viernes, 24 de febrero de 2012

LA CARTA DE LOS DOCE APÓSTOLES

Doce presidentes de países de la U.E. han enviado una carta a los responsables europeos, no se han dejado ni uno, para exigir una mayor inversión por parte del citado organismo, porque esta crisis también es una crisis de crecimiento. ¡Olé, olé y olé! A estos tipos les ha costado cuatro años enterarse de lo que la gran mayoría ya sabíamos, pero nunca es tarde. 
Estos clarividentes hombres de la política afirman: "debemos restaurar la confianza entre ciudadanos, empresas y mercados financieros en la capacidad de Europa para crecer de manera firme y sostenible". Con lo bien que habían quedado identificando el problema del crecimiento ahora van y nos piden a los ciudadanos que creamos en los mercados y no sólo eso, a los empresarios les piden que crean en los trabajadores, "ese hatajo de vagos que sólo quieren vivir a costa de ese dinero tan bien ganado por parte de los emprendedores y empresarios". La cosa empieza a pintar no muy  bien, pero demos un voto de confianza a estos próceres del crecimiento y la estabilidad y sigamos desentrañando la misiva de los apóstoles de la confianza.
Parece que también han llegado a un consenso sobre la necesidad de modernizar la economía, para lo cual propongo que contraten a Alaska, la moderna entre las modernas, Además parece necesario aumentar la competitividad y, por si esto fuera poco, corregir los desequilibrios macroeconómicos. La cuestión se empieza a poner peliaguda. Lo de la competitividad parece ser la cantinela de siempre, esa que ha provocado que las rentas del trabajo sean cada vez menores y lo de los desequilibrios macroeconómicos, que no se muy bien a que se refiere, aunque uno intuye que debe ser algo muy serio, pues de otra manera no hubieran puesto el prefijo macro delante de la palabra económicos, también huele a chamusquina. Lo normal hubiera sido defender la necesidad de emprender acciones contra el paro (aunque creo que emprender acciones contra algo no vivo no tiene mucho sentido), especialmente el juvenil que empieza a ser espectacular en toda Europa, contra los desahucios, contra la ruina de Grecia o Portugal, contra... Pero no, el quiz de todo el asunto son los desequilibrios macroeconómicos. Prometo comprarme, o descargarme, en breve un diccionario primer ministro- español para poder traducir al amable lector con exactitud que son los citados desequilibrios o cojeras.
Sigamos adelante con la epístola de nuestros sufridos y abnegados líderes y vayamos a por los ocho puntos que parecen suponer el germen de todo el maravilloso devenir que nos espera tras  la elaboración de este arduo trabajo que ha engendrado este conjunto de mentes preclaras.
El primer punto habla de desarrollar aún más el sector servicios. ¿Cómo? ¡Sorpresa! Con una mayor liberalización de los mismos. Sí, querido lector, estos tipos, que quieren que los unos y los otros vivamos en un mundo de confianza, no se han olvidado de sus estrategias de siempre para conseguir ese mundo beatífico que pretenden para todos nosotros. Empiezo a pensar que la carta se la han dictado y no la han hecho ellos mismos. Esta historia de la liberalización se asemeja demasiado a lo que dicen ciertos economistas neoliberales. Seguro que si sigo leyendo comprenderé que estaba en un error. Comprobémoslo.
Se apuesta por un auténtico mercado digital europeo. Esto puede significar dos cosas. La primera: a través del portátil todos vamos a aprender, sin apenas esfuerzo, polaco, italiano, búlgaro, flamenco, que de eso sabemos un poco los españoles,... o, segunda opción, imitar el modelo norteamericano de intervención en la Red. Se me tranquilicen los de Anónymus, que igual estoy equivocado y nuestros mesiánicos mandatarios se refieren a compartir tecnologías digitales, por ejemplo para cerrar ciertas páginas web. Perdón por ser redundante, pero es que soy redundante. 
Pero prosigamos con prontitud desarrollando el tema, por si me cierran el blog con tanta unificación de tecnologías y todo eso.
Parece que también es su voluntad crear un mercado único de la energía. Es decir, que, si todo sigue como hasta ahora, en que Merkel habla y todos desfilan, en breve se cerrarán las centrales nucleares más antiguas. Aunque tal vez no signifique lo que he escrito con anterioridad y se refiera a que las grandes multinacionales eléctricas se coman a las empresas del ramo más pequeñas y se conviertan en un oligopolio. Pero no, debo estar equivocado, porque nuestra docena de próceres buscan la concordia y el buen rollo entre ciudadanos y empresarios y éstos últimos no nos harían ésto. Tal vez se me hayan apagado las luces en este apartado, por lo que abordaré el siguiente.
