martes, 12 de marzo de 2013

OTRO PROFETA DE LA MISERIA

Hans-Werner Sinn, consejero aúlico de Merkel, ha defendido en un artículo, publicado hace escasas fechas en un periódico nacional, que la única solución para salir de la crisis son los recortes (de derechos), como, según el fulano en cuestión, demostró la experiencia alemana.
Dichas afirmaciones merecen unas cuantas acotaciones, que permitirán concretar la más que discutible veracidad de las declaraciones del tal Hans-Werner
En primer lugar debemos analizar el contexto en que se producen las "reformas" alemanas y las "reformas" europeas. La situación alemana a la que hace referencia el colega de la Merkel vino provocada por la unión de las dos Alemanias, lo que generaba una serie de desigualdades terribles (que se intentaron minimizar con un esfuerzo económico fortísimo por parte de la antigua RFA). Como expuse en otra entrada, Schroeder optó por la opción neoliberal, lo que produjó la dimisión de uno de los hombres fuertes del partido, Oskar Lafontaine, que optaba por políticas económicas basadas en el consumo interno y no en las exportaciones, que favorecían los intereses de grandes empresas y bancos.


Sin embargo, los sucesos que vivimos en la Europa del Sur (la Europa que creó la democracia, el derecho...) la problemática económica viene generada por la puesta en práctica de políticas neoliberales, que ha generado burbujas y deudas, tanto pública como privada, de la que se han beneficiado los bancos alemanes y las grandes empresas, entre ellas las germanas.
Por tanto parece claro que la situación y las causas de una y otra "crisis" nada tienen que ver. No es lo mismo realizar un esfuerzo para que todos los ciudadanos tengan los mismos servicios y posibilidades, que robar derechos y dinero a los ciudadanos para pagar los excesos de las políticas neoliberales, basadas en la explotación del ciudadano por parte de una minoría y la creación de burbujas especulativas. De hecho, la creación y muerte de esta burbujas desde la época de Reagan  y la Tatchert, ha crecido exponencialmente. Ejemplos los tenemos en la crisis inmobiliaria que vivió EE.UU. en la epoca de Bush padre, la burbuja del uranio durante la década pasada, la burbuja de las punto.com, la burbuja del rodio, también durante la década pasada...


Una vez analizado el punto de partida, parece obvio realizar una pregunta: ¿cómo puede alguien, como el tal  Hans-Werner hace, afirmar que algo no funciona, si no se ha probado, y, más importante, como se puede ofrecer como única alternativa un sistema que se resquebraja a cada segundo que pasa? Tal vez lo importante sea comprobar que entiende el amigo de los recortes por funcionamiento. Para ello vamos a recurrir a un enlace que utilicé hace poco tiempo, que habla sobre la situación real de Alemania (también dediqué hace meses una entrada que describía la realidad germana, donde cada momento que pasa los trabajadores reciben menos parte del pastel):

http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2013/02/el-bajo-indice-de-desempleo-aleman_25.html

Parece que la "única alternativa viable" que nos vende el ilustrado neoliberal no puede ser considerada como la panacea.
Pero volvamos a lo de única alternativa viable, lo que nos servirá para desarrollar el segundo aspecto de esta reflexión. ¿Quién decide lo que es viable? ¿Quién decide, y cómo, la viabilidad o inviabilidad de las ideas? El fulano éste habla, hasta el hastío, de que esta opción, la elegida por una élite de degenerados, muchos de ellos no elegidos por nadie, se presenta como la única y verdadera. Sin embargo los efectos de tales "políticas" no pueden ser más desalentadores. Europa está sumida en una nueva recesión (este dato es importante, pues ellos miden toda la economía basándose en una premisa: el crecimiento). Nos promete el pollo neoliberal que sí "hacemos los deberes" se verán las consecuencias positivas (aunque se cuida muy mucho de decir para quien), sin especificar cuando. Sin embargo, parece oportuno reseñar que, mientras llega ese momento (que aventuró no llegará jamás si se mantienen estas dinámicas genocidas), en países como Portugal, Italia, Grecia o Francia (lo de España no hace falta reseñarlo) las cifras del paro han alcanzado cifras récord.



Merece la pena reseñar que por las mismas fechas en que el fulano neoliberal larga esta sarta de incoherencias en un periódico español, este mismo medio tiene a bien publicar un reportaje sobre Bulgaria, el país más pobre de todos los de la U.E., país que, casualmente, cumple todos los criterios que tipos como éste consideran básicos para que se produzca crecimiento:

El país más pobre de la UE se harta | Internacional | EL PAÍS

Parece que la fórmula del gachó no funciona automáticamente. Es más, parece, directamente, que en muchos lugares la fórmula del pimpollo no funciona (véase el ejemplo de la Década Pérdida de Latinoamérica).  Lo cual, para un tipo que presume de hacer aseveraciones de tipo "científico" debería bastar para renegar de sus ideas, que no de sus leyes. Pero no, impasible el ademán sigue hilvanando majaderías interesadas, que intenta vender como verdades absolutas. Item más, basta echar un vistazo a la parte económica de la prensa para llegar a la conclusión de que la Unión Europa es la única entidad del mundo mundial que aplica este tipo de políticas. EE.UU. consigue mantener el paro controlado (los datos de febrero son bastante positivos) a base de invertir. China propone un aumento de la calidad de vida de sus ciudadanos para crear un mayor mercado que consuma sus propios productos. Brasil es el paradigma de que aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos supone una mejora generalizada en la economía del país. ¿De dónde ha sacado el tal Hans-Werner que su idea es la única viable? Posiblemente de su interés personal que, como es obvio, nada tiene que ver con el interés común. Lo tremendo es que personas como ésta, miles de personas como ésta, son capaces de vender su propio interés y su desvergüenza como un hecho científico incuestionable. Lo triste una parte de los ciudadanos se dejen embaucar por vendedores ambulantes de miseria como este tal Hans-Werner.
Un saludo.

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