domingo, 27 de noviembre de 2011

TRABAJAR ¿CASTIGO DIVINO? (AL MENOS LO INTENTAN)

 Existe una corriente de opinión muy extendida, especialmente entre los teóricos neoliberales, pero también entre parte de los ciudadanos, que defiende que aquel que se encuentra en situación de desempleo lo está porque así lo desea. Incluso insisten en que les interesa más cobrar el paro, porque son unos vagos, que trabajar. De todo habrá en la viña del Señor, sería absurdo negarlo, pero uno tiene para sí, y conoce a unos cuantos parados, que la gran mayoría de ellos están deseando trabajar. No sólo éso. Con bastante frecuencia muchas de estas personas, especialmente si llevan bastante tiempo en paro, acaban padeciendo enfermedades de tipo psicológico, debido a lo angustioso de su situación.
Los mismo que no dudan en tildar de vagos a todos aquellos que no tienen trabajo, obvian aspectos como las cada vez más penosas situaciones laborales a que nos abocan sus políticas neoliberales. De la misma manera estos tipejos no tienen ningún problema en ocultar que ciertos EREs son prescinidibles, de hecho algunos son revocados por la administración. De igual forma ocultan que una parte de esos parados son producto de las prejubilaciones de esas mismas multinacionales que tanto ganan y a las que tanto apoyan. Tampoco cuentan estos mismos tipos como en bastantes ocasiones son tales las condiciones laborales que les presentan los presuntos contratadores (sueldo, misero, disponibilidad horaria sin límite, en algún caso poner vehículo propio por la filosa..) que sale más rentable seguir en el paro, cobrando más, igual o un poco menos, que trabajar para un empresario que dispone de ti a cambio de un salario de miseria. Tal vez, todos estos mentecatos que tildan de vagos a todos y cada uno de los parados se olvidan de algo importante: la dignidad en el y del trabajo. Trabajar para vivir, no vivir para trabajar, especialmente si ésto último no es una opción y viene impuesto por las condiciones leoninas a las que los empresarios someten a los trabajadores, este debe ser el lema, el principio rector de nuestra sociedad. El resto es ruido o basura ,generado de manera interesada por un reducido grupo de acaparadores y por sus mamporreros.
Creo que este vídeo de la O.I.T., conmemorativo de su 90 aniversario, aclarará convenientemente hacia donde debemos ir, porque, ante todo, somos personas y debemos utilizar al ser humano como medida de todas las cosas, desterrando ideas tan estúpidas y fascistas como la regulación  de nuestra vida, y el de nuestras sociedades basándonos en una pseudorreligión: el neoliberalismo.


 

Un saludo.

2 comentarios:

Claudia Baelo dijo...

Hola Paco: me ha gustado especialmente esta entrada porque desde hace mucho he ido viendo cómo ese discurso se ha ido imponiendo poco a poco.Ya lo viví en EEUU hace años,viene de allí, viene por la creencia del que no llega es porque no quiere,en ningún momento se plantearán que es porque no pueden.
En el fondo es querer criminalizar la pobreza, o mejor, a los pobres de sus desdichas.Este discurso neoliberal ha calado por aquí,a favor de esos poderes que sí son los responsables de tantas desdichas.
También es una manera de ir deshumanizando no sólo el trabajo,sino a nosotros mismos,queriéndonos dejar sin esa que cada día se hace más importante; la empatía.
Respetamos a empresarios,banqueros y demás elementos cuando están en nuestra presencia,ocultando así nuestros miedos,y para muchos es más fácil atacar al desempleado,el pobre,al pequeño delincuente de la esquina,al pobre en definitiva porque ahí nos sentimos superiores.
Muy buena esta entrada ,gracias.
Y gracias también por darme esa página de Las Hurdes,busqué pero no di con ella,ahora ya puedo planear mejor mi viaje.;^).Un saludo muy cordial.

PACO dijo...

Hola Claudia.
Hace tiempo traté sobre el tema de los triunfadores. Básicamente lo de que todos podemos triunfar es mentira por su supuesto lógico: para que haya triunfadores tiene que haber perdedores, y muchos. Es evidente,como decía la entrada, que a los neoliberales les interesa vender esa parte de la realidad, la de los triunfadores (aunque el triunfo de muchos no lo quiero yo para mi), obviando todos aquellos que quedan por el camino.
Recuerdo el comentario que hizo mi amiga Isa, que también ha vivido un tiempo en EE.UU., que, en líneas generales, coincidía con el tuyo.
Un saludo.