miércoles, 16 de noviembre de 2011

REFLEXIONES ELECTORALES

Hace unos días hablaba con una amiga sobre las elecciones y  sobre lo que piensa hacer el domingo. Ella me transmitió que pensaba castigar al partido que siempre ha recibido su voto, no apoyándolo en esta ocasión, sin votar a ninguna otra formación. Mi reflexión fue la siguiente: nadie puede votar para castigar, todo el mundo debe votar, o no, según sus ideales y, sobre todo, según su conveniencia, no para castigar a Periquito o a Menganito. El voto, o su ausencia,deben contribuir a que las ideas propias se lleven a cabo, no a "castigar" a nadie.

Uno no entiende como puede haber personas que con sus políticas contribuyan a la quiebra de países, por dejarlos en manos de especuladores cuando tienen medios de sobra para parar dicha especulación. Tal vez sea por eso que escribo este blog y no tengo intención alguna de meterme en política, siendo capaz de anteponer unos zafios ideales o un puñado de votos al bienestar de millones de ciudadanos.
Cada vez comprendo menos la sinrazón y el despilfarro que suponen las campañas electorales. En nuestro país el futuro presidente del gobierno va a estar en manos de Sarkozy y Merkel y de sus políticas. Si estos no deciden que el BCE empiece a funcionar como un banco central el Presidente del Gobierno del Reino de España tendrá menos poder de decisión sobre la economía de España que Bob Esponja. ¿Son necesarias tantas alforjas para tan corto viaje?

El candidato que parece va a ganar no promete nada concreto. El que va a quedar segundo plantea hacer todo lo que no hizo durante años y los nacionalistas apelan a la necesidad de votarles para representar a sus territorios. En el fondo todos los partidos políticos citados, más alguno más, se rigen por el mismo patrón: nada quiero cambiar, y por eso quiero permanecer en el poder político, para asegurarme de que nada va a cambiar.

Los programas electorales de los dos grandes partidos se centran, fundamentalmente, en aspectos económicos que, encima, no pueden cumplir. Tal vez si obviaran por un momento la economía y consideraran que van a gobernar por y para personas a todos nos iría bastante mejor.

Si los partidos políticos realizan programas electorales, que los cumplan o no es otra cuestión, donde adelantan cuales son sus intenciones si consiguen el poder, por qué no, de igual manera, anticipan con quienes están dispuestos a pactar, y con quienes no, si ganan y no consiguen mayoría absoluta. Tal vez sirviera para saber a que atenernos, si no lo sabemos ya.

De la misma manera que se habla de voto de castigo se habla de voto útil. Lo importante en este caso parece ser a quien le parece útil. La utilidad del voto, algo totalmente subjetivo, debe ser para el elector, no para el político profesional. Mi sufragio debe hacer que yo me sienta a gusto con lo que he votado, no debe contribuir, al menos así me lo parece, a un bipartidismo feroz y antidemocrático.

Compruebo, tras votar por correo, que el número de partidos que se presentan por mi circunscripición ha disminuido sustancialmente, especialmente los que se presentan al Senado. La ley sobre el número de apoyos necesarios para poder presentarse a las elecciones, aprobada hace menos de un año con el voto favorable de P.S.O.E. y P.P. ,posiblemente tenga buena parte de culpa.

Durante el período electoral los partidos nos recuerdan lo importante que somos los ciudadanos para que funcione el sistema democrático. El resto del tiempo no hace falta que nos lo recuerden, de hecho evitan recordárnoslo.

A pesar de que el Senado sea una cámara de representación vacía de contenidos y sin apenas funciones sustanciales para el funcionamiento del sistema, tiene el honor de tener un sistema de elección bastante más abierto que el Congreso.  Tal vez sea por esto mismo por lo que se pueden permitir un sistema de elección más participativo que el de la Cámara Baja.

Sería muy curioso hacer un seguimiento profesional a todos aquellos senadores, diputados y resto de cargos políticos, electos o elegidos a dedo, que pierdan su puesto de trabajo tras las elecciones. Posiblemente si ésto se hiciera comprenderíamos mejor el funcionamiento de nuestros sistema "democrático".

Y acabamos con un poco de humor, que refleja la realidad de una manera cruda, pero simpática a la vez.


Un saludo.

2 comentarios:

Claudia Baelo dijo...

Hola Paco: yo creo que estas elecciones no son unas elecciones más.Hay que estar muy bien informado y me temo que muchos no lo hacen,se dejan llevar por los parámetros de siempre.A veces tengo la sensación que los políticos,sobre todo los representantes de los dos grandes son los violinistas del Titanic y algún que otro de comparsita.
Mi voto no será de castigo a nadie,y sí de compromiso y respuesta ante lo que los Mercados nos quieren marcar,que está representado sobre todo por La Doña,Merkel,alguna que otra cena con Obama...nos ha indigestado a todos.Un saludo!

PACO dijo...

Los votos jamás deben ser de castigo, siempre constructivos. Si un partido nos defrauda habrá que buscar otra opción y si no se encuentra, pues no se vota a nadie y se espera a otra ocasión.
Un saludo.