martes, 10 de enero de 2012

ECOLOGÍA, PSEUDOECOLOGÍA Y NEGOCIO

Aunque aún sigo en ese periodo semisabático que me impuse respecto a escribir en el blog, he sentido la necesidad, una vez más, de dedicar unas cuantas líneas a un asunto que estas pasadas fiestas llamó mi atención. 
Antes de continuar me gustaría aclarar que hasta la semana venidera, ya veremos que día, no retomaré mi ritmo de escritura casi diario. Sigo necesitando oxigenarme un poco. 
Hecho este inciso pasemos a abordar el tema de hoy: el falso ecologismo que intentan vendernos a través de la falsa e interesada publicidad de las grandes compañías y de las instituciones oficiales.
Aunque tenía noticias del próximo lanzamiento de un vehículo "urbano" totalmente eléctrico por parte de una multinacional francesa del automóvil, no ha sido hasta el mes pasado que he tenido ocasión de conocer todo el asunto con la suficiente profundidad para opinar sobre él con argumentos, equivocados o no ése es otro asunto.

A primera vista pudiera parecer una gran noticia, especialmente para el aire envenenado de las grandes ciudades y para nuestro maltrecho hábitat. Un nivel cero de emisiones a la atmósfera debe ser considerado siempre como una gran noticia para todos nosotros. Al menos eso pretenden hacernos creer los unos y los otros. 
Aunque pudiera parecer lo contrario, por mucho motor eléctrico que nos quieran vender, no existe nada más antiecológico que un transporte creado como mucho para desplazar a una o dos personas. Veamos porqué.
Los argumentos ecologistas de los vendedores de este vehículo, las multinacionales y los políticos, se fundamentan en la ausencia de emisiones que contaminen el medio ambiente de este tipo de coches mientras funcionan. El truco reside aquí: mientras funcionan. En primer lugar fabricar dichos vehículos de dos plazas requiere un gasto energético enorme. La extracción, transformación, transporte de materiales, transporte del vehículo terminado, uso de productos no muy recomendables para su fabricación, necesidad de energía para reciclar los productos que componen el vehículo, siempre que no se pierdan, etc. suponen un gato ingente de energía y de recursos. Parece evidente que fabricar un autobús o un vagón de metro, que además va a funcionar todos los días de la semana, va a ser una inversión bastante más rentable a medio y largo plazo. Además, el Metro o un tren de cercanías también funcionan, o pueden hacerlo, con electricidad.

En segundo lugar, la producción de electricidad, el combustible de estos milagros ecológicos,  no es siempre algo neutro para el medio ambiente. En España la producción de energía, electricidad, mediante fuentes limpias supone el 20% de la producción. Si aumentamos el consumo eléctrico de manera significativa ¿de dónde va a salir esa electricidad? Una fuente parece clara con los nuevos dirigentes españoles: la energía nuclear. Si tras el aumento de producción de la central de Almaraz (la triquiñiela que se inventó el P.S.O.E. para poder cerrar Garoña) no se cierra Garoña tenemos un aumento de la producción eléctrica, insuficiente a todas luces. Es evidente, que la implantación de generadores eólicos aún no ha alcanzado su cénit en España, así como la termosolar, pero aún queda un gran camino para que estas dos formas de producir energía, junto con alguna otra, mareomotriz, por ejemplo, puedan abastecernos y sustituir a otras fuentes. Curiosamente si el éxito de vehículos como el biplaza, destinados exclusivamente al transporte de pasajeros, al que me refiero fuera un hecho, volveríamos a tener que importar energía eléctrica (aunque la gente piense lo contrario, vendemos más electricidad de la que compramos, nuestro balance, el de España, era incluso positivo en 2010 con Francia, vendíamos más electricidad de la que comprábamos). De donde saldría esta electricidad, ni más ni menos que de las centrales nucleares francesas. Sí, ésas que según estudios publicados hace una semana necesita unas inversiones salvajes para poder seguir funcionando. Inversiones que, por otra parte, se van a hacer. ¿No resulta paradójico que para ser más ecológico se necesiten viejas centrales nucleares?
Pero existe una tercera causa para opinar que vender este tipo de artefactos como ecológicos es una falacia: siempre resulta más ecológico un transporte público que uno privado, aunque este último en teoría no emita mierda al aire ;repito, en teoría. Aunque desconozco los datos, intuyo que si hacemos la estadística sobre el coste final, especialmente para la naturaleza, de un autobús y de un coche eléctrico urbano, es decir, los kilómetros de vida útil y el coste, tanto económico como en gasto de energía y materiales, el medio de transporte colectivo es infinítamente más barato y ecológico que el vehículo movido por electricidad.

