martes, 15 de mayo de 2012

NO HAY MAL QUE CIEN AÑOS DURE (II)

Dejábamos ayer el asunto hablando del medio plazo y de que tras este lapso temporal, que durará varios años, una buena parte de los postulados y de las medidas que estos tipos defienden como imprescindibles desaparecerán, como ocurre con la inteligencia cuando debe buscarse en los argumentos esgrimidos por estos sesudos cambiadores de opinión. Además defendíamos que la pronta toma de medidas represivas,que van desde las meramente policiales, hasta el cambio de la legislación para criminalizar los conatos de respuesta, constituyen un excelente medidor de intenciones y de la situación real en que se encuentran estos paladines de la desigualdad: implementar medidas represivas conlleva reconocer que lo que se hace va a disgustar al personal y, aunque ellos lo llaman errores de comunicación, motivar un, llamémosle cabreo, entre el respetable especialmente cuando se observan que las medidas no son igual de "restrictivas" para todos (véase el caso de la amnistía fiscal).




Uno que, como sabrá el lector asiduo de este blog, es aficionado a esa ciencia denominada Historia, vislumbra que tras toda esta etapa de miseria intelectual y moral surgirá algo distinto. Diría aún más, vista la celeridad de este Gobierno por criminalizar a todo aquel ser humano pensante y con dignidad que se enfrente, de una u otra forma, a sus estúpidos y falaces postulados la cosa no pinta tan mal a medio plazo. Me explico.
Tras ganar el pulso contra las dictaduras situadas tras el Telón de Acero, a la U.R.S.S. básicamente, los seguidores del neoliberalismo, tal vez los podemos denominar con mayor precisión seguidores de la eugenesis económica, empezaron, sin prisa pero sin pausa, a demoler todo el armazón sobre el que había instalado el mundo "capitalista", más concretamente el denominado 1º Mundo, durante casi cuatro décadas. En mayor o menor medida se implantaron las medidas que consideraban "indispensables" para crecer, nunca estarán satisfechos con las medidas, luego veremos porqué, consiguiendo con ello con un aumento considerable, al menos de forma nominal, en las macrocifras de crecimiento. Todo ello, como se ha demostrado ahora, se asentaba bajo diferentes tipos de burbujas, que inflaban artificialmente los logros de esas políticas económicas. A pesar de todo lo que pueda parecer la cosa no pinta bien en muchos lugares del mundo. Si en Europa la cosa funciona como todos conocemos, en la mayoría de África, en una parte sustancial de Centroamérica y de América del Sur la cosa va mucho peor. Alguien tan poco sospechoso como Punset no tiene reparos en reconocer que en la India no existe reparto de la riqueza alguna, aunque el número de multimillonarios ha crecido en dicho país sin cesar. Aunque podíamos seguir poniendo ejemplos de países, y sobre todo sus correspondientes ciudadanos, no me voy a extender en el asunto, porque el tema a tratar no éste. Por tanto vamos con las previsiones para el futuro.


