miércoles, 9 de noviembre de 2011

A COSTA DE NUESTRA SALUD

Por motivos que no vienen al caso ha llegado a mis manos un ejemplar del Diario Médico con fecha de viernes, 28 de octubre del presente. En la portada de dicho, creo que diario, como su nombre indica, leo en la parte superior izquierda el siguiente titular: "La industria iguala los precios de marcas y genéricos", con el siguiente subtítulo: "La industria ha decidido igualar el precio de la mayoría de sus marcas al de los genéricos con lo que el médico prodrá prescribirlas a precio menor". Si se sigue leyendo el artículo pudiera uno creer que la poderosa industria farmacéutica ha sufrido un rapto de solidaridad sin precedentes y, con la finalidad de ayudar a que a la Seguridad Social tenga menores gastos, ha decidido bajar los precios de sus medicamentos una media de un 30%, en algún caso se llega al 80%. Una vez más la realidad dista mucho de lo que nos presentan como tal en los medios.


Para empezar deberíamos concretar la noticia. Dicha rebaja sólo afecta a los medicamentos que no están protegidos por patentes (hace cierto tiempo hablé sobre la estrategia de los laboratorios que modifican ligeramente la molécula de un medicamento cuando va a expirar la patente con la finalidad de seguir manteniendo la patente de dicho medicamento milagro). Por tanto, todos aquellos medicamentos de nueva creación o aquellos que aún pueden permanecer bajo el amparo de los derechos de las farmacéuticas no sufrirán merma alguna en su precio.
En cuanto al porqué de dicho acto, que evidentemente beneficia a los consumidores, así como a las administraciones, no debemos buscar un afán solidario por parte de las multinacionales del fármaco, ni tan siquiera podemos encontrar en una carrera competitiva, surgida de manera espontánea entre los diversos laboratorios la causa última de esta muy oportuna bajada de precios. Lo que ha generado este terremoto de precios a la baja ha sido una ley del gobierno español, Real Decreto Ley 9/2011, que, en resumen, viene a decir que a partir del 1 de noviembre de este año los médicos recetarán el medicamento más barato de entre todos aquellos que sirvan para curar una enfermedad, no teniendo que ser éste obligatoriamente un genérico.


Cuando uno contempla como tras el "estímulo" adecuado aplicado por el gobierno a las multinacionales del fármaco (o bajáis los precios o la Sanidad Pública sólo recetará genéricos), éstas no han tenido ningún pudor en contravenir todos los principios defendidos por ellas mismas al respecto, esos que apelaban a la investigación y su coste y al competencia desleal que suponían los genéricos, empieza a considerar la falacia interesada que han manejado los multinacionales del fármaco para hacer un magno negocio a costa de la salud de todos. Seguramente el lector habrá escuchado hasta la saciedad eso que decían los representantes de las grandes corporaciones fabricantes de fármacos: "los genéricos acabarán o dificultará la investigación y con ello el descubrimiento de nuevos fármacos". Mentira. Tal es así que voy a contar algo que demuestra que ellos sólo buscan el negocio. Hace un tiempo salió publicada una noticia sobre un equipo de investigación español del CSIC que había presentado los resultados de una vacuna contra el SIDA con unos resultados espectaculares. Pues voy a contar algo que va a más de uno va a sorprender: esta vacuna, aún en fase experimental ha superado la fase I de pruebas, pero, al menos hace un mes, el equipo investigador no contaba con dinero para poner en práctica la fase II. Este dato lo conozco porque se lo ha contado un miembro del equipo del CISC a mi pareja, amigos desde hace unos veinte años.
¿Por qué ninguna farmacéutica está interesada? ¿Tal vez por problemas de patentes? ¿Tal vez por qué todos aquellos medicamentos que no produzcan un pastizal que engrose desmesuradamente la cuenta de resultados no son "útiles"?