Por último me gustaría hablar sobre un aspecto que, generalmente, lleva aparejado poseer un vehículo urbano. La adquisición y uso de este tipo de transporte suele implicar que su dueño al menos, posea un segundo vehículo "no urbano". Es decir, necesitamos dos vehículos uno para la ciudad y otro para los desplazamientos medios/largos. ¿Recuerda el lector lo costoso que es,desde un punto de vista ecológico, producir un vehículo? Pues si no quieres arroz, toma dos tazas.
Como intento que la entrada verse sobre ecología voy a obviar que entre todos tenemos que aportar al menos dos mil euros cada vez que alguien compra un vehículo de este tipo en España (esta publicidad la podrá encontrar el lector en cualquier revista, pues en ella figura que el precio final es descontando la pasta que el Estado, todos, damos) y me voy a centrar en el meollo del asunto.
Como hemos podido comprobar con este ejemplo parte de aquello que nos venden como ecológico tiene bien poco de ello (que se lo digan a la marca japonesa de vehículos que tuvo que retirar su publicidad sobre un vehículo presuntamente ecológico. Dicha retirada ocurrió tras dictaminar, creo que un tribunal, que la publicidad era engañosa). Lo ecológico no sólo es aquello que en el momento gasta pocos recursos. Lo ecológico es todo aquello que desde su diseño hasta su reciclado es eficiente y respetuoso con la naturaleza y, ante todo, lo ecológico es aquello que es necesario. Lo innecesario, por definición, no es ecológico. Volviendo a este ejemplo. Lo ecológico sería sustituir taxis y pequeñas furgonetas de transporte por vehículos eléctricos. Es decir sustituir aquello que va a seguir funcionando por alternativas menos contaminantes, pero crear una necesidad no tiene nada de ecológico.
Es posible que alguien alegue que no fabricar dicho vehículo generaría paro. Tal vez sea cierto, pero a medio plazo existiría un nicho económico en la fabricación de transportes colectivos. De la misma manera se necesitarían conductores, mecánicos, etc. para que funcionen dichos vehículos. Por otra parte, si las ciudades, especialmente las grandes, tuvieran algo menos de contaminación muy posiblemente, además de tener mayor calidad de vida, nos ahorraríamos un pastizal en Sanidad; pues los problemas pulmonares y de alergias, el uso masivo de vehículos diesel ha disparado el número de personas con alergia, pues el gasoil emite unas partículas que provocan alergia a muchas personas, disminuiran. Por tanto, no parece tan claro que económicamente sea la panacea lo del coche urbano eléctrico.
Un saludo.

5 comentarios:

Piedra dijo...

Yo humildemente pienso que lo más ecológico es cambiar nuestro modo de vida (que difícil) y no tener que usar toda la tecnología destinada únicamente al consumo, es decir la que no nos aporta calidad de vida, sino que solo cubre una necesidad artificial creada por la publicidad para mantener un consumo.

Sobre vehículos urbanos y ecológicos: la bici, ¿no? y caminar, tampoco está mal de vez en cuando. Aunque claro, el ritmo de vida que nos imponen hace casi imposible estas opciones, aunque a la larga ese ritmo de vida nos acabe destrozando, pero para eso están las pastillas, (ecológicas a poder ser).

PACO dijo...

Hola Piedra.
Sólo decirte que estoy totalmente de acuerdo contigo.
Un saludo.

Claudia Baelo dijo...

Hola: pues mucho se discute del tema,pero es el problema no es la contaminación, ni las enfermedades que estas conllevan,ni los malos olores,ni nada de esto les preocupa en el fondo. Es la falta de petroleo que su abuso pone el peligro el sistema actual.Saludos!

E..P.. dijo...

Todo lo mires como lo mires es negocio.
Estoy totalmente de acuerdo con el amigo Piedra y si es difícil, ya que la necesidad de millones de personas es insaciable como la cantidad de basura y contaminación que creamos.
Como no está todo a la vuelta de la esquina, al precio que está el transporte urbano como interurbano, sale más cómodo coger tu coche y el dinero que vas a gastar en el transporte que además depende de ello por el horario, tiempo, incomodidad, caro,...etc uno prefiere gastárselo en su coche, vas cómodo, no dependes de nadie y vas a donde quieras como quieras, si lo miras hasta sale más barato.
Me sale más barato ir a Donosti en mi coche que en el bus o tren, y si es urbano idem. Esto es lo que pasa a millones de personas, aparte de la clase de trabajo que se tenga las opciones pueden ser limitadas o no.
El coche eléctrico urbano parece un buen invento, como lo explicas rompe toda esa idea que uno puede llevar por eso mi principio de este comentario empiezo: todo lo mires como lo mires es negocio.
La realidad es otra y aquí contamina hasta los pedos de las vacas.
Saludos Paco.

PACO dijo...

Hola a ambos.
Yo considero, a diferencia de Claudia, que el gran problema no es el petróleo, cuya extracción es cada vez cara y menos rentable,(China a optado, tras algún fracaso comercial, pero la extracción de este tipo de petróleo) aunque se sigan descubriendo nuevas bolsas enormes. Ten en cuenta que en una década no tendrán mayor problema para cambiar en un porcentaje alto el motor de combustión por unos eléctrico. El problema real es que se "necesita" que sigamos creciendo, comprando, y les da igual lo que compremos, con tal de que lo hagamos.
E.P. respecto al tiempo y a las servicios prestados es a lo que me refiero. Se trata de mejorar tiempos y servicios en los transportes públicos, que en las grandes ciudades son usados por cientos de miles de personas todos los días.
Hablas de que todo es consumo, efectivamente, por eso postulo, como Piedra, otras alternativas y, sobre todo, hablo de cosas superfluas, las mías no tienen porque coincidir con las tuyas. Es ahí de donde debemos recortar y eso es lo ecológico. Ecológico no es comer naranjas ecológicas que vienen de Chile, pues el transporte jode todo lo presuntamente ecológico de dichos cítricos.
Un saludo.