martes, 17 de mayo de 2011

ABSURDO PERSONAJE, REFLEJO DE UN ABSURDO MUNDO

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, ha sido acusado por una mujer, trabajadora de un hotel, de haber intentado abusar sexualmente de ella. Algunos datos inducen a este humilde bloguero a dar credibilidad a dicha denuncia: el FMI considera a los trabajadores poco menos que como animales, reduciéndolos a meras estadísticas, con los que se puede hacer lo que se quiera, el organismo que preside se dedica a practicar sexo anal con los trabajadores de todo el mundo de manera continua, sin pedirles permiso y, por último, el socialista francés debe creerse que una habitación de hotel, cuyo coste es de 3000 dólares por noche, da derecho a todo tipo de extras.

Strauss-Kahn era la esperanza del socialismo francés para derrotar a Sarkozy. Si el socialismo francés necesita a este neoliberal, amigo del lujo, para derrotar al petit Napoleon, me asusta pensar qué debe proponer el programa económico de la derecha francesa, ¿la vuelta a la esclavitud?

Este tipo ya tuvo un incidente propiciado por su demostrada facilidad para pasear su líbido en variopintos lugares. La vez anterior salió indemne, esta vez puede no ser así. Sea o no sea exculpado uno se pregunta: ¿este tipo carece de inteligencia o de memoria? ¿No aprendió de la vez anterior? ¿Utiliza el mismo órgano para tomar decisiones sobre economía que el utilizado para dirigir su vida personal?


Más preguntas sobre el extraño personaje. Parece que tras su extraña peripecia, el artista partió con prontitud del hotel, dejando objetos personales en la  habitación.  Si resultan verdaderos los hechos que se le imputan, me pregunto: ¿qué tipo de imbécil toma un avión para evitar que le pillen por cometer abuso sexual, sabiendo que tiene que volver en unos días al mismo país a ejercer su profesión? Además, su desempeño laboral conlleva, entre otras cosas, un conocimiento público de donde está en cada momento, Hábil como pocos el fulano en cuestión.

Más cuestiones sin resolver. Si el anterior dirigente del FMI no vio venir la crisis y el actual no sabe distinguir entre una trabajadora del hotel y una prostituta ¿es necesario ser tremendamente miope o, más probable, medio tonto, para llegar a dirigir el FMI?



Por desgracia, este incidente y las actuaciones del FMI dejan al descubierto una realidad cruda y despiadada: estos organismos, pretendidamente serios, tienen como utilidad defender el interés de los poderosos, dotando para ello de un nivel de vida extraordinario a los trabajadores de estas instituciones, que de esta manera hacen todo lo que sus amos desean.

Resulta chocante que incluso de las peores catástrofes se pueden sacar noticias positivas (por ejemplo, un superviviente de un terremoto tras siete días sepultado), no ocurriendo esto jamás cuando las noticias provienen del FMI u organizaciones similares. Parece que dichos organismos, creados en un principio para acabar con las desigualdades económicas en el mundo o en distintas zonas del globo, sobreviven gracias al mal de otras personas, en ocasiones provocado por los que rigen dichas organizaciones.


Parece claro que cuando no pueden propagar el miedo a través de su previsiones, los organismos como el FMI dejan a las claras por quienes están formados: por unos mediocres sin conciencia, que revisten sus golferías de palabrejas, pretendidamente técnicas, necesarias para justificar su incompetencia y desvergüenza.

Algunos políticos y periodistas franceses se llevan las manos a la cabeza, pues piensan que lo acontecido puede perjudicar la imagen de Francia. Otros nos llevamos las manos a la cabeza, pensando que estos mismos políticos y periodistas, que conocían perfectamente al personaje, permitieran que éste ocupara el cargo de director del FMI sin abrir la boca para prevenir al resto de la humanidad de la catadura moral del fulano en cuestión.

Mientras tanto los ciudadanos que manifiestan su desacuerdo con políticas como la del acusado de abusos sexuales es desalojada de Puerta del Sol por los antidisturbios. Mientras a los golfos les va a buscar la policía a la 1ª clase de un avión, tras cometer sus actos en un hotel de cinco estrellas, a los ciudadanos les reprimen por acampar en medio de una ciudad, demandando justicia social.

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