lunes, 30 de abril de 2012

TRABAJEMOS MÁS DURO QUE NUNCA, ES ÉPOCA DE OPORTUNIDADES (II)


Ayer dejamos el tema hablando de los fines que persiguen las élites dirigentes, que no intelectuales, son esta política del despiste. Este aspecto no quedó totalmente trillado porque existe una arista, importante a más no poder, que no se tocó ayer y que creo deber formar parte de esta reflexión. Veamos a que me refiero.
A uno le sorprende, que además de conocer cuanto trabajaba cada uno antes y cuanto debe trabajar a partir de ahora para salir de este embrollo, estos expertos jamás hablen de como deben trabajar todos los que han creado este desastre y, sobre todo, sobre por qué han "trabajado" tan mal. Me explico:
Parece que hemos llegado a esta situación por arte de birlibirloque. Nos levantamos una mañana y, de repente, todo empezó a ir mal. ¿Por qué? Porque los extraterrestres de los que hablé antes vinieron y decidieron que a partir de esa mañana todo debía ir mal. Así de simple. Al menos así de simple nos lo quieren vender. Sin embargo, todos estos tipos que defienden lo de que debemos trabajar más que nunca son responsables, culpables, de lo que sucede en estos momentos. Unos por acción: acatar e impulsar un funcionamiento económico que nos llevó a la ruina. Otros por apoyar sin ambages este tipo de políticas. Los de más allá por, a pesar de sus magníficos beneficios, desviar una parte significativa de ellas a paraísos fiscales y deslocalizar su producción. Los de más acá por fomentar la cultura del pelotazo, tanto inmobiliario como fotovoltaico. Y todos, todos, por no buscar el bien común de los ciudadanos de este país, si no su propio beneficio y el de sus amigos.


Llegado este tiempo de calamidades aquellos que tienen la responsabilidad de sacarnos del embrollo actúan de manera desconcertante.
Para empezar me gustaría aclarar que sí, existen personas, colectivos, especialmente los partidos políticos, que tienen la responsabilidad, y la misión, de sacarnos de todo este jaleo, que ellos han contribuido a montar de manera decisiva. Personas que se han ofrecido voluntariamente, no olvidemos este dato (sería muy aconsejable no olvidar este dato cuando ciertos políticos alegan que pierden dinero con la política. ¿Alguien obliga a estos tipos a dedicarse a la política? Evidentemente no. Si no están a gusto con lo que hacen ya saben el siguiente paso a dar, volver al lugar de donde proceden. Personalmente yo no voy a llorar su pérdida). No vale, delegar en el vecino de enfrente o en el ciudadano para avanzar, inmediatamente, en la solución de los problemas. Si esa es la estrategia mejor váyanse a casa y deje de despilfarrar el dinero público que sirve para pagar sueldos, dietas, coches oficiales, alojamientos... Las soluciones, además, deben empezar a dar resultados ya, no dentro de un año o de más tiempo, en función de como sople el aire (es vergonzoso observar como de Guindos, ese ineficaz gestor, alardeaba ante un colega de la agresividad de una reforma laboral que en un principio iba a crear empleo a finales de este año, aunque según las últimas estimaciones la creación de empleo deberá esperar hasta el verano de 2013). No señores, si alguien no sabe dar soluciones, más o menos inmediatas, a los problemas al menos reconozcanlo y si esto ocurre durante un período largo, nos pueden hacer un favor: ¡lárguense a su casa!


Sin embargo, estos tipos, que todo lo fían al medio o al largo plazo, han inventado un nuevo parapeto para justificar su falta de habilidad a la hora de solucionar los problemas de todos; algo muy inteligente, al menos eso parece a simple vista: la crisis es un período de oportunidades para aquél que así lo desee.
Partimos de que esta falacia se cae por su propio peso, si fuera un período de oportunidades la gente no cerraría negocios a punta pala todos los días. Por tanto, la realidad desmonta otro tópico, una vez más. Cuestión bien diferente resulta de que entre toda este marasmo surgen personas o negocios que son capaces de salir a flote, eso ocurre siempre y ocurrirás siempre, sea cual sea la situación. Lo interesante es cuestionarse si antes de este desastre había más o menos gente que triunfaba. Este dato, nada baladí, resulta transcendente para valorar de que hablamos y sobre el porqué se tiene la necesidad de poner en los focos a cierta gente, algunos repetidos hasta la saciedad, para convencernos de que podemos salir de este naufragio colectivo, creado por unos pocos, a través de nosotros mismos. Es más, parecen querer decir que aquel que se sumido en la miseria y/o la desesperación lo hace motivado por su incapacidad. En el fondo, como mostró en público el tal Rosell, a la sazón presidente de la patronal española, muchos de ellos creen en la eugenesia (bien nacidos) y consideran que aquellos que no son capaces de "triunfar" en la vida, triunfar según su modo de entender, tienen algún tipo de limitación o tara, que sólo les hace merecedores de llenar la andorga y consumir para que el sistema funcione.
Sin embargo, no hace falta rascar mucho en la superficie para comprobar, una vez más, que todo esta palabrería oculta algo más importante: la incapacidad de los gestores para solucionar los problemas reales de los ciudadanos, derivando en el ciudadano que, a título individual, debe responsabilizarse de si mismo y de la sociedad. ¡Cojonudo! Me quito el marrón encima y encima se lo lanzo al que no puede defenderse, el ciudadano. Una estrategia bastante hábil, si no fuera porque la inmoralidad de la misma la descalifica por sí misma. En un período en que se pide a todo el mundo que dé más de sí, casualmente los que deben responsabilizarse de organizar todo tienen la feliz ocurrencia de desviar su responsabilidad en los demás. 
¡No señores! Somos nosotros los que debemos exigirles a ustedes y no ustedes los que nos larguen el mochuelo encima y, por si fuera poco, nos juzguen por una situación que no hemos creado, como no sea por soportar sus estupideces y memeces pseudointelectuales aplicadas a la Economía.
En una cosa hay que darles la razón: este período de crisis se ha convertido en una buena época para  que cierta se enriquezca de manera incluso escandalosa en algunos casos. No olvidemos que todo aquellos "inversores", especuladores para el común de los mortales, que juegan con la deuda pública (en muchas ocasiones manipulando todo lo manipulable para crear miedo y descontrol), el precio del petróleo,  el de los alimentos... Pero tengo la impresión de que a eso no se refieren cuando hablan de un período de oportunidades. Es más que probable que se refieran a esos tipos que salen sonrientes en la televisión mostrándonos el camino que todos debemos seguir porque a ellos les ha ido chachi piruli que te cagas. Pero ¡ojo!, igual me equivoco y cuando hablan de aprovechar las oportunidades también se refieren a los "inversores", también conocidos como especuladores. ¡Vete tú a saber!


Para concluir, me gustaría, a modo de resumen,  denunciar que expresiones como aquella que reza: trabajemos más duro que nunca para salir de la crisis, o aquella otra tan usada por los medios y los políticos que afirma que este es tiempo de oportunidades para los emprendedores, responden a una tergiversación de la realidad, escudándose en la cual los impulsores de las políticas que nos han llevado a este desastre intentan escurrir el bulto, explotar, más si cabe, a los ciudadanos y, en cierta forma, responsabilizarlos de que las cosas no funcionen, pues no hacen lo suficiente. De nuevo demagogia, mentiras y, ante todo, no apechugar con las consecuencias de sus actos, de los cuales parecen no tener culpa alguna. ¡Valiente panda de farsantes!
Dejo, para concluir, un artículo donde se puede comprobar a las claras que estos "gestores" son unos inútiles impresentables. ¿Cómo alguien puede predecir que al final de su mandato, ¡de cuatro años!, habrá más paro que al inicio del mismo. Una prueba más de la ineficacia más absoluta de unos tipos que engañan, mienten y, además, culpan de su imbecilidad a los demás.

http://www.elnortedecastilla.es/rc/20120427/mas-actualidad/economia/tasa-paro-2015-sera-201204271708.html

Un saludo.

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