer defender. Veamos a lo que me refiero.


Imaginemos que yo soy un empresario que deseo montar mi negocio en la comunidad donde vegeta mentalmente esa mente biempensante que ha lanzado tal idea. Lo tengo todo: la idea, el dinero (eso es más difícil), los permisos... pero, ¡tachán! no encuentro gente suficientemente preparada (lo cual es una estupidez como un piano, pero aceptemos el supuesto para seguir el ¿razonamiento? del patán) en el entorno donde quiero montar mi empresa. ¿Qué hago como empresario? ¿Renuncio a montar mi empresa? o, tal vez, ¿busco donde sea a personas que se adapten a lo que necesito? Pues no, en el hipotético caso de que cerca de donde quiero montar mi empresa no hubiese personas que tuviesen la formación necesaria (cosa que seguro no ocurrirá, hay mucho paro y mucha gente formada y/o con muchas ganas de formarse para trabajar), según el tipo éste, no montaría la empresa. A diferencia de lo que hacen los empresarios alemanes, austriacos, etc., que no dudan en buscar debajo de las piedras a personal capacitado, en nuestro país, según los razonamientos de este genio de la economía, los empresarios no montan la empresa. ¡Con dos cojones! El estulto político no sólo denigra a sus conciudadanos, también llama imbéciles a los empresarios de su región, que parecen son incapaces de encontrar a personal preparado. Lo dicho, todo un genio.


Esta exposición, larga, como no podía ser de otra manera, en realidad pretende servir de introducción para una reflexión relacionada con uno de los eslóganes de moda entre economistas, políticos, mamporreros mediátidos y demás morralla: la necesidad de formación del personal para poder acceder al mercado laboral (aunque tal como están las cosas sería más adecuado escribir pertenecer al mercado laboral). Esta declaración de intenciones no oculta algo tan fundamental como el deseo que albergan los que mandan: enfocar el sistema educativo para crear trabajadores y productores. Este asunto, ya tratado otras veces en este blog, no va a ocupar mucho más en esta entrada (por eso de no ser repetitivo). Simplemente decir que a personajes como Wert o de Guindos, el culmen de la inoperancia y la ideología neoliberal, lo único que les interesa en formar trabajadores y consumidores. Obviamente, formar personas, con espíritu crítico,capaces de buscar posibilidades distintas a la que se le ofrece como la única posible y de plantar cara a este intento de monolitismo intelectual no les resulta interesantes a personajes de escaso calado intelectual y de fuertes convicciones dogmáticas. Pero, como dije, no me extenderé más sobre esta parte de la cuestión y me centraré en otra de las consecuencias de este planteamiento neoliberal.
Aún quedan unos cuantos párrafos, por lo que la entrada podría extenderse lo suficiente como para poder aburrir al amable lector y considero, no sé si con acierto o no, que divirla en dos podía contribuir a una mejor digestión intelectual de lo que intento transmitir.
Un saludo. 

2 comentarios:

Piedra dijo...

Eso mismo digo el Principito en su día, debe ser verdad, mira donde ha llegado él gracias a sus estudios, por supuesto.

En un país con el 25% de paro, creo que es absurdo decir una estupidez así, pero que se puede esperar, no van a tener la culpa ellos.

Algo en lo que discrepo es que das a entender que ha podido existir alguna vez otra intencionalidad en la educación estatal ,que la de adoctrinar ciudadanos, (ojo que no culpo a los maestros, ellos creen en lo que hacen y lo hacen lo mejor que pueden, aunque yo pienso que están equivocados).

Y una última reflexión, cuando se dice una de estas estupideces, se culpa al que la dice o la hace, pero cualquier otro que hubiera ocupando su lugar, la habría dicho o hecho igualmente, es decir, que es un error culpar al mensajero, el problema es el sistema.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Creo que hace tiempo escribí que la educación, entre otras finalidades, tiene do: transmitir como funciona el sistema y mejorarlo. Es más, es necesario que se transmita lo que existe, o lo que pretende que exista, pues la educación es un hecho social y, como tal, debe transmitir un modelo social. Nos guste más o menos. Lo importante, es que ese mismo sistema impulse que la educación sirva para que los ciudadanos sean ciudadanos participativos, con capacidad crítica y de cambiar, para mejorar, esa sociedad.
Respecto a lo que dices de que cualquiera diría lo que ha dicho ese fulano, tal vez todo se responda con lo de formar a gente crítica.
Un saludo.