Para tratar el tema debemos tener en cuenta dos perspectivas temporales: el corto/medio plazo y el largo plazo.
El corto corto/medio plazo parece evidente: recortes y pérdida del poder por parte de los gobernantes actuales, como hemos podido comprobar en Francia, Grecia y en las elecciones locales o regionales del Reino Unido o Alemania. Este pequeño cambio, el sistema seguirá funcionando, con matices, de una manera relativamente similar, provocará que se suavicen los rigores de las genocidas políticas neoliberales. A la par se están generando movimientos que podemos denominar antisistema, que van desde la extrema derecha caso de Francia y Grecia, a la izquierda más extrema, pasando por movimientos más incalificables como el Partido Pirata alemán. En todo caso, este toque de atención provocado por la dispersión del voto, deberá servir de toque de atención a los partidos clásicos.
En resumen: los gobiernos que han sostenido este sistema están cayendo uno tras otro y los nuevos gobiernos empiezan a tomar nota, o deberían, intentando atenuar las draconianas condiciones a las que están sometiendo a los ciudadanos a los que dicen representar. Además, la atomización del voto supone un problema para los partidos clásicos, que provocan, véase el caso de Grecia, la imposibilidad de formar gobiernos. Por tanto, a corto/medio plazo parece que la cosa, aún no ofreciendo un panorama idílico, parece ofrecer mejor aspecto que el crudo panorama que estamos viviendo.
El largo plazo se presenta más complicado. El sistema, le pese a quien le pese, ha hecho crack y por mucho que intenten aplicar medidas de choque (estupideces para intentar retrasar lo inaplazable, empobreciendo a la gran mayoría de los ciudadanos) nada va a ser como antes.
Hace unos días escuchaba a una persona en RNE hablando sobre aspectos de la actual crisis y, muy acertadamente, describía los tres niveles de la Economía: la finaciera, la productiva y la que podemos denominar como los recursos. Esta última, la más importante, ha sido desdeñada, y lo sigue siendo, por los economista neoliberales, esos patanes fascistas. Las posibilidades y recursos que nos ofrece nuestro planeta marcan todos los límites a los que podemos llegar y, como acabo de comentar, ese aspecto ha sido despreciado sistemáticamente por el staff de menguados cognitivos y avaros enfermizos que llevan las riendas del poder económico y político. En este aspecto no debemos confundir la especulación que se produce con las materias primas, que entraría dentro del aspecto financiero, con la cuantía de éstas.
La segunda pata de la Economía es la productiva. Entendiendo por tal todo aquella producción humana, aunque sea realizada exclusivamente por máquinas, dirigida a satisfacer las necesidades de los seres humanos. En ella entrarían desde las más imprescindibles como la comida, hasta aspectos relacionados con el ocio como la música o el cine, pasando por toda una variedad de productos relacionados con el transporte, la ropa. En este sentido la Economía productiva, que desde la irrupción del capitalismo, y especialmente con la necesidad de maquinaria e instalaciones cada vez más caras y complejas, ha ido ligada a la Economía financiera, ha perdido importancia en beneficio de la Economía financiera.
El tipo de economía citada en última lugar se ha situado en la cúspide del sistema. Ya no se trata de unos tipos, o bancos, que arriesgaban su dinero para invertir en una empresa o comprando algo para luego venderlo a alguien que a su vez se lo vende directamente al público. A día de hoy la Economía financiera se ha instituido como la forma de ganar dinero comprando, poseyendo el dinero o no, bienes, acciones, deuda... no con la finalidad de obtener un beneficio de esos productos, si no con la finalidad de venderlos por más dinero. Evidentemente, esta forma, nada nueva, pero si generalizada ad infinitum, lo único que puede crear es burbujas. Comprar un papel por un precio, esperando venderlo por más dinero, sin que realmente el objeto comprado (acciones, deuda, patatas, tractores o petróleo) valga más realmente. Se trata de crear un espiral de precios ascendente artificial que beneficia especialmente a aquellos que tienen el dinero suficiente, la información y la capacidad de manipular el mercado a su antojo, haciendo creer al común de los mortales que lo que venden es pata negra, cuando en realidad son acciones especulativas, amparadas por el manejo de los mercados y los medios de comunicación.


Obviamente, los ciudadanos no vivimos de papeles que podemos comprar y vender, tenemos la extraña costumbre de necesitar alimentarnos, vestirnos, vivir en casas... y la Economía Financiera tal como está concebida y con la importancia que tiene responde exclusivamente a las necesidades de unos pocos, que tienen mucho y anhelan tener más. Esta forma de entender la economía que ha generado todo este "maravilloso" crecimiento del que tanto se enorgullecían hasta hace un lustro gente como el incompetente de Guindos, es lo único que pueden ofrecer los neoliberales, además de generalizar la pobreza. Sus ideas, jamás las podemos denominar teorías, basadas en burbujas y el empobrecimiento, han llegado a su cénit y a partir de ahora, a pesar de que ciertos gobiernos, incluido el nuestro, endurezcan las leyes, buscando con ello reprimir a los ciudadanos, el sistema irá decayendo con mayor o menor velocidad, pero decayendo.
El dato de las medidas represivas no es baladí. Cuando un gobierno se ensaña con sus ciudadanos en el fondo tiene miedo de lo que puede pasar, especialmente con las medidas que están tomando, y no sólo eso, también tiene miedo de que lo que hacen además de estúpido, resulte inútil. Por ello sienten la necesidad de resguardarse detrás de leyes represivas, para salvar su culo y su estatus, el de sus colegas también.
Cuando una forma de entender la economía resulta ineficaz los cambios suelen ser lentos, aunque irreversibles. Evidentemente la panda de menguados cognitivos que dirigen nuestros destinos políticos y económicos no quieren apearse del burro y, por si esto fuera poco, no tienen una visión más allá del próximo mes o de la próxima minicrisis. Pero la historia demuestra que estos cambios son inexorables y, en muchas ocasiones, imperceptibles en su conjunto.
Con todo ello no estoy intentando transmitir optimismo barato. Más bien al contrario. Quedan años duros, muy duros, y más en este país donde la ineptitud de quienes nos dirigen, asociados a la falta de memoria (ellos crearon la crisis) nos abocan a mucho sufrimiento y aún más miseria, pero que nadie dude que todos los procesos de cambio, cuando el sistema ha quebrado, son inexorables y generan nuevas formas de entender las relaciones sociales, de las que, al menos en un principio, la gran mayoría se beneficia. Una confrontación sempiterna, fruto de la desviación de los escasos recursos hacia una clase minoritaria que ostenta, el poder acabaría colapsando la sociedad, como demuestra Diamond Jared en su obra Colapso.

Dejo una reflexión de uno de los mejores blogs que he leído en los últimos tiempos, para que el lector se indigne, opine o se solace con las reflexiones de un tipo lúcido, muy lúcido.

http://profesorgeohistoria.wordpress.com/2012/05/13/querido-senor-presidente-es-usted-un-hijo-de-puta-usted-y-sus-ministros/

Un saludo.

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