Hablan de redoblar el compromiso con la innovación. ¡Sí señor! Eso es coger el toro por los cuernos. Lo único que me genera dudas es cómo se llevará a cabo ese redoblado esfuerzo, ¿se recortará el gasto en investigación en 1.200 millones de euros, el doble de lo que se ha recortado? o, simplemente, dejarán el tijeretazo en 300 millones del ala. El amigo Mariano, firmante de este escrito, no se ha pronunciado al respecto; esperaremos a que algún ministro suyo haga algún comentario a cualquier colega europeo para enterarnos. Pero seguro que, en función del tono positivo de la carta, ni habrá recortes, ni tijeretazos ni puñaladas traperas. Todo por mor del buen rollito. Merece la pena leer este enlace donde alguien describe, con un tono digno de la confianza que nuestros profetas quieren insuflar en el este viejo continente, su contento ante la deriva que está tomando el mundo de la ciencia en este país
No podía faltar, mucho ha tardado, en la petición de este dodecágono del buen hacer: apertura de mercados, pero no sólo en Europa, en el mundo entero, para que todo perro quisque se beneficie de la bondad de nuestros bien amados representantes. Si es que sois unos descreídos, ésto va por los de los que tienen puestos en el mercado de mi pueblo, a los que les habían dedicado un nuevo espacio para su actividad, lejos del centro y se quejaban por ello amargamente. A partir de ahora, con la libertad en el mundo mundial de mercados podréis plantar vuestros puestos, por ejemplo, delante de la casa del alcalde para fastidiarle y no dejarle salir en toda la mañana. Aunque echo en falta una mayor concreción en las medidas como por ejemplo reimplantar las esclavitud, pero sólo durante tres o cuatro años de la vida de la persona, que pretendemos crear un clima de confianza y no quiero ser yo él que lo estropee.
 Para no meter la pata con estos comentarios faltos de todo tacto mínimo me dedicaré al siguiente punto, que no sé de cual se trata, pues he perdido hasta la noción de número ante tan magníficas propuestas.
Acabar con la burocracia europea parece ser otra de las pretensiones de esta significativa porción de intelectuales que nos guían en estos tiempos oscuros. Parece ser que van a empezar por simplificar las estructuras y van a acabar con los cargos que ocupan los dos o tres destinatarios de la misiva, no sé si el danés, Presidente de turno de la U.E., se ha autoenviado la carta, y la próxima vez van a discutir y aprobar ellos mismos sus propuestas; todo en aras de acabar con la burocracia que está enterrando la armonía que por momentos renace entre todos los integrantes de Europa.
Una vez salvado el escollo de la burocracia europea parece que el siguiente paso: crear un mercado eficaz de empleo en Europa, está chupado. Seguramente pueda servir de ejemplo lo de la acabar con la burocracia para demostrar que crear empleo en Europa es pan comido. Imaginemos que largamos a Van Rompuy y a Durao Barroso de sus cargos burocráticos, que tanto enlentecen el crecimiento europeo, y acaban en el paro; le apuesto al amable lector lo que desee a que las nuevas medidas propuestas para mejorar el mercado laboral en Europa facilitarán que los dos personajes citados con anterioridad consigan un empleo y, muy probablemente, mejor remunerado que el anterior. Lo de la reforma laboral española ha sido para dar confianza a los mercados, pero en cuanto se extienda el buen rollito entre mercados, ciudadanos y empresarios van a realizar otra reforma chachi piruli que va a dejar los postulados marxistas a la altura del betún. Palabrita del Niño Jesús.
Seguro que el lector echa en falta algo, pero no sabe bien qué. Pues ya se lo digo yo, que para eso me curro el blog casi todos los días, se trata, ni más ni menos, del sector financiero. ¡Sí señor, el sector financiero! Y no uno cualquiera, no. Hablamos de un sector financiero fuerte, dinámico y competitivo. Un sector financiero que no invierta para arruinar países, que no compre hipotecas basuras o que no venda productos financieros basados en la fecha de defunción de un grupo de ancianos, desterrando esas prácticas que llevan a cabo entidades financieras de países subdesarrollados, dirigidos por aficionados, no como nuestros banqueros, hombres cabales y honestos a más no poder.
Pues nada, ya tenemos las pautas necesarias para crear el buen ambiente necesario en Europa para avanzar hacia el nuevo paraíso. Eso sí, que no se entere la Merkel que igual se enfada.
Un saludo.

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