domingo, 7 de octubre de 2012

EDUCACIÓN, EL MINISTRO, LA OCDE Y UNA DE TÓPICOS (I)

Esta mañana de domingo he ocupado parte de mi tiempo en leer el informe de la OCDE 2012 sobre la situación de la educación en España que el amable lector podrá leer íntegramente en el siguiente enlace:


Antes de comenzar a analizarlo desde el punto de vista del docente que soy, o creo ser, me gustaría puntualizar diversos aspectos: 
  • La OCDE es un organismo de corte neoliberal, aunque en los últimos tiempos realiza alguna que otra declaración que la aleja, al menos en teoría, de la ortodoxia neoliberal.
  • No todos los datos aportados son exactos. Por ejemplo, en España sí que existen pruebas de nivel en 4º de Educación Primaria y en 2º de E.S.O. Otro dato es el raltivo al sueldo de un docente español, aunque en la estadística se mide en dólares, no se corresponde con la realidad, al menos con el sueldo de los que trabajamos en CC.AA. más "pobres".
  • Sobre las ratios, se pueden observar dos medidas diferentes, la real y una ponderada, que da como resultado una de las ratios docente/alumno, más bajas de la OCDE. No voy a hacer conjeturas sobre la causa de estas bajas ratios (una bendición), aunque tal vez existe una explicación derivada de la dispersión rural y la existencia de una gran cantidad de pequeños y medianos pueblos que bajan las ratios, pero sí quiero pensar que tal vez ese esfuerzo ha conseguido que nuestra tasa de titulados en secundaria se sitúe muy cerca de la Europea. 
  • La OCDE habla del éxito de la educación exclusivamente en términos económicos, tanto a nivel individual (a más estudios más pasta), como referido a los estados. Este aspecto da una idea clara del interés que esta institución, de rancia tradición neoliberal, tiene sobre una educación basada en la educación integral de los ciudadanos. Cero.
Realizadas estas salvedades me gustaría analizar algunos aspectos de manera detallada. Dichos aspectos los considero básicos para desmentir algunas de las MENTIRAS que comúnmente utilizan políticos, entre ellos el ministro del ramo, tertulianos imbéciles y otro de tipo de gente desconocedora del asunto, que larga alegremente sobre el asunto. Recuerdo con especial "cariño" a una tipeja que intervino por teléfono en un programa de ReceTV defendiendo los recortes en función de los resultados, malos, muy malos, obtenidos según ella. 


¿Cómo pueden estar todos equivocados y yo estar en posesión del verdad? Muy sencillo. La gente confunde el número de titulados adultos con los resultados a fecha de hoy. Me explico.
Si se observan las gráficas del enlace se puede contemplar que el número de personas que obtienen a fecha de 2010 títulos de secundaria en España y la UE o la OCDE resulta muy similar, porcentualmente hablando, 80% en España, 83% en U.E. En 2001 el porcentaje de personas que obtenían dicho título en España era de un 66%, mientras que en la UE era de un 79%. Según estas estadísticas algo se ha hecho bien; muy bien diría yo, durante esta década. Entondes ¿de dónde viene esa historia del fracaso escolar generalizado?
Tal vez de las titulaciones obtenidas por el conjunto de ciudadanos en edad de trabajar, entre 24 y 64 años, y no de los que están estudiando ahora. El problema de un país cuya primera ley seria de educación se remonta a 1970, la ley del siglo XIX fue un buen intento y nada más, es la herencia recibida (yo también sé aplicar el término cuando me interesa). Nosotros, los que ya peinamos canas, hemos constituido la primera generación que se ha encontrado masivamente con unos recursos que permitían estudiar a la gran mayoría de los niños y adolescentes. Ese atraso finisecular obviamente se refleja en los estudios seguidos por los ciudadanos de un país. Es más, analizando las estadísticas se puede observar que España no tiene un gran desfase en el porcentaje de estudiantes universitarios con respecto a la media de la OCDE, se sitúa en la media, más bien el problema se centra en el alto índice de personas, muy superior a la media de la OCDE, que no han conseguido un título de secundaria. Tal vez la explicación se encuentre en que una buena parte de la gente que afrontaba los estudios de secundaria y los superaba acababa obteniendo un título universitario, especialmente durante los años 60 y 70, pero no todas las familias podían permitirse que sus hijos emprendiesen estudios universitarios en aquella época. Además, como se extrae de la estadística, durante un período de tiempo, el abandono escolar fue una de las señas de identidad de este país. Me gustaría que tuviéramos en cuenta un aspecto tan determinante como el siguiente: la extensión obligatoria de la educación hasta los 16 años vino determinada por un a ley que se aprobó a finales de 1990, la LOGSE, menospreciada en ciertos aspectos sin motivos alguno, en otros sí. Por tanto, hace hace dos décadas que nos hemos subido al carro de la educación obligatoria hasta los 16 años, lo que supuso un reto para el sistema que, según los datos, poco a poco, va superando el sistema educativo.
Por tanto, una cuestión parece que queda clara:  una cosa es la historia y otra el presente, aunque incluso a los altos responsables del asunto les cueste entenderlo. A lo mejor si lo entienden, pero no les interesa clarificar que los esfuerzos si dan resultado, pero en educación, como en otras facetas de la vida, los cambios necesitan un tiempo para plasmarse en forma de resultados, de beneficio para los ciudadanos. 
Consecuencia de esta extraña, desproporcionada o como se quiera llamar gráfica, se produce un hecho que acontece de igual manera en los países cuyo sistema educativo está intentando paliar las consecuencias de una dejadez imperdonable: la movilidad ascendente. 
¿Qué es la movilidad ascendente? Ni más ni menos que comparar los estudios de los padres con los de los hijos y valorar quien tiene un nivel de estudios superiores. Si los hijos logran un nivel superior de estudios se dice que se ha producido una movilidad ascendente. En caso contrario se habla de movilidad descendente o status quo si padres e hijos alcanzan el mismo nivel. En España, como en Grecia, Portugal o Irlanda, países con un atraso, no sólo en educación, considerable se produce una movilidad ascendente muy superior a la que se observan en los países donde las reformas educativas serias se produjeron hace mucho tiempo. Por tanto, el sistema parece funcionar, pero el camino por recorrer es largo hasta equipararnos con los países punteros, que ese ha de ser nuestro objetivo.


Otro dato sorprendente es que desde 2002 hacia aquí el porcentaje de estudiantes universitarios ha disminuido, especialmente respecto a la U.E. Es decir, contrariamente a lo que se cree, en una gran parte de países el porcentaje de universitarios es mayor que aquí, como lo indican las estadísticas que la OCDE presenta en su informe. Por tanto, se nos cae otro mito y, sin embargo, nuestros estudiantes universitarios, los de antes y los de ahora, parecen no encontrar excesivos problemas en encontrar trabajo en otros países. 
Me gustaría realizar alguna precisión más sobre el aspecto de la preparación y remuneración de los universitarios, pero, como aún queda bastante tela por cortar, realizaré un alto, dividiendo esta entrada en dos partes, para no saturar al amable lector de datos e impresiones.
Un saludo.

2 comentarios:

Piedra dijo...

Personalmente creo que es un error entrar en el juego de estadísticas del gobierno, me explico.
¿Para que sirve la "educación"?
-para buscarse la vida de mejor manera, es decir para trabajar, y eso le interesa al estado que es quien la instaura y la regula.
Asi pues, el que hace x años hubiera menos universitarios se debe a que no hacía falta ese nivel para tener un trabajo con el que ganarse la vida y que al propio estado le venía mejor mano de obra no especializada por la economía que teníamos.
No se si me pierdo... El caso es que ahora estudia más gente más cosas, vale ¿Pero están mejor preparados? para determinados trabajos si, lo que precisa el estado, pero como persona o como individuo no, pues no es lo que se persigue y ahí voy yo.
La "educación" no existe como nos la presentan, solo nos adiestran para ser rentables, no para ser personas, no para pensar, entonces al defender una enseñanza "publica" no defendemos algo que nos beneficie, al contrario, estamos luchando por algo que nos imponen para hacernos más dóciles y más cretinos a la larga.

PACO dijo...

Hola Piedra.
La educación, como cualquier acto humano, no es neutra. No hay duda de que las nuevas tendencias, Wert es un ejemplo, buscan seguir un modelo neoliberal de la educación, educación para formar trabajadores. Pero existen más modelos de educación en los que se intentan formar individuos de manera íntegra. Esos modelos deben estar al servicio de todos, no sólo de los más ricos.
Por tanto, desde mi punto de vista, lo que nos debemos plantear es el modelo que queremos, o lo que es lo mismo: ¿cómo y para qué queremos educar a nuestros hijos?
Un saludo.