Tal vez la respuesta esté ahí, en la cuenta de resultados de las multinacionales, de otra forma no se entiende como los medicamentos pueden bajar, tras la aparición de una ley, una media de un 30% y, en algún caso, hasta un 80%. Bajada de precios que deja entrever al menos dos cuestiones:

  • Las multinacionales del fármaco, al menos en España, no tenían ninguna intención de competir entre ellas, era más fácil utilizar otros métodos para conseguir vender sus productos (a este respecto invito a leer a Miguel Jara y sus denuncias sobre el papel de los visitadores médicos). 
  • Los sucesivos gobiernos de este país han consentido esta forma de actuar de las multinacionales farmacéuticas, con el consiguiente perjuicio para el bolsillo del consumidor y para las arcas públicas que, igualmente, pagaban parte del coste final del medicamento, inflado de manera interesada por las empresas del ramo.
Esperemos que éste sea el fin de la tiranía, o de cierta parte de la tiranía, de estas multinacionales que a costa de la salud de todos están haciendo pingües beneficios, más de los que les correspondería si existiese el libre mercado. Empresas que, con el consentimiento de los diversos gobiernos, han llenado sus arcas con dinero que debería estar destinado a mejorar la sanidad, contratando a más personal, comprando más equipamiento... 
Concluyo con una reflexión. Según las multinacionales del sector que nos ocupa hoy, la venta de genéricos en  países pobres o en desarrollo, véase Brasil o la India, atentan contra su libertad de mercado y contra su capacidad de investigar. ¿No era ese el mensaje que lanzaban en España hasta antes de ayer?
Un saludo.

5 comentarios:

Claudia Baelo dijo...

Hola Paco: estoy de acuerdo,muy de acuerdo.El caso es que son multinacionales farmacéuticas muy potentes,otro lobby más en la carrera de obstáculos.Cuando residí en USA ,mis amigos muchos de ellos eran científicos,alguno trabajaba en laboratorios farmacéuticos y me comentaban y aún lo hace algún rebelde que muchas veces se investiga para cronificar y no para curar.Es más existe una promoción de enfermedades,supuestas enfermedades nuevas para vender productos poco recomendables;la celulitis,la alopecia,la menopausia etc no son enfermedades y muchas de estos apartados han ido ahogando las arcas de una cabertura universal en Sanidad.No digo más.Saludos!

PACO dijo...

Respecto a los de la sobremedicación o inventarse enfermedades ya he dedicado varias entradas al respecto. Te recomiendo que veas, si no lo has visto, un documental que emitió la 2 sobre el uso de medicinas en niños diagnosticados de TDAH, trastorno bipolar... Lo de las enfermedades inexistentes es tremendo, ahora se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas, es cierto, y gilipolladas por el estilo, cuyo único fin es vender y vender, drogar y drogar, hacer personas dependientes.
Un saludo.

Anónimo dijo...

me gustaria saber qe titulacion tienes tu para hablar de farmacos,eres farmaceutico?tienes algun conocimiento sobre quimica farmaceutica?
Los genericos no son iguales qe los de marca y el dia qe me traigas a algun quimico farmaceutico qe es el encargado de diseñar los farmacos y este diga qe son iguales me lo creere,mientras solo opinan medicos en cuya carrera solo estudian farmacogologia y no quimica farmaceutica segira pensando lo mismo

PACO dijo...

Hola anónimo. No, no soy farmacéutico, ni químico. Sobre las moléculas y sus diferencias nada que decir, pero intuyo que cada uno a interpretado la entrada a su manera.
En primer lugar, resulta sorprendente que alguien pueda defender que por no ser exactamente iguales los genéricos no funcionan. ¿Eso es lo que está diciendo? ¿Está diciendo que las autoridades sanitarias permiten la venta de unos fármacos que no sirven?
En segundo lugar, la entrada lo que defiende es que la administración mediante una medida ha "conseguido" que unos fármacos, precisamente los nos genéricos, bajen considerablemente su precio.
Respecto a lo de los médicos, nada que decir. Imagino que los laboratorios y las agencias de medicamento sabrán para que sirve cada medicamento cuando aprueban su uso y veo absurdo que un médico se ponga a indagar sobre los componentes, su profesión es otra bien distinta.
Un saludo.

PACO dijo...

Perdón, quería decir: ha interpretado