miércoles, 11 de abril de 2012

CRISIS ALIMENTARIAS, NEGOCIO SEGURO

En estas fechas, en las que la preocupación por los mercados se convierten en el pan nuestro de cada día, olvidamos los efectos que las actuaciones de esos mercados, especuladores, han tenido sobre millones, centenares de millones de personas, durante los últimos años. A pesar de la importancia del tema la entrada no tendrá gran extensión, básicamente porque otras personas o entidades pueden aportar una visión más precisa, y cruel, sobre el asunto.
El primer enlace que encontrará el lector le permitirá hacerse una idea sobre los culpables, no todos, como veremos más adelante, de los problemas generados a cientos de millones de personas por la avaricia de unos pocos.


Seguramente el lector ya conocerá lo que son los famosos mercados secundarios, pero no está de más aportar una definición de estos denominados mercados secundarios:

"Conjunto de negociaciones de compradores y vendedores que tienen por objeto adquirir títulos o valores que ya están en circulación, proporcionando liquidez a sus tenedores. El inversionista que ya adquirió un título o valor decide venderlo a otro inversionista, el intercambio de flujo monetario y valores se da entre dos entes distintos al emisor."

Grosso modo, y para que nos entendamos, podemos decir que los mercados primarios son los que compran directamente al poseedor de algo concreto. Tal vez con un ejemplo se entienda mejor mi parca explicación: si adquirmios una acción de una empresa durante un ampliación de capital de esta empresa estamos participando en lo que denominados mercados primarios; mientras que el mercado secundario compra directamente al poseedor de una acción, no a la empresa. Sin embargo la realidad resulta algo más compleja como podemos comprobar en esta magnífica entrada:


Me gustaría hacer mención a un asunto que puede pasar desapercibido, o no, al lector, pero que a mi me llama especialmente la atención. Cuando se creó el nuevo orden mundial, al final de la 2ª Guerra Mundial, los mercados secundarios referidos a productos que podemos llamar de primera necesidad vieron limitada su capacidad de actuación. Fue de hecho con la llegada al poder de neoliberales como la Reagan y Thatchert, la caida del gran enemigo, el bloque del Este, y la aplicación por los sucesores de los dos primeros de políticas neoliberales lo que reactivó la existencia de estos mercados en ámbitos hasta ese momento intocables. Desgraciadamente, las ideas, que no teorías, de la Escuela de Chicago, cobraron especial vigencia, actualmente la siguen teniendo, aunque la historia hubiese demostrado que dichas ideas carecen de todo rigor científico y lo que es peor, ético.


Sin embargo, si hablamos de hambre y problemas con la agricultura, no todo el asunto radica en los mercados secundarios, aunque sí en las teorías neoliberales anteriormente mencionadas. Organismos como el F.M.I., la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Banco Mundial (creado en un principio, como el F.M.I., para acabar con las desigualdades) son responsables últimos de todo aquello que está pasando. La destrucción sistemática y organizada de las agriculturas locales, especialmente en lo referido a los pequeños agricultores y ganaderos (una de las prioridades de Lula da Silva, era rescatar al pequeño campensino), en beneficio de las grandes corporaciones; la apertura de mercados a las exportaciones, aún siendo estos mercados autosuficientes; la compra de grandes extensiones agrícolas por parte de multinacionales para dedicarlas a monocultivos (esta imagen que parece extraída de los años 40 ó 50 se está produciendo hoy mismo, por ejemplo en África)... están contribuyendo decisivamente a que el hambre, la desnutrición se extienda por el mundo. No sólo el hambre y la desnutrición, el aumento del precio final del producto, sin que el agricultor reciba más dinero por lo producido, es una realidad, por ejemplo en nuestro país.
Seguramente estos argumentos que yo intento esbozar de manera torpe se encuentran bastante mejor razonados en esta entrada:


Una vez más la liberalización de mercados, servicios y demás zarandajas neoliberales muestran su verdadera cara, la de enriquecer a unos pocos a costa de la gran mayoría. Seguramente se podrá alegar que estos fondos, empresas y demás asimilados no son una ONG. Efectivamente, pero los estados, sus gobernantes, tampoco deben ejercer de marionetas al servicio de los grandes intereses. Su función principal, les guste o no, tengan el coraje de hacerlo o no, radica en proporcionar al ciudadano, a todos los ciudadanos, la mayor calidad de vida posible, aunque para ello deba hacer frente a intereses bastardos. Uno piensa que mientras esto no ocurra carecen de toda legitimidad, por mucho que hayan sido elegidos en las urnas, y por tanto su discurso debe ponderarse de igual manera que el del militar golpista: capcioso, amoral y, en ciertos casos, digno de un criminal que comete delitos que podíamos calificar como genocidios.
Un saludo.

3 comentarios:

Piedra dijo...

Son auténticos genocidios, auténticos asesinatos en masa, hablamos de millones de personas que mueren de hambre o por sus consecuencias y además en los países que producen la mayor parte de la comida y materias primas.
Parece que ahora occidente empieza a reaccionar un poco, pero solo por que le ve las orejas al lobo(...aunque haga tiempo que nos comieron).

isabel lagar dijo...

Acabo de leer esta noticia y se me ponen los pelos como escarpias:
http://economia.elpais.com/economia/2012/04/11/actualidad/1334133453_457282.html Como dice Piedra, con noticias como estas y otras muchas, en occidente empezamos a verle las orejas al lobo.

Definitivamente, tras leer tu(s) artículo(s) y esto, sí creo que vivimos en un mundo sumido en el genocidio callado, justificado y oculto. Creo que les sobramos el 80% de la población mundial. Somos un lastre para sus negocios y para su concepción del mundo financiero y voraz. NO sé qué diferencia hay entre estas palabras y Hitler o Stalin.
En fin, terrorífico todo esto.

Isa

PACO dijo...

Hola a los dos.
Efectivamente, Piedra, son auténticos genocidios, auspiciados por el FMI, el BM o/y la OMC. En definitiva por todos aquellos que defienden las políticas neoliberales.
Hola, Isa. Recuerda que el neoliberalismo hizo sus primeros experimentos en el Chile de Pinochet y en la Argentina de los militares. Por tanto, sí, su modus operandi es el de los grandes genocidas.
Un saludo.