miércoles, 3 de agosto de 2011

POR MI NACIÓN TODO, O NADA

Leo que el gobierno de la comunidad autónoma catalana recorta los servicios sanitarios que los ciudadanos pagan con sus impuestos. Esta forma de entender la política, concretamente la gestión de los recursos públicos, ha provocado un movimiento de protesta entre ciertos ciudadanos, que han colapsado los servicios de urgencias, con la esperanza de recibir los servicios que se merecen por el pago de sus impuestos.
Tal vez lo más fácil sería descalificar a Durán i Lleida hablando de la corrupción en su partido, o del 3% de comisión que parecía llevarse CiU mientras gobernaba el tipo a cuya mujer no le gustaba que el Barça hiciera publicidad de España, pero ese no es el estilo de este bloguero, por lo que no vamos a profundizar en la corrupción, presunta, o no, de la coalición que gobierna los destinos de la comunidad catalana. 
Tampoco creo necesario profundizar en las consecuencias de lo votado por los catalanes, cada cual es libre de hacer lo que crea más oportuno, comulgue o no con ello este humilde bloguero. Además parecía inevitable que CiU acabará llegando al poder tras el desatino que fue el gobierno de ese engendro conocido como el tripartito durante dos legislaturas. En el fondo, en este sistema partitocrático los partidos con capacidad de llegar a detentar el poder son muy pocos y si los que gobiernan son una panda de estultos, más preocupados en montar pollos que en solucionar problemas, la consecuencia es inmediata: "iros a tomar por culo y que vengan los otros, a ver si, con un poco de suerte, hacen algo por nosotros, los ciudadanos". Pero hete aquí que los otros, a la par que generadores de problemas con el vecino, o mejor dicho, con el paisano, no sólo no mejoran, sino que joden a sus propios votantes. ¿Qué hacer entonces? Pues lo que hacen las personas que colapsan las urgencias: reivindicar sus derechos. Pero, ¿cuánta gente sale a la calle para reivindicar lo suyo? Trabajadores de la sanidad, ciudadanos concienciados y los "nacionalistas" que se echaban a la calle pidiendo la independencia. Perdón, no me he equivocado, esos patriotas no parece que salgan a la calle. Esas decenas o centenares de millares de patriotas parecen no tener ningún interés en defender lo público, lo de todos. Tal vez sea porque es muy fácil culpar al de al lado de todo lo que ocurre, no teniendo el suficiente valor, coraje, y por qué no decirlo, la suficiente inteligencia, para defender lo suyo, lo propio, lo de todos los que conforman eso que ellos llaman su patria. Parece el ataque neoliberal contra sus derechos no les importa una higa, tal vez sea porque los que les den por culo sean los suyos, los que reivindican Cataluña, olvidándose de los ciudadanos catalanes. 
Uno, al que se la trae floja el lugar de nacimiento, la nacionalidad y la madre que lo parió, siempre consideró que todos estos movimientos independentistas eran una excusa para que una élite llegara al poder; élite a la que los ciudadanos, y su bienestar, les es indiferente, como se ha demostrado en este caso. Algún imbécil, imbécil según la clasificación creo recordar que de Itard (perdón si me equivoco), hablará del dinero que se da a España por parte de los catalanes, pero, querido ignorante, el dinero lo dan las personas, no los territorios y, es muy posible, que yo, humilde maestro, contribuya con mi modesto sueldo más a la hacienda del estado que muchos de los que claman al cielo porque le roban sus impuestos por ejemplo los extremeños, entre los que me encuentro, aunque sea sólo por residir en Extremadura y porque mi hijo ha nacido aquí. El dinero lo pone él ciudadano que lo tiene, al menos él que lo tiene por nómina, de distinto asunto tratamos si hablamos de autónomos y empresarios y demás tropa altamente sospechosa en este aspecto. Evidentemente no apoquinan los estados, ni las regiones, ni ningún fragmento de tierra, se llame como se llame, pues los impuestos son abonados por ciudadanos.
Siguiendo con la imbecilidad de ciertos personajes, debo reconocer que me jode sobremanera que estos incultos se proclamen de izquierdas. La izquierda lucha por la igualdad, por la dignidad del trabajador, de las personas, de todas, no exclusivamente de las del terruño y a veces, como en este caso, ni eso. Lo que está ocurriendo en Cataluña muestra bien a las claras en que consisten ciertos movimientos nacionalistas: en la defensa, consciente o no, de una élite ansiosa por tomar el poder, élite que no se diferencia de la de otros países, pues su anhelo es manejar ellos el cotarro para que nada cambie, al menos para que nada cambie en beneficio de los ciudadanos. ¿A alguien se le ha ocurrido aumentar los impuestos a los más ricos para que no suceda lo que está ocurriendo con la sanidad? ¿No resulta curioso que las políticas de Esperanza Aguirre, la derechona nacionalista española, y las de Más sean muy parecidas? ¿Quiénes se benefician con estas políticas neoliberales? ¿Dónde coños están todos los que salían, muy ufanos ellos, el 11 de julio del año pasado pidiendo más derechos para para su nación, ahora que les están robando derechos a los catalanes? ¿Dónde está la capacidad de autocrítica, de reconocer que no todos los problemas vienen de fuera?
Me alegraría ad infinitum equivocarme y que todos, o la mayoría, de los que salieron hace un año a la calle volvieran a salir mañana, pasado mañana, dentro de un mes a esas mismas calles a reivindicar lo suyo, pero me temo que que no ocurrirá, que los fanáticos de siempre (son los mismos que pululan por Interlobotomía, pero estos se arropan con la Señera) sólo son capaces de manifestarse para reivindicar cuestiones abstractas, que en nada, o en bien poco, van a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos catalanes, cuando hay que apechugar les encontraréis esperando que les señalen al enemigo o callados si ésto no ocurre, pues la cosa, y la inteligencia en general, no da para más.
En el fondo, y muchos en la superficie, no amáis nada que no sea la diferencia o el odio. Cuando se trata de construir, de defender lo real, lo tangible, nunca estáis, porque a las élites que os dirigen no les interesa. No les interesa que se defiendan los derechos de todos, del vecino, del de Hospitalet, del de Olot, del de Gerona, del de... y vosotros, vocingleros cuando os juntáis muchos, sois incapaces de reconocer que os están robando vuestros derechos como ciudadanos, catalanes, españoles, europeos y del mundo mundial. 
¡Qué pena, que muchos de vosotros mancilléis el nombre de la izquierda! ¡Qué pena que esos mismos y otros distintos, éstos nacionalistas de derechas, acepten, en nombre de una presunta patria, que les arrebaten lo que es suyo!
¡Tened cojones y ovarios y defended lo vuestro! Mientras no lo hagáis contaréis con todo mi desprecio y con la certeza de que no os diferenciáis en nada de lo que defiende Interlobotomía.
Un saludo